Julio López
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"¿Por qué arriba hay tanto ruido y abajo hay tanta soledad y tanto silencio?"
Por m0d en El Tacho - Sunday, Feb. 12, 2006 at 5:19 PM

"¿Por qué arriba hay tanto ruido y abajo hay tanta soledad y tanto silencio?"

La primera escala de la otra campaña en Puebla es en este pueblo del Valle de Tehuacán, donde lo recibieron esta tarde unos mil quinientos mixtecos, procedentes de la Sierra Negra, la Mixteca y el Valle. Muchos trabajan en maquiladoras o son víctimas de la existencia de estas fábricas de esclavitud a destajo. Saludaron al subcomandante Marcos el defensor de derechos humanos Martín Amaru Barrios, y el popular Padre Tacho.

El delegado Zero manifestó: "Si volteamos para arriba escuchamos mucho ruido, se hablan entre ellos, se gritan, para abajo nos avientan promesas, mentiras que ya conocemos. Aparecen diferentes rostros, diferentes nombres y sabemos cada quien en su corazón que es lo mismo. Y si seguimos mirando para arriba, seguimos sintiendo que estamos solos o solas. Y cuando volteamos para abajo, vemos nuestra mesa vacía, vemos nuestra casa sin servicios, vemos cómo un raquítico sueldo se va en pagar el drenaje que no funciona, el agua que llega sucia y la luz que sale muy cara.

"Salimos a la calle y salimos a la desesperanza, en el campo, arañando la tierra para arrancarle apenas unos cuantos frutos y descubrir que se gastó más en sembrar y cosechar que lo que se consigue al venderlo. Y vamos a la fábrica, a la maquila y otra vez una jornada laboral aguantando horas de desprecio convirtiendo la tela en pantalones, en camisas; el cuero en zapatos. Y vemos que todo el trabajo de esa jornada se va a un comercio y a cambio unas cuantas monedas que al llegar a la casa no alcanzan.

"Vemos también como pueblos indios, que además de eso tenemos que aguantar la palabra de insulto y la mirada de desprecio si es que nos miran y si es que nos hablan. Somos como los animales que deambulan por la ciudad o por el campo y que nadie toma en cuenta mas que para darle una patada para apartarlo del camino. Y vemos también que es un delito ser joven y hay que arañar la pared y gritar ahí en un grafiti 'esto somos, esto no quiero, esto queremos'. Y como mujeres agregar el acoso sexual, que nos consideren como adorno o como estorbo, como una máquina más.

"Y sentir además como niños que nos están convirtiendo en una mercancía que hay que comprar y vender en el sexo, en el trabajo, en la dignidad como seres humanos. Como ancianos, sentir que pasó toda la vida y al final a uno lo están arrojando al cesto de la basura. ¿Por qué arriba hay tanto ruido y abajo hay tanta soledad y tanto silencio?"

http://www.jornada.unam.mx/2006/02/12/014n2pol.php

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La rebeldía sola no alcanza para nada, hay que organizarse
Por m0d en El Tacho - Sunday, Feb. 12, 2006 at 5:21 PM

"Venimos a decirle con respeto, a pedirle con humildad al guardián de la Mixteca que despierte junto con nosotros, y que junto con nosotros y los guardianes que hay en todas las montañas de nuestros país, que tienen nombres de todos los indígenas, que despertemos juntos a nuestro país y tendamos nuestra mano morena al obrero, al campesino, al estudiante, al empleado, al trabajador que está dispuesto a luchar". Con estas palabras saludó el subcomandante Marcos a los indígenas que lo recibieron en Yucudá.

La otra campaña atravesó hoy las montañas gris y ocre de la Mixteca y se detuvo en un crucero en medio de la grandeza cruel de estas montañas. Unas tres mil personas, mujeres en muy alta proporción, pues éstas son tierras de hombres que se van al norte, se congregaron en un terraplén para hablar con el delegado Zero, y para escucharlo decir:

"Nuestros compañeros y compañeras jefas y jefes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional me han dado la orden de que camine por todo el país para hablar con la gente sencilla y humilde que no está de acuerdo con el sistema que tenemos y especialmente que dirija unas palabras de cariño, de respeto y de lucha para los pueblos indios."

Ante los campesinos mixtecos, triquis, amuzgos y chocholtecos, el delegado zapatista señaló: "Todas y cada una de las luchas para dignificar este país han tenido la sangre morena de los pueblos indios de México y a pesar de eso, ésos que están arriba, los ricos y poderosos, no nos respetan como indígenas que somos. Se acuerdan de nosotros sólo cuando quieren un voto, pero cuando necesitamos tierra, cuando necesitamos buen precio para nuestro producto, cuando necesitamos respeto a nuestra cultura, empleo, buena vivienda, agua, luz, drenaje, carreteras, escuelas, hospitales, nadie se acuerda de nosotros".

En un acto donde un representante triqui acababa de decir: "En México ya no hay pobres; hay miserables", el subcomandante Marcos, de pie sobre una mesa para hacerse ver en el espacio irregular de este paraje de Yucudá, cruzado por vientos encontrados bajo un sol lacerante, dijo: "Estamos en la orilla de este país, a punto de ser aventados al suelo. Y nosotros, como desde hace más de 500 años, resistiendo esta situación de injusticia. Y cada vez que nos organizamos tenemos que levantarnos sobre la sangre de nuestros muertos, porque nosotros sí recordamos el nacimiento del Movimiento de Unificación de Lucha Triqui, sabemos que costó sangre de los compañeros y sabemos que esa sangre es morena como la sangre que nos costó a nostros como zapatistas levantarnos. Y es esa sangre y esos muertos los que hoy nos vienen a hablar con nuestra voz".

Vino gente de Juxtlahuaca, Nochixtlán, San Juan Copala, Putla, Atatalpa. Muchos desde anoche, así que durmieron en este crucero de vientos y caminos, pasaron frío, y ahora escuchan con atención. Poco antes, Joel Arellano Ortiz, defensor indígena del maíz, fustigó a las "ratas de Monsanto". Y el delegado Zero expresó: "Sabemos que están matando a la tierra con unos productos que se llaman transgénicos, están envenenando a la tierra que es nuestra madre y con ello nos están envenenando la sangre y nos están haciendo dependientes de las grandes empresas hasta que la tierra ya no acepte nuestro maíz criollo, sino que sólo acepte el maíz que fabrican ellos y que tengamos que comprarles también la semilla para venderles el maíz que producimos y en lugar de consumir nosotros el maíz tengamos que consumir, comprar, los productos que ellos hacen.

"Nosotros sabemos que tuvieron que caminar de noche, pasar frío, luego soportar el calor. Sabemos que como pobres que somos siempre nos mojamos. Nos mojamos con las lágrimas por el dolor y la rabia de las injusticias que recibimos. Nos mojamos con el sudor del trabajo. Nos mojamos con la lluvia que cae porque no tenemos buena vivienda. Nosotros, como indígenas, sabemos bien lo que es el dolor de esta tierra. Lo conocemos desde hace mucho tiempo y también conocemos la rabia y la indignación que se hace rebeldía. Pero esa rebeldía, así sola, no alcanza para nada, tiene que organizarse, tiene que buscar su propio camino, tiene que buscar al igual, voltearlo a ver, hablar con él, escucharlo y empezar a hacer acuerdos para resistir y para conquistar lo que merecemos".

Ya no debemos estar solos

En su mensaje el subcomandante Marcos subrayó: "Se trata de que la lucha de todas las organizaciones que están aquí en la Mixteca ya no estén solas. Que no contemos nuestros muertos solos, ni miremos solos por nuestros presos. En este gran movimiento que vamos a hacer, cuando cambiemos este país tiene que estar bien claro el color que somos y tiene que haber para él respeto, admiración, dignidad que es lo que merecen los pueblos indios, y no la persecusión el desprecio y el racismo".

El profesor Teófilo Soriano, hombre mayor, se dirigió "a los hermanos indígenas presentes y ausentes" para saludar al delegado zapatista diciendo: "Nuestra presencia aquí es lo más intersante en la vida de todos nosotros, para recibir al hombre que nos ha hecho reconocernos como indígenas. Hermano Marcos, te mereces nuestro corazón".

En el camino, el delegado Zero había sido saludado sobre la carretera, cerca de Nochixtlán, por unos 400 mixtecos del Frante Amplio de Lucha Popular (FALP), quienes lo esperaban en la autopista. Marcos les dijo que en la otra campaña "van a tener un lugar y van a ser respetados como organización y tienen que seguir adelante en su lucha" y que en todo el país se está levantando "una gran rebelión nacional".

El FALP nació en 1993, meses antes del alzamiento zapatista. El delegado Zero los llamó a no rendirse ni venderse ni dejarse derrotar, a que se mantenga firmes "y con ese firmeza que han mantenido desde hace 13 años, ahora unan su lucha con otros, sin dejar de ser lo que son".

Jesús López Rodríguez, del FALP, expresó ante el delegado Zero: "La región de la mixteca es una de las más empobrecidas por ese sistema capitalista neoliberal. Hemos decidido dar una lucha frontal. En cada barrio, en cada región y en cada colonia, vamos a seguir luchando, compañeros".

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Los zapatistas nos enseñaron a revalorar nuestro sentido del futuro
Por m0d en El Tacho - Sunday, Feb. 12, 2006 at 5:29 PM

El siguiente es el texto íntegro del mensaje leído por representantes de los pueblos indígenas de la sierra de Oaxaca en su reunión con la delegación zapatista, en el contexto de la otra campaña.

Guelatao de Juárez, Oaxaca

8 de febrero de 2006

Subcomandante Insurgente Marcos.

Autoridades municipales y comunales.

Representantes de organizaciones comunitarias y regionales.

Hermanos y hermanas:

Desde aquel doloroso amanecer de 1994, los pueblos indígenas de la Sierra de Oaxaca, nos unimos a la voz zapatista del ¡Ya basta! Nos unimos porque más allá de las realidades que compartimos, nos une una historia común y sobre todo sueños y aspiraciones de una vida justa y digna. En aquellos tiempos, conmovidos, en nuestros corazones y pensamientos, por el alzamiento zapatista, emprendimos un proceso de reflexión que nos llevó a San Cristóbal Lachirioag, Villa Hidalgo Yalálag, Santiago Atitlán Mixe y aquí, en San Pablo Guelatao, para debatir nuestras realidades y compartir nuestras aspiraciones.

Por mandato de las comunidades, una delegación de la Serranía Oaxaqueña acudió a la Convención Nacional Democrática (CND) con el objeto de buscar "el caminar conjunto" con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a fin de lograr lo que tanta falta hace a este país: libertad, justicia y democracia. Poco después, con nuestra venia y conocimiento, varios de nuestros hermanos y hermanas acudieron al llamado zapatista para participar en los Diálogos de San Andrés sobre Derechos y Cultura Indígenas, a fin de aportar la experiencia y los conocimientos que nos han heredado nuestros antepasados.

Conscientes de la importancia de estar organizados como pueblos indígenas, dimos nuestra humilde contribución para la creación del Congreso Nacional Indígena (CNI), como un espacio de encuentro de los pueblos indígenas de México. Desde la diversidad que somos y desde nuestras capacidades y limitaciones, contribuimos con las iniciativas zapatistas en todos estos años, siempre animados por el profundo deseo de democracia, libertad y justicia que nos une a ustedes.

Este proceso de organización regional ha estado fundado en nuestra historia común y compartida. Los pueblos indígenas de la serranía oaxaqueña, en los largos y difíciles tiempos de la colonización, hemos aprendido a resistir. Resistimos la larga noche colonial que dictó nuestro exterminio y la aniquilación de la voz y el pensamiento indígenas. Resistimos los tiempos de la llamada "independencia nacional" que desde sus orígenes significó la "emancipación del criollo", pero nunca la emancipación de los pueblos indígenas. Resistimos al advenimiento de una supuesta "revolución mexicana" que pretendió el "asimilacionismo" y el "integracionismo" como destino ineludible de los pueblos indígenas. Pese a todo, gracias a la resistencia, hoy los pueblos indígenas de la Serranía Oaxaqueña y de todo México, estamos de pie y con la cabeza de frente.

Pero no sólo hemos logrado resistir, también hemos emprendido una amplia y profunda labor de reconstitución. La reconstitución no es una vuelta al pasado. Se trata de trabajar para volver a ser pueblos plenos y florecientes, tomando en cuenta nuestras profundas raíces milenarias y la situación actual en que vivimos cotidianamente. En el camino de la reconstitución, aprendimos a mirar y comprender la lógica y la filosofía de la comunalidad, que se expresa de manera cotidiana en nuestra asamblea comunal, en nuestro territorio comunal, en el trabajo comunal y en la fiesta comunal. En la comunalidad está reflejada nuestra esencia y ser colectivos.

Fundados en nuestras raíces, los pueblos indígenas de la Serranía Oaxaqueña, hemos aprendido a construir nuestros sueños y aspiraciones. Conscientes de nuestra historia, en la década de los años 70 emprendimos los procesos de autonomía que hoy nos mantienen de pie. Aquí, en esta tierra, se reivindicó y exigió con fuerza el reconocimiento de nuestras normas propias para nombrar y elegir a nuestro gobierno indígena, independientemente de los partidos políticos. Hoy, gracias a este esfuerzo, 418 municipios indígenas de Oaxaca eligen a sus autoridades en asambleas comunitarias. Aquí, en la Serranía Oaxaqueña, se han combatido los cacicazgos partidistas que han pretendido adueñarse de la vida comunitaria. Aquí se han afrontado los graves y complejos problemas de despojo de nuestras tierras, territorios y recursos naturales, los problemas agrarios y el proceso de individualización y mercantilización de los mismos. Aquí iniciamos una labor de reversión de la política cultural y educativa etnocida del Estado.

Como algunos califican hoy día la iniciativa de la otra campaña, nuestra historia y nuestros sueños fueron y han sido calificados de absurdos y alejados de la realidad. Pocos son los que han creído en esta alternativa propia. Nosotros no nos hemos desanimado. Por el contrario, hemos adquirido mayor fuerza, aun en medio de las adversidades y dificultades que nos rodean. Y hoy con fuerza decimos: nuestras alternativas propias y la alternativa zapatista de la otra campaña son justas y necesarias para este país.

Esta historia y este sueño es lo que nos une con el zapatismo. Ustedes, hombres y mujeres del Ejército Zapatista de Liberación Nacional nos enseñaron a revalorar nuestras raíces y fortalecer nuestro sentido del futuro. Pese a nuestra voluntad y nuestro empeño de buscar el reconocimiento legítimo que merecemos en este país, quienes han detentado el poder y el dinero nunca nos vieron, nunca nos escucharon, nunca

nos dieron un lugar en esta patria. Ustedes, sin embargo, nos dieron sentido de futuro y dieron amplitud y visualidad a las demandas indias. Sin ustedes, nuestra voz y palabra nunca hubieran logrado un lugar en este país. Con ustedes lo logramos. Por eso, ahora, en el marco de la otra campaña no hemos dudado en poner en manos de ustedes y de los "otros" que representan ustedes, nuestras demandas y preocupaciones.

La otra campaña es la oportunidad para nosotros de refrescar nuestra memoria e historia colectiva, y de renovar nuestros sueños y esperanzas. Es la oportunidad de abrazar nuestras luchas con otros pueblos y sectores de la sociedad mexicana. Es la oportunidad de construir un nuevo pacto social que transforme de manera radical la actual estructura jurídica, política, económica, social y cultural de este país. Es la oportunidad que tenemos de construir un nuevo ordenamiento jurídico, político y económico, basado en una nueva Constitución. Esta la oportunidad de que la sociedad, fuente y depositaria de la soberanía, ejerza a plenitud su derecho fundamental de decidir su futuro, tal como lo hemos venido planteando los pueblos indígenas. Es nuestra hora, y con la voz y el pensamiento de todos vamos a reconstituir este país.

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