CELIA HART POR LA LIBERTAD DE LOS 5 DE MIAMI.
Por EL MILITANTE -
Sunday, Nov. 13, 2005 at 3:30 PM
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EL MILITANTE -
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Libertad de los Cinco... ¡por los
revolucionarios! |
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Autor : Celia Hart Fecha :
( 13-Noviembre-2005 ) Categoria : Cuba
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lguna
vez lo he dicho y más de cien lo he pensado: la libertad de los
cinco revolucionarios cubanos no la podemos dejar en manos de un
poder judicial que está contaminado por la prepotencia del poder
ejecutivo del imperio. A estas alturas la felicidad que nos
embargó el 9 de agosto pasado fue sólo para que imaginemos por
última vez que aquel sistema funciona tal cual lo trató de diseñar
Montesquieu en su “espíritu de las leyes”, el cual a la sazón debe
estar pidiendo la palabra desde la tumba. Él sólo no. Toda la
Ilustración debe estar en huelga. Allí en los flamantes y
democráticos Estados Unidos de Norteamérica, paradigma de la
libertad y la democracia, no hay tres poderes equilibrados e
independientes. El imperialismo sólo cuenta con la arrogancia del
que más tiene. O sí, hay tres poderes que a la larga convergen en
uno, a saber: dinero, cañones y micrófonos. El exilio más hostil
que haya existido se arropa en el sur de la Florida, el que más odia
a su nación de origen. Allí le tienen alergia crónica a la
integridad en los principios. Y esa dosis se las brindaron con
creces cinco cubanos hace poco más de un lustro. No pueden entender
que cinco hombres comunes del pueblo se dejen encarcelar en nombre
de la verdad y no se vendan. Sus neuronas no están dotadas para la
dignidad y caen en crisis histérica inmediatamente. Esperemos que
esto no provoque una transmutación genética y que los futuros
descendientes de la Florida contengan los genes recesivos de sus
antepasados, aquellos que ayudaron a la fundación del Partido
Revolucionario Cubano de José Martí y no los de la desdichada y
oprobiosa Fundación Cubano-Americana. Gracias a esta incapacidad
de asumir los principios es que gozamos los revolucionarios de la
vida de Fidel Castro. Se lo dijo Fidel a Diego Armando Maradona en
la celebre entrevista de hace unos días. No lo quieren matar por
intereses ideológicos, lo quieren matar por dinero y entonces...
sencillita la cuenta; si mueren en el empeño no disfrutan del
beneficio.. Los suicidas árabes matan... pero por principios, pues
entregan sus vidas en el intento. La efímera alegría del 9 de
agosto, cuando en el Onceno Circuito de Apelaciones de Atlanta,
después de años de deliberaciones y suscribir unánimemente un
documento de 93 cuartillas se le dio la bienvenida a la justicia,
duró sólo unos días en que “se entendiera” por una corte federal que
no fue correcta la labor de estos tres jueces y el 31 de octubre se
acepta la apelación de la fiscalía para volver a revisar la
apelación de la defensa. ¿Un nuevo juicio con todos los elementos e
irregularidades, donde se han sumado las más oprobiosas vejaciones a
los presos en estos siete años? ¡Ni que estuvieran locos o ebrios!
No lo permitirán sin usar todas sus artimañas. Se lanzó por la
borda en esos instantes la opción legal. Y ahora lo que nos queda es
un círculo vicioso de apelaciones de las partes. Durante ese tiempo
seguirán presos y humillados nuestros hermanos, a diferencia de
Posada Carriles, asesino confeso, y a pesar de que está probado el
uso de la tortura y de la muerte en cárceles norteamericanas, los
cinco cubanos no tienen derecho a nada más que a la humillación.
Reconozco, como todo mi pueblo y los hombres honrados del mundo,
el trabajo titánico de los abogados de la defensa, pero ya no me
queda ni un guisante de fe en recurrir a esos métodos para obtener
justicia. Desbarata nuestros nervios y el de las bellas esposas que
ven año a año una arruga más en la frente sin poder saber el futuro
de sus compañeros. Algunos podrían no volver a ver vivos a sus
padres. De hecho a dos de las esposas ni siquiera le permiten verles
tras las rejas. ¡Basta ya! A las instituciones jurídicas de
Estados Unidos no podremos apelar sin que nos quede el sabor de la
duda por dentro. Imagine usted que los tres jueces que revocaron el
juicio están tildados de castristas. ¡Ni el documento hubieron de
haberse leído donde incluso se señalan ciertas críticas a mi
revolución! Si seguimos tan sólo la jugarreta legal no alcanzarán
los psicofármacos para seguir la pista a tanto irrespeto al sentido
común. Tampoco tengo demasiada fe en que el “pueblo” de Estados
Unidos en tiempo prudencial tome rápida conciencia de la injusticia,
tan sólo porque el New York Times publique de cuando en vez una
nota. Estamos hablando de tiempos reales para la vida y no de
tiempos abstractos. Tiempo para que Gerardo y Adriana puedan tener
un hijo, o que no sean mis compañeros tan viejos que no puedan
ayudarnos a llevar adelante esta empresa en los momentos difíciles
que el futuro le depara. Os propongo otra acción paralela a la
jurídica y a la campaña inmensa de solidaridad: Quiero contar en
primer lugar con las fuerzas revolucionarias y contestarias del
mundo, y por supuesto la de Estados Unidos. En contar con el
movimiento que ha levantado Cindy Sheehan contra la guerra; que
ellos nos ayuden en esta campaña esta parte comprometida del pueblo
norteamericano, porque nuestros hermanos luchaban para que no
hubiesen más jóvenes muertos en el mundo entero, en levantar carpas
sin miedo y con pertinencia nuestras auténticas consignas, en
soluciones revolucionarias como la que hizo sacar a Fidel de la
cárcel en Isla de Pinos. Organicemos movilizaciones masivas usando
nuestras banderas, la vida ha demostrado lo que es capaz de hacer el
verdadero poder de las masas en movimiento. Porque el enemigo
hace su campaña política con sus banderas, y a veces pienso que
nosotros queremos hacerla con el reverso de ellas. Si ellos dicen
terrorismo, nosotros antiterrorismo, si dicen democracia , nosotros
antidemocracia. Pues no. Nosotros debemos desplegar nuestros
legítimos estandartes y no usar un espejo del enemigo, colocando el
“anti” delante de su propia jerga. Dijo Martí en Política
insuficiente: ”Mucho daño hace en este mundo la cobardía; mucho la
indecisión; mucho la lírica gubernamental y la política importada.”
¿Así que nosotros leales a un sistema judicial, cumpliendo con
las normas y los tiempos a pesar de que no permitían en muchos casos
a los reos ver a sus abogados? ¿Así que generales y doctores
declarando la imposibilidad de que nuestros compañeros fueran
agentes 07 de Castro frente a las autoridades norteamericanas, y
ellos jugando a la política y olvidándose de las leyes? ¿Así que
nosotros no podemos hacer campaña política y ellos están apoyados
por el poder político del estado más poderoso de la Tierra? ¿Así que
Posadas Carriles es tratado por el Convenio de la Tortura y recibe
el dulce exilio del pretendido emperador, después de haber torturado
él mismo a diestra y siniestra? ¿Así que nos debemos conformar con
poder apelar, para que ellos apelen, y para luego volver a apelar
nosotros? Dicen ellos que Cuba es un país terrorista que los
amenaza, y es por este canon que juzgan sin dudas a nuestros
compañeros, y no por apego a la ley. No saldremos nunca de ese
círculo vicioso. Pues bien, el que a hierro mata que a hierro
muera. Pienso que debemos lanzar una campaña política responsable
para que consideren a nuestros compañeros cinco compañeros presos
políticos internacionales. Así con esas palabras y levantar el globo
del mundo en peso si fuera necesario por su liberación. No es
imposible: Imposible e insensato sería seguir confiando en un
sistema corrupto que juega con nosotros con fantasmagóricas
consignas, o esperar por no sé que milagro. El pueblo
norteamericano de alguna manera está abducido. Lo he dicho ya alguna
vez. Es la víctima primera del imperialismo. Ya sé que la
popularidad del presidente Bush va disminuyendo paulatinamente, mas
el 38 % de ese país son decenas de millones de personas que por
demás tienen los tres verdaderos poderes bien lejos de los que decía
Montesquieu: Las armas, el dinero y los medios de prensa. Es contra
esos poderes contra quienes propongo echar la pelea. Estoy
convocando a la lucha a todos mis compañeros militantes de todos los
partidos revolucionarios del mundo y a todos los movimientos
sociales a que juntemos nuestras armas y levantemos una potente
campaña a favor de cinco presos políticos. La justicia en
Estados Unidos, a diferencia de lo que piensan muchos compañeros, no
es de fiar. ¡Y no ahora! Cuando parece que todo intento de mantener
separados los poderes es baldío, no ahora, que el presidente juega a
las escondidas con el Senado y el Parlamento para aprobar cualquier
barbaridad, no ahora cuando la constitución de ese país será
considerada dentro de poco un documento anarquista, y tan sólo serán
importantes “verdades mayores” como seguridad nacional, guerra
preventivas y demás atrocidades. No. Mucho antes. José Martí hizo
una hermosa crónica en La Nación en 1891 en relación a los italianos
asesinados en New Orleans. Dice Martí: ”Y pocas horas después del
que jurado de norteamericanos los absolvió, la junta de notables
nombrada por el alcalde para ayudar al castigo del asesinato, la
junta capitaneada por el cabecilla de uno de los bandos políticos de
la ciudad convoca a motín a los ciudadanos. (...) Era verdad que New
Orleans, con la ley en sus manos, se volvía contra su ley. El
gobernador del estado, dueño de la milicia, abandonaba la capital
del estado al motín. Los cabecillas del motín contra el tribunal,
eran de tribunales, eran magistrados, fiscales, defensores. (...) Ni
una voz de piedad, ni una súplica de mujer, ni un ruego de
sacerdote, ni una protesta de la prensa. ¡A matar los dagos!”
Eso fue en New Orleans. Ahora quien está diseñando la política
contra mis hermanos es Miami, pero con una gran diferencia: No creo
que en 1891 el presidente Benjamin Harrison y sus aliados estuviesen
tan implicados en el asunto de los siete italianos asesinados, como
la administración actual en el de los cinco cubanos. Las decisiones
sobre mi país se toman a expensas de unas decenas de familias
mafiosas del sur de la Florida con la complicidad evidente del
gobierno federal. ¿Y de qué nos asombramos? Los escándalos de
cárceles ilegales, donde la tortura es permitida, el consentimiento
para los asesinatos, la cacería de los mexicanos en el río Bravo,
son ejemplos. Nada en ese país funciona con su propia legalidad.
La monstruosidad de ese sistema se devora sus propias
formalidades y a los jueces no le queda ni la toga. Os propongo
pensar de nuevo en la historia. Veamos el caso de dos italianos más:
Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, dos emigrantes italianos que
llegaron a Estados Unidos y fueron acusados de asesinato y robo. Los
hallaron culpables y los asesinaron, en 1927, pues fue asesinato, al
no ser demostrada claramente su culpabilidad. ¿Por qué los acusaron?
¡Ah! Por la sencillísima razón de ser inmigrantes y sobre todas las
cosas por ser revolucionarios, en este caso anarquistas. A los
revolucionarios cubanos no los han asesinado, pero los tienen
secuestrados... técnicamente secuestrados, mas ¿qué importa? Son
“terroristas” de un país terrorista y esas leyes (si es que existen)
no están diseñadas para nosotros. La gran campaña internacional
por la liberación de Sacco y Vanzetti llevada a cabo por los
socialistas y los revolucionarios de todo el mundo es la que
deberemos desplegar. La batalla legal: muy bien; la solidaridad en
congresos y eventos: muy bien, pero siento que en esta batalla nos
está faltando una esmerada batalla roja, como la que “desempañamos”
cuando Sacco y Vanzetti. Nuestros cinco compañeros sufren por haber
sido capaces de penetrar a la mafia más prepotente de Estados
Unidos, sufren porque ellos evitaron más desgracias a nuestro pueblo
y a otros, porque en Miami no sólo se atenta contra Cuba, se atenta
contra cualquier brote de revolución, sufren porque en sus propias
narices no se dejaron vender. Inocentes hay muchos en las
cárceles dispersas en el mundo entero, pero estos cinco inocentes
tal cual Sacco y Vanzetti están pagando condena extra tan sólo por
ser militantes convencidos de la revolución cubana. Es un asunto que
nos compete a todos los hombres honestos del mundo, pero en
particular a los revolucionarios. Llamemos pues a nuestros
camaradas de Estados Unidos y de todas partes, despleguemos una
campaña de masas sin apelar a una inexistente justicia. Convoquemos
a los sindicatos, levantemos nuestras banderas rojas, negras,
rojinegras , y todas las buenas banderas revolucionarias del mundo
porque tenemos cinco militantes internacionalistas presos acusados
falsamente de espías. En la terminada cumbre de los pueblos el
compañero Chávez acaba de decir que el Sur es un término político,
entonces en Estados Unidos hay un Sur también. El huracán Katrina lo
demostró. Hay Sur en Francia, donde se está desplegando una rebelión
popular entre los jóvenes de las calles de París, y en Venezuela
también hay Norte, pues y todos esos ladrones del golpe del 11 de
abril del 2002 están al Norte. Y entonces es así: la tierra se
divide entre explotados y explotadores, entre los que están
dispuestos a vivir más allá de su camisa y quienes no. Sur se
escribe con s, con la s de socialismo. Y es a los socialistas (o si
prefieren a los no capitalistas) del mundo, a los que convoco hoy ha
organizar movilizaciones de masas , tal cual en la década del 20 por
los italianos anarquistas para que hagamos una campaña por cinco de
nuestros compañeros de lucha. Cinco comunistas del mundo y no sólo
cubanos que se atrevieron a desafiar al imperio. Es más dos de ellos
tienen nacionalidad norteamericana. Unámonos en esta campaña y
en las que están por venir todo el verdadero “Sur” de la Tierra.
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