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DEBATE EN LA IZQUIERDA
Por Juan PTS - Thursday, Nov. 24, 2005 at 6:11 PM
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Se ha abierto un importante debate en la izquierda sobre el rumbo a seguir.

Debate
La lucha de clases y los proyectos en la izquierda
Fecha: 24/11/2005
Autor: Manolo Romano
Fuente: LVO 176


Se ha abierto un importante debate en la izquierda sobre el rumbo a seguir. Hasta el oficialista Página/12 dedicó un extenso artículo en el que se detiene en la ubicación de las cuatro fuerzas más importantes, el PC, el MST, el PO y nuestro partido, el PTS. El interés de Página/12 responde a que, aunque en el terreno electoral hubo un claro retroceso de las fuerzas que tenían representación parlamentaria y la elección muestra de conjunto marginalidad con respecto a las masas de trabajadores y el pueblo donde priman las expectativas en Kirchner; sin embargo, la izquierda tiene influencia y destacados representantes entre los luchadores conscientes del movimiento obrero que protagonizan conflictos salariales y procesos de reorganización sindical que preocupan al gobierno, así como en amplios sectores del movimiento estudiantil y el movimiento militante de los piqueteros. Por ello, la propaganda oficial repite el latiguillo de la “debilidad y dispersión de la izquierda” combinándolo con ataques macartistas, para intentar mellar el peso social de las luchas.

Llamamos a la unidad de la izquierda para enfrentar esta campaña reaccionaria y, al mismo tiempo, en estas páginas abrimos el debate sobre qué debemos hacer desde la izquierda obrera y socialista para profundizar los lazos con los trabajadores.

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Existe una desgraciada coincidencia entre el análisis de Página/12 y el de la mayoría de las fuerzas de izquierda. Ambos miden su influencia en torno a la cantidad de votos como único rasero y proponen soluciones únicamente en términos de alianzas electorales. Mientras el PC continúa su derrotero hacia la centroizquierda burguesa, el MST propone profundizar la unidad con figuras electorales como Mario Cafiero y ex zamoristas, y la dirección del PO, que viene de insistir en un “frente cien por ciento de izquierda” con el PC (¡!) ha logrado ver, en la magra votación a la izquierda, un crecimiento electoral de su partido (¡!). En cambio, como refleja el propio diario, “Bajo el lema “qué revolución y qué partido necesitamos”, el secretariado nacional del PTS se plantea la “construcción de un verdadero partido de trabajadores revolucionario” y de “carácter leninista” porque “con la lucha reivindicativa no alcanza”. (Página/12, 14-11-05), en referencia al documento presentado en La Verdad Obrera Nº175.
Claro que no nos es indiferente la cantidad de votos porque, aunque muy distorsionadamente, significan un “recuento globular” de fuerzas. Sumar los votos obtenidos por la totalidad de las fórmulas de la izquierda (alrededor del medio millón de votantes) es útil para mostrar el piso de la influencia política de las ideas anticapitalistas y socialistas, es decir que no se parte de cero. Pero a la vez, comparado con el movimiento de las grandes masas que depositaron amplias expectativas en Kirchner y en segundo término a opciones de centroizquierda, esta influencia es muy escasa, incluso en las grandes concentraciones urbanas y de trabajadores más importantes, la Capital, los principales cordones de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, que son las que definen el curso de la vida política nacional. Dentro de este marco de confianza reformista de las masas que llevó a una baja elección de la izquierda, hubo un retroceso cualitativo de las fuerzas que contaban con representación parlamentaria o aspiraban a ello en lo inmediato. Esto no se puede ocultar con malabarismos políticos, como PO que se regodea de haber obtenido legisladores locales en Salta y un constituyente en El Bolsón, cuando lo decisivo es la floja elección de Altamira en la Capital donde la crisis del régimen es fenomenal y en el gran Buenos Aires, donde tiene el peso de su corriente en el movimiento piquetero. Los que pusieron el acento en las expectativas parlamentaristas (PO llamó a votar “para luchar desde el Congreso” y el MST pidió el voto a “la izquierda que puede entrar”) fracasaron en el objetivo. No fue sólo un error de pronóstico sino que, como ya dijimos en nuestra declaración política días después de las elecciones: "Negaron con ese discurso democratizante los principios elementales del leninismo que sólo considera la lucha parlamentaria como una tribuna para desarrollar la movilización extraparlamentaria de las masas”.
Luego de las elecciones, las ilusiones reformistas imperantes parecen influir en las direcciones de la izquierda que, lamentablemente, insisten en el mismo rumbo.

Una idea más vieja que el PSOL

Luego de la ruptura de Izquierda Unida y de su propia fractura interna, el MST (cabría hablar de los MSTs) nos da lecciones de unidad desde Página/12. “Queremos una nueva izquierda que salga del esquema de los dos proyectos existentes: el sectario y autoproclamativo del PO y el PTS; y el oportunista que se corre al centro abandonando el proyecto de izquierda como el PC (...) La idea es aprender a convivir con las divergencias en un proyecto común”.
El mal resultado electoral y haber sido desairados por el PC, lejos de servir para corregir la orientación, ha llevado al MST (a los MSTs) más hacia la derecha. Retrucaron a la definitiva ida del PC hacia la centroizquierda, con su propia “centroizquierdización”, encumbrando a Mario Cafiero de candidato a senador. Y ahora, después de haberse aliado al PC por más de 15 años en IU, los dos MSTs proponen profundizar la unidad conciliadora con figuras reformistas con Mario Cafiero, unos manteniendo la actual alianza Unite, y los otros no ya sólo en un frente sino en un mismo partido1.
Este último proyecto de uno de los MST, se inspira en un experimento que se está haciendo en Brasil: el P-SOL (Partido Socialismo y Libertad). Allí, a partir del alejamiento del PT de la senadora Heloisa Helena, se formó este agrupamiento de distintos sectores del PT descontentos con el gobierno de Lula. Claro que en Brasil esta política, al provenir de disidentes de un partido de masas como el PT con lazos orgánicos con millones de trabajadores, merece ser discutido; pero poco tiene que ver con el escenario de ficción que intentan montar junto a Mario Cafiero que viene de un estrepitoso fracaso electoral. Pero aunque no debamos tomar muy en serio las aventuras políticas de la dirección del MST, sí debemos debatir contra una idea nociva para los trabajadores.
Una de las fundadoras del PSOL brasilero, la diputada Luciana Genro proveniente de la misma corriente del MST argentino, nos aclara que “Dentro del partido, tenemos sectores que se declaran revolucionarios y otros que se declaran reformistas. Creo que la dicotomía planteada para la izquierda, en el momento, no es esa (...) debemos construir una trinchera de resistencia en el campo partidario y en el campo sindical, aglutinando la izquierda socialista que no se rindió, sean reformistas o revolucionarios (...)”2
Proclamar un partido con reformistas “que no se rinden” (entendemos que se refiere a que no se rinden de ser reformistas) es toda una definición. Bajo el disfraz de “lo nuevo” y la “libertad de tendencias”, se presenta la vieja fórmula mediante la cual se pretende unir en un mismo partido a reformistas y revolucionarios. Esta “suma” se hace siempre en detrimento de los últimos y a favor de los primeros. Veamos. El mismo PT de Brasil, una vez que el aparato dirigente se desembarazó de la presión que significaban los obreros de los sindicatos de la CUT y pasó a estar dominado exclusivamente por los parlamentarios y burócratas, no era otra cosa que un arco iris de tendencias. Algunas abiertamente reformistas como la mayoritaria encabezada por el propio Lula y otras que se proclamaban revolucionarias. El curso del PT entraña una lección para todos los militantes socialistas. Por su peso obrero de masas, los revolucionarios podían estar un tiempo allí (no 20 años...) para ganar la mayoría obrera o separarse de su dirección para construir un partido revolucionario con los que hicieran la experiencia con los dirigentes reformistas. Eso no sucedió. Los reformistas se impusieron y, aunque mantuvieron el nombre de PT, se aliaron cada vez más a empresarios (ante la claudicación de los ahora disidentes) hasta llegar al gobierno con el actual vicepresidente Alencar, para administrar los negocios capitalistas y subordinarse al FMI como pocos. Cuando Lula llegó al gobierno, este tipo de “partido de trabajadores” fue exaltado por el MST argentino, coincidiendo en ello con el PC en IU y con toda la centroizquierda nacional.
En Brasil, ahora que Lula los ha defraudado impulsan el PSOL ya sin la influencia de masas del PT, y ni siquiera con la elemental delimitación de clase que portaba su nombre. En Argentina, ahora que el PC se fue definitivamente con la centroizquierda (tal y como lo había anunciado siempre desde IU), unos llaman a conformar un partido del tipo del PSOL, pero en miniatura, otros quieren mantener Unite con la misma lógica de IU, pero degradada, ya no con el PC sino con algunos ex-zamoristas, y grupos muy menores y disímiles entre sí. ¿Qué los une?
Si nos atenemos al modelo copiado por el MST que comenta Página/12, hay que señalar que desde el inicio del PSOL de Brasil los disidentes del PT dejaron en claro su objetivo: su consigna fundacional fue “Una esperanza otra vez, Heloísa 2006”. Era junio de 2004 y faltaban todavía dos años para las elecciones presidenciales de Brasil (¡!). Así, la “libertad de tendencias” que proclaman es un fraude. Porque lo que “manda” a la hora de decidir la política, son las figuras parlamentarias y candidatos que sean “la esperanza” en el calendario electoral. Pero si Heloisa Helena les significa “la esperanza” de conquistar una fracción parlamentaria en Brasil, lograr eso aquí con Mario Cafiero, si nos atenemos a los resultados obtenidos, sería casi “el milagro”. Lo importante es que, en última instancia, el “proyecto común” que unificaría a las diversas tendencias es... ocupar bancas en el congreso o lugares en los ministerios. Mientras tanto, en pos de este ‘objetivo superior’ tienen toda “la libertad” de tener posiciones divergentes e incluso acciones encontradas en los conflictos de clase que, claro está, son problemas “secundarios”, que “nos dividen”, propio de “sectarios”. En los partidos tipo el PSOL, la democracia interna es reemplazada por la imposición de la política de los reformistas sobre los militantes revolucionarios y los trabajadores que confíen en ellos.

Nuestro proyecto revolucionario

El debate en la izquierda no puede pasar por cómo se consiguen diputados o concejales en el 2007, como discuten los políticos del régimen o cualquier arribista en busca de algún cargo. Hay que poner la discusión en otra “longitud de onda”. Más allá de las expectativas actuales en el gobierno, la política de Kirchner chocará con las aspiraciones de los trabajadores (aunque no sabemos con qué ritmos, que dependerán en buena medida de si se frena el actual crecimiento económico). Pero es un hecho en la vida política nacional la presencia obrera que, mediante una sostenida oleada de huelgas por el salario y las condiciones de trabajo, ha sido lo verdaderamente nuevo en el último año.
En estos conflictos, distintos compañeros de la izquierda, entre ellos de nuestro partido así como nuevos activistas independientes, tuvieron roles destacados (aunque esto se expresa más en los gremios de servicios porque la mayoría de la izquierda, a diferencia del PTS, se ha retirado del movimiento obrero en general y del industrial en particular, para centrarse los últimos cinco años en la construcción de colaterales piqueteras). La propaganda gubernamental sobre “la debilidad y dispersión de la izquierda”, que se combina con ataques macartistas y persecuciones, tiene el sentido de condenar aún más al aislamiento a los movimientos piqueteros y buscar debilitar las luchas que encabezan los nuevos dirigentes de oposición a su desprestigiada burocracia sindical.
Nuestra propuesta de unidad de acción a la izquierda y las organizaciones combativas es aunar fuerzas contra la campaña reaccionaria de Kirchner contra la izquierda y los luchadores, en defensa de los delegados perseguidos por las patronales y la burocracia sindical, y por impulsar la coordinación y el apoyo a las luchas y procesos de reorganización obrera independiente.
Porque se está fogueando un nuevo sindicalismo con posiciones antipatronales y antiburocráticas que se empieza a organizar en las empresas y lugares de trabajo, y abarca a todos los estratos de la clase trabajadora, no sólo a los sindicalizados sino que además se empiezan a poner en movimiento las energías de sectores jóvenes contratados y precarizados sin experiencia sindical ni política, pero también sin el peso de la tradición conservadora del peronismo. Aunque en menor escala, ha comenzado un proceso de politización de una franja del movimiento estudiantil que se mostró en las movilizaciones y tomas de facultades en apoyo a la huelga docente universitaria.
Nuestra apuesta, aunque no depende de la voluntad de los revolucionarios, es que esas luchas y procesos de reorganización autónoma de los trabajadores se extiendan y peguen un salto en calidad para que hagan la experiencia con el peronismo y Kirchner, y pasen del estadío reivindicativo actual al enfrentamiento político abierto con el gobierno que reabra la situación planteada con las jornadas revolucionarias del 2001.
Visto a cuatro años de ese hito histórico, podríamos decir, que esas jornadas fueron expropiadas por este gobierno con la demagogia que alimentó fuertes ilusiones reformistas en las masas, aunque no hay que olvidarse de la irremplazable ayuda que tuvo Kirchner en el PJ bonaerense encabezado por Duhalde y en la burocracia sindical que contuvo la intervención de la clase obrera. Pero el discurso demagógico tiene límites porque viene con las manos vacías, y la fractura del PJ abrió una grieta en la principal contención del régimen burgués, lo que podrá significar un hándicap para los trabajadores y el pueblo, a condición de preparar una dirección política que esté a la altura de las circunstancias si se presentan nuevas oportunidades revolucionarias.
Ello no se logra de la noche a la mañana. Para poder desplegar toda la audacia en los momentos decisivos, es necesaria toda la paciencia y persistencia para ganar firmes posiciones en las situaciones preparatorias como la actual. Para esa apuesta estratégica, hay que evitar, desde hoy, la recaída en el viejo sindicalismo corporativo que tienen muchos ex militantes de la izquierda partidaria que ocupan puestos sindicales. El sindicalismo es otra variante del reformismo, es decir del pensamiento burgués en el movimiento obrero, tanto como el electoralismo. Hay que promover sin ningún sectarismo el agrupamiento independiente y democrático de la vanguardia obrera para enfrentar a las patronales, la burocracia sindical y el gobierno, como empezamos a hacerlo en el Encuentro Obrero Nacional del 2 de abril, pero que no se continuó a pesar de nuestra insistencia. Hay que huir de la autoproclamación complaciente de corrientes que, como el Partido Obrero, se niegan a este tipo de coordinación con democracia obrera porque al mismo tiempo se emblocan con sectores de la burocracia sindical como en Foetra, o no son consecuentes en la práctica de la democracia de las asambleas de base cuando son parte de las dirigencias que firman acuerdos inconsultos con el gobierno, como en la huelga universitaria de CONADU. Hay que explicar pacientemente a los jóvenes trabajadores que están haciendo sus primeras experiencias que la lucha reivindicativa y la organización sindical no alcanzan; ayudar a formar obreros conscientes que levanten las demandas de todas las clases explotadas y oprimidas que estallan como en el motín de Haedo y ante las que el sindicalismo cierra los ojos; y apostar a construir con ellos y con los estudiantes marxistas un verdadero partido de trabajadores revolucionario.

Para debatir esta perspectiva, durante el mes de diciembre en cada local y regional del PTS realizaremos plenarios con nuestros militantes y simpatizantes, a partir de los cuales se abrirá un periodo de debate interno hacia el IX Congreso del PTS que se realizará en abril del año próximo.
Con la campaña de suscripciones a La Verdad Obrera que hemos iniciado proponemos a nuestros simpatizantes, lectores y amigos construir juntos, con este periódico militante, una amplia red de organización política y extender su influencia en las principales fábricas, empresas, colegios y facultades del país, para insertarse cada vez más profundamente en la clase trabajadora y abrir paso a la construcción de ese partido revolucionario. Para impulsar desde estas páginas el internacionalismo militante difundiendo las lecciones de las luchas y experiencias de la clase obrera de todo el mundo. Para promover la apertura de nuevas Casas de Cultura y Política Socialista en las barriadas obreras. Para difundir las ideas marxistas como venimos haciendo desde el Instituto de Pensamiento Socialista “Karl Marx”, que ha realizado más de treinta seminarios con varios de los principales intelectuales socialistas de nuestro país para cientos de compañeros que aprenden el marxismo como álgebra de la revolución, una tarea decisiva para enfrentar la persistente campaña ideológica de la burguesía mundial que desde la caída del Muro de Berlín ha logrado sacar de la conciencia obrera el horizonte de la revolución y el socialismo.
Las alquimias electorales o los personajes mediáticos pueden obtener algún éxito efímero pero, como ha mostrado la debacle de Zamora, no sirven para construir ninguna herramienta sólida, que pueda realmente enfrentar a los capitalistas y su régimen.

1 En el Congreso del MAS de 1990, algunos viejos dirigentes propusieron un “partido único de la izquierda” con el PC, es decir con una corriente abiertamente reformista, el stalinismo, justo en momentos en que estaba siendo jaqueado por movilizaciones de masas en el Este de Europa. Dada la situación, la propuesta no prosperó y solo se mantuvo IU como una “táctica”... de quince años.
2 Entrevista a Luciana Genro del MES en “Correo de la Ciudadanía”, junio/2004.


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El partido bolchevique tenia sectores conciliadores y sectores revolucionarios, PTS
Por no deformen la historia a su conveniencia - Thursday, Nov. 24, 2005 at 6:47 PM

El PSOL levanta justamente el programa de los origenes del PT, el partido de clase que surgio en el ABC paulista, con puntos tambien anticapitalistas

esta clara la delimitacion de clase en el programa del PSOL. Hay sectores revolucionarios y sectores conciliadores. Los sectores conciliadores forman parte de un programa revolucionario y clasista. Los sectores revolucionarios estan en mejores condiciones de ser mayoria en su drección

uds sigan construyendo con el 100% de izquierda, como tambien hace el PO, allá uds.?? Veamos que dice la realidad y la lucha de clases. Unanse con el PO, si dicen los mismo


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Aclaranos
Por Juan - Thursday, Nov. 24, 2005 at 11:31 PM

Vos estarìas dispuesto a comparar al Partido Bolchevique con el PSOL, a Lenin con Heloisa Helena, por favor aclarnos un pocos, saludos juan

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No , pero seguro, seguro que el PTS, no es el Partido Bolchevique, tampoco
Por eso tambien - Friday, Nov. 25, 2005 at 6:10 PM

y lo que propone el PTS como salida para la unidad de la izquierda revolucionaria TAMPOCO es nada parecido al Partido Bolchevique.

El Partido bolchevique tenía tendencias, si o no ??? PTS, contesta eso ?????

Lo importante es que en el PSOL, al igual que ahora desde el MST, se está proponiendo una unidad sobre un programa, donde esta clara la delimitacion de clase que tiene el programa del PSOL, y además tiene otros puntos programaticos anticapitalistas e internacionalistas. Esta clara la firmeza programatica que propone el PSOL y el MST contra el oportunismo, pero a su vez tenemos que avanzar logrando amplitud en la diversidad contra el sectarismo.
de lo que se trata es de explorar la posibilidad de conformar un movimiento o partido donde puedan confluir distintas tendencias, grupos y personalidades que convivan en su interior con un programa común y un funcionamiento que respete esas diferencias

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Y YO ME PREGUNTO...DONDE ESTAN LAS CLASES???
Por MIGUEL - Friday, Dec. 02, 2005 at 2:24 PM

QUE DEBATE PROFUNDO EL VUESTRO, EH!!! Y LAS CLASES??? DONDE ESTAN??? ADEMAS, SOBRE "LOS CONCILIADORES Y LOS REVOLUCIONARIOS" LES DIGO: CON LO VIEJO SE CONSTRUYE LO NUEVO, SINO PREGUNTENLE A TROSKI, QUIEN CONSTRUYO EL EJERCITO BLOCHEVIQUE CON EL EX EJERCITO ZARISTA...PERO BUE, EL ERA UN ESTRATEGA POLITICO-MILITAR, UDS. UN PAR DE PELOTUDOS... Y SI RESPONDEN RESPONDAN SOBRE LA IDEA, O NO LA TENIAN LA DE TROSKI?

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