Julio López
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LA REBELIÓN DE LAS SOTANAS.
Por Jornada Continental CAMILO VIVE - Tuesday, Feb. 07, 2006 at 3:03 PM
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Reportaje de Semana al día de Bogotá, 18 de junio de1965

LA REBELIÓN DE LAS S...
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¿Qué entiende usted por revolución?

-Yo entiendo por revolución el cambio fundamental y rápido de un sistema económico, social y político. Los puntos de la plataforma socioeconómica que se ha venido divulgando son un ejemplo de los cambios a los que me refiero. Los medios para llegar a éstos no son necesariamente pacíficos ni violentos. Esta alternativa la decidirá la relación de fuerzas entre la clase que detenta actualmente el poder y la clase que pretende realizar la revolución. Este concepto de revolución es común a muchos tratadistas de la ciencia política, de la sociología y de las ciencias sociales en general.

¿Qué opinión tiene usted de los curas obreros de Francia?
-Los sacerdotes obreros en Francia y en muchos países del mundo constituyen una experiencia de la Iglesia para lograr un testimonio de solidaridad con la clase obrera. El testimonio tiene un carácter universal (debe ser en todos sus aspectos auténticamente cristiano) y un carácter social (debe ser comprendido por los hombres a los cuales está destinado). Dentro de la situación de la Iglesia en donde hay sacerdotes obreros la solidaridad con la clase popular difícilmente es comprendida sin un testimonio de solidaridad de vida de los sacerdotes mismos, ya que los laicos, aunque son Iglesia, no son considerados como representantes de la Iglesia por aquellos sectores populares más alejados del cristianismo. Las modalidades de esta experiencia han sido evaluadas, corregidas y perfeccionadas. La prohibición en Francia y Bélgica se debió a algunas fallas accidentales, reales o ficticias, pero actualmente hay muchos sacerdotes obreros en muchos países del mundo aprobados por la jerarquía eclesiástica.
-El caso del sacerdote obrero es clásico dentro de la concepción de que el sacerdote, por motivos de caridad, de amor, puede suplir al laico cuando éste, por cualquier circunstancia, no puede ejercer sus funciones propias dentro de la Iglesia.

¿Seria usted partidario de la reforma del Concordato?

-No solamente yo soy partidario de la reforma de este tratado internacional que tiene setenta y ocho años de haber sido elaborado, sino que la Santa Sede en 1942 se manifestó también partidaria de la reforma. Hasta ahora ha constituido un tabú porque en esa ocasión fue tomado como instrumento político y trató de gestar un cisma. Creo que las declaraciones del Concilio sobre las relaciones entre Iglesia y Estado producirán necesariamente la reforma del Concordato en donde se garantice una pobreza efectiva para la Iglesia y se suprima toda posibilidad de ingerencia política de ésta para que pueda dedicarse más libremente a su labor evangelizadora.

¿Cuál es en su concepto el partido colombiano que refleja sus ideas?

-Ninguno. Creo que en muchos partidos progresistas colombianos se pueden encontrar muchas de mis ideas.
-Se habla de la creación de unos impuestos a los bienes productivos de la Iglesia.

¿Es partidario de esta iniciativa?

-Sí, soy partidario, pero cuando haya un gobierno revolucionario.

¿Es cierto que usted corre peligro de que la Iglesia colombiana lo suspenda en el servicio general de su ministerio?

-No es cierto, porque no he incurrido en ninguna de las causales canónicas de suspensión.

_ ¿Aceptaría usted una candidatura a la Presidencia de la República?

-En primer lugar la Constitución y el Concordato prohíben a los sacerdotes aceptar esta clase de cargos públicos. En segundo lugar, creo que mi apostolado revolucionario se vería totalmente obstaculizado si yo tuviera cualquier clase de ambición política personal. En tercer lugar me parece que en el actual sistema, éste es un empleo bastante desacreditado.

-¿Por qué considera usted que antes de cinco años se va a efectuar una revolución en Colombia?

-No se trata de una profecía sino de un simple cálculo.
Porque me parece que las condiciones que producen un cambio revolucionario están en parte completas y que las que faltan ya están en gestación, creo que se madurarán en un lapso aproximado de cinco a siete años.
Las condiciones existentes podrían sintetizarse en:
a) Descontento, no solamente con el Frente Nacional, sino también con el sistema.
b) Reacción contra el Frente Nacional considerándolo como partido de clase, y proceso de formación de una clase popular.
c) Solidaridad del movimiento estudiantil universitario.
d) Solidaridad de los grupos campesinos a la escala local.
Están en gestación:
1. La creación de una conciencia nacional sobre objetivos revolucionarios concretos.
2. La organización de los sectores populares a la escala regional y nacional.
Estos dos requisitos son indispensables para la toma del poder político, requisito indispensable para la realización de la revolución.


"SÓLO MEDIANTE LA REVOLUCIÓN PUEDE REALIZARSE EL AMOR AL PRÓJIMO..."

Reportaje de Jean-Pierre Sergent, segunda mitad
de 1965.

Padre Camilo Torres, ¿por qué abandonó usted el ejercicio del sacerdocio?

Abandoné el sacerdocio por las mismas razones por las cuales me comprometí en él. Descubrí el cristianismo como una vida centrada totalmente en el amor al prójimo; me di cuenta que valía la pena comprometerse en este amor, en esta vida, por lo que escogí el sacerdocio para convertirme en un servidor de la humanidad. Fue después de esto cuando comprendí que en Colombia no se podía realizar este amor simplemente por la beneficencia sino que urgía un cambio de estructuras políticas, económicas y sociales que exigían una revolución a la cual dicho amor estaba íntimamente ligado.


Pero desgraciadamente pese a que mi acción revolucionaria encontraba una respuesta bastante amplia dentro del pueblo, la jerarquía eclesiástica en un momento determinado quiso hacerme callar contra mi conciencia que, por amor a la humanidad, me llevaba a abogar por dicha revolución. Entonces, para evitar todo conflicto con la disciplina eclesiástica solicité que me levantara la sujeción a sus leyes. No obstante, me considero sacerdote hasta la eternidad y entiendo que mi sacerdocio y su ejercicio se cumplen en la realización de la revolución colombiana, en el amor al prójimo y en la lucha por el bienestar de las mayorías.

¿ A qué llama usted revolución?
A un cambio fundamental de las estructuras económicas, sociales y políticas. Considero esencial la toma del poder por la clase popular ya que a partir de ella vienen las realizaciones revolucionarias que deben ser preferencialmente sobre la propiedad de la tierra, la reforma urbana, la planificación integral de la economía, el establecimiento de relaciones internacionales con todos los países del mundo, la nacionalización de todas las fuentes de producción, de la banca, los transportes, los hospitales, los servicios de salud, así como otras reformas que sean indicadas por la técnica para favorecer las mayorías y no las minorías, como acontece hoy en día.


¿Por qué le parece indispensable la revolución?
La revolución es indispensable porque ahora el poder se encuentra en manos de una minoría de más o menos cincuenta familias incapaces de afectar sus intereses por los de la mayoría, lo que significa que esta minoría posee también el control político, el de las elecciones, el de todos los medios y de todos los factores del poder y que al derribarse, se ejecuta lo que considero una revolución: el cambio de la estructura del poder de manos de la oligarquía a manos de la clase popular.

Camilo, usted habla de la toma del poder: ¿de qué manera cree que puede lograrse?
Estoy convencido que es necesario agotar todas las vías pacíficas y que la última palabra sobre el camino que hay que escoger no pertenece a la clase popular, ya que el pueblo, que constituye la mayoría, tiene derecho al poder. Es necesario más bien preguntarle a la oligarquía cómo va a entregarlo; si lo hace de una manera pacífica, nosotros lo tomaremos igualmente de una manera pacífica, pero si no piensa entregarlo o lo piensa hacer violentamente nosotros lo tomaremos violentamente.
Mi convicción es la de que el pueblo tiene suficiente justificación para una vía violenta.
Usted dice que la toma del poder será
Violenta o pacífica, es decir, determinada por la posición de la burguesía.
¿No cree usted que habrá problemas no solamente con esta burguesía sino con otras burguesías foráneas?
Indudablemente habrá problemas sobre todo con los Estados Unidos, puesto que nuestra burguesía está estrechamente ligada con sus intereses aquí y de la misma manera como ellos han invadido la República Dominicana invadirán no solamente países en donde haya gobiernos comunistas sino, como ellos lo han manifestado, en donde se establezcan regímenes que atenten contra sus intereses.
En el caso de Colombia y de toda la América Latina -porque yo creo que la lucha va a ser conjunta- los enemigos de nuestros enemigos serán nuestros amigos. Pero cuando el pueblo se decida a luchar hasta el fin no habrá ninguna potencia que pueda ser superior a la potencia de ese pueblo que quiere su libertad.
Dice usted, Camilo Torres, que los enemigos de sus enemigos Serán Sus amigos.
¿Quiénes son sus amigos?
Nuestros amigos serán los enemigos de los Estados Unidos porque en caso de una guerra contra nuestra oligarquía y la influencia extranjera, la norteamericana que predomina será nuestra enemiga por lo que nosotros seremos amigos de los enemigos de los Estados Unidos.

¿Cuándo cree usted que la revolución a escala nacional se produzca?
Nuestra oligarquía es poderosa, lo que quiere decir que la lucha será prolongada.
En Colombia se ha criticado mucho su actitud a propósito del problema de la toma del poder.

¿No teme usted estar en contradicción con la doctrina de la Iglesia?

La Iglesia muchas veces ha expresado su doctrina con relación a la guerra justa y a la guerra contra la tiranía y entiendo que hay condiciones en ella en las que, primero, se permite agotar todas las vías pacificas; segundo, prever un resultado satisfactorio y, tercero, poder prever asimismo que las consecuencias de dicha revolución violenta no serán peores que la situación actual. Y eso podría suceder en el caso nuestro si se reconoce que ahora hay niños que mueren de hambre diariamente, pequeñas niñas de diez años comprometidas en la prostitución, que existe una violencia en todo el país en la que han muerto 300 mil colombianos y que hay criminales que no son más que el resultado de las estructuras vigentes. Así pues estoy seguro que las consecuencias de la revolución son justas y están en regla con la doctrina de la Iglesia.

¿Aceptaría usted una lucha con junta con el Partido Comunista Colombiano?
Yo podría verdaderamente colaborar con los comunistas en Colombia porque creo que entre ellos hay elementos auténticamente revolucionarios y porque en cuanto son científicos tienen puntos que coinciden con la labor que yo me propongo. Y como nosotros lanzamos la consigna de que seríamos amigos de todos los revolucionarios y enemigos de todos los contrarrevolucionarios, nosotros somos amigos de los comunistas e iremos con ellos hasta la toma del poder, sin descartar la posibilidad de que después habrá discusiones sobre problemas filosóficos. Pero lo que importa por el momento son las cuestiones prácticas en las que ya estamos de acuerdo.
Su programa revolucionario es bastante socialista.

¿Es usted marxista?

El hecho de ser marxista es algo complejo. Yo creo que ellos tienen algunas soluciones y algunos puntos de vista que están exactamente en el dominio de la técnica económica, sociológica y política y entonces, si sus puntos de vista son científicos -como son los míos con respecto a la realidad colombiana- habrá coincidencia en estos dominios que, aunque yo no sea marxista, puedo conciliar. Soluciones que en una palabra no son más que científicas.

Tomado revista semana 1965


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