El surgimiento y posterior desarrollo de Internet supuso el nacimiento de un nuevo medio de comunicación. Desprendiéndose de los viejos miedos, y para no quedarse afuera, los viejos medios no tardaron en sumarse a la web. Este es el cazo de la prensa, la cual empezó  a  crear sus propios espacios y a trasladar los contenidos, contenidos ya no en un papel sino en un pequeño ordenador.  Claro está, adaptándose a las nuevas estructuras y a las nuevas reglas de juego de la comunicación interactiva.

Así fue como se rompió con la comunicación lineal y unidireccional de un emisor a un receptor que caracterizaba a los medios, lo que implicó una serie de cambios fundamentales, tanto en las rutinas del periodismo tradicional, como en la de sus lectores, algunos de los cuales se encontraron desconcertados porque no podían dar vuelta la página, reclamaban el suplemento de cocina de los domingos o imprimían el suplemento para poder envolver una docena de huevos. Es por esto que algunos resagados todavía aún prefieren la edición impresa que, aunque incómoda, les resulta un tanto más práctica. También los canillitas se vieron afectados por este fenómeno, teniendo que abandonar las esquinas mañaneras, por un puestito en el ciber del barrio.

Fuera de estas confusiones, la nueva prensa exigió, asimismo, el dominio previo de una serie de habilidades y conocimientos técnicos, que no eran exigibles en la prensa clásica. Ya no era cuestión de entregar una monedita y recibir el diario, sino que debían invertir esa monedita en unos minutos de Internet, ingresar en la red, conocer la dirección del periódico a consultar, y finalmente disfrutar de  las noticias del día, que luego de tanta espera, ya no eran noticia.

Por otro lado, la posibilidad de trasladar los medios impresos a Internet fue sólo el comienzo del nuevo medio, ya que los cambios también repercutieron en la formación de nuevos profesionales que dieron forma a una expresión diferente, pensada ahora para el lector  que buscaba su o sus periódicos en la red. De esta manera, la estructura y presentación de los periódicos y revistas digitales podrían "adaptarse" a los gustos, intereses y saberes del lector final, construyendo así no una sino millones de ediciones personalizadas, las cuales responderían a ciertos parámetros suministrados previamente por el usuario. Teniendo en cuenta que se necesitarían tantos profesionales como lectores virtuales, encontraríamos en ello una excelente oportunidad para emplear a la numerosa cantidad de periodistas  hoy desocupados.    

Una de las ventajas que este nuevo medio trae a los profesionales de la comunicación, es la de que algunos periodistas, por ejemplo, muchas veces no tendrían que volver a su redacción para escribir, entregar sus artículos y buscar las ilustraciones correspondientes al tema cubierto. Simplemente bastaría con escribir desde el mismo lugar del suceso, tecleando en una computadora personal, equipada con una serie de programas de diseño, procesador de textos y gráficos, ganando en rapidez y efectividad. Aunque cabe la reflexión, de cuántos realmente están preparados profesionalmente para esta tarea, ya que muy pocos de los periodistas que hoy trabajan en estos medios tienen o tenían experiencia en este terreno. La mayoría, se formó en la práctica. Así lo reveló una encuesta realizada a través de Internet, sobre Periodismo Digital en América Latina, diseñada por los periodistas Julio César Guzmán y Guillermo Franco, que contó con el apoyo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), el Grupo Diarios de América (GDA), y la Fundación para el Nuevo Periodismo Hispanoamericano, dirigida por Gabriel García Márquez. La misma, señaló que: más de la mitad (53 por ciento) de los periodistas de las ediciones online de América Latina no tiene formación académica en periodismo digital. El 47 por ciento sí: 17 por ciento la obtuvo fuera del país mientras que el 30 lo hizo en en el país. Además, el 70 por ciento de los responsables de unidades digitales de los periódicos en América Latina cree que su mayor necesidad en términos de capacitación es la creación de productos multimedia; la segunda cómo escribir en Internet (17 por ciento). Finalmente, sólo el 43 por ciento de los medios ofrecen capacitación interna a los periodistas sobre periodismo digital, y la mayoría de esta capacitación (el 68 por ciento) se ofrece apenas entre 1 y 3 veces al año.

Desde el otro lado, los ciberlectores que adhirieron de inmediato a las ediciones digitales, poseen un amplio abanico de oportunidades para satisfacer sus necesidades informativas. Desde cualquier lugar ellos pueden acceder a los periódicos de todo el mundo que día a día se agregan a la Red, y además tienen la posibilidad de escribir sus opiniones, refutar artículos o incluso comunicarse con el periodista vía e-mail para hacerle llegar cualquier comentario. Esto, les brinda una mayor participación, con menos limitaciones que las de cualquier periódico a la hora de expresar una visión personal; y además, una vasta variedad de contenidos, ya que existen ediciones que se especializan sobre diversos temas tales como deportes, espectáculos, cine, cacería, agro, vitivinicultura, etc. No obstante, en lo que refiere a la información, no son muchos los diarios que la actualizan, (sólo el 10 por ciento de los periódicos de América Latina dice actualizar 24 horas al día, el 61 por ciento lo hace entre 15 y 20 horas; en fines de semana, sólo el 5 por ciento actualiza las 24 horas, el 67 por ciento entre 12 y 20 horas y el 9 por ciento no la actualiza). Esto, no constituiría entonces una garantía para los aficionados del deporte que, por ejemplo, ante el resultado no actualizado de una competencia, pueden llegar a perder apuestas, creer que las han ganado o incluso salir a festejar el triunfo de un equipo totalmente en vano.

De lo que se trata hoy en día, es de superar los desafíos que plantea este nuevo medio tanto por parte de los profesionales de la comunicación como por parte de los lectores, que necesitan adaptarse a los nuevos códigos que sugiere este nuevo medio, códigos propios de una era que es: la era de la información.

Ximena Niederhauser

ximeni24@gmail.com