USA : LA SITUACIÒN CAMBIA RÀPIDAMENTE.
Por EL MILITANTE -
Thursday, Nov. 24, 2005 at 1:09 PM
EL MILITANTE -
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La situación cambia rápidamente en EEUU
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“La vida enseña”. V.
I. Lenin |
Autor : Socialist Appeal
EEUU Fecha : ( 24-Noviembre-2005 ) Categoria : Internacional
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os
acontecimientos del último año han despertado a millones de
estadounidenses ante la amarga realidad de la vida bajo el
capitalismo. Para muchos el planeta parece haberse vuelto loco. El
mundo se ha sacudido de arriba abajo por los desastres naturales,
las guerras, las hambrunas, las crisis políticas, las revueltas y
las insurrecciones revolucionarias. Se trata de un reflejo gráfico
del callejón sin salida del capitalismo en la época de su decadencia
y declive: una época de guerras, revoluciones y contrarrevoluciones.
La inestabilidad ahora es la norma, es precisamente esta
constante incertidumbre lo que ha abierto los ojos a millones de
trabajadores estadounidenses. Una creciente crisis de confianza en
las instituciones políticas del país y en el propio sistema, algo
inherente en la situación. La camarilla dominante de EEUU, antes tan
arrogante y autocomplaciente, ahora está confusa. Las tasas de
aprobación a Bush continúan cayendo, los más cercanos a él están
implicados en escándalos políticos que llegan muy arriba de la
administración. Como explicamos tras la reelección de Bush, esta
arrogancia colosal tarde o temprano llevaría a errores colosales. En
su arrogante prisa por capitalizar el 11 de septiembre y llevar al
país a la guerra, estos advenedizos maquiavélicos pisotearon los
derechos, las condiciones laborales y la dignidad de los
trabajadores estadounidenses. Durante un tiempo, la mayoría adoptó
la postura de “esperar y ver”, con la esperanza de que estas medidas
realmente mejoraran la seguridad y fortalecieran la economía. Nada
de esto ha ocurrido, ahora como una venganza los gallos abandonan el
gallinero. El mundo es incluso más inestable que antes y la
probabilidad de un ataque terrosita también es más probable. Las
tropas están empantanadas en Iraq, donde decenas de miles de civiles
y más de 2.000 soldados norteamericanos han muerto, y sin final a la
vista. En cuando a la economía, el PIB puede que crezca algo y que
algunas empresas consigan beneficios récord, pero los trabajadores
estadounidenses están haciendo todo el trabajo y no recibiendo nada
de los beneficios. La lucha por la sanidad y la jubilación está es
el punto central de varias luchas, cada vez más, laborales ya que
los empresarios quieren hacer retroceder al siglo XIX las relaciones
laborales y los salarios, todo con la ayuda de la “colaboración con
los empresarios” de la dirección sindical. Según el Center for
Economic and Policy Research, después de veinticinco años de
relativa expansión económica, sólo el 25 por ciento de los
estadounidenses tienen un empleo en el que ganen más de 16 dólares
la hora con beneficios sanitarios y de jubilación. Para la gran
mayoría, los frutos del crecimiento de la economía no se han visto
por ninguna parte. La mayoría de los estadounidenses se oponen a
la guerra de Iraq y a la gestión de Bush en general, su nivel de
apoyo es el más bajo de cualquier otro presidente desde que su padre
perdió las elecciones en 1998. Una gran mayoría está a favor del
impeachment (la acusación ante los tribunales) de Bush y compañía,
por mentir intencionadamente sobre los motivos que justificaron la
guerra en Iraq. El 55 por ciento cree que esto es así. Incluso su
propio partido está rápidamente retirando su confianza en él, dicen
que su círculo interno está muy dividido. Bush antes era visto
como un líder fuerte y que inspiraba confianza, pero este mito ha
desaparecido rápidamente. Hay muchos rumores sobre la agitación e
incoherencia de Bush. Incapaz de comprender el mundo real, G. W.
Bush parece estar abatido y enfurecido, según sus ayudantes más
veteranos, a menudo desvaría sobre sus enemigos políticos. Todo esto
cuando faltan tres años para que agote su mandato. Pero tampoco
existe confianza en lo que podría sustituir a Bush, si siguiera
adelante el impeachment y fuera destituido. No es sólo una cuestión
de individuos, sino de los intereses de clase a los que representan
estos individuos. El vicepresidente Dick Cheney es el primero en la
lista para sustituir a Bush. Pero este cambio de persona sólo sería
cosmético, ya se sabe que Cheney es el principal arquitecto de la
administración Bush. En esa situación, es casi cierto que los
demócratas recogerían los frutos en las elecciones de 2006 y 2008,
pero no por sus méritos, sino porque no existe otra alternativa para
la clase obrera en el país. Los problemas que acosan a los
republicanos no tienen nada que ver con los demócratas, que durante
los últimos cuatro años han permitido que Bush y compañía hayan
hecho lo que han querido. Los demócratas han comenzado ahora a hacer
algo de oposición porque ven la oportunidad de rentabilizar la
situación, y además, porque los excesos de la camarilla de Bush
amenazan con desestabilizar todo el sistema político del país. Por
lo demás, estos dos partidos apenas se distinguen entre sí. Los
demócratas ahora tienen más apoyo que los republicanos, lo que
demuestra el potencial para una verdadera alternativa basada en el
movimiento obrero y la clase obrera en general. Este partido
crecería rápidamente y se convertiría en una verdadera fuerza en la
política estadounidense. Han pasado dos meses desde el Katrina,
después siguieron los huracanes Rita y Wilma. La devastación de
Nueva Orleáns expuso de manera cruel la verdadera naturaleza del
racismo y la pobreza en EEUU. En un breve espacio de tiempo, fue
evidente para todos la polarización sin precedentes entre las “dos
américas”. Estos desastres revelaron los profundos problemas
estructurales de la sociedad estadounidense. Las empresas
norteamericanas y sus lacayos en el gobierno quieren cambiar el
componente social de la costa del Golfo, expulsando a los pobres, la
mayoría familias negras, y trayendo a otros pobres, mayoritariamente
inmigrantes ilegales sin derechos para que hagan los trabajos de
limpieza. No es una sorpresa la primera respuesta de Bush al
Katrina, la suspensión de las protecciones salariales para los
trabajadores de las empresas que tienen contratos con el gobierno.
Como es habitual están consiguiendo beneficios las mismas
empresas que los consiguen en Iraq: Halliburton, Kellogg, Brown
& Root y Blackwater Security. La mayor parte de la ayuda se la
han llevado las empresas petroleras y los casinos, mientras que los
pobres siguen desplazados y en paro. Lo que hace falta es un
programa de reconstrucción controlado democráticamente por los
trabajadores, para proporcionar empleos de calidad, viviendas,
educación, transporte y cuidado sanitario para todos los de la
región, y por supuesto, para todo el país. Bajo el capitalismo
esto simplemente no ocurrirá. Debemos confiar en nuestra propia
clase si queremos acabar con los ataques y retrocesos que hemos
sufrido durante décadas. La vida ciertamente enseña. Con cada nueva
sacudida, la clase obrera estadounidense poco a poco está sacando la
conclusión de que sólo nosotros podemos detener a Bush y al sistema
que defiende. Tarde o temprano se alcanzará la conciencia necesaria
y entonces no habrá nada sobre la Tierra que detenga a la clase
obrera norteamericana. Ahora más que nunca es necesario un partido
por y para la clase obrera. Ahora más que nunca, es necesario luchar
por el socialismo.
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