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Que revolucion y que partido necesitamos...
Por PTS -
Friday, Nov. 11, 2005 at 10:26 PM
Documento del secretariado del PTS
1. En los cinco
años que van desde el comienzo del nuevo siglo hemos visto
importantes cambios en la realidad política latinoamericana
respecto de la década del ’90 signada por el dominio del
llamado “Consenso de Washington”. Quienes fueron los
principales aplicadores de estas políticas en la región están
hoy fuera de la escena política, en muchos casos producto de
grandes acciones de masas que llevaron a la caída de distintos
gobiernos en Ecuador, Bolivia y Argentina. Fue también la
movilización popular la que derrotó el golpe
oligárquico-imperialista y el lock out patronal en Venezuela.
Estas acciones mostraron la vuelta al primer plano de la
escena política del movimiento de masas, pero a la vez, sin un
papel dirigente de la clase trabajadora y sin el desarrollo de
verdaderos organismos de “doble poder”, no pudieron impedir
los recambios gubernamentales que en todos los casos se dieron
por medios constitucionales, es decir, sin provocar cambios de
regímenes ni obligar a la burguesía a intentar el recurso del
golpe militar.
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TAREAS Y DESAFÍOS DE LA
IZQUIERDA OBRERA Y SOCIALISTA
Qué revolución y qué partido
necesitamos
Fecha: 10/11/2005
Autor: Secretariado Nacional del PTS
Fuente: LVO
175
2. Sobre este proceso
se montó el recambio del personal político de las clases
dominantes, que debió recurrir a las oposiciones de
centroizquierda existentes o crear otras nuevas. Incluso
gobiernos que habían surgido como respuestas a las acciones de
masas cayeron ellos también producto de nuevas jornadas de
movilizaciones, como fueron los casos de Lucio Gutiérrez en
Ecuador y Carlos Mesa en Bolivia. Todos estos gobiernos se
basan en regímenes débiles, siendo la inestabilidad uno de sus
signos característicos, aún en los casos de quienes han
aprovechado la relativa recuperación económica de los últimos
dos años para lograr mayor legitimidad, como por ejemplo el
gobierno de Kirchner. Inversamente, el gobierno de Lula y el
PT, que a priori aparecía como el más fuerte de la región y
que fue presentado como gran símbolo del reformismo mundial,
está pasando por una aguda crisis debido a los escándalos de
corrupción que expresan la profunda degeneración de ese
partido. En Uruguay, el gobierno de Tabaré Vazquez también ha
seguido una orientación política no muy diferente de sus
antecesores colorados, incluyendo la participación de tropas
uruguayas en la ocupación de Haití (al igual que Argentina y
Brasil) y en el operativo UNITAS junto a los marines yanquis,
así como la firma de un Tratado Bilateral de Inversiones con
EE.UU. ventajoso para las multinacionales norteamericanas.
Como vemos, la oposición que tuvieron los países del Mercosur
–junto a Venezuela- en la IV Cumbre de las Américas a que se
mencione la continuidad del ALCA no expresa ninguna política
antiimperialista sino que es parte del regateo de las
burguesías brasileña y argentina respecto a los términos del
intercambio comercial con EE.UU..
3
Aunque estos gobiernos mantengan aún apoyo de masas,
sectores avanzados de los trabajadores y la juventud se oponen
al curso en lo esencial continuista con las políticas
neoliberales que llevan adelante estos gobiernos, que han
seguido con el pago de las deudas externas y mantenido las
privatizaciones, así como una orientación general donde los
grupos económicos locales e imperialistas obtienen ganancias
millonarias mientras continúan los bajos salarios, la
precarización laboral y niveles altísimos de pobreza y
desocupación.
CHÁVEZ O EL
CHE
4. En este marco, las
expectativas que ayer amplios sectores depositaban en que
sería posible un cambio progresivo con la llegada al gobierno
de Lula y el PT hoy se han trasladado a Hugo Chávez, quien
recubre un proyecto que no va más allá de un tibio
desarrollismo burgués con frases antiimperialistas y hasta con
alguna referencia al socialismo. Esto pudimos verlo, por
ejemplo, en las palabras que dirigió al cierre de la reciente
III Cumbre de los Pueblos en Mar del Plata, donde buscó
embellecer su propuesta del ALBA con planteos sobre la
necesidad de “enterrar el modelo imperialista capitalista” y
que “como dijo Rosa Luxemburgo la alternativa sigue siendo
socialismo o barbarie”. Nadie debe sin embargo engañarse.
Chávez, pese a los abundantes recursos obtenidos de la renta
petrolera, no va en Venezuela más allá de un reformismo menor,
aún si lo comparamos con lo hecho por nacionalistas burgueses
de mediados del siglo XX como Cárdenas –que nacionalizó el
petróleo mexicano en manos antes de monopolios imperialistas-
o Perón –que debió dar importantes conquistas a la clase
obrera. Una política que nada tiene que ver con lo necesario
para acabar con la miseria y los padecimientos de las grandes
masas y para terminar verdaderamente con la dominación
imperialista y con el poder de los grandes terratenientes y
empresas del agro business que condenan al hambre a millones
de campesinos en toda América Latina: la conquista del poder
político por parte de la clase trabajadora, que permitirá la
expropiación de los capitalistas nativos y extranjeros y
comenzar la construcción del socialismo.
5. En el discurso mencionado Chávez
llegó al extremo de reinvindicar lo propuesto por John F.
Kennedy (el que organizó la invasión de Bahía de los Cochinos
contra la revolución cubana) en la llamada “Alianza para el
Progreso”, cuya reunión “cumbre” se realizó en Punta del Este
en agosto de 1961. Pero en realidad dicha “Alianza...” era en
aquellos días el equivalente al ALCA de hoy: un vehículo para
la penetración del capital imperialista. El mismo “Che”
Guevara decía en el discurso pronunciado en aquella reunión:
“Hemos denunciado la ‘Alianza para el Progreso’ como un
vehículo destinado a separar al pueblo de Cuba de los otros
pueblos de América Latina, a esterilizar el ejemplo de la
Revolución cubana y, después, a domesticar a los otros pueblos
de acuerdo con las indicaciones del imperialismo”. Nada hay de
antiimperialista en la política de Chávez de recrear ese
proyecto. Su propia alternativa al ALCA, el ALBA, se apoya en
la falsa postura que los gobiernos que expresan los intereses
de las burguesías locales serían capaces de lograr la
integración y la unidad latinoamericana. Pero el siglo XX ya
mostró con creces la incapacidad de las burguesías locales
para cumplir esta tarea. El “Che” también tenía claridad en
este punto cuando en su Mensaje a los pueblos del mundo a
través de la Tricontinental decía que “las burguesías
autóctonas han perdido toda su capacidad de oposición al
imperialismo y solo forman su furgón de cola. No hay más
cambios que hacer: o revolución socialista o caricatura de
revolución”. Hoy, cuando estas burguesías se encuentran más
entrelazadas que nunca con el capital imperialista, es todavía
más ilusorio pretender que podrán lograr la emancipación de la
dominación imperialista y la integración de nuestras naciones.
La unidad y real integración de los países latinoamericanos en
una federación común sólo puede ser realizada bajo la
dirección de la clase trabajadora en el marco de una
Federación de Repúblicas Socialistas de América Latina. Una
clase trabajadora latinoamericana que a pesar de las derrotas
sufridas ha incrementado su fuerza social, que se cuenta en
más de ciento cincuenta millones de asalariados de la ciudad y
el campo diseminados en toda la región, con polos centrales en
las principales ciudades y cordones industriales del
continente, y que cuenta como principales aliados a los
campesinos y a los pobres y clases medias empobrecidas de las
ciudades. Una clase trabajadora que, a diferencia de otras
clases y capas sociales también oprimidas por el capital,
tiene la fuerza potencial para paralizar la producción y
circulación capitalista, y protagonizó a lo largo del siglo XX
grandes acontecimientos revolucionarios, de la revolución
boliviana de 1952 al ascenso revolucionario de los setenta.
Que vivió el ascenso y el ocaso de los movimientos
nacionalistas burgueses, y que hoy, luego de la década
neoliberal, se está recomponiendo y realizando una experiencia
con los gobiernos de la llamada “centroizquierda” y, a su
izquierda, con el chavismo.
6. Chávez
pretende hacer creer que grandes objetivos como la
integración latinoamericana, una reforma agraria radical o,
aún, la “construcción del socialismo del siglo XXI” son
posibles por medio de un proceso de reformas, sin la necesidad
de una serie de revoluciones sociales triunfantes en la región
que terminen con la dominación y la explotación del capital
imperialista y las burguesías nativas. Pero en la propia
Venezuela, en los años de “revolución bolivariana” no se ha
avanzado en la expropiación de los principales grupos
capitalistas, ni siquiera de los propietarios de los grandes
medios de comunicación que organizaron el golpe de abril de
2002. Más aún, las grandes empresas petroleras norteamericanas
vienen realizando en Venezuela importantes inversiones y
negocios, a los que ahora se agregan las concesiones de
explotación en la cuenca del Orinoco, de las que también se va
a beneficiar la hispano-estadounidense Repsol. Chávez ha
pagado puntillosamente la deuda externa venezolana y su
promocionada ley de reforma agraria es completamente timorata
en atacar el latifundio. Y, mientras las arcas del estado y
las ganancias capitalistas aumentan gracias a los beneficios
de la renta petrolera, aunque existen algunas mejoras
significativas en el acceso a la salud y la educación de los
sectores más pauperizados, los índices de pobreza y
desocupación siguen en altos niveles y los ingresos de los
trabajadores no han visto cambios
sustanciales.
7. Es que sin la
expropiación de los grandes capitalistas y la
planificación económica hablar de socialismo es una frase
vacía. Como decía el “Che” Guevara en el discurso antes
mencionado “la condición previa para que haya una verdadera
planificación económica es que el poder político esté en manos
de la clase trabajadora. Ese es el sine qua non de la
verdadera planificación para nosotros. Además, es necesaria la
eliminación total de los monopolios imperialistas y el control
estatal de las actividades productivas fundamentales.
Amarrados bien de esos tres cabos se entra a la planificación
del desarrollo económico; si no, se perderá todo en palabras,
en discursos y en reuniones (¡qué premonitoria afirmación del
“Che”!, NdeR) ... Naturalmente, para que todo el pueblo
participe en las tareas de la planificación, tendrá que ser
todo el pueblo dueño de los medios de producción, si no,
difícilmente participará”. Nada de esto, como señalamos,
existe en la Venezuela de Chávez. Si comparamos lo que había
logrado Cuba a sólo dos años de la caída de la dictadura de
Batista, con el panorama que presenta Venezuela tras ocho años
de “revolución bolivariana”, las diferencias son categóricas.
Decía el “Che” en el discurso antes citado: “Es necesario
explicar qué es la Revolución cubana, qué es este hecho
especial que ha hecho hervir la sangre de los imperios del
mundo y, también, hervir la sangre, pero de esperanza, de los
desposeídos del mundo –o de estas partes del mundo al menos.
Es una revolución agraria, antifeudal y antiimperialista, que
fue transformándose por imperio de su evolución interna y de
las agresiones externas, en una revolución socialista y que lo
proclama así, ante la faz de América: una revolución
socialista. Una revolución socialista que tomó la tierra del
que tenía mucho, y se la dio al que estaba asalariado en esa
tierra, o la distribuyó en cooperativas entre otros grupos de
personas que no tenían ni siquiera tierras donde trabajar, aun
cuando fuera asalariado (...) Nuestra revolución nacionalizó
la economía nacional; nacionalizó las industrias
fundamentales, incluyendo la minería; nacionalizó todo el
comercio exterior, que está ahora en manos del Estado, y se
dedicó a su diversificación, comerciando con todo el mundo;
nacionalizó el sistema bancario para tener en sus manos el
instrumento eficaz con que ejercer técnicamente el crédito de
acuerdo con las necesidades del país”. Son justamente estas
conquistas que señalaba el “Che” las que le han permitido a
Cuba sobrevivir a escasos kilómetros del territorio de los
Estados Unidos, a pesar del carácter completamente
burocratizado del régimen político encabezado por Fidel Castro
y de los retrocesos existentes en cuanto a concesiones al
capital privado que han producido un incremento de la
desigualdad social en la isla. “Revolución socialista o
caricatura de revolución”: la sentencia del “Che” sigue
teniendo total validez para juzgar cualquier proceso político
existente en nuestros días. Nosotros no somos guevaristas y
siempre hemos señalado nuestras diferencias con sostener, por
ejemplo, la “guerra de guerrillas” como estrategia y con la
identificación del campesinado como principal sujeto
revolucionario en América Latina. Pero no podemos dejar de
mencionar que su oposición sin cuartel a toda vía reformista y
de confianza en la burguesía resaltan en medio del reformismo
que sostiene gran parte de la izquierda latinoamericana, que
levanta la imagen del “Che” pero olvida sus planteos más
perdurables.
LA RECOMPOSICIÓN DE LA CLASE
TRABAJADORA
8. En los
levantamientos que han surcado la región desde comienzos del nuevo
siglo, la falta de protagonismo dirigente de la clase obrera
es un aspecto central para explicar por qué las clases
dominantes de la región pudieron contener los distintos
procesos de acción directa de masas que terminaron con la
caída de varios presidentes. La clase trabajadora
latinoamericana, al igual que ocurrió a nivel mundial, sufrió
fuertes derrotas y fue reconfigurada al calor de la ofensiva
neoliberal de la década de los ’90, donde el imperialismo y
las clases dominantes nativas continuaron la obra
contrarrevolucionaria iniciada con las dictaduras militares
que aplastaron el desafío revolucionario de los ’70. Hoy esta
clase obrera está viviendo un tortuoso pero sostenido proceso
de recomposición, fogueándose en luchas reivindicativas de
distinto tipo y en la conquista de nuevas organizaciones para
la lucha. En Venezuela tras la participación activa de la CTV
en el golpe oligárquico ha tenido lugar el desarrollo de la
UNT, donde existe una importante oposición a la dirección
chavista oficial. En Brasil distintos sindicatos que se oponen
a la política de Lula y la dirección de la CUT han puesto en
pie CONLUTAS. En Bolivia, se ha iniciado un proceso de
construcción de nuevos sindicatos entre los trabajadores de El
Alto, la ciudad epicentro de los levantamientos populares. En
Argentina, un año sostenido de luchas obreras, que continuaron
las acciones de los desocupados y de las fábricas bajo gestión
obrera, han permitido el desarrollo de un importante sector
antiburocrático y combativo con fuerte presencia de delegados
de izquierda, que ha estado al frente de algunas de las
huelgas más importantes, mientras se desarrolla un proceso de
surgimiento de nuevos delegados en algunas de las fábricas más
importantes del país. Para el PTS (y para todos los grupos que
junto a nosotros conforman la FT-CI) participar activamente de
este proceso, impulsando su desarrollo y profundización, es
una cuestión estratégica.
9. En todos
estos años hemos batallado no sólo contra
la propaganda burguesa acerca del “fin del proletariado”
sino contra aquellas corrientes que pretendían en forma
superficial, facilista y oportunista que la izquierda podía
transformarse en una fuerza política relevante por fuera de su
incidencia real en la clase trabajadora. Por ello pusimos
nuestras energías fundamentales en aumentar nuestra inserción
e influencia entre los trabajadores, en jugarnos para que las
luchas triunfen, en que los sectores combativos y en lucha
avancen en su coordinación y en tratar que la clase obrera,
comenzando por sus sectores más avanzados, dé pasos hacia su
independencia política. En este último año han sido múltiples
sectores de la clase trabajadora –en los grandes servicios,
estatales y en la industria, efectivos pero también
“tercerizados”- los que en Argentina han producido incesantes
luchas. Como dijimos en una declaración reciente sobre el
balance de las elecciones: “lo verdaderamente nuevo en este
momento en el país, desde el punto de vista de los explotados,
son las persistentes luchas de la única clase que, con sus 8
millones de asalariados, puede encabezar la alianza de los
explotados y oprimidos para cambiar de raíz esta sociedad
capitalista decadente. Allí están los petroleros de Chubut
tomando la planta de Termap y parando la exportación de crudo;
los trabajadores de la limpieza tercerizados del Ferrocarril
Metropolitano que cortaron las vías al grito de “no somos
esclavos” y lograron sus demandas; las enfermeras y
trabajadores del Hospital Garrahan que se enfrentaron a una
brutal campaña del gobierno, y confluyeron con miles de
estudiantes y docentes universitarios que venían
protagonizando la gran huelga universitaria y que, junto a los
movimientos piqueteros y la izquierda, logramos romper el
cerco que quería imponer el gobierno a la Plaza de Mayo; los
docentes y trabajadores de la salud de todo el país; los
trabajadores tercerizados del Subte que enfrentaron la
represión policial junto al Cuerpo de Delegados y activistas
de Metrovías; la elección de nuevos delegados independientes
de la burocracia en Volkswagen, la fábrica más grande de
Córdoba, donde también siguen su lucha por la reincorporación
los trabajadores tercerizados de la empresa Cargo; la heroica
lucha por reincorporar a los activistas y lograr la elección
de nuevos delegados contra el fraude de la burocracia en TVB
(ex Jabón Federal), en el corazón de La Matanza; la reelección
de la Comisión Interna opositora a Daer en Terrabusi, la
fábrica más grande la zona norte del Gran Buenos Aires; la
lucha de los obreros de Zanon que ya lleva 4 años por la
expropiación/estatización bajo gestión obrera, que ha logrado
un triunfo con el reconocimiento legal de la cooperativa por
el juez del concurso, representados legalmente por el Centro
de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH) y otro
abogado, mientras siguen apoyando las luchas de la región como
la que acaba de lograr la reincorporación de una delegada de
hecho en la fábrica Pastora Neuquén; la lucha de los obreros
de Aceros Zapla de Jujuy contra el vaciamiento de Taselli; los
paros generales de Siderar, la fábrica siderúrgica de más de
5000 obreros, del pulpo monopólico Techint, brazo derecho del
gobierno; el paro inmediato de los trabajadores de LAN ante el
despido de sus dos delegados, que logró su reincorporación, y
la huelga de hambre de los despedidos de Aerolíneas
Aerohandling; las grandes marchas con paro de los telefónicos
de Capital y GBA, junto a la lucha contra Atento y demás call
centers, por los derechos de los jóvenes trabajadores; las
imponentes marchas de los obreros del Astillero Río Santiago y
decenas de luchas más”1. El gobierno de Kirchner ha podido
hasta el momento lidiar con estas luchas capitalizando
políticamente la recuperación económica pos devaluación. Pero
son muchos los que señalan que las condiciones de la economía
mundial que favorecieron la recuperación argentina se están
agotando. Ya sea que a mediano plazo las luchas actuales se
generalicen y se transformen en un enfrentamiento político
abierto contra el gobierno y las patronales desembocando en un
“auge obrero”, es decir, que las luchas reivindicativas
escalen a luchas políticas protagonizadas por sectores
significativos de la clase trabajadora; que las luchas
continúen aunque sin generalizarse y se hagan más duras debido
al endurecimiento del gobierno, como vimos en el Hospital
Garrahan; o que la situación económica se deteriore más
rápidamente de lo pensado provocando una nueva crisis; en
cualquier escenario futuro tenemos que avanzar en fortalecer
el desarrollo y la maduración del nuevo activismo obrero y en
dar pasos en la construcción de un partido revolucionario de
la clase trabajadora.
10. De ahí, en
primer lugar, la importancia de recrear un espacio de
coordinación permanente del activismo obrero, tal como se
planteó y luego no se continuó en el Encuentro del 2 de abril.
No hacerlo implica que cada sector que salga a enfrentar al
gobierno y las patronales lo haga en soledad. La solidaridad
para que cada lucha triunfe no puede quedar reducida a medidas
aisladas y de ocasión sino que, insistimos, debe dar lugar a
una coordinación permanente con intervención activa en la
misma del activismo y la base obrera. Tenemos por delante un
período donde la pelea por la recuperación del salario que
licuó la devaluación y día a día socava la inflación, contra
los despidos y por la conquista de nuevos delegados y
comisiones internas va a continuar pese a la colaboración de
la burocracia sindical con las patronales y el gobierno, hoy
expresada en las discusiones sobre el “pacto social” entre la
CGT y la UIA. También la coordinación es clave para enfrentar
los ataques que vengan del gobierno. Todo el activismo
combativo debe reagruparse para aunar fuerzas en las actuales
luchas, de forma de llegar con la mejor preparación posible
para derrotar a la burocracia si se materializa la perspectiva
que mencionamos de un “auge obrero”. A su vez, tenemos
planteado apuntalar el proceso que se está dando en la
industria, donde las condiciones de organización de los
trabajadores son más difíciles debido a la dictadura
patronal.
PONER EN PIE UN VERDADERO PARTIDO DE
TRABAJADORES
REVOLUCIONARIO
11. Pero el
problema estratégico que enfrentamos en esta etapa de
predominio en las masas de tendencias reformistas es cómo dar
pasos en seleccionar a los compañeros y compañeras que
demuestren la mayor combatividad y audacia en la lucha de
clases, para que asuman en forma consciente la tarea de
construir un partido de trabajadores revolucionario. Se trata
de explicar paciente pero ofensivamente la necesidad de poner
en pie un verdadero “partido leninista”, discutiendo
abiertamente con el activismo obrero y estudiantil, contra
todo prejuicio “sindicalista” y “antipartido”. Si en este
período preparatorio no logramos avanzar en poner en pie un
partido de este tipo, organizado y con influencia en las
principales fábricas, empresas y establecimientos del país,
futuras crisis políticas de la magnitud de la del 2001 no
podrán ser aprovechadas por los trabajadores y el conjunto de
los explotados para imponer una salida propia y la burguesía
encontrará nuevas vías de salvataje, incluso recurriendo a
formas abiertamente contrarrevolucionarias si el desafío de
los trabajadores es profundo, como lo ha hecho numerosas veces
en nuestro país y en el continente. Decimos “partido
leninista” porque fue Lenin, el gran dirigente de la
Revolución de Octubre de 1917 en Rusia, quien señaló con más
claridad que nadie que no hay una evolución lineal entre las
luchas económicas de la clase obrera y la lucha política por
destruir el estado burgués y construir un estado de los
trabajadores, como transición al socialismo (que implica el
comienzo de la desaparición de las clases y del propio
estado). Que la lucha por sus intereses históricos no surge
mecánicamente de la situación de explotación particular de
cada trabajador o sector de trabajadores. Que es necesario la
construcción de un partido de trabajadores revolucionario
dotado de un programa marxista que permita que la clase obrera
se transforme en dirección de los demás sectores explotados y
oprimidos, desarrollando y generalizando los organismos
democráticos de lucha que creen las propias masas movilizadas.
Y que como la clase trabajadora, pese a ser la clase más
homogénea de la sociedad, es heterogénea social y
políticamente, es imprescindible una organización permanente
de sus sectores políticamente más avanzados y la
intelectualidad revolucionaria para enfrentar las tendencias
reformistas y conciliadoras, que no le permiten derrotar a la
clase enemiga.
12. Internacionalmente,
la izquierda que se reclama del socialismo revolucionario, se
encuentra ante la presión de las distintas variantes del
reformismo y la tendencia a construirse en movimientos
sociales de diversos tipos, abandonando la estrategia de
construir partidos sólidamente enraizados en la clase
trabajadora. En Argentina, la práctica de los principales
grupos (como el PO o las dos fracciones del MST) combina la
construcción de colaterales piqueteras con el electoralismo
más febril, tomando como tarea secundaria la inserción en el
movimiento obrero ocupado. Sus “proyectos políticos” van de la
autoproclamación como “el” partido revolucionario (PO) –luego
de mendigar durante meses un frente con el centroizquierdista
Partido Comunista- al MST que llama a construir un partido no
sólo sin delimitar reformistas de revolucionarios, sino que
incluya a figuras del tipo del diputado burgués peronista y
clerical Mario Cafiero. Lamentablemente, luego de las
elecciones, la izquierda que se reclama obrera y socialista ha
profundizado su desorientación y/o claudicación, y está muy
lejos de levantar en alto la estrategia de un partido de
trabajadores revolucionario.
13. Un
partido de este tipo debe caracterizarse hoy por: a)
intervenir enérgicamente en los distintos procesos de lucha de
clases, no sólo poniendo todo para que los conflictos triunfen
sino levantando programas para la acción que, partiendo de las
demandas inmediatas y motoras de cada lucha, tiendan a
cuestionar al gobierno, al régimen y al estado capitalista; b)
demostrar la falsedad de las estrategias que sostienen la
“humanización del capitalismo”, incluyendo las que se proponen
con lenguaje más “antiimperialista” y aún “socialista”, como
es el caso de Chávez, o las que prometen “redistribuir la
riqueza” sin expropiar a los terratenientes, las grandes
empresas y los bancos, como la CTA; c) tener una clara
concepción internacionalista, concibiendo la construcción de
partidos de trabajadores revolucionarios como parte de la
lucha por la refundación del “partido mundial de la revolución
social”, la IV Internacional; d) centrar su actividad
militante en las principales concentraciones de la clase
trabajadora, interviniendo activamente en el proceso de
derrotar a la burocracia sindical y conquistar nuevos
delegados, comisiones internas y, aún, sindicatos, promoviendo
a su vez la coordinación activa con los distintos sectores en
lucha o combativos, ya sean trabajadores, movimientos
piqueteros, estudiantes, organismos de derechos humanos y
otras organizaciones obreras y populares; pero viendo esta
lucha como parte inseparable de la tarea de ganar a nuevos
sectores de la base obrera (y estudiantil) para las posiciones
clasistas y revolucionarias, opuestas a la conciliación de
clases; e) impulsar un movimiento único de desocupados
independiente del gobierno para multiplicar la fuerza de los
movimientos piqueteros hoy fragmentados y no ceder a las
presiones del estado burgués; f) construir centros de
estudiantes militantes, que no sólo luchen por las demandas
educativas sino que pugnen por unirse al movimiento obrero,
rompiendo la tradición nefasta de la Franja Morada de centros
sólo dedicados a publicar apuntes y brindar otros servicios
mínimos para los estudiantes; g) tener dirigentes y militantes
que actúen enfrentando en cada lucha toda posición
“corporativa”, poniéndola en función de los intereses
históricos de la clase trabajadora y denunciando
permanentemente los ataques y agravios contra todos los
sectores explotados y oprimidos por los capitalistas; h)
enfrentar el posibilismo reinante tratando de desarrollar en
cada conflicto lo máximo que permita la relación de fuerzas en
el enfrentamiento a las patronales, las burocracias
sindicales, el gobierno, el régimen y el estado; i)
jerarquizar la formación teórica de sus cuadros y militantes e
intervenir de diversas formas en los terrenos que plantea la
lucha ideológica contra la burguesía.
Desde el PTS
aspiramos a confluir con otros sectores que concuerden con
estos aspectos político-estratégicos, ya que siempre hemos
considerado que un partido como el que nos planteamos
construir no surgirá por el mero desarrollo evolutivo de
nuestra organización. Creemos incluso que en el período de
fusión con todo aquél con quien coincidamos en estos planteos,
es probable que tengamos que pasar por formas más flexibles
organizativas, con un período inicial de libertad de
tendencias, como forma de ir construyendo el imprescindible
centralismo democrático necesario en los momentos agudos de
lucha entre revolución y contrarrevolución.
14. Nuestro partido va a realizar en
diciembre una Conferencia Nacional de apertura de la discusión
de nuestro IX Congreso, que se realizará en abril del año
próximo. En la Conferencia, vamos a discutir la situación
política y cómo implementar las tareas que se desprenden de
este documento. Entre otros puntos, proponemos avanzar en la
difusión sistemática de La Verdad Obrera, a través de un plan
de suscripciones semestrales y con planes de reparto por
colectas en fábricas, facultades y colegios. Nuestro periódico
tiene que ser la gran herramienta con la que contemos en el
próximo período para organizar las batallas políticas que
planteamos en este documento. También queremos dar nueva vida
y desarrollo a las Casas Socialistas, realizando cursos y
charlas políticas en forma periódica, con actividades
vinculadas a lo realizado en la sede central del Instituto de
Pensamiento Socialista “Karl Marx”, que próximamente editará
las desgrabaciones de algunos de los 23 seminarios realizados
en sus primeros meses de funcionamiento. Y a su vez queremos
abrir nuevos locales en las barriadas obreras. No somos
voluntaristas. Sabemos que, como expresaron las elecciones, en
la mayoría de los trabajadores predominan las expectativas en
el gobierno de Kirchner. Pero también somos conscientes que
este gobierno no genera entusiasmo y que no ha recibido un
cheque en blanco. Hay también sectores, todavía minoritarios,
que en el curso de sus luchas vienen haciendo una experiencia
y una evolución política hacia la izquierda y franjas de
trabajadores y estudiantes que descreen que este sistema pueda
ser humanizado y desean algún tipo de salida socialista. A
estos miles de compañeros nos dirigimos en primer lugar para
tratar de convencerlos de la necesidad imperiosa para llegar a
tal fin de construir junto a nosotros un poderoso partido
leninista que pueda ser la pluma que desequilibre la balanza
en los acontecimientos revolucionarios decisivos que nos
toquen vivir en el futuro.
1 Ver Un
primer balance de las elecciones legislativas de octubre del
2005.Un gobierno fortalecido pero sin un cheque en
blanco, Secretariado Nacional del PTS,
La Verdad Obrera Nº 174.
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Ahore entiendo
Por Stalin hizo mella -
Saturday, Nov. 12, 2005 at 1:39 PM
¿asi que la libertad de tendencias y el centralismo democratico son dos cosas distintas y contrapuestas? mira vos
o revolución o partido
Por ... -
Saturday, Nov. 12, 2005 at 2:30 PM
cuando se van a dar cuenta...
a siberia
Por anakarenina -
Saturday, Nov. 12, 2005 at 8:59 PM
un picahielo por aca por favor!!!!!!!!!!! porq no se van a freir papas a siberia????????
Y de paso, ya que estan, digannos tambien
Por Brutus -
Sunday, Nov. 13, 2005 at 12:03 AM
Que jefes, que organizacion, que metodos, que modelo de proletario sumiso necesitamos. Cosa de irnos mentalizando y preparando a la dictapura del prole- otariado
¡Saludolenin uno, Saludolenin dos!, ejejeee, Butusss Carrera Marchhh.
PTS, sigan publicando ficcion comica para los burguesitos radicalizados con poder adquisitivo.
Brutus es un botón !
Por antibotón -
Sunday, Nov. 13, 2005 at 4:39 AM
Brutus es un agente pagado por la reacción.
BRUTUS=LOPEZ REGA
Se rajo
Por podridus brutus -
Sunday, Nov. 13, 2005 at 5:03 AM
Yo le pregunte en otra oportunidad a Brutus si era un fundido de Politica Obrera, el antecesor del Partido Obrero, porque son los unicos en el mundo que odian a los morenistas con enfermiza pasion y se escapo como rata por tirante.
Me parece que se va rajar otra vez.
Brutus es gorra
Por FRIDA TE KALO -
Sunday, Nov. 13, 2005 at 8:16 AM
Aporta algo porque hasta ahora lo tuyo parece escrito desde Moreno 1550
No se lle
Por un ciego -
Sunday, Nov. 13, 2005 at 10:52 AM
Porque no bajan las notas para que se puedan leer. El fondo blanco es para leerlo en la Antártida? O será que el PTS ya ni es claro en sus notas???????
jajajaja
Por tsetse -
Sunday, Nov. 13, 2005 at 5:33 PM
¿Brutus un fundido de politica obrera?
perdon...¿puedo?...jajajajjja !!!!!
El partido obrero, "unicos que odian a los morenistas"...
Perdon...¿puedo?...jajajjaja !!!!
No es posible "odiar" a los morenistas, este bobin confunde odio con critica politica a las agachadas y transas y dimes y diretes que los morenistas hicieron, hacen y seguramente haran.
Odio no "encaja" en la critica marxista.
A la final...
Por Gorilón -
Sunday, Nov. 13, 2005 at 6:57 PM
gorilonsuelto@yahoo.com.ar
rat.gif, image/gif, 369x257
te re-sacaron el corte, Brutus!!!
PODRIDUS = MORENO = $$$ = CARAPINTADAS = C.I.A.
Por ultrasonido -
Sunday, Nov. 13, 2005 at 9:36 PM
COMO SE ORTIBAN, FOCAS, CUANDO CUALKIER VIENTITO LES RASPA EL KULO. ¿CON KE PLATA HICISTE KAMPAÑA POR LA AMNISTIA DURANTE LA DICTADURA? CORKY.¿ VIOLA PAGABA CASH O FUE CON LA CAJA NEGRA DE PIERRE LAMBERT?, BAH, LO MISMO, KE VIENE DE LA CIA .
CUANDO KIERAS MST-MAS, AHORA KE ESTAMOS EN DEMOKAKA VIRTUAL, LES DESKLASIFICO UN PAR DE DOCUMENTOS PARTIDARIOS Y LIBRITOS VERGONZANTES, JAJAJA. Y SI NO, A KALLAR, PEDAZO DE GATOS AMURADOS. A LLORAR A LA KATEDRAL CON CAFIERO.
FUERA RATIS DE INDYMEDIA
Que Izquierda??Que Revolucionarios??
Por El Pepe fue un Revolucionario -
Friday, Dec. 02, 2005 at 2:29 PM
De que izquierda revolucionaria me haban? De la que siempre es funcional a la derecha??? Muy triste muchahco, una vez mas quedan al margen de todo, siempre seran testimoniales y encima estan mas divididos que nunca ¿No era que cuanto peor mejor? Por que no se unen?? Estan hechos mierda, no aprenden mas... y, tambien, que cagada, justo les toco nacer en un pais donde los negros de mierda encima son peronistas...y lo siguen siendo!!!