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Despedidos de Aerolíneas: de trabajadores a luchadores
Por reenví anred - Monday, Dec. 19, 2005 at 5:26 PM

Los trabajadores despedidos de Aerohandling mantienen una carpa en el hall del AeroparqueJorge Newbery en reclamo por la reincorporación a sus puestos de trabajo. El conflicto comenzó a fines de marzo de este año cuando la empresa echo a veinte trabajadores por exigir aumento salarial. Una clara persecución gremial, avalada por el sindicato que los nuclea, APA (Asociación Profesionales Aeronáuticos), y sin otra respuesta que la resistencia de los trabajadores.

DOMINGO 18 de diciembre


Por ANRed - L

"Nos pasó a nosotros y le pasa al resto de los trabajadores: vas de tu casa al trabajo y del trabajo a tu casa. No te importa lo que le pasa a los demás, hasta que te toca. Ahí decidís salir a luchar y pelear por lo que te parece justo. Es un aprendizaje que deberíamos tener todos", reflexiona Andrés Chávez sobre la situación que vive, junto a Fabián Aquino, Martín Puchetta y Fabián Ross, desde hace casi nueve meses.

En Aerolíneas Argentinas, a través de la empresa tercerizada AeroHandling, un trabajador del sector rampa cobra alrededor de 800 pesos (los salarios más bajos de los trabajadores aeronúaticos), trabaja nueve horas diarias, en turnos rotativos y puede ser contratado indefinidamente. Ante esta precaria situación laboral, a fines de marzo de este año, los trabajadores llamaron a una asamblea de la que participaron cerca de 200 personas. "Nosotros le pedimos al sindicato que baje a las bases para plantearle el problema que teníamos. Nunca vinieron. Decidimos organizarnos y discutir cómo encarar la lucha. En un primer momento, APA avaló la asamblea, por lo menos de palabra, pero después dijeron que no. Entonces, la empresa tomó represalías: nos echaron a los veinte, rescindieron contratos, apercibieron a un montón de gente. El sindicato nunca trató de frenar este atropello que hicieron con todos nosotros", cuenta Andrés Chávez.

El texto del telegrama enviado por Aerolíneas Argentinas no dejaba lugar a dudas de cual era la causante del despido: "Ante gravísimas e inadmisibles inconductas laborales (...) la que incluso no contó con apoyatura o aval de la entidad sindical que representa su interés colectivo y profesional, lo que no hace más que confirmar la ilegalidad de su comportamiento, el que injuria los intereses de su empleador de manera irreversible y desde ya configura una perdida de confianza (...) por lo que queda despedido por su exclusiva culpa".

Las formas de la resistencia

"Empezamos tibiamente esto: poníamos una mesa acá en hall del aeropuerto a la mañana y luego la sacábamos a la noche. Era simplemente para volantear y recaudar un poco de plata con los pasajeros. Elegimos esta manera de dar a conocer el reclamo porque estábamos solos. De a poquito fue arrimándose gente y encaminándonos para encarar una lucha más directa. Lo fuimos aprendiendo porque no teníamos una experiencia gremial ni de lucha. Ninguno era militante ni delegado siquiera", cuenta Andrés Chávez.

La carpa se instaló de forma permanente y, ante la falta de respuestas, iniciaron una huelga de hambre que duro veinte días. "En un momento hubo una promesa de que nos iban a ubicar en Intercargo, una empresa estatal. Teníamos un expediente abierto como para poder ingresar. APA trabó esta posibilidad, directamente jugó con nuestra fuente laboral -relata Chavez- La huelga de hambre la hicimos para presionar a la Secretaría de Transportes, para que no escuchara lo que decía el sindicato. Cuando la empresa dio un indicio de que ibamos a entrar todos y para demostrar buena voluntad, para demostrar que queremos trabajar, levantamos la medida. De esto hace dos meses". Solo se reincorporó a uno de los trabajadores "de la carpa", Guillermo Cortegoso, quien comenzó a trabajar este último viernes en el aeroparque de Ezeiza.

"Varias veces pensamos en levantar el campamento. Sin embargo seguimos. Algunos nos dicen: 'Mirá, yo no paso por el campamento porque no los puedo ver así'. Imaginate cómo nos sentimos nosotros, que estamos acá todo el tiempo y dando la cara a los pasajeros. Acá nos reputean o nos tratan de vagos. Es muy difícil entenderlo desde afuera"., afirma el trabajador despedido; al tiempo que señala que "la relación con los pasajeros no es siempre conflictiva. La mayoría nos entiende".

Con respecto al paro que a fines de noviembre llevaron a cabo pilotos y técnicos de Aerolíneas, quienes, en un principio, llegaron a un acuerdo con la empresa por la reincorporación de once despedidos y aumento salarial, Andrés Chavéz sostiene que "Nosotros no tenemos el poder de parar la empresa. En realidad el conflicto de Aerolíneas ya viene hace más de un año y nosotros salimos a la lucha primero que todos. Lamentablemente no teníamos la fuerza que tienen los pilotos y los mecánicos. Salimos a pelear por lo mismo que ellos que era la efectivizacion de los compañeros y un aumento salarial".

En todas las estrategias de lucha que desplegaron en estos nueve meses, los trabajadores apuntan a "torcerle el brazo a la empresa y al sindicato más que a nadie porque traba todas nuestras iniciativas"- dice Andrés- Nuestro propósito es trabajar. A veces cuesta mucho hacerle entender a la familia por qué uno está haciendo lo que está haciendo, Uno pelea por algo que cree justo y sigue adelante".

Finalmente, los trabajadores decidieron recurrir al poder judicial: "Empezamos un proceso de reinstalación por la vía legal, ya que vemos muy difícil que, por intermedio de nuestra carpa y de todo lo que venimos haciendo, se haga efectivo el poder empezar a trabajar. En un principio, no quisimos entrar en el terreno judicial porque probábamos todo lo que hicimos. Ahora de a poquito vamos ir viendo si por la vía judicial podemos lograr algo".

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