Sin lugar a dudas, Dios es estadounidense
Actualmente se está realizando en el Museo de Historia
Natural de Nueva York la muestra más grande y completa que se haya hecho sobre
la vida y obra de Darwin. El hecho es significativo, ya que se vienen
verificando importantes avances de la derecha religiosa norteamericana en el
terreno de la educación y la cultura. Darwin es uno de los blancos predilectos
de esos caballeros, que se oponen activamente a que se enseñe la teoría de la
evolución en las escuelas.
Los datos son ilustrativos: según la encuesta Gallup, el 53%
de los estadounidenses adultos cree que Dios creó al hombre y el 31% comparte la
posición afín del “diseño inteligente”, mientras que sólo el 12 piensa que el
hombre es el resultado de un proceso evolutivo a partir de otras formas de
vida.
"El verdadero culpable es el pésimo nivel
de alfabetización y educación científicas en este país, que contrasta
fuertemente con los asombrosos avances de la ciencia del siglo
XXI [2] ."- afirmó
Ellen Futter, presidenta del museo de Historia Natural, durante la conferencia
de prensa en la que anunció la apertura de la muestra, que está dirigida
esencialmente a los escolares norteamericanos.
Viejos y nuevos cruzados
En Abril de 1865, partió desde EEUU hacia Brasil una
expedición financiada por el acaudalado empresario Nathaniel Thayer y encabezada
por el científico suizo-norteamericano Louis Agassiz, con el objetivo de
encontrar evidencia contra El origen de las especies de Darwin [3] . Visto desde hoy, este hecho
resulta una curiosidad, aunque no deja de tener algo de meritorio. En efecto,
los actuales cruzados anti-darwinistas no necesitan organizar expediciones a
ninguna parte. Están tan cerca del poder del estado como lejos de la ciencia,
como para sentir la necesidad de dar fundamentación empírica a sus posiciones.
En un país donde el 53% de los adultos se manifiesta en oposición a una de las
principales conquistas científicas de la modernidad, estos señores se proponen,
apoyándose en la reaccionaria administración Bush, una modificación radical de
las relaciones de fuerzas, que abra el camino a un profunda reforma moral e
intelectual reaccionaria. De la clase obrera norteamericana depende que no lo
logren.
La miseria del pragmatismo
El pragmatismo ha sido históricamente la corriente de
pensamiento dominante en EEUU. Identificado con un progresismo moderado, el
pragmatismo se propuso, según la expresión de su fundador William James, crear
“nuevos nombres para viejas formas de pensar”. Desde la perspectiva pragmática,
no importa que no sea cierto que la fortuna de un gran empresario sea un regalo
de Dios. Si creer en eso permite al individuo en cuestión seguir amasando
dinero, la hipótesis resulta correcta. El pragmatismo tuvo un especial cuidado
en salvaguardar las creencias religiosas de la labor desmitificadora de la
ciencia y por esa vía se constituyó en una justificación del sentido común, no
importa que tan ptolomaico [4] (según la expresión de Gramsci)
fuese éste.
En la actualidad, los “viejos modos de pensar” que el
pragmatismo se encargó de preservar han vuelto por sus fueros y no quieren
“nuevos nombres”, quieren recuperar los nombres originales con fundamentos nada
relativistas. El pragmatismo, previa adaptación al particularismo posmoderno, se
ha visto refutado el sentido común que supo idolatrar.
[1] Revista Lucha de Clases
(Argentina).
[2] “Gigantesca muestra sobre Darwin en Nueva
York” , Clarín, 21-11-05.
[3] Louis Menand, El Club de los
Metafísicos. Historia de las ideas en los Estados Unidos. Bs As 2003, Imago
Mundi, pg 130.
[4] Se refiere al sistema astronómico
de Ptolomeo, que sostenía que la Tierra era el centro del
universo.