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CULTURA Y SOCIALISMO.
Por EL MILITANTE -
Monday, Jan. 02, 2006 at 6:38 PM
Leon Trotsky Empecemos recordando que cultura significó originalmente
campo arado y cultivado, en oposición a la floresta o al suelo virgen. La
cultura se oponía a Cultura es todo lo
que ha sido creado, construido, aprendido, conquistado por el hombre en el curso
de su Historia, a diferencia de lo que ha recibido de Cuando hablamos de la
cultura acumulada por las generaciones pasadas pensamos fundamentalmente en sus
logros materiales, en la forma de los instrumentos, en la maquinaria, en los
edificios, en los monumentos... ¿Es esto cultura? Desde luego son las formas
materiales en las que se ha ido depositando la cultura -cultura material-. Ella
es la que crea, sobre las bases proporcionadas por La sociedad
esclavista, la feudal, la burguesa, todas han engendrado su cultura
correspondiente, diferente en sus distintas etapas y con multitud de formas de
transición. La sociedad histórica ha sido una organización para la explotación
del hombre por el hombre. La cultura ha servido a la organización de clase de la
sociedad. La sociedad de explotadores ha creado una cultura a su imagen y
semejanza. ¿Pero debemos estar por esto en contra de toda la cultura del pasado?
Aquí existe, de
hecho, una profunda contradicción. Todo lo que ha sido conquistado, creado,
construido por los esfuerzos del hombre y que sirve para reforzar el poder del
hombre, es cultura. Sin embargo, dado que no se trata del hombre individual,
sino del hombre social, dado que en su esencia la cultura es un fenómeno sociohistórico y que la sociedad histórica ha sido y
continúa siendo una sociedad de clases, la cultura se convierte en el principal
instrumento de la opresión de clase. Marx dijo: “Las
ideas dominantes de una época son esencialmente las ideas de su clase
dominante.” Esto también se aplica a toda la cultura en su conjunto. Y, no
obstante, nosotros decimos a la clase obrera: asimila toda la cultura del
pasado, de otra forma no construirás el socialismo. ¿Cómo se explica esto?
Sobre esta
contradicción mucha gente ha dado un traspiés, y si los tropezones son tan
frecuentes es porque se enfoca la concepción de la sociedad de clases de una
forma superficial, semiidealista, olvidando que lo
fundamental de ella es la organización de la producción. Cada sociedad de clases
se ha constituido sobre determinados métodos de lucha contra Y ahora, antes que
nada, nos tenemos que preguntar con respecto a la técnica: ¿es únicamente un
instrumento de la opresión de clase? Basta exponer tal problema para que se
conteste inmediatamente: No; la técnica es la principal conquista de
Si no olvidamos que
la fuerza impulsara del proceso histórico es el desarrollo de las fuerzas
productivas, liberando al hombre de la dominación de “¿Impulsa la cultura
a la técnica, o es la técnica la que impulsa a la cultura?” Plantea una de las
preguntas que tengo ante mí por escrito. Es erróneo plantear la cuestión de tal
forma. La técnica no puede ser enfrentada a la cultura, ya que constituye su
principal instrumento. Sin técnica no existe cultura. El desarrollo de la
técnica impulsa la cultura. Y la ciencia o la cultura general levantadas sobre
la base de la técnica, constituyen, a su vez, una potente ayuda para el
desarrollo posterior de la técnica. Nos encontramos ante una interacción
dialéctica. Camaradas, si queréis
un ejemplo sencillo, pero expresivo de las contradicciones contenidas en la
propia técnica, no encontraréis otro mejor que el de los ferrocarriles. Si veis
los trenes de pasajeros de Europa occidental, apreciaréis que tienen coches de
diferentes “Clases”. Estas clases nos traen a la memoria las clases de la
sociedad capitalista. Los coches de primera son para los privilegiados círculos
superiores; los de segunda clase, para la burguesía media; los de tercera, para
la pequeña burguesía, y los de cuarta, para el proletariado, que antiguamente
fue llamado, con muy buena razón, el Cuarto Estado. En sí mismos, los
ferrocarriles suponen una conquista técnico-cultural colosal para
Antes de la época del
ferrocarril la civilización se desenvolvía junto a las costas de los mares y las
riberas de los grandes ríos. El ferrocarril abrió continentes enteros a la
cultura capitalista. Una de las principales causas, si no la principal, del
atraso y la desolación del campo ruso es la carencia de ferrocarriles,
carreteras y caminos vecinales. Así, las condiciones en que viven la mayoría de
las aldeas son todavía precapitalistas. Tenemos que vencer lo que es nuestro
mayor aliado y a la vez nuestro más grande adversario: nuestros grandes
espacios. La economía socialista es una economía planificada. La planificación
supone principalmente comunicación; y los medios de comunicación más importantes
son las carreteras y los ferrocarriles. Toda nueva línea de ferrocarril es un
camino hacia la cultura, y en nuestras condiciones también un camino hacia el
socialismo. Además, al progresar la técnica de las comunicaciones y la
prosperidad del país, el entorno social de nuestros ferrocarriles cambiará:
desaparecerá la separación en distintas “clases”, todo el mundo podrá viajar en
coches cómodos... y ello si en ese momento la gente todavía viaja en tren y no
prefiere el aeroplano, cuando sea accesible a todos. Tomemos otro ejemplo:
los instrumentos del militarismo, los medios de exterminio. En este campo, la
naturaleza clasista de la sociedad se expresa de un modo especialmente candente
y repulsivo. Sin embargo, no existe sustancia destructiva (explosiva o
venenosa), cuyo descubrimiento no haya sido en sí mismo una importante conquista
científica y técnica. Las sustancias explosivas o las venenosas también se usan
para fines creativos y han abierto nuevas posibilidades en el campo de la
investigación. El proletariado sólo
puede tomar el poder quebrando la vieja maquinaria del Estado clasista. Nosotros
hemos llevado a cabo esta tarea como nadie lo había hecho antes. Sin embargo, al
construir la maquinaria del nuevo Estado hemos tenido que utilizar, en un grado
bastante considerable, elementos del viejo. La futura reconstrucción socialista
de la maquinaria estatal está estrechamente ligada a nuestras realizaciones
políticas, económicas v culturales. No debemos destrozar
la técnica. El proletariado ha tomado posesión de las fábricas equipadas por la
burguesía en el mismo estado en que las encontró la revolución. El viejo equipo
todavía nos sirve. Este hecho nos muestra de manera gráfica y directa que no
podemos renunciar a la “herencia”. Sin embargo, la vieja técnica, en el estado
en que la hemos encontrado, es completamente inadecuada para el socialismo, al
constituir una cristalización de la anarquía de la economía capitalista. La
competencia entre diferentes empresas a la busca de ganancias, la desigualdad de
desarrollo entre los distintos sectores de la economía, el atraso de ciertos
campos, la atomización de la agricultura, la apropiación de fuerza humana, todo
ello encuentra en la técnica una expresión de hierro y bronce. Pero mientras la
maquinaria de la opresión de clase puede ser destrozada por un golpe
revolucionario, la maquinaria productiva de la anarquía capitalista sólo puede
ser reconstruida en forma gradual. El período de restauración en base al viejo
equipo no ha hecho más que colocarnos ante el umbral de esta enorme tarea.
Debemos completarla cueste lo que cueste. La cultura espiritual
es tan contradictoria como la material. Y si de los arsenales y de los almacenes
de la cultura material tomamos y ponemos en circulación no arcos y flechas, ni
instrumentos de piedra, o de El fundamental
elemento de la cultura de la vieja sociedad era la religión. Poseyó una
importancia suprema como forma de conocimiento y unidad humana; pero por encima
de todo, en ella se reflejaba la debilidad del hombre frente a Con la filosofía
resulta distinto. De la filosofía creada por la sociedad de clases debemos tomar
dos elementos inapreciables: el materialismo y la dialéctica. Gracias a la
combinación orgánica de ambos, Marx creó su método y
levantó su sistema. Y éste es el método que sustenta al leninismo.
Si pasamos a examinar
la ciencia, en el estricto sentido del término, es obvio que nos encontramos
ante una enorme reserva de conocimientos y técnicas acumuladas por
Las cosas son más
complicadas y difíciles al acercarnos a las ciencias sociales y a las llamadas
“humanidades”. También en esta esfera, por supuesto, lo fundamental es conseguir
el conocimiento de lo existente. Gracias a este hecho tenemos la brillante
escuela de los economistas burgueses clásicos. Pero los intereses de clase, que
actúan mucho más directamente y con mayor vigor en el campo de las ciencias
sociales que en el de las ciencias naturales, pronto frenaron el desarrollo del
pensamiento económico de la sociedad burguesa. Sin embargó, en este campo los
comunistas estamos mejor equipados que en ningún otro. Los teóricos socialistas,
despertados por la lucha obrera, han partido de la ciencia burguesa para después
criticarla, y han creado a través de los trabajos de Marx y Engels el potente método
del materialismo histórico y la espléndida aplicación de este método en El
Capital. Esto no significa, desde luego, que estemos vacunados contra la
influencia de las ideas burguesas en el campo de la economía y la sociología. En
absoluto; a cada paso, las más vulgares tendencias del socialismo profesional y
de la pequeña burguesía Narodniki, han puesto en
circulación entre nosotros los viejos “tesoros” del conocimiento, aprovechando
para colar su mercancía las deformadas y contradictorias relaciones de la época
de transición. A pesar de todo, en esta esfera contamos con los criterios
indispensables del marxismo verificadas y enriquecidas
por las obras de Lenin. Y rebatiremos con más vigor a
los economistas y a los sociólogos vulgares si no cerrarnos los ojos a la
experiencia cotidiana y si consideramos el desarrollo mundial como una
totalidad, sabiendo distinguir sus rasgos fundamentales bajo los que no son más
que simples cambios coyunturales. En general, en el
campo del derecho, la moral o la ideología, la situación de la ciencia burguesa
es todavía más lamentable que en el de la economía. Para encontrar una perla de
conocimiento auténtico en estas esferas es necesario rebuscar en decenas de
estercolemos profesionales. La dialéctica y el
materialismo son los elementos básicos del conocimiento marxista del mundo. Pero
esto no significa que puedan ser aplicados a cualquier campo del conocimiento
como si se tratara de una llave maestra. La dialéctica no puede ser impuesta a
los hechos, sino que tiene que ser reducida de ellos, de su naturaleza y
desarrollo. Solamente una concienzuda labor sobre una enorme masa de materiales
posibilitó a Marx aplicar el sistema dialéctico a la
economía, y extraer la concepción del valor como trabajo social. Marx construyó de la misma forma sus obras históricas, e
incluso sus artículos periodísticos. El materialismo dialéctico únicamente puede
ser aplicado a nuevas esferas del conocimiento si nos situamos dentro de ellas.
Para superar la ciencia burguesa es preciso conocerla a fondo; y no llegaréis a
ninguna parte con críticas superficiales mediante órdenes vacías. El aprender y
el aplicar van codo a codo con el análisis crítico. Tenemos el método, pero el
trabajo a realizar es suficiente para varias generaciones.
La crítica marxista
en la ciencia debe ser vigilante y prudente, de otra forma podría degenerar en
nueva charlatanería, en famusovismo. Tomad la
psicología; incluso la reflexología de Pavlov está completamente dentro de los cauces del
materialismo dialéctico; rompe definitivamente la barrera existente entre la
fisiología y la psicología. El reflejo más simple es fisiológico, pero un
sistema de reflejos es el que no da la “consciencia”. La acumulación de la
cantidad fisiológica da una nueva cantidad “psicológica”. El método de la
escuela de Pavlov es experimental y concienzudo. Poco
a poco se va avanzando en las generalizaciones: desde la saliva de los perros a
la poesía -a los mecanismos mentales de la poesía, no a su contenido social-,
aun cuando los caminos que nos conducen a la poesía aún no hayan sido
desvelados. La escuela del
psicoanalista vienés Freud procede de una manera
distinta. Da por sentado que la fuerza impulsara de los procesos psíquicos más
complejos y delicados es una necesidad fisiológica. En este sentido general es
materialista, incluso la cuestión de si no da demasiada importancia a la
problemática sexual en detrimento de otras, es ya una disputa dentro de las
fronteras del materialismo. Pero el psicoanalista no se aproxima al problema de
la conciencia de forma experimental, es decir, yendo del fenómeno más inferior
al más elevado, desde el reflejo más sencillo al más complejo, sino que trata de
superar todas estas fases intermedias de un salto, de arriba hacia abajo, del
mito religioso al poema lírico o el sueño a los fundamentos psicológicos de la
psique. Los idealistas nos
dicen que la psique es una entidad independiente, que el “alma” es un pozo sin
fondo. Tanto Pavlov como Freud piensan que el fondo pertenecen a la fisiología. Pero Pavlov desciende al fondo del pozo, como un buzo, e
investiga laboriosamente subiendo poco a poco a la superficie, mientras que
Freud permanece junto al pozo y trata de captar, con
mirada penetrante, la forma de los objetos que están en el fondo. El método de
Pavlov es experimental; el de Freud está basado en conjeturas, a veces en conjeturas, a
veces en conjeturas fantásticas. El intento de declarar al psicoanálisis
“incompatible” con el marxismo y volver la espalda a Freud es demasiado simple, o más exactamente demasiado
simplista. No se trata de que estemos obligados a adoptar su método, pero hay
que reconocer que es una hipótesis de trabajo que puede producir y produce sin
duda reducciones y conjeturas que se mantienen dentro de las líneas de la
psicología materialista. Dentro de su propio método, el procedimiento
experimental facilitaría las pruebas para estas conjeturas. Pero no tenemos ni
motivo ni derecho para prohibir el otro método, ya que, aun considerándole menos
digno de confianza, trata de anticipar la conclusión a la que el experimental se
acerca muy lentamente (1). Por medio de estos
ejemplos quería mostrar, aunque sólo fuera parcialmente, tanto la complejidad de
nuestra herencia científica como la complejidad de los caminos por los que el
proletariado ha de avanzar para apropiarse de ella. Si no podemos resolver por
decreto los problemas de la construcción económica y tenemos que “aprender a
negociar”, así tampoco puede resolver nada en el campo científico la publicación
de breves órdenes; con ellas sólo conseguiríamos daño y mantener la ignorancia.
Lo que necesitamos en este campo es “aprender a aprender”.
El arte es una de las
formas mediante las que el hombre se sitúa en el mundo; en este sentido el
legado artístico no se distingue del científico o del técnico, y no es menos
contradictorio que ellos. Sin embargo, el arte, a diferencia de la ciencia, es
una forma de conocimiento del mundo, no un sistema de leyes, sino un conjunto de
imágenes y, a la vez, una manera de crear ciertos sentimientos o actividades. El
arte de los siglos pasados ha hecho al hombre más complejo y flexible, ha
elevado su mentalidad a un grado superior y le ha enriquecido en todos los
órdenes. Este enriquecimiento constituye una preciosa conquista cultural. El
conocimiento del arte del pasado es, por tanto, una condición necesaria tanto
para la creación de nuevas obras artísticas como para la construcción de una
nueva sociedad, ya que lo que necesita el comunismo son personas de mente muy
desarrollada. ¿Pero puede el arte del pasado enriquecernos con un conocimiento
artístico del mundo? Puede precisamente porque es capaz de nutrir nuestros
sentimientos y educarlos. Si repudiáramos el arte del pasado de modo infundado,
nos empobreceremos espiritualmente. Hoy en día se
advierte una tendencia a defender la idea de que el único propósito del arte es
la inspiración de ciertos estados de ánimo y de ninguna manera el conocimiento
de la realidad. La conclusión que se extrae de ella es: ¿con qué clase de
sentimientos no nos infectará el arte de la nobleza o de la burguesía? Esta
concepción es radicalmente falsa. El significado del arte como medio de
conocimiento -también para la masa popular, e incluso especialmente para ella-
es muy superior a su significado “sentimental”. La vieja épica, la fábula, la
canción, los relatos o la música popular proporcionan un tipo de conocimiento
gráfico, iluminan el pasado, dan un valor general a la experiencia y sólo en
conexión con ellos y gracias a esta conexión nos podemos “sintonizar”. Esto
también se aplica a toda la literatura en general, no sólo a la poesía épica,
sino también a la lírica. Se aplica a la pintura y a la escultura. La única
excepción, a cierto nivel, es la música, ya que su efecto, aunque poderoso,
resulta parcial. También la música, por supuesto, proporciona un determinado
conocimiento de la naturaleza, de sus sonidos y ritmos; pero aquí el
conocimiento yace tan soterrado, los resultados de la inspiración de la
naturaleza son a tal grado refractados a través de los nervios de la persona,
que la música aparece como una “revelación” autosuficiente. A menudo se han
hecho intentos de aproximar al resto de las formas artísticas a la música,
considerando a ésta como el arte más “infeccioso”, pero esto siempre ha
significado una depreciación del papel de la inteligencia en el arte, a favor de
una sentimentalidad informe, y en este arte estos
intentos han sido y son reaccionarios... Desde luego, lo peor de todo son
aquellas obras de “arte” que ni ofrecen conocimientos gráficos ni “infección”
artística, sino pretensiones desorbitadas. En nuestro país se imprimen no pocas
obras de arte de este tipo, y desafortunadamente no en los libros de texto de
arte, sino en miles de copias... La cultura es un
fenómeno social. Precisamente por ello el lenguaje, como órgano de
intercomunicación entre los hombres, es un instrumento más importante. La
cultura del propio lenguaje es la condición más importante para el desarrollo de
todas las ramas de la cultura, especialmente la ciencia y el arte. De la misma
forma que la técnica no está satisfecha de los viejos aparatos de medición y
crea otros nuevos, micrómetros, voltámetros..., tratando de obtener y obteniendo
mayor precisión, así en material de lenguaje de capacidad para escoger las
palabras adecuadas y combinarlas de la forma adecuada, se requiere un trabajo
sistemático y tenaz para conseguir el mayor grado de precisión, claridad e
intensidad. La base de este trabajo debe ser la lucha contra el analfabetismo,
semianalfabetismo y el alfabetismo rudimentario. El próximo paso será la
asimilación de la literatura clásica rusa. Sí, la cultura fue el
principal instrumento de la opresión de clase; pero también es, y sólo ella
puede serlo, el instrumento de la emancipación socialista.
Nota: Fuente:
http://www.marxists.org/espanol/trotsky/indice.htm