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El terrorismo linguístico de la Convención
Por Adriana LATASHEN*/ Periódico Azkintuwe - Monday, Feb. 27, 2006 at 2:33 PM
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Garantías para el derecho mapuce

El terrorismo lingüístico del Estado oculta, porque ya no puede matar. También la dictadura de Videla implementó la figura del 'desaparecido', amparada en el mismísimo Código Penal argentino: 'si no existe cuerpo de delito, no existe delito'. Aquí se ha querido matar una palabra que no ha desaparecido: no se utiliza la palabra 'mapuce'; ¿qué clase de terrorismo se implementa haciendo desaparecer una denominación de la realidad concreta reconocida por todos?.

El futuro está cerca. Tarde, pero viene. Lento, pero viene. Firme viene. Mario Benedetti da pie para poetizar la realidad.


PUELMAPU / Luego de las invasiones concretadas por el primer proyecto del incipiente Estado argentino en el siglo diecinueve (cuyo brazo ejecutor fuera Roca), el Pueblo Originario Mapuche debió soportar durante el último siglo veinte diversas maneras de desestructuración social y política. Los ataques de una sociedad no sólo nueva sino en formación, una sociedad avasalladora e irrespetuosa de las diferencias, han provenido desde la fuerza –ejército argentino, poder policíaco, sistema jurídico que los 'ilegaliza'– y desde la persuasión –religiones ajenas, educación– tanto como del desgaste –enfermedades, alcohol, desvalorización del pensamiento y cosmovisiones científica, filosófica y artística propias–; han sido ataques, retomo, desde los que se está retornando.

Como resultado del esfuerzo de la Organización Mapuche, de la concentración y lucha de las Autoridades Originarias Mapuche junto a su Pueblo Nación deliberante y constantemente dinámico, de las decisiones que en Xawvn lograron para llevar adelante su tarea de convencer a un estado irracional de la realidad que lo conforma, la provincia ha podido romper el anquilosamiento que la poseía.

Las decisiones para la reforma constitucional a que llegó la Convención Constituyente en Neuquén –resultado provocado por la lucha que el Pueblo Mapuche y sus aliados sociales y políticos ejercitaron, hay que reiterarlo constantemente sin cansancio– no sólo reconoce la diversidad cultural existente dentro de los límites estatales impuestos sino que permite a una provincia anquilosada en ideas retrógradas insertarse por primera vez en la legislación nacional e internacional. La provincia ha comenzado a romper su aislamiento, limitación que la colocaba en parámetros de discusión no sólo anacrónicos sino ya muertos.

Era más fácil cantarle a un indio muerto que convivir forzadamente con él, aunque fuera quien llevara adelante el sostén del sistema económico impuesto, pero en calidad de peón.
Dentro del debate último se produjeron hechos que hay que resaltar, no sólo porque se han logrado con lucha y esfuerzo, soportando represión y dolor, luego de genocidios superpuestos y de masacres en secuencia, sino porque son demandas explícitas actuales, modernas, que han entrado a la legislación provincial luego de demasiado tiempo de intentos de ocultamiento de una realidad que ha imperado durante todo el siglo veinte.

El Pueblo Originario Mapuche, su preexistencia a los estados nacional y provincial, su juridicidad regulada en el Nor, su derecho establecido en el NorAdMogen, así como la práctica ineludible del Nor Feleal, han sido reconocidos como existentes, como tales. Se puede ahora pretender equilibrar la interculturalidad de las diversas sociedades que habitan en este único territorio, el Wajmapuce. Se puede, ahora sí, pretender concretamente racionalidad.

En el Wajmapuce está centrada la cosmovisión filosófica, jurídica, social y natural del espacio convocante. En el territorio está el centro de la disputa que los invasores impusieron al preexistente Pueblo Originario Mapuche. Las invasiones insertaron las ideas de explotación, de venta y compra, de ruptura del equilibrio, de colocación de límites. Se reconoce ya que los mal llamados "recursos naturales" pertenecen al originario Wajmapuce. Ahora hay que comenzar a equilibrar, luego de tanta destrucción, de tanta contaminación, de tanta desarmonía.

Quedan rémoras, claro que sí. Una de ellas, nada superficial, es esa resistencia a nombrar como 'mapuce' al pueblo originario que habitó, habita y habitará desde siempre y hasta siempre en su Wajmapu, llámese en esta región Neuquén en tiempo presente. Eso de 'no nombrar', esa costumbre o tradición que el poder impone, se ve claramente manifiesta ahora en la Constitución reformulada. No se nombra a los mapuce, como si todavía existiera la esperanza de su inexistencia cuando se ha comprobado su pre-existencia. Se utiliza un eufemismo para rodear el nombre: 'pueblo indígena'.

El terrorismo lingüístico del Estado oculta, porque ya no puede matar. También la dictadura de Videla implementó la figura del 'desaparecido', amparada en el mismísimo Código Penal argentino: 'si no existe cuerpo de delito, no existe delito'. Aquí se ha querido matar una palabra que no ha desaparecido: no se utiliza la palabra 'mapuce'; ¿qué clase de terrorismo se implementa haciendo desaparecer una denominación de la realidad concreta reconocida por todos? Queda mucho por hacer. Queda mucho por reponer. Todavía se han permitido el lujo de recortar una palabra. Se ha cortado una palabra. Una palabra: la palabra 'MAPUChE'.

A ver cómo se compromete la sociedad neuquina con el texto de su propia reformada nueva Constitución. A ver hasta dónde es capaz de llegar la aplicación de la legislación ya imperante. A ver cómo el propio Estado se convierte en el primer obediente a la legislación que él mismo ha creado para su propio beneficio: el beneficio del reconocimiento de la diversidad real. La condición ineludible de la libertad se ha puesto en evidencia. Los mapuce la han puesto en formulación concreta. La libertad, finalmente, está naciendo por primera vez otra vez.

Un nuevo Estado Intercultural asoma en el horizonte político, social y económico neuquino. Un desafío intercultural, un reconocimiento a la diversidad existente que tardó demasiado en la letra escrita que ahora legaliza una realidad que, por momentos, aparecía tachada de ficcional. Ahora aparece escrito lo que ya se veía aunque se trataba de tapar de muchas maneras, como cubriendo el sol con un dedo. Este Estado Intercultural está incorporando la bola de un sol incandescente en un amanecer que muchos deseábamos, soñándolo despiertos, mientras se iba construyendo.

No olvidemos que las mesas de acuerdo de políticas a partir de ahora tienen como base imprescindible, esencial, el derecho de los pueblos originarios en la política pública. El espectro social y económico llama a la cordura, a la racionalidad, a las acciones fundacionales. El Nor es normativa, el Nor Feleal actúa sin cesar, es juridicidad: nos corresponde advertirlos, observar su preexistencia, su necesaria existencia en tiempo presente, su proyección moderna, su circularidad, su Admogen. Nos corresponde concretar su plasmación intercultural en este Estado enriquecido de milenarismo.

La realidad puede impregnarse de poesía, de realidad soñada. Parafrasear a un poeta suele ser un lugar común, y otro lugar muy conocido es también que la poesía es más verdadera que. Leónidas Lamborghini demuestra que cuando se poda una rama, por el tamaño del corte puede notarse qué es lo que se ha cortado. La poesía es más verdadera que / Azkintuwe

* Escritora. Editora. Investigadora literaria y lingüística.

** Especial Diario Río Negro.

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