Julio López
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Urgencias
Por Jaume d'Urgell - Saturday, Dec. 17, 2005 at 9:35 PM
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…como íbamos diciendo, me gustaría tratar hoy de las diferencias entre lo urgente y lo importante, para ver si algunas de las paradojas que nos asaltan al pensar, lo hacen por mero divertimento, o por contra, es menester que nosotros, simples mortales —con derecho a lágrimas y voto—, trabajemos para conseguir que alguien haga algo.

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Me tacharán de demagogo, dirán que mi utopía roza lo pueril —como dijeron de aquel representante de la ciudadanía española, al que se le ocurrió defender en plena Asamblea General de las Naciones Unidas, la idea de la búsqueda de la fraternidad a través del mutuo conocimiento—. Lo sé, y lo asumo; mas no será el miedo a la reacción, lo que me haga temblar al escribir en voz alta, realidades que están bien a la vista de todos.

Abandonemos la senda de lo abstracto, adentrándonos en el zarzal de la vida:

Primera pregunta, sobre Salud y realeza: si como leo en los Presupuestos Generales del Estado para el próximo años 2006, la familia de Juan Carlos nos va a costar algo más de ocho millones de euros… ¿por qué la Comunidad de Madrid falsifica los documentos oficiales de la Consejería de Sanidad, negándose a reflejar el tiempo que verdaderamente lleva esperando mi señora madre para que le hagan una mamografía?

Segunda pregunta, la pistola junto al ratón: ¿qué sentido tiene que el apartado de investigación y desarrollo de la Sociedad de la Información (programa 467G), figure en la sección de gastos del Ministerio de Defensa? Me gustaría analizar esta situación frente a la negativa de las Cámaras a aprobar la Ley de Software Libre, esta misma semana.

Tercera pregunta, a propósito de la prostitución: compruebo que con acierto y prudencia, el legislador ha previsto la existencia de una partida genérica para “Otros imprevistos” (sección 31, programa 929M, Económica 51), cuya dotación presupuestaria asciende a casi seiscientos cincuenta millones de euros. Aprovechando que estamos en diciembre —y que hace mucho frío—, me pregunto si las personas que ejercen la prostitución, en las inmediaciones de La Casa de Campo, de noche, casi sin ropa, forzadas, arriesgándose al contagio de enfermedades, asustadas y con responsabilidades familiares… me pregunto, si se podría habilitar el uso de esos fondos públicos, para cumplir con los preceptos constitucionales de la tutela judicial efectiva, vivienda y trabajo dignos. Sé que es cuestión de prioridades, pero esas personas sufren y se están muriendo como si no fueran como nosotros.

Cuarta pregunta, a propósito de las infraestructuras: ¿sería muy difícil prescindir de alguna de las diez tuneladoras que están perforando el subsuelo de Madrid y desviar sus gastos a la construcción de viviendas sociales para poder dar acogida a una parte de las miles de personas que huyen desesperadas hacia nuestro país? (del que no hace tanto huíamos nosotros).

Quinta pregunta, sobre Dios y el César: ¿pasaría algo si construyéramos algunos kilómetros menos de autopista por año, y a cambio dispusiéramos del número de jueces que realmente necesitamos?

Sexta pregunta, sobre las cosas de casa: suponiendo que la Ley está bien como está, ¿por qué cualquier agente de la propiedad inmobiliaria se ríe de mi cuando le hablo de pagar solo el precio máximo legal por una vivienda de protección oficial?

Séptima pregunta, el valor de las cosas: ¿es casual que coincidiera en el tiempo, el cambio en la fórmula de cálculo del Índice de Precios al Consumo con la entrada en vigor de la moneda única europea? Lo digo, más que nada, porque si el IPC acumulado es inferior a un 25%, no entiendo porque un café cuesta más del doble, el periódico un 66% más, mi apartamento cerca de cuatro veces más… y ¡un zumo tres euros con veinte!

Octava pregunta: ¿qué criterios periodísticos determinan el nivel de cobertura de los acontecimientos de la realidad? ¿la línea editorial? ¿el azar? Yo, pongamos por caso, siento una gran curiosidad por el desarrollo del macro proceso judicial llamado 18/98, contra la banda terrorista E.T.A. y el conjunto de organizaciones que presuntamente se movían en su área de influencia ¿por qué tengo la sensación de que no me estoy enterando de nada? Me interesa conocer también en qué consiste la iniciativa del anterior comisario europeo Frits Bolkestein, pero tengo la sensación de que se me ocultan cosas. ¿Por qué la manifestación en defensa de una Constitución Republicana, celebrada el pasado día 6 de diciembre, apenas apareció en la prensa, si —como es evidente—, fue el acto que más ciudadanía movilizó ese día? Hablo del silencio intencionado de EL PAÍS, naturalmente, pero también de Radio Televisión Española, cuya ocultación se me antoja mucho más hiriente, habida cuenta de su financiación con dinero público.

Pero, volvamos al Olimpo de lo abstracto: ¿qué es importante y qué es urgente? ¿qué es la derecha y qué es la izquierda? ¿somos libres?

A veces me dan ganas de plantarme en la Puerta del Sol, subido a un cajón de madera, armado con un megáfono, y gritar que la propiedad privada es un delito, que la vivienda secundaria es inmoral, que la Naturaleza nos ajusticiará en breve, que el jefe de estado fue designado por un delincuente, que es mejor el bien, que todos somos iguales…

Entonces, cuando la tele me avergüenza, la radio me asusta, la prensa me miente y los bramidos tabernarios me ofenden… me encierro en mi habitación, y escribo poesía… y soy libre, en mi imaginación.

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