ENCUENTRO DE LA INTERSINDICAL.
Por EL MILITANTE -
Friday, Dec. 09, 2005 at 8:17 PM
EL SÀBADO 10 EN INGENIERÌA DE LA UBA.
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Organizar una Corriente Sindical
clasista y democrática en la CGT y la CTA |
Una necesidad
impostergable |
Fecha : ( 06-Diciembre-2005 )
Categoria : Movimiento obrero
|
a
lucha de los trabajadores por aumentos de salarios y mejoras en las
condiciones laborales no se detiene. No la pararon ni las
elecciones, ni los cambios de ministros, ni la cantidad de Convenios
firmados por las direcciones sindicales para limitar su alcance.
En la mayoría de los casos, el aumento de los salarios
conseguidos fue gracias a una lucha a brazo partido, y en otros a la
necesidad de la burocracia, gobierno y patronales de adelantarse
soltando algunas migajas. Este vasto y creciente movimiento de
lucha se manifiesta con diferentes ritmos y dinámicas. Dentro de
este proceso intervienen trabajadores en blanco, estatales,
privados, “en negro”, terciarizados, etc. O sea, que recorre y
electriza a todas las capas que componen la clase trabajadora. Y no
es casualidad que se dé esta situación cuando las patronales
aumentan sus ganancias un 50% más cada año mientras que el 70% de la
clase trabajadora, 9.5 millones de asalariados, gana menos de $800,
cuando la Canasta Familiar supera los $1.800. Y cuando la mitad de
los trabajadores argentinos gana... ¡¡menos de $550 al mes!! Con una
inflación superior al 12% los ingresos de los trabajadores se
reducen aún más, teniendo en cuenta que los alimentos aumentaron un
¡¡130%!! en los últimos 4 años. Esta “gimnasia” reivindicativa,
más allá de los reclamos, tiene el efecto de imprimir una nueva
dinámica que expresa el nuevo espíritu de lucha y organización de
los trabajadores, recuperando espacios de democracia obrera dentro
de la estructura sindical, como el armado de listas opositoras a la
burocracia o la proliferación de asambleas de base para decidir el
curso de las luchas, propiciando un gran movimiento subterráneo de
oposición que engloba a todo el activismo combativo que empezó a
foguearse en este proceso. Este es el verdadero trasfondo social
donde la discusión sobre la necesidad de la Corriente Sindical se
transforma en estratégica para los activistas y dirigentes
combativos dentro del movimiento obrero, acicateadas por las luchas
del Subte, Telefónicos, Garrahan, docentes, estatales, etc.
Encuentro del 6-7 agosto, un paso adelante pero
insuficiente
Indudablemente, el Encuentro
Nacional de Trabajadores de agosto significó un paso adelante. La
declaración de 14 puntos acordada contenía la defensa de un modelo
sindical democrático al servicio del interés general de la clase
trabajadora con mecanismos asamblearios de base, bajo el objetivo de
impulsar y coordinar las luchas que vienen llevando adelante para
conseguir condiciones de vida dignas, y el compromiso de promover
agrupaciones unitarias que disputen las organizaciones de la clase
obrera a la burocracia. Además, la declaración hacía referencia
explícita a la unidad de la clase obrera, contra la discriminación,
por el internacionalismo, la solidaridad y el antiimperialismo.
Sin embargo, a pesar de los buenos deseos de todos los
participantes no se avanzó en el plano organizativo con la
constitución formal y el lanzamiento público de la Corriente
Sindical (o Intersindical, como también se la denomina) con un
nombre definido y con un plan de trabajo por sectores y zonas como
era el deseo de gran parte de los compañeros presentes en los
debates. Había compañeros que planteaban que las condiciones
para crear una Corriente sindical clasista y democrática en las
fabricas y empresas, todavía no estaban dadas. Estos compañeros
apuntaban a la creación de un organismo conformado principalmente
por los sindicatos, seccionales, comisiones internas y cuerpos de
delegados que han sido recuperados de las manos de la burocracia
(los que, honestamente, debemos reconocer que son todavía muy
pocos), como una forma de coordinar y rodear de solidaridad las
luchas y conflictos de este segmento reducido de sectores, y de
intercambiar experiencias. La falencia de esto último es que no
apuntalaba ningún mecanismo para atraer y desarrollar aquellos
sectores de la clase donde el activismo obrero todavía no está
insertado (que son la mayoría), o en aquéllos donde el proceso no
está tan avanzado o se carece de las fuerzas para recuperar los
instrumentos sindicales. En la práctica, fue este tipo de
funcionamiento el que se dio en estos meses. Después del
Encuentro de agosto tanto el funcionamiento orgánico del espacio
como las tareas acordadas no pudieron ser llevadas a cabo
satisfactoriamente. En un conflicto tan importante como fue el del
Garrahan no se actuó colectivamente y bajo la misma bandera, cada
integrante del espacio actuó por su cuenta. Tampoco el resto de las
campañas de agitación programadas en el Encuentro de Agosto pudieron
ser llevadas a la práctica. No podemos justificar esta situación
diciendo que los trabajadores no están luchando o que aceptan
mansamente el ajuste que significa la inflación que devora el
salario obrero. Todo lo contrario. Como afirma el propio texto de
convocatoria del presente Encuentro, durante estos meses los
integrantes del espacio participaron en muchas luchas, pero a título
individual, sin que los trabajadores afectados o quienes las veían
desde afuera, supieran de la existencia de nuestro movimiento.
De esta manera, estamos desaprovechando el potencial latente del
activismo obrero que tiene expectativas en la construcción de un
espacio de lucha para organizarse y multiplicar sus fuerzas.
Esto no tiene nada de alarmante por ahora, dada la
heterogeneidad de las posiciones político-sindicales y de las
diferentes experiencias encarnadas por compañeros de los más
diversos sectores de la clase que convivimos en este espacio, pero a
condición de que, de ahora en más, demos pasos efectivos y reales
hacia adelante en el desarrollo y extensión de la Corriente
Sindical.
Corriente Sindical, Corriente
político-sindical, Movimiento intersindical, y clasismo
También la definición del nombre reveló
diferencias en lo que se proponía construir. Es importante señalar
que hay compañeros prefieren hablar de “corriente político-sindical”
y no de “Corriente Sindical”. Ahora, la Mesa Promotora del espacio
que se conformó en la reunión de agosto, propone para la Corriente
Sindical el nombre de Movimiento Intersindical Clasista. Otros
compañeros cuestionaron si convendría utilizar o no la denominación
“clasista” para la construcción del espacio. En cuanto a esto
último, es verdad que el propio desarrollo de la sociedad y de la
clase obrera desgasta las palabras y su contenido. Pero creemos que
el “clasismo”, con todas las matizaciones que se le puedan
adjudicar, es una tradición que es necesario reanudar en el seno del
movimiento obrero. Independientemente de que la Corriente se
denomine “clasista” o no, su práctica diaria y cotidiana debería
estar signada por la defensa incondicional de los derechos
inmediatos e históricos de la clase trabajadora y mantenga su
independencia política y organizativa respecto de toda estructura
patronal y gubernamental, que señale que no existen intereses
comunes a obreros y patrones, y que la clase obrera debe perseguir
el objetivo histórico de su emancipación social mediante la
apropiación colectiva y democrática de los medios de producción en
interés de la propia clase trabajadora. En este sentido, la
experiencia del clasismo, su crítica colectiva en el seno de la
corriente, ayudará a forjar la nueva camada de activistas obreros.
Lo importante no son las etiquetas sino el programa de la Corriente
y su práctica diaria, eso es lo que definirá el carácter clasista o
no del espacio que empezamos a construir. El término “corriente
político-sindical” puede prestarse a confusiones. Para nosotros, la
lucha política y sindical no están separadas por una Muralla China,
porque toda acción sindical que tienda a hacer valer los intereses
generales de la clase obrera y luchar por reivindicaciones que
trascienden una empresa o sector tiene indudablemente un contenido
político: las luchas para derogar las leyes de reforma laboral
reaccionarias o para instituir una ley a favor de la jornada laboral
de 6 horas; el exigir la liberación de los presos sociales, o el no
pago de la deuda externa, etc., todas ellas tienen un indudable
contenido político. Entonces, no hay diferencias entre nosotros
y resultaría irrelevante un nombre u otro. Ahora bien, si lo que
estos compañeros entienden por “corriente político-sindical” es una
especie de partido-sindicato, entonces no estamos de acuerdo.
Hay diferencias entre un partido y un sindicato. Los sindicatos
agrupan a obreros de diferentes ideologías y concepciones políticas,
y a trabajadores indiferentes políticamente. Es un gran frente único
de la clase obrera por sus luchas económicas. Acordamos con la
necesidad de la lucha política y de que la clase obrera argentina
debe tener su propio partido de clase, socialista y de masas, pero
de forma paralela a la construcción de la Corriente Sindical, no
suplantando uno a la otra. Lo mismo opinamos sobre la
denominación de Movimiento Intersindical. Lo que importa es el
contenido, no la forma. Estamos de acuerdo con este nombre, siempre
que queden claros el carácter y la organicidad que queramos darle al
espacio. Por supuesto, el Movimiento o la Corriente, debe ser amplio
y debe integrar a todos los trabajadores, seccionales de gremios, y
cuerpos de delegados que acepten su programa y su declaración de
principios, y estén dispuestos a trabajar para desarrollarlo. Pero
debemos advertir de los peligros o deficiencias que se pueden correr
de una interpretación equivocada del término “Movimiento”. Uno
de los peligros puede ser que sus integrantes no se consideren
obligados a ningún tipo de disciplina interior frente a las
decisiones democráticamente tomadas en cada ámbito de representación
del Movimiento: Plenario Nacional, regional, local o por sector.
Nosotros consideramos que las decisiones tomadas en estos ámbitos
deben ser aceptadas y cumplidas por todos los que integran el
espacio y no justificarse en que cada seccional, cuerpo de delegados
o agrupación que adhiera al Movimiento decida individualmente si
acepta o no las decisiones acordadas democráticamente. Otro de
los peligros que pueden surgir es que con la excusa de que el
espacio debe ser amplio, la forma organizativa que adquiera el
Movimiento sea amorfa y sin mecanismos claros para la toma de
decisiones a nivel nacional, regional, local o por sector. Nos
parece que el método más acertado sería tomar las decisiones, y
resolver las diferencias o disputas que hubiera, después de una
discusión amplia y democrática, mediante el sistema de votación, y
no recurriendo a los falsos métodos del “consenso” o de los
“acuerdos de cúpulas”. Son poco democráticos y pueden paralizar al
Movimiento en su actividad práctica cuando este tipo de “acuerdos”
no sea posible o fracasen.. En ese sentido, deberíamos avanzar en el
establecimiento de reglas y métodos claros en los próximos plenarios
y reuniones (a nivel nacional, regional, local o por sector) con
delegados electos por zona, sindicato, cuerpo de delegados,
agrupaciones, etc. Proponemos que este Encuentro o que la Mesa
directiva que surja del mismo, elija una comisión de Organización
que elabore una propuesta concreta sobre este punto.
La necesidad de una Corriente Sindical, clasista y
democrática
Desde la Corriente Socialista El
Militante creemos que la situación objetiva de la lucha de clases,
signada por la amplitud y cantidad de los conflictos, su extensión
por sectores, el malestar de los trabajadores por la pérdida del
poder adquisitivo y las largas jornadas de trabajo, el descrédito de
las direcciones sindicales, crean un terreno propicio para el
desarrollo, articulación y extensión de una Corriente Sindical de
oposición. Por lo tanto creemos que hay que avanzar en la
constitución de esta Corriente Sindical para llevar este debate al
seno de la clase trabajadora, aumentando nuestros puntos de apoyo en
los sindicatos y empresas para estar en las mejores condiciones de
presentarnos como una alternativa frente a las actuales direcciones
burocráticas de los sindicatos. Una Corriente Sindical debe
tener como fin aglutinar en un frente único a todos los activistas
sindicales combativos y luchadores para desarrollar esta tarea,
compartiendo experiencias y extendiendo su influencia. Creemos
que es insuficiente reducir el enorme potencial de una Corriente
Sindical a la conformación de un simple organismo “coordinador”,
circunscribiendo su esfera de actuación únicamente a las empresas,
sectores o sindicatos donde hoy tenemos presencia, pero que no
articula mecanismos para su extensión y desarrollo allá donde no
estamos presentes. Desde ya: la coordinación entre los sectores que
efectivamente hoy pueden coordinar luchas y campañas en el seno del
movimiento obrero es un paso adelante, pero esto no se opone a una
Corriente Sindical que aspire a organizar y fortalecer a los
trabajadores, como espacio que apunta a ir a la clase y no esperar
que ella venga a nosotros. El objetivo del sindicalismo
combativo, y de la Corriente Sindical, debería ser trabajar dentro
de las organizaciones sindicales de masas existentes, la CGT y la
CTA, para tomar posiciones en las mismas y arrebatar a la burocracia
el control de los sindicatos. El conjunto de la clase obrera
organizada en la Argentina lo está en y alrededor de las centrales
obreras, y marginarnos de intervenir dentro de estas organizaciones
simplemente significaría renunciar a enfrentar a la burocracia
sindical y conquistar la dirección del movimiento obrero. La
Corriente Sindical debería estar abierta a la participación de
cualquier trabajador o grupo de trabajadores en cada empresa o
sindicato, y no solamente a los componentes de los cuerpos de
delegados o dirigentes gremiales combativos reconocidos, debiendo
aspirar a tener una composición de masas a escala nacional, con
miles de adherentes. Hasta ahora, allá donde el activismo obrero
combativo dirigió o intervino en las luchas lo hizo en su propio
nombre: como delegados o miembros de las comisiones internas del
Subte, Garrahan, ferroviarios zona oeste del Gran Bs. As, ATE zona
sur, Amsafe Rosario, Sutebas, etc. Por lo tanto, creemos que sería
un enorme paso adelante que, de ahora en más, participáramos en las
luchas bajo la bandera de la Corriente Sindical (o del Movimiento
Intersindical), para que cualquier trabajador entienda que el
sindicalismo combativo, democrático y antiburocrático no es
patrimonio de tal o cual dirigente sindical combativo y honrado, o
cuerpo de delegados particular, sino que obedece a una determinada
concepción de la lucha sindical y de los intereses de los
trabajadores, que se plasma en una herramienta organizativa como es
la Corriente Sindical. Hay un elemento que esta emergiendo en el
proceso de luchas salariales que el activismo obrero tiene que
considerar para diseñar una política correcta hacia las bases
obreras. Sectores de la burocracia sindical, entendiendo la bronca
acumulada de los trabajadores por los bajos salarios y las golosas
ganancias patronales, se ven obligados a cambiar los discursos
conciliadores de antaño, disfrazarlos en defensa de los salarios y
críticas a la patronal, y dando un paso en la lucha organizando
medidas de fuerza. Antes fue el Smata, ahora Sanidad, Construcción,
Alimentación, Camioneros, etc. Pensar que la burocracia sindical
traicionará siempre, en todo tiempo y en todas las condiciones, es
de una ingenuidad increíble. Obviamente las intenciones de la
burocracia son recuperar oxigeno después de años de descrédito,
recrearse una base en los gremios limitando y encauzando las luchas
para que no se les escapen de las manos y estar en una mejor
situación para encarar nuevos acuerdos y pactos con el gobierno y la
patronal. Debemos participar en estas luchas, hombro con hombro
con el resto de los trabajadores, explicando pacientemente las
limitaciones de las direcciones burocráticas, planteando la
necesidad de asambleas de base para garantizar un control
democrático de la lucha, extender el conflicto a otros sectores en
lucha, y no bajar los reclamos. En estas experiencias de luchas
los trabajadores pondrán a prueba a las direcciones sindicales. La
Corriente Sindical tendría un papel enorme que jugar, anticipándose
a los hechos y mostrándose como una herramienta útil a la clase
trabajadora, demostrando en la práctica la superioridad de sus ideas
y métodos. Los activistas obreros de la Corriente Socialista El
Militante, participamos junto con otros activistas obreros y
agrupaciones de distinta procedencia en el espacio Encuentro
Sindical de Base-El Mortero, compartiendo, en líneas generales, esta
concepción de lo que debería ser la Corriente Sindical, y que está
abierto a cualquier activista dentro del Movimiento.
Qué programa
Para ayudar al
éxito y desarrollo de la Corriente Sindical es fundamental dotarse
de un pliego de reclamos amplio que contenga las demandas
fundamentales de los trabajadores, desde las más pequeñas, hasta las
más generales. Desde nuestro punto de vista, debería contemplar, al
menos, las siguientes: -Ningún pacto social UIA-CGT para
frenar la lucha por el salario y el empleo digno.
-Salario promedio equivalente a la canasta familiar de
$1.800. -Reparto del trabajo sin afectar el salario, para
así acabar con la desocupación. Por el cumplimiento efectivo e
inmediato de la jornada laboral máxima de 8 hs y su reducción
progresiva a 6 hs. -No al empleo precario. Efectivización
inmediata de los trabajadores contratados y "en negro" bajo
convenio. -No a la discriminación de la mujer trabajadora. A
igual trabajo, igual salario. -Escala móvil
precios-salarios. Indexación de los salarios con los precios cada 3
meses. -Subsidio de $500, como mínimo, para todos los
desocupados mayores de 16 años, y sin derecho a prestación.
-Jubilación a los 60 años con el 100% del salario.
-Por un plan de obras públicas que atienda las necesidades
de vivienda e infraestructura y así dar trabajo a los desocupados.
-Reestatización sin compensación de todas las empresas
privatizadas, bajo control obrero. -Estatización sin
compensación, y bajo control de los trabajadores, de todas las
empresas que cierren o despidan trabajadores.
-Desconocimiento de la Deuda externa.
-Nacionalización y estatización de la Banca, monopolios,
multinacionales y latifundios bajo el control de los trabajadores y
sin compensación, para así planificar los recursos productivos en
beneficio de la mayoría de la sociedad. -Desprocesamiento y
liberación de todos los luchadores populares encausados o presos.
Además, debemos defender un programa de
democracia sindical que contemple, entre otras, las siguientes
medidas:
-Elección y revocabilidad inmediata de
cualquier dirigente o cargo sindical por las bases. -Que ningún
dirigente o cargo sindical perciba un sueldo superior al salario
medio de un obrero calificado. -Que se abran los libros de
contabilidad de cada sindicato a los afiliados.
-Congresos anuales con delegados democráticamente
elegidos por los afiliados.
Este documento, que
contiene nuestras propuestas sobre las tareas y desafíos que
enfrentan los activistas obreros combativos y de izquierda, es un
modesto aporte que hacemos al conjunto del movimiento. Es nuestra
intención abrir un diálogo con cualquier trabajador o joven luchador
interesado en abordar las tareas que tenemos por delante. En ese
sentido, estaríamos muy agradecidos si nos hicieran llegar sus
comentarios sobre el presente material.
Para
contactarnos: elmilitante_argentina@yahoo.com.ar
http://argentina.elmilitante.org
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