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Periodismo Ciudadano
Por Jose Soriano - Tuesday, Jan. 03, 2006 at 3:58 PM
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Una de las buenas cosas que han traído el internet es la posibilidad de cualquier ciudadano de informar y ser vistos en el espacio virtual. Casi -exagerando- en igualdad de condiciones que cualquier gran multimedio. Pero este derecho, que ya trataron de limitar el año pasado en la Argentina con la llamada “Ley de Intimidad”, está nuevamente en peligro. Como casi todos los que hoy trabajan en política, en el gobierno, le tienen miedo a la gente si no la pueden manipular a su antojo. Por eso prohiben periodistas entre pinguinos y media noche. (ver : Levantaron el programa de Eliaschev en Radio Nacional). Algo así como " The Patriot Law" de Bush.

x José Soriano

Una de las buenas cosas que han traído el internet es la posibilidad de cualquier ciudadano de informar y ser vistos en el espacio virtual. Casi -exagerando- en igualdad de condiciones que cualquier gran multimedio. Pero este derecho, que ya trataron de limitar el año pasado en la Argentina con la llamada "Ley de Intimidad", está nuevamente en peligro. Como casi todos los que hoy trabajan en política, en el gobierno, le tienen miedo a la gente si no la pueden manipular a su antojo. Por eso prohiben periodistas entre pinguinos y media noche. (ver : Levantaron el programa de Eliaschev en Radio Nacional). En el internet como en la vida, si no comprenden algo, los dirigentes tratan de "legislarlo". Siempre han procurado conquistar las mentes y las almas y la ley; el orden y la democracia son argumentos poderosos. Pero han perdido la habilidad. Hay que ganar 51 a 0, si no, es derrota, le dirá cualquier argentino. Esta cultura hace que el "poderoso" (como le dicen al diablo en el campo) le tenga miedo hasta a la más mínima opinión. Ni siquiera es necesario que sea inteligente, importante o contraria, basta con que sea de sentido común. Por eso no llama la atención cuando la primera dama, sus voceros o el mismo presidente con impunidad usan la maledicencia "goebbeliana", como punteros de barrio baratos. Por la misma causa "cuando no se puede con algo, se legisla, se prohíbe o se excluye" dice el manual no escrito que usamos todos, aún desde el más mínimo poder. Con nuestra complicidad, todos los políticos forman parte de un "orden" injusto e hipócrita que privilegia la mediocridad, que la premia. A pesar de los discursos, tienen códigos de capangas más que de políticos verdaderos. Viven un orden lleno de ruido autoreferencial que toman por realidad y siempre quieren tener razón, no hacer política. Como cualquier otro político el gobierno trata de formar una opinión única, y cuando no lo logra, denosta al contrario, ridiculiza a la gente, le falta el respeto o lo patotea. La excluye no sólo de los círculos áulicos, también de su posibilidad de ser oído. Nada nuevo bajo el sol, esto no pasa sólo acá: en España y los Estados Unidos ya están pensando en como reglamentar el derecho a informar del ciudadano y generar la "trazabilidad" de los periodistas. Ya tienen proyectos de ley que seleccionan quién tendrá derecho a publicar. O, más bien, quién no. Por suerte todavía no han propuesto ponerle a cada periodista, o ciudadano, un "chip" subcutáneo como a las vacas para poder "trazarlo". Pero ya va a llegar. Seguro que será otro invento argentino, como la birome que usa el presidente. Por ahora las propuestas de ley en España, Estados Unidos y en el más cercano Chile buscan "reglamentar" el derecho a la información y promover un Estatuto del Periodista. Pero por suerte todavía es posible publicar y hay oposición. En la Guía legal para blogueros (norteamericanos) se defienden esos derechos. Dentro de ella encontrarás un capítulo dedicado a los blogueros como periodistas ciudadanos. Allí se defiende que cualquiera que publique un blog puede ser periodista en el momento que trabaje una información de relevancia pública. Y por tanto son los tribunales los que deberán establecer si una persona no profesional puede reclamar el secreto de las fuentes u otros derechos reservados a los periodistas en muchas legislaciones. Los blogs, una facilidad que poco a poco, muy lentamente, va llegando a la argentina, se han covertido en una herramienta común de publicar. Sobre todo de los más jóvenes. Contaminados como estamos con el modelo único de una sola vía, un "internet de consumo" similar a la tv., aquí tarda en ser un fenómeno masivo. Aquí predomina internet snob y "voyeur", donde se va sólo a mirar lo que otros ponen. Son pocos los que ven más allá del árbol corporativo que ha impuesto su modelo, como si fuera el único posible. Son menos los que se atreven a opinar en la red. Pero, como las brujas, algunos hay. La Electronic Frontier Foundation, una ONG norteamericana, también defiende el derecho de acceso de los ciudadanos a informaciones y actos públicos, oficiales, judiciales, a los registros públicos e incluso a los pases de prensa para realizar información, así como la necesidad de utilizar las imágenes y voces de los implicados en informaciones para difundirlas en la Red, aunque siempre con su permiso. Son dos casos claros de restricción de los derechos de los ciudadanos y su capacidad de producir información. El Estatuto del Periodista Profesional que se está preparando quiere reservar esos derechos sólo a los periodistas con carnet, otorgado por órganos elegidos por los políticos. Pepe Eliaschev es periodista profesional, y vemos que no alcanza a la hora de ser censurado. El periodismo es un acto, no una condición. Se puede hacer periodismo sin ser profesional. Muchos medios y profesionales también realizan contenidos y actos no informativos, porque son entretenimiento, por malas prácticas, equivocación, o lo que sea. Defender el derecho de todos los ciudadanos a actuar como periodistas no es defender el intrusismo de los gritones tertulianos de las listas ni la pauperización de la profesión como tan frecuentemente ocurre. Los periodistas tenemos derecho a condiciones profesionales dignas y a que se respete nuestra formación e idoneidad para algunas tareas, pero la solución a esos problemas no pasa por reservar el derecho a informar ni por restringir a otros derechos que son de todos. Reducir derechos de los ciudadanos es atar la mordaza de la libertad de expresión. Y es ser vergonzosamente cómplices.

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