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La negociación llegará con el fin de la acumulación
Por Enrique Pereira - Wednesday, Mar. 01, 2006 at 12:57 AM

Un análisis político del conflicto por las plantas de celulosa.

El diferendo por las plantas de celulosa no puede explicarse reduciendo todo a un problema de terquedad. Tratándose de un conflicto binacional, el método de presuponer malas intenciones en las actitudes del otro sin demostración nos conduce fatalmente a silogismos tautológicos.

Por otra parte, no es posible llegar sin la intervención de especialistas a una única conclusión sobre cómo se produce de mejor manera la celulosa en el mundo (¿deberíamos?), ni a cuáles son los daños potenciales para ambos lados. Llegado el momento de retomar la negociación, serán los diplomáticos y los técnicos avalados por ambos países los que resuelvan estos temas, sin resignar el severo control que los pueblos no deben renunciar a ejercer.

Si hacemos el ejercicio de no prejuzgar lo que no es objetivo y no se puede demostrar, las cuestiones que quedan en pie son menos y el panorama se libera de lo efectista quedando el análisis de la política pura y cruda. Sin tomar como cierto lo que esgrime cada gobierno como razones que lo llevaron a esta situación (ya que cada cual presenta el problema como se ve más fuerte) ¿qué queda en conflicto como intereses en pugna a equilibrar?:
- La preservación ambiental del territorio en ambas márgenes.
- Los cambios no deseados que pueden producir emprendimientos de esta magnitud y naturaleza en los grupos económicos actuales y las sociedades civiles de ambos lados.
- La afectación de líneas de estrategia geopolítica de ambas naciones.
- La necesidad de salir lo mejor parado posible de parte de los gobiernos hacia la interna y hacia afuera para mantener credibilidad.

Es difícil aceptar que no haya un punto de equilibrio entre estas tensiones que justifique el nivel de crispación alcanzado. Veamos.

¿Porqué se abortó el GTAN, única instancia de negociación con que contábamos? ¿Era imposible continuar negociando? Sin caer en la demonización de una u otra posición está claro que mientras se continuara sin consensos la prioridad argentina de paralización de las obras se iba diluyendo con el tiempo, aunque no está tan claro que no se pudiera avanzar en lo técnico.

La negativa a dar información por parte del gobierno uruguayo no es demostrable. Las normas de tratamiento de efluentes si bien no expresan específicamente cómo se concretarían materialmente los dispositivos implican procedimientos estandarizados y resultados medibles a los que se llega o no en el diseño concreto. Reclamar los planos definitivos de partes de las plantas industriales que estaban en etapa de diseño era una pretensión imposible. Creo que este hecho debe leerse como una pateada de tablero, para alcanzar una posición más conveniente. Voy a tratar de demostrar porqué.

Con la disolución del instrumento de negociación el gobierno argentino consiguió cambiar de terreno a su favor. El escenario del litigio se redujo al intercambio de declaraciones por la prensa y a la batalla de los puentes, lo que tornó el discurrir del tiempo a favor de la posición argentina. Cuanto más tiempo pase, más perjudicado saldrá el Uruguay. La posición del gobierno argentino frente al corte de los puentes es imposible de entender sin tener en cuenta lo más importante: le conviene mantenerlo así. Está claro que los pueblos tienen derecho a defender su vida incluso con la insurrección contra su propio gobierno. Pero el derecho no habilita a la Asamblea de Gualeguaychú (por más sinceramente convencidos y desconfiados de los gobiernos que estén) a definir por sí y ante sí cómo deben ser las relaciones con Uruguay si está vigente la institucionalidad democrática. Esto es posible porque la estrategia que eligió el gobierno argentino los incluye. Como si fueran un ejército local y autónomo, sus medidas no son "oficialmente" una acción de gobierno pero sirven para generar presión. Si el reclamo se entiende justo debería manejarlo el organismo estatal correspondiente.

¿Porqué no se toma de una vez el camino de La Haya ni se concreta ningún acercamiento? Puede advertirse que el gobierno argentino está cómodo en esta posición y esperará a que el gobierno uruguayo le haga una propuesta conveniente bloqueando cualquier mediación. Como alternativa tiene el camino de La Haya, aunque no está claro que el balance de pros y contras le convenga tomarlo.

Las plataformas mínimas para volver a negociar así como están dejan al diferendo en "loop". El gobierno uruguayo expresa que no puede suspender unilateralmente las obras porque violentaría las normas y garantías que ofrece a éstas u otras empresas quedando en adelante totalmente desprestigiado ante los potenciales inversores en todo el mundo. Simétricamente el gobierno argentino expresa que no puede pedirle a los manifestantes que detengan sus medidas porque considera justas sus preocupaciones.

No hay alternativas razonables sin "bajarse un poco del caballo". Dejando de lado lo descabellado el conflicto sólo se destrabará cuando las dos partes entiendan que es el momento de negociar. Lo más sano sería que se encontrara una solución sin vencedores ni vencidos.

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¿Y el zurdaje?
Por rubén - Wednesday, Mar. 01, 2006 at 1:31 AM

Muchachos de la izquierda revolucionaria, tan amigos de las polémicas sobre Kronstadt, siempre tan listos para calificar al otro de sectario u oportunista...

¿nada que decir acerca de esta cuestión?

No les pido que me hagan un análisis del proceso de blanqueado de la pulpa ni del radio del impacto ambiental previsible. Pero acá tenemos a un señor que dice que “el derecho no habilita a la Asamblea de Gualeguaychú (por más sinceramente convencidos y desconfiados de los gobiernos que estén) a definir por sí y ante sí cómo deben ser las relaciones con Uruguay si está vigente la institucionalidad democrática”...

y que “Dejando de lado lo descabellado el conflicto sólo se destrabará cuando las dos partes entiendan que es el momento de negociar. Lo más sano sería que se encontrara una solución sin vencedores ni vencidos” (Ja ja).

Lo digo porque este es un buen ejemplo de la batalla ideológica que viene creciendo en todos los medios en pro de la desmovilización. “Listo, ya consiguieron llamar la atención, ahora vuelvan a casita y felices pascuas” y además que “es posible una solución sin vencedores ni vencidos”. Dos argumentos tan estúpidos, que parece increíble que sean la eficiente tapadera ideológica de la represión y la traición en cualquier clase de conflicto. Pero lo son.
¿Y no decimos nada?

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