Julio López
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EL ORIGEN REVOLUCIONARIO DEL HOMBRE.
Por EL MILITANTE - Saturday, Nov. 26, 2005 at 2:27 PM
elmilitante_argentina@yahoo.com.ar

Razón y revolución
Filosofía marxista y ciencia moderna


Autores Alan Woods y Ted Grant

..Fundación Federico Engels


 

Tercera Parte: Vida, mente y materia

12. El nacimiento revolucionario del hombre

 

La Época de los dinosaurios, el mesozoico (hace 850-65 millones de años)

La masa continental, Pangaea, creada por la colisión de los continentes en el periodo paleozoico se mantuvo intacta durante unos cien millones de años. Esto dio lugar a un nuevo conjunto de condiciones tectónicas, climáticas y biológicas. Pero en el periodo mesozoico las cosas se convirtieron en su contrario. El supercontinente empezó a romperse. Enormes glaciares cubrían las zonas más al sur de África-América-Australia y la Antártida. Durante el triásico (hace 250-205 millones de años), los dinosaurios evolucionaron en la tierra, y el pleisiosaurus e ictiosaurus en el mar, mientras que el reptil alado, pterosaurus más tarde dominó el aire. Los mamíferos evolucionaron muy lentamente a partir de los reptiles tráspidos. El crecimiento explosivo de los dinosaurios, que dominaron sobre todas las formas de vida terrestre vertebrada, impidió un mayor desarrollo de los mamíferos. Siguieron siendo pequeños y poco numerosos durante millones de años, eclipsados por la sombra de sus gigantescos contemporáneos, buscando comida durante la noche.

El jurásico (hace 205-145 millones de años) presenció un cambio climático importante marcado por la retirada de los glaciares, provocando un aumento de la temperatura global hacia el final del periodo. El nivel de los mares aumentó por lo menos 270 metros durante el mesozoico, alcanzando el doble de su nivel actual medio.

Se tarda bastante en romper un supercontinente. La ruptura de Pangaea empezó a principios del jurásico (hace 180 millones de años) y el último continente no se separó hasta principios del cenozoico (hace 40 millones de años). La primera separación fue sobre el eje este-oeste, en que la creación del océano Tetis escindió Pangaea en Laurasia en el norte y Gondwana en el sur. A su vez, Gondwana se escindió en tres partes en el esteóla India, Australia y la Antártida. A finales del mesozoico se produjo una escisión norte-sur, creando el océano Atlántico que separó América del Norte de Laurasia y América del Sur de África. India se desplazó hacia el norte chocando con Asia, mientras que África se desplazaba hacia el norte y chocaba parcialmente con Europa después de la destrucción del océano Tetis. De este enorme océano ha quedado sólo una pequeña parte, el actual mar Mediterráneo. En los océanos Pacífico, Atlántico e êndico se dieron periodos de rápida extensión del suelo marino que contribuyeron al movimiento de los fragmentos continentales.

Durante todo el mesozoico los dinosaurios eran el grupo dominante entre los vertebrados. A pesar de la separación de los continentes, estaban firmemente establecidos en todo el mundo. Pero al final de este periodo, hace 65 millones de años, hubo un nuevo periodo de extinciones masivas, en el que los dinosaurios se desvanecieron de la faz de la tierra. La mayoría de los reptiles terrestres, marinos y voladores (dinosaurios, ictiosauros y pterosauros) fueron eliminados. De los reptiles sólo sobrevivieron los cocodrilos, serpientes, tortugas y lagartos. Esta espectacular eliminación de especies sin embargo no se limitó sólo a los dinosaurios. De hecho un tercio de todas las especies vivas se extinguieron, incluyendo los ammonites, belemnites, algunas plantas, briozoos, moluscos bivalvos, equinoides y otros.

El Éxito de estas criaturas fue el resultado de su perfecta adaptación a las condiciones existentes. La población total de dinosaurios era por lo menos tan grande como la población actual de mamíferos. Actualmente en todas partes del mundo hay un mamífero ocupando cualquier espacio ecológico disponible. Podemos asegurar que hace 70 millones de años estos espacios estaban ocupados por una inmensa variedad de dinosaurios. Contrariamente a la impresión común de los dinosaurios como criaturas enormes y pesadas, los había de todos los tamaños. Muchos eran pequeños, caminaban erguidos sobre sus piernas traseras y podían correr bastante rápidamente. Muchos científicos hoy en día creen que por lo menos algunos de los dinosaurios vivían en grupos, cuidaban de sus crías y posiblemente cazaban en manadas. La frontera entre el mesozoico y el cenozoico (hace 65 millones de años) representa otro punto de inflexión revolucionario en la evolución de la vida. Un periodo de extinciones masivas preparó el terreno para un enorme paso adelante evolutivo, abriendo el paso a la aparición de los mamíferos. Pero antes de tratar de este proceso, vale la pena considerar la cuestión de la desaparición de los dinosaurios.

¿Por qué desaparecieron los dinosaurios?

Esta cuestión ha sido muy debatida en los últimos años y aunque se han hecho afirmaciones bastante confiadas, especialmente por parte de los defensores de la teoría meteorito-catástrofe, todavía no está completamente resuelta. De hecho hay muchas teorías que han intentado explicar un fenómeno que, tanto por su apariencia espectacular como por su implicación en el surgimiento de nuestra propia especie, ha cautivado la imaginación popular durante mucho tiempo. Sin embargo es necesario recordar que este no es un acontecimiento único en la cadena de la evolución. No es la única extinción masiva, ni la mayor, ni siquiera la que ha tenido consecuencias evolutivas de mayor alcance.

La teoría que actualmente tiene más defensores, y a la que ciertamente se ha dado más publicidad, está basada en la afirmación de que el impacto de un enorme meteorito en alguna parte de la superficie terrestre tuvo un efecto similar al de un "invierno nuclear", que seguiría a una guerra nuclear global. Si el impacto fuese suficientemente grande echaría grandes cantidades de polvo y restos a la atmósfera. Las nubes densas que se formarían impedirían que los rayos de sol llegasen a la superficie de la tierra provocando un largo periodo de oscuridad y disminución de las temperaturas.

Hay pruebas empíricas que sugieren que tuvo lugar algún tipo de explosión, que podría haber sido provocada por un meteorito. La teoría ha ganado terreno en los últimos años después del descubrimiento de una fina capa de arcilla entre los restos fósiles, que podría coincidir con el efecto del polvo provocado por un enorme impacto de este tipo. Esta idea por ejemplo ha sido aparentemente aceptada por Stephen Jay Gould. Sin embargo hay una serie de dudas por resolver. En primer lugar los dinosaurios no desaparecieron de la noche a la mañana, o incluso en unos pocos años. De hecho la extinción se prolongó durante millones de años, un periodo de tiempo muy corto en términos geológicos pero suficientemente largo como para hacernos dudar de la teoría del meteorito.

Aunque no se puede descartar, la hipótesis del meteorito tienen una desventaja. Como hemos señalado ha habido muchas extinciones masivas a lo largo de la evolución. ¿Cómo se explican? ¿Realmente necesitamos recurrir a un fenómeno externo, como el impacto de un meteorito u otro cualquiera? ÀO simplemente la aparición y desaparición de las especies tiene que ver con tendencias inherentes al propio proceso de la evolución? Incluso hoy en día podemos observar el fenómeno del ascenso y caída de poblaciones animales. Sólo recientemente nos hemos acercado al conocimiento de las leyes que gobiernan este complejo proceso. Buscando explicaciones fuera del fenómeno mismo corremos el riesgo de abandonar la búsqueda de una auténtica explicación. Es más, una solución que parece atractiva porque elimina todas las dificultades puede crear más dificultades de las que pretendía haber resuelto.

Se han planteado otras soluciones. El periodo en estudio se caracterizó por una actividad volcánica muy extendida. Esta podría haber sido la causa, y no un meteorito, del cambio climático al que los dinosaurios no pudieron adaptarse. También se ha planteado que la desaparición de los dinosaurios podría estar vinculada a la competición con los mamíferos. Se puede trazar un paralelo con la desaparición de la población autóctona de marsupiales en América del Sur debido a la presión de los mamíferos de América del Norte. De hecho, es posible que la desaparición de estas criaturas sea el resultado de la combinación de todas estas circunstancias, actividad volcánica, destrucción del medio ambiente existente, excesiva especialización, y competencia por unos recursos alimentarios escasos con especies mejor equipadas para afrontar las condiciones cambiadas. Lo principal es que no es necesario introducir factores externos para explicar este fenómeno:

"‘No tienes que buscar manchas solares, cataclismos climáticos o cualquier otra explicación misteriosa para la desaparición de los dinosaurios', dijo Lovejoy. ‘Se las arreglaron bastante bien mientras tuvieron el mundo para ellos solos, mientras no hubo ninguna estrategia reproductora disponible. Sobrevivieron durante más de cien millones de años; los humanos también deberían durar lo mismo. Pero cuando se produjo una ruptura de la adaptación, cuando los dinosaurios se enfrentaron a animales que se podían reproducir con Éxito tres o cuatro veces más rápidamente que ellos, estuvieron acabados'". 28

 

El terrorista cósmico, o cómo no formular una hipótesis.

El problema queda más claro si lo planteamos de la siguiente manera: muy bien, aceptemos que la extinción de los dinosaurios fue provocada por un accidente en forma del impacto repentino de un meteorito. ¿Cómo explicamos las demás extinciones masivas? ¿Fueron todas causadas por meteoritos? La cuestión tiene más importancia de lo que parece. Se han hecho intentos de demostrar que todas las extinciones a gran escala fueron el resultado de tormentas periódicas de meteoritos del cinturón de asteroides. Este es la base de la llamada "teoría Némesis" desarrollada por Richard Muller de la Universidad de California.

Algunos paleontólogos (Raup y Sepkoski) plantean que las extinciones masivas ocurren a intervalos regulares de aproximadamente 26 millones de años. Sin embargo, otros, basándose en las mismas pruebas no han encontrado ninguna regularidad en el fenómeno. Hay un desacuerdo similar entre los geólogos, algunos de los cuales plantean que hay una regularidad periódica en la aparición de grandes cráteres y otros dicen que no. En resumen, no hay pruebas concluyentes ni para la idea de intervalos regulares de extinciones masivas ni para la de bombardeos regulares de la tierra por parte de meteoritos o cometas.

Este campo tiende por sí mismo a las conclusiones más arbitrarias y sin sentido. Además, precisamente este tipo de teorías "sensacionales" son las que acostumbran a recibir más publicidad, independientemente de su valor científico. La teoría de "Némesis" es un caso típico. Si aceptamos, con Muller, que las extinciones masivas tienen lugar regularmente cada 26 millones de años (algo que ciertamente no ha sido demostrado), y si además también aceptamos que las extinciones masivas han sido causadas por tormentas de meteoritos, entonces llegamos a la conclusión de que la tierra tiene que haber sido visitada por meteoritos cada 26 millones de años, ¡tan regulares como un reloj!

La dificultad de esta idea es clara, incluso para Muller que escribe:

"Me pareció increíble que un asteroide chocase precisamente cada 26 millones de años. En la inmensidad del espacio, incluso la tierra es un objetivo pequeño. Un asteroide que pase cerca del sol tiene muy poco más que una oportunidad entre mil millones de golpear nuestro planeta. Los impactos que ocurren deberían estar espaciados al azar, no regularmente condicionados en el tiempo. ¿Qué podría hacer que chocasen conforme a un plan regular? Quizás algún terrorista cósmico nos estaba apuntando con una pistola de asteroides. De teorías ridículas se obtienen resultados ridículos".

Y Muller precisamente elaboró una teoría tan ridícula para justificar su idea preconcebida de que todas las extinciones masivas de hecho fueron causadas por impactos de meteoritos, y que eso sucedía regularmente cada 26 millones de años. ƒl mismo describe una acalorada discusión con Luís Álvarez, el originador creador de la primera teoría de que los dinosaurios fueron eliminados por el choque de un asteroide contra la tierra, y que era escéptico acerca de las ideas de Muller. El siguiente extracto de esta conversación nos puede dar una visión interesante de la metodología con la que nacen ciertas hipótesis:

"Supongamos que algún día encontramos un manera de hacer que un asteroide choque con la tierra cada 26 millones de años. ¿Admitirías entonces que estabas equivocado, y que se debería haber utilizado todo los datos?

"‘¿Cual es tu modelo?' me preguntó. Pensé que estaba evitando mi pregunta.

"‘¡No importa! Es la posibilidad de un modelo de ese tipo lo que hace que tu lógica sea incorrecta, no la existencia de ningún modelo concreto'.

"Había un cierto estremecimiento en la voz de Álvarez. También Él parecía estar enfadándose. ‘Mira Richí, dijo, ‘he estado en el negocio del análisis de datos mucho tiempo, y mucha gente me considera bastante experto. No puedes simplemente tomar un punto de vista sin pensar e ignorar algo que sabes'.

"¡Estaba invocando su autoridad! A los científicos no se les permite hacerlo. Mantén la calma Rich, me dije. No le demuestres que te estás enfadando.

"‘El peso de la demostración te corresponde a ti', continué en un tono de voz artificialmente calmado. ‘No tengo que presentarte un modelo. A no ser que puedas demostrar que modelos de este tipo no son posibles, tu lógica está equivocada'.

"‘¿Cómo puede ser que los asteroides choquen con la tierra periódicamente? ¿Cual es tu modelo? Me preguntó de nuevo. Mi frustración por poco me hace estallar. ¿Por qué Álvarez no podía entender lo que le estaba diciendo? ƒl era mi héroe científico. ¿Cómo podía Él ser tan estúpido?

"¡Maldición! Pensé. Si es necesario ganaré esta discusión en sus términos. Inventaré un modelo. Mi adrenalina estaba fluyendo. Después de pensarlo un momento dije: ‘Suponte que hay una estrella hermana que orbita el sol. Cada 26 millones de años se acerca a la tierra y hace algo, no estoy seguro de qué, pero hace que asteroides choquen con la tierra. Quizás trae los asteroides consigo'".

El carácter totalmente arbitrario del método utilizado para llegar a una hipótesis sin la menor sombra de base en los hechos es obvio. Si tratamos un asunto de esta manera realmente estamos abandonando el reino de la ciencia y entrando en el de la ciencia ficción, en el que todo vale. De hecho el propio Muller es lo suficientemente honesto como para reconocer que "No pretendía que mi modelo fuese tomado en serio, aunque me parecía que mi argumento se sostendría de pie si el modelo podía resistir el asalto por lo menos unos pocos minutos". 29 Pero vivimos en la edad de la credulidad. La "teoría Némesis", que claramente no es un modelo científico sino una conjetura arbitraria, está siendo tomada con la mayor seriedad por muchos astrónomos que escudriñan el cielo buscando pistas de la existencia de esta invisible "estrella de la muerte", este terrorista cósmico que después de haber acabado con los dinosaurios volverá algún día a la escena del crimen, ¡para acabar con todos nosotros!

Aquí el problema es metodológico. Cuando Napoleón preguntó a Laplace que sitió le quedaba a Dios en su esquema del universo, Éste le dio su famosa respuesta: "Sire, je naíai pas besoin de cette hypothse". (Sire, no tengo ninguna necesidad de esta hipótesis) El materialismo dialéctico se propone descubrir las leyes inherentes del movimiento de la naturaleza. Aunque el accidente juega un papel en todos los procesos naturales, y no se puede descartar, en principio, que la extinción de los dinosaurios fuese causada por un asteroide extraviado, es totalmente contraproducente buscar la causa de las extinciones masivas en general en fenómenos externos, sin ninguna relación con los procesos en estudio. Hay que buscar y encontrar las leyes que gobiernan la evolución de las especies en el propio proceso de la evolución, que incluye largos periodos de cambio lento pero también otros periodos en que los cambios se aceleran enormemente, dando lugar a exterminaciones masivas de algunas especies y al surgimiento de nuevas.

La falta de capacidad de tomar el proceso en su conjunto, de comprender su carácter contradictorio, complejo y no lineal, es decir la falta de un punto de vista dialéctico, lo que lleva a estos intentos arbitrarios de resolver el problema recurriendo a factores extraños, como un deus ex machina, el conejo que sale del sombrero del prestidigitador. Por este camino sólo se llega a un callejón sin salida, y de los que menos salida tienen. Además, la extraordinaria propensión a aceptar los escenarios más fantásticos, que casi todos incluyen la idea de una catástrofe cósmica inevitable que significa, por lo menos, el fin del mundo, nos dice bastante sobre la situación psicológica general de la sociedad en la última década del siglo XX.

El nacimiento revolucionario del hombre

El periodo conocido como el cenozoico empieza con las extinciones masivas de hace 65 millones de años y se prolonga hasta el presente. Durante este periodo los continentes continuaron a la deriva, separándose y chocando. Esto creó nuevas condiciones medio ambientales. En los primeros 20 millones de años las temperaturas continuaron creciendo y apareció una zona tropical, en la que las condiciones en la península Ibérica se parecían a las de la selva de Malasia. El desarrollo evolutivo más importante en este periodo fue el auge extremadamente rápido de los mamíferos que ocuparon los ecosistemas que habían dejado libres los reptiles. Hace 40 millones de años habían aparecido ya los primates, elefantes, cerdos, roedores, caballos, vacas marinas, ballenas y murciélagos, así como la mayor parte de los órdenes de pájaros modernos y muchas familias de plantas.

El ascenso de los mamíferos puede ser visto como una especie de marcha triunfal, en la que la evolución progresa siempre hacia adelante, en una línea continua, culminando finalmente en la aparición del género humano, la coronación glorioso de la creación. Pero la verdad es bastante diferente. La evolución nunca fue una línea recta, como ya hemos visto. También en este periodo las Épocas de intenso crecimiento fueron interrumpidas por retrocesos dramáticos, muertes y extinciones. Hace 40-30 millones de años podemos observar el inicio de un proceso de enfriamiento. La temperatura cayó continuamente durante los 25 millones de años siguientes, estabilizándose en el nivel actual hace sólo 5 millones de años. Este periodo fue testigo del primera extinción que afectó a los mamíferos.

Los primates, los antecesores de monos y hombres, se extendieron por todo el mundo. El periodo de extinción de los dinosaurios tuvo un efecto en muchas de estas familias. Las nuevas condiciones medio ambientales llevaron al desarrollo de nuevas especies, mejor adaptadas a las nuevas condiciones. Merece la pena comentar que estas nuevas condiciones afectaron principalmente a África, Eurasia y no América. Por entonces la Antártida ya había llegado al Polo Sur y empezaba a cubrirse de hielo. Los siguientes 10-20 millones de años fueron un periodo de crecimiento explosivo de los mamíferos, el mayor que nunca haya sucedido, en el que aparecieron muchas especies de simios. Sin embargo el diseño básico de los simios no cambió durante todo el periodo, hasta que un nuevo cambio climático brusco provocó una nueva transformación. Entre los paleontólogos hay considerables desacuerdos sobre cuando y cómo los homínidos se separaron de los simios. Hay indicios en restos óseos de que ya hace 14 millones de años existía una especie parecida a los simios modernos. Los científicos creen que estos huesos pertenecieron a una especie que vivió tanto en África como en Eurasia hace 14-7 millones de años. Parece que fue una especie con bastante Éxito y representa el antepasado común de hombres, monos y gorilas. Entonces, hace 10-7 millones de años se produjo un nuevo cambio medio ambiental dramático.

La Antártida ya estaba cubierta por glaciares. El casquete polar empezó a extenderse, no sólo en el Sur, sino también en el Norte, cubriendo Alaska, América del Norte y el Norte de Europa. En la medida en que una mayor cantidad de agua quedó atrapada en forma de hielo el nivel de los mares empezó a descender. Se ha calculado que la caída en el nivel del mar fue de más de 150 metros en aquella Época. Como resultado aparecieron nuevas masas de tierra, uniendo los continentes; se formaron pasadizos terrestres que unían Europa y África, Asia y América, las islas Británicas y Europa, posibilitando de esta manera la migración de las especies. El mar Mediterráneo se evaporó completamente. El clima alrededor del ecuador se volvió más seco, provocando una desertización masiva, junto con el declive de selvas y bosques, y el surgimiento de extensiones masivas de sabanas y tierra abierta. En ese tiempo Asia estaba separada de África por desiertos, separando los simios africanos de sus primos asiáticos. Inevitablemente este fue otro periodo de extinción y muerte. Pero a la vez fue un periodo de nacimiento de nuevas especies. Llegados a cierto punto, posiblemente hace 7 millones de años, el desarrolló de los mamíferos tuvo como consecuencia la aparición de los primeros homínidos (primates prehumanos).

Generalmente se acepta que el género humano tuvo su origen en África. Hace unos 5,3 millones de años el mar Mediterráneo tomo su forma actual, y una nueva especie de simio se desarrolló en África. ésta, en el transcurso de un millón de años, se desarrolló en tres direcciones diferentes dando lugar a monos, homínidos y gorilas. La separación de las tres ramas tuvo lugar hace unos 4-5 millones de años como resultado de la presión medio ambiental en África oriental. La extensión de los glaciares a África del Sur provocó un cambio dramático en África oriental, empobrecimiento severo de los bosques a causa de la disminución de la pluviosidad y de un clima en general más seco. Probablemente esta fue la fuerza motriz que llevó a la separación de las tres especies de proto simios. Hasta entonces habían vivido en los árboles, ahora tenían tres opciones:

1) Parte de ellos se quedaron en los árboles. Tuvieron que ser los más fuertes y más capaces de extraer comida de los recursos limitados. Sin embargo la disminución del hábitat boscoso tuvo que reducir severamente su número.

2) Otro grupo, obligado a trasladarse a los límites de los bosques con menos árboles y menos recursos alimenticios, se vio forzado a incrementar la variedad de su alimentación trasladándose al suelo, aunque quedándose cerca de los árboles para protegerse. Este grupo está representado por los modernos chimpancés.

3) Un tercer grupo, probablemente los más débiles y menos hábiles de la especie, se vio obligado, por la intensa competencia sobre unos recursos alimenticios escasos, a trasladarse totalmente fuera del bosque. Por lo tanto se vieron forzados, no sólo a trasladarse a tierra, sino también a tener que cubrir grandes distancias para encontrar la comida necesaria para su supervivencia. Fueron obligados a desarrollar una forma de vida nueva, radicalmente diferente de la de los demás primates.

Presiones medio ambientales en Asia causadas por cambios climáticos también empujaron a algunos grupos de monos a los límites de los bosques. Estos se convirtieron en los modernos babuinos, que se trasladan al suelo en busca de comida pero vuelven a los árboles para protegerse. Los primates tienen diferentes modos de locomoción. Los tarsier saltan y se agarran; los gibones se balancean de rama en rama; el orangután tiene "cuatro manos"; el gorila camina sobre los nudillos; el mono es un cuadrúpedo auténtico; sólo los homínidos se han aventurado a ser completamente bípedos.

"Otras especializaciones han ido junto con la utilización de las manos. Si uno va a saltar y agarrarse, lo mejor es que sea capaz de juzgar adecuadamente las distancias. Si no se puede encontrar con la mano vacía en el mejor de los casos; o en el peor de los casos puede no coger la rama en absoluto y caer. La manera de juzgar con precisión la distancia es a través de la visión binocular: enfocar los dos ojos en un objeto para tener una percepción más profunda. Esto requiere que los ojos estén situados en la parte frontal del cráneo y enfocados hacia adelante, no a los lados de la cabeza, como los ojos de una ardilla. Los antepasados de los primates desarrollaron semejante isión. Sus cráneos se redondearon para acomodarse a la nueva posición de los ojos, y con este cambio de forma se produjo un aumento de la capacidad craneal y la posibilidad de tener un cerebro mayor. Al mismo tiempo la mandíbula se hizo más pequeña. Teniendo manos, un animal no tiene que buscar la comida y cazar totalmente con los dientes. Se puede permitir una mandíbula más pequeña y menos dientes. Los simios y los monos modernos, y los humanos, tienen dieciséis dientes en cada mandíbula. Sus antecesores tenían tantas como veintidós". 30

El psicólogo Jerome Bruner en sus escritos sobre el desarrollo mental del niño, ha subrayado que el comportamiento habilidoso tiene mucho en común con la producción de lenguaje por una parte y con la solución de problemas por otra. Los habilidades más simples casi siempre implican la utilización de la mano o las manos guiadas por la vista. Sobre el desarrollo de la mano humana Bruner escribe lo siguiente:

"Las manos humanas son un sistema de crecimiento lento, y pasan muchos años antes de que los humanos puedan exhibir el tipo de inteligencia manual que ha distinguido a nuestra especie de otras, la utilización y producción de herramientas. De hecho, históricamente, incluso los estudiantes de evolución de primates consideraban que las manos no tenían ninguna importancia especial. Wood Jones nos quería convencer de que había poca diferencia morfológica entre la mano del mono y la del hombre, sino que la diferencia estaba en la función que les daba el sistema nervioso central. Sin embargo, como Clark y Napier han planteado, es la dirección evolutiva del cambio morfológico de la mano, desde las musarañas de los árboles pasando por los monos del nuevo mundo por los monos del viejo mundo hasta el hombre, lo que debería revelar como ha cambiado la función de la mano y, con ella, el carácter de la implementación de la inteligencia humana.

"Ese cambio ha sido constante en la dirección de una forma muy especial de desespecialización. La mano está libre de la función locomotora, de su función braquial, y de ese tipo de requerimientos especiales a los que se respondía con garras y formas exóticas de almohadillas en la palma de los dedos. Convertirse en más desespecializado en la función significa tener más variación en las funciones que puede cumplir. Sin perder su capacidad de divergencia falangeal, necesaria para el transporte de cosas pesadas, convergencia para ahuecar la mano y poder coger comida, prensibilidad para aguantar y trepar, u oposición, todo ello parte de la herencia del primate primitivo, la mano en el desarrollo tardío del primate consigue una serie de nuevas capacidades funcionales a la vez que sufre el cambio morfológico adecuado. Se añade una capacidad combinada para coger con fuerza y precisión.

"La flexibilidad de la palma y el pulgar se incrementa a través de cambios en los huesos trapecio y hamate (????) de su articulación. El pulgar se alarga y su ángulo de descanso respecto a la mano aumenta. Las falanges terminales se amplían y refuerzan, especialmente el pulgar. Napier puede estar exagerando cuando dice, ‘La evidencia actual sugiere que los instrumentos de piedra del hombre primitivo eran tan buenos (o tan malos) como la mano que los fabricó'. Porque, seguramente, las manos inicialmente estúpidas se hicieron más inteligentes cuando se las utilizó en un programa inteligente diseñado por la cultura". 31

Los primeros fósiles homínidos se encontraron en África oriental, y pertenecen a la especie conocida como Australopithecus afarensis que vivió hace 3,5-3,3 millones de años. Estas criaturas eran capaces de caminar erguidas, tenían manos con pulgares completamente opuestos a los dedos y por lo tanto eran capaces de manipular herramientas. Su capacidad craneal era mayor que la de otros simios (450 cc.). Aunque no se han encontrado herramientas conectadas con estos primeros homínidos, Éstas aparecen claramente cuando llegamos a las primera especie humana claramente identificable, a la que se ha dado el nombre apropiado de Homo habilis (hombre hábil), que caminaba erguido, tenía una altura de 1,20 metros y una capacidad craneal de 800 cc.

¿En que punto tuvo lugar la auténtica separación entre homínidos y simios? Los paleontólogos han discutido largo y tendido sobre esta cuestión. La respuesta la dio Engels en su brillante ensayo El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre. Pero ya había sido anticipada por Marx y Engels mucho antes en su trabajo pionero La ideología alemana, escrito en 1845:

"Podemos distinguir los hombres de los animales por la conciencia, por la religión o por lo que se quiera. Pero los hombres mismos comienzan a ver la diferencia entre ellos y los animales tan pronto comienzan a producir sus medios de vida, paso este que se halla condicionado por su organización corpórea. Al producir sus medios de vida, el hombre produce indirectamente, su propia vida material".32

El papel de la fabricación de herramientas

En un intento muy superficial de desacreditar el punto de vista materialista sobre el origen de la especie humana, se dice a menudo que los humanos no son los únicos animales que "utilizan herramientas". Este es un argumento completamente vacío. Aunque se puede decir que muchos animales, no sólo monos y chimpancés, sino también algunos pájaros e insectos, utilizan "herramientas" para ciertas actividades, estas se limitan a materiales naturales que se puedan encontrar como palos, piedras, etc. Además, el uso de estos o bien representa una actividad accidental, como cuando un mono tira un palo para hacer caer la fruta de un árbol, o son acciones limitadas que pueden llegar a ser altamente complejas pero que son el resultado del condicionamiento genético y el instinto. Estas acciones son siempre las mismas. No se plantea ningún tipo de planificación inteligente, creatividad o previsión, excepto en un grado muy limitado en las especies de mamíferos superiores, pero incluso los simios más avanzados no tienen nada que se parezca a la actividad productiva de los homínidos, incluso los más primitivos.

El punto esencial no es que los humanos "utilicen herramientas". Es el hecho de que los humanos son los únicos animales que fabrican herramientas, y no como una actividad accidental o aislada, sino como condición esencial de su existencia, de la que depende todo los demás. Así, aunque desde un punto de vista genético humanos y chimpancés son prácticamente idénticos, y el comportamiento de estos animales en algunos aspectos parece remarcablemente "humano", el chimpancé más inteligente no es capaz de construir incluso la herramienta de piedra más rudimentaria producida por el Homo erectus, una criatura en la frontera evolutiva de la humanidad.

En su libro más reciente, El origen del género humano, Richard Leakey, dice lo siguiente:

"Los chimpancés son usuarios adictos de herramientas, y utilizan palos para conseguir termitas, hojas como esponjas, y piedras para romper nueces. Pero ¾ hasta ahora y a ningún nivel¾ no se ha visto a ningún chimpancé salvaje fabricar una herramienta de piedra. Los humanos empezaron a fabricar instrumentos puntiagudos hace 2,5 millones de años golpeando una piedra contra otra, empezando la senda de la actividad tecnológica que es lo más destacado de la prehistoria humana" 33

Comparemos estas líneas con lo que escribió Engels en 1876

"Muchos monos usan las manos para construirse nidos en los árboles, e inclusive para levantar techos entre las ramas, con el fin de protegerse contra el clima, como lo hace, por ejemplo, el chimpancé. Con las manos toman garrotes para defenderse contra enemigos, y con las manos bombardean a Éstos con frutos y piedras. En cautiverio, las usan para muchas operaciones sencillas, copiadas de los seres humanos. Aquí se advierte el gran abismo que existe entre la mano no desarrollada, aun de los monos más parecidos al hombre, y la mano humana, que cientos de miles de años de trabajo llevaron a una altísima perfección. La cantidad y disposición general de los huesos y músculos son las mismas en ambas manos, pero las del salvaje más primitivo pueden ejecutar cientos de operaciones que ninguna mano de simio conseguiría imitar; mano alguna de mono ha modelado nunca el más tosco cuchillo de piedra".34

Nicolas Toth ha dedicado muchos años a intentar reconstruir los métodos con lo que los primeros humanos fabricaban herramientas y ha llegado a la conclusión de que incluso el proceso más básico de laminar una piedra no sólo requiere un considerable cuidado y destreza manual, sino también un grado de planificación y previsión.

"Para trabajar eficientemente, el picapedrero tiene que escoger una roca de la forma adecuada, aguantarla en el ángulo adecuado para golpearla; y el propio movimiento del golpe requiere gran práctica para darle la cantidad correcta de fuerza en el lugar adecuado. ‘Parece claro que los primeros proto-humanos que fabricaron herramientas tuvieron un buen sentido intuitivo de los fundamentos del trabajo de la piedra'. Escribió Toth en una comunicación en 1985. ‘No hay duda de que los primeros fabricantes de herramientas poseían una capacidad mental más allá de la de los simios,' me dijo hace poco. ‘La fabricación de herramientas requiere coordinación y habilidades cognitivas y motoras significativas'". 35

Existe una estrecha correlación entre la mano, el cerebro, y todos los demás órganos del cuerpo. La parte del cerebro relacionada con las manos es mucho más grande que la relacionada con cualquier otra parte del cuerpo. Darwin ya sospechó el hecho de que el desarrollo de ciertas partes del organismo está vinculado al desarrollo de otras con las cuales aparentemente no está relacionado. ƒl denominó este fenómeno la ley de la correlación del crecimiento. El desarrollo de la destreza manual a través del trabajo proporciona el estímulo para un rápido desarrollo del cerebro.

El desarrollo del género humano no es ningún accidente, sino el resultado de una necesidad. La postura erguida de los homínidos era necesaria para permitirles moverse libremente en la sabana en busca de comida. La cabeza tenía que estar en la parte más alta del cuerpo para poder detectar la presencia de depredadores, como podemos ver en algunos otros animales moradores de la sabana como la mangosta africana. La limitación de los recursos alimenticios creó la necesidad de almacenar y transportar comida, lo que constituyó la fuerza motriz del desarrollo de la mano.

Los simios no están hechos para caminar sobre dos piernas y por lo tanto lo hacen de forma bastante patosa. La anatomía de incluso los primeros homínidos revela una estructura ósea claramente adaptada para caminar erguidos. La postura erguida tiene serias desventajas en muchos sentidos. Es imposible correr tan rápido sobre dos piernas como sobre cuatro. En muchos sentidos el bipedalismo es una postura antinatural lo que explica los dolores de espalda que han atormentado al animal humano desde la cueva hasta nuestros días. La gran ventaja del bipedalismo es que liberó las manos para el trabajo. Este fue el gran salto adelante de la humanidad. El trabajo, junto con la naturaleza es la fuente de toda riqueza. Pero tal y como señaló Engels es mucho más que esto:

"Es la fundamental y primera condición de toda la existencia humana, y ello en tal medida que, en cierto sentido, debemos decir que el trabajo creó al hombre".

El desarrollo de la mano a través del trabajo está estrechamente ligado al desarrollo del cuerpo en su conjunto.

"Así pues, la mano no es sólo el órgano del trabajo, sino también el producto del trabajo. El trabajo, adaptación a operaciones siempre renovadas, herencia de músculos, ligamentos y, a lo largo de prolongados períodos, huesos que pasaron por un desarrollo especial y el siempre renovado empleo de ese refinamiento heredado en operaciones nuevas, cada vez más complicadas, otorgaron a la mano humana el alto grado de perfección necesario para crear los cuadros de un Rafael, las estatuas de un Thorwaldsen, la música de un Paganini.

"Pero la mano no existía sola, era apenas otro miembro de un organismo integral, muy complejo. Y lo que benefició a la mano, benefició también a todo el cuerpo al cual servía, y ello de dos maneras". 36

Lo mismo se aplica al lenguaje. Incluso aunque los simios son capaces de producir una amplia gama de sonidos y gestos que pueden ser vistos como una especie de "lenguaje" embrionario, todos los intentos de enseñarles a hablar han acabado en un fracaso. El lenguaje, como explica Engels, es el producto de la producción colectiva, y solo puede surgir en especies cuya actividad vital dependa exclusivamente de la cooperación para producir herramientas, un proceso complejo que tiene que aprenderse conscientemente y ser transmitido de una generación a la siguiente. Sobre este tema Noam Chomsky subraya:

"Cualquiera que se preocupe del estudio de la naturaleza humana y las capacidades humanas tiene que asimilar el hecho de que todos los humanos normales adquieren el lenguaje, mientras que la adquisición incluso de sus rudimentos más básicos está bastante más allá de las capacidades del simio más inteligente"

Recientemente tratar de demostrar que el lenguaje no es peculiar de los humanos se ha convertido en una costumbre. Aunque no hay duda de que existen sistemas de comunicación entre animales, es totalmente incorrecto describirlos como lenguaje. El habla humana surge de la sociedad humana y la actividad productiva humana cooperativa, y es cualitativamente diferente de cualquier otro sistema de comunicación en el mundo animal, incluso el más complejo.

"El lenguaje humano parece ser un fenómeno único, sin una analogía significativa en el mundo animal. Si es así, no tiene mucho sentido plantear el problema de explicar la evolución del lenguaje humano a partir de sistemas más primitivos de comunicación que aparecen a niveles más bajos de capacidad intelectual".

Y de nuevo:

"Por lo que sabemos, la posesión del lenguaje humano está asociada a un tipo especial de organización mental, no simplemente un nivel superior de inteligencia. Parece que el punto de vista que el lenguaje humano es simplemente una instancia más compleja de algo que se puede encontrar en otras partes del mundo animal no se sostiene. Esto plantea un nuevo problema para el biólogo, en la medida en que, si es cierto, es un ejemplo de auténtica ‘emergencia', la aparición de un fenómeno cualitativamente diferente en un estadio específico de complejidad de organización". 37

El rápido crecimiento del tamaño del cerebro planteó problemas adicionales, especialmente en relación al nacimiento de los niños. Mientras que un simio recién nacido tiene un tamaño cerebral del 200 cc, aproximadamente la mitad de un adulto, el del bebé humano (385 cc.) es sólo una cuarta parte del cerebro humano adulto (unos 1350 cc.) La forma de la pelvis humana, adaptada para caminar en posición erguida limita el tamaño de la abertura pélvica. Por lo tanto todos los bebés humanos nacen "prematuramente" como resultado de su cerebro grande y las restricciones impuestas por la ingeniería genética del bipedalismo.

El desamparo total del recién nacido humano es evidente en comparación con cualquier otra especie de mamíferos superiores. Barry Bogin, un biólogo de la Universidad de Michigan, ha sugerido que la lenta tasa de crecimiento de las crías humanas, comparada con los simios, está relacionada con el largo periodo necesario para absorber las complejas reglas y técnicas de la sociedad humana. Incluso la diferencia en el tamaño corporal entre niños y adultos ayuda a establecer la relación maestro-alumno, en la que el joven aprende del viejo, mientras que entre los simios el rápido crecimiento lleva rápidamente a rivalidad física. Cuando se completa el largo proceso de aprendizaje, el cuerpo alcanza rápidamente el tamaño adulto con un salto repentino en el crecimiento durante la adolescencia.

"Los humanos se convierten en humanos a través de un intenso aprendizaje no sólo de habilidades de supervivencia sino también de costumbres sociales, parentesco y leyes sociales, es decir, cultura. El entorno social en el que son cuidados los bebes indefensos y educados los niños mayores es mucho más característico de los humanos que de los simios". 38

Tercera Parte: Vida, mente y materia
12. El nacimiento revolucionario del hombre (y 2)

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cumpas, se van al carajo
Por socialista obrero - Saturday, Nov. 26, 2005 at 8:48 PM

está perfecto que hablemos del mesozoico, los dinosaurios y todo eso.
Pero eso dejémoslo para después de la toma del poder.
Ahora lo urgente es organizar a los trabajadores y matar a todos los malos y los morenistas.

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AJAJAAAAAAAAAAAAAAAAA
Por Brutus - Saturday, Nov. 26, 2005 at 9:15 PM

¡Extraordinarios, tanto la nota como el comentario de arriba! JAJAJAJAJA. Estos foros dan para todo. Noviembre del año 2005. No sé si existe algo parecido. Aguante Posadas.

Brutus Presidente

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esta bueno el articulo....hasta que se pusieron a hablar de la revolucion y todo eso...
Por Lord Khyron - Saturday, Nov. 26, 2005 at 9:26 PM

ahi la cagaron.....calculo que el proximo articulo versara sobre que la extincion de los dinosaurios se debio a las purgas de Stalin

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Típico
Por Lucas - Sunday, Nov. 27, 2005 at 10:18 AM
how-i-wish@hotmail.com

Típico de militante de izquierda: sólo hay que hablar de "organizarse" y "tomar el poder". Asi, con militantes cuadraditos, nunca vamos a construir el socialismo.

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No dice nada
Por cronos - Sunday, Nov. 27, 2005 at 2:58 PM

El texto no dice nada y tampoco explica nada...
Habla sobre las dificultades para encontrar una explicacion sobre la extincion de los dinosaurios y el origen del hombre, y trata de explicar todo con el materialismo dilectico, que como siempre para las teorias cientificas cuando se intenta usar esta filosofia, no explica nada... Y mas cuando sabemos tan poco sobre nuestro universo...

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Es verdad
Por --- - Sunday, Nov. 27, 2005 at 4:51 PM

Es verdad, el artículo tiene tres temas distintos e inconexos.

La única discusión que podría llegar a ser interesante ("cómo no contruir una hipótesis") la reducen a zonceras tan elementales que las corrientes epistemológicas mas comunes o tradicionales las dan por sentadas (desde la economía metodológica de Occam hasta el actual falsacionismo).

Ninguna articulación de las nociones dialécticas "tradicionales" con debates epistemológicos que realmente hayan tenido importancia histórica.
Los semi o seudo intelectuales de "El Militante" no pasan de ser una manga de mediocres. En fin, al menos en lo que hace a la intelectualidad de izquierda, están bastante acompañados.

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