Julio López
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Antes de entrar a la cárcel, los presos deberán firmar un "manual de convivencia"
Por El Día - Thursday, Feb. 09, 2006 at 11:24 AM

Los detenidos en cárceles bonaerenses sólo podrán ser llamados por su nombre y apellido "para evitar que se menoscabe su dignidad y se los discrimine". Y además se les garantizará que puedan presentar peticiones y quejas ante el director del establecimiento y dirigirse "sin censura" a las autoridades judiciales y administrativas.


Estos dos derechos están incluidos en un manual de convivencia que las autoridades del Servicio Penitenciario bonaerense pretenden que todos los presos firmen antes de ingresar a sus lugares de detención, y que incluye además una serie de obligaciones que deberán cumplir durante su alojamiento.

La experiencia del denominado "Manual de Convivencia del Interno" comenzará a funcionar desde hoy en la Unidad Nº 41 de Campana, uno de los establecimientos carcelarios que la Provincia prevé inaugurar en el transcurso de este año para mitigar los efectos de la superpoblación carcelaria. La idea central pasa, según se explicó en el ministerio de Justicia provincial, porque cada interno que ingrese al nuevo establecimiento firme ese compromiso, de forma tal de conocer sus derechos y obligaciones y lograr de este modo "una mejor convivencia dentro del penal".

Pero el proyecto apunta a que en un futuro ese manual pueda aplicarse en todos los establecimientos carcelarios, aún en aquellos considerados conflictivos por las características de su población.

De esta forma, al ingresar al penal de Campana los internos recibirán el manual y deberán firmar su conformidad. En el texto de unas 20 páginas, existen una serie de recomendaciones de las autoridades penitenciarias para que en un futuro los presos puedan atenuar sus condiciones de detención con salidas transitorias y, entre otras aspectos, cómo es el régimen de disciplina dentro de la cárcel, el régimen de visitas y el trabajo que deberán realizar.

EL CASO DE CAMPANA

El puntapié inicial para poner en marcha esta experiencia se dará hoy a las 11 en Campana, cuando el ministro de Justicia, Eduardo Di Rocco, y autoridades penitenciarias inauguren el establecimiento. La unidad 41 es una flamante unidad bajo el régimen de mediana seguridad, con capacidad para un total de 480 internos y que en la actualidad tiene una población de 132 personas privadas de su libertad que comenzaron a llegar en los últimos días.

El establecimiento consta de una escuela agraria, taller de carpintería y cría de animales. Trabajan allí 130 agentes penitenciarios.

La idea de la convivencia llevó a las autoridades del penal a propiciar un arranque distinto: internos y personal penitenciario compartirán un partido de fútbol en el marco del plan de convivencia, que luego se trasladará a un almuerzo.

El manual apunta a que los internos conozcan tres cuestiones básicas: sus derechos y obligaciones; el funcionamiento general del establecimiento carcelario y las distintas formas de comunicarse con las autoridades administrativas y judiciales para presentar consultas y reclamos.

"Las normas del establecimiento tienen por objeto lograr un orden que permita sobrellevar su detención y la de los demás internos con dignidad, respetando la seguridad y los derechos humanos de todos", se indica en uno de los capítulos de la publicación.

En el capítulo dedicado al ingreso del interno al penal, se le notifica que se le requerirán una serie de datos personales y se le tomarán fotografías. Además, se le informa que si ingresara en calidad de incomunicado, podrá usar o pedir libros u otros objetos que no violen la incomunicación.

También se le notifica que será requisado junto a sus pertenencias, se le previene que cuide los elementos que se le entrega y las instalaciones porque los daños que provoque podrán dar origen a causas judiciales y administrativas, además de exigírsele la reposición. Y, como se dijo, que tiene derecho a que se los llame "sólo" por su nombre y apellido "en forma correcta y sin que se menoscabe su dignidad".

En cuanto a las sanciones, se informa cuáles se podrán aplicar en función de la gravedad de cada una.

También se recuerda a los detenidos que está prohibido tener armas o elementos que puedan ser usados como tales; efectuar reclamos colectivos a menos que sean por escrito, realizar apuestas y mantener comunicaciones en términos o signos "que resulten ininteligibles para el personal", es decir, el uso de los tradicionales códigos de comunicación carcelarios.

Finalmente, el manual contiene los números telefónicos de la secretaría de Derechos Humanos, del Patronato de Liberados y de otros organismos dependientes del Servicio Penitenciario para que los detenidos puedan efectuar quejas y realizar consultas.

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la gran injusticia
Por cholo - Friday, Feb. 10, 2006 at 9:19 PM

Niniguna persona que haya delinquido, aprenderá a respetar al prójimo, si se lo ocupa en esclavizar y matar animales.
Basta de esclavitud, basta de muerte, basta de injusticia, ellos no se pueden defender.

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