Julio López
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Hay que luchar con los compañeros de las heras
Por trotskirolling - Tuesday, Mar. 14, 2006 at 11:49 AM

No hay que hacer como el mic(fos, convergencia,rcpc,pcr) y los morenistas que se borran de las luchas.

el programa del mic es una basura. no deice nada de la nacionalizacion del petroleo bajo control obrero
no dice nada de la deuda externa
no dice nada de salario igual a la canasta familiar. no dice nada del reparto de las horas de trabajo
no dice nada contra moyano y degenaro
no dice nada contra tomada y la regimentaciòn al derecho de huelga
El mic , sus dirigentes y sus partidos son protoburgueses

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C.S. CON LOS PRESOS DE LAS HERAS
Por Prensa de Convergencia Socialista - Tuesday, Mar. 14, 2006 at 1:34 PM

C.S. CON LOS PRESOS ...
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Adjunto tres de las notas que escribimos en el último periódico sobre Las Heras y que dejan en claro las posiciones de C.S.
En la marcha del lunes C.S. también repartió un volante, que es la copia de la editorial que aquí editamos.
C.S. agitó ese día dos consignas: Libertad a los presos por luchar y Piquetes de defensa y la huelga general.
El camarada puede, con todo el derecho, cuestionar la línea política de C.S., pero antes de hacerlo debe informarse.

J. por la comisión de prensa de C.S.


Editorial (El Trabajador número 80, marzo)

A 30 años del golpe de estado
Por el derecho a defendernos
Por la libertad de los presos de Las Heras

Cuando los empleados de la empresa Plusmar realizaban una huelga por sus haberes adeudados, los pasajeros (que habían quedado varados en la terminal de Retiro) organizaron un piquete para que los transporten a sus destinos, responsabilizando a los empresarios y solidarizándose con los choferes en lucha.
Este hecho (que ocurrió a principios de año) sirve para graficar una situación en la cual la mayoría de los que protestan (aún en los conflictos más insignificantes) tienden a tomar en sus manos las herramientas de lucha más radicalizadas, como los piquetes.
Pareciera ser que la dinámica del año que se inicia estará signada por las asambleas de trabajadores y vecinos, las huelgas y los cortes de ruta, pero también por los piquetes y los enfrentamientos con las fuerzas represivas (oficiales y no oficiales)
Esta tendencia a la polarización tuvo su punto de arranque en la huelga de los técnicos de Aerolíneas, cuando la propia burocracia se vio obligada a organizar grupos de choque para enfrentarse con los carneros. Una situación parecida a la de la huelga de los trabajadores de las tercerizadas del subte, que para imponer su encuadramiento en el convenio de la UTA, debieron cortar las vías y pelearse con la policía en los andenes de la Estación Once.
Algo de esto está sucediendo en Gualeguaychú y se planteó en Chascomús, cuando los trabajadores de Parmalat se enfrentaron con la policía provincial o en Las Toninas, donde los vecinos salieron a cortar la ruta Interbalnearia. Sin embargo, el salto de calidad fue protagonizado por un sector del proletariado industrial más concentrado, los petroleros de Las Heras, quienes le propinaron una inédita paliza a las “fuerzas del orden” durante la pueblada que protagonizaron, exigiendo la libertad de su dirigente, Mario Navarro.
El presidente y los funcionarios a cargo de las instituciones del régimen, tomaron nota de esta situación y comenzaron a actuar en consecuencia, imponiendo (por primera vez desde la dictadura) un virtual estado de sitio en Las Heras, pisoteando todas las garantías constitucionales y derechos democráticos de la mayoría de los pobladores de esa alejada ciudad del sur argentino.
Encarcelaron sumariamente a varios pobladores con el objetivo (más que evidente) de amedrentar a los que pretendan seguir el camino de la pueblada. Kirchner y los funcionarios políticos y judiciales del régimen entendieron que deben desalentar el ejemplo patagónico, ya que de expandirse, pondría en peligro a las instituciones del propio régimen.
La movilización en el sur cuestionó uno de los más importantes pilares que sostiene al estado burgués, que es el monopolio del uso de la fuerza a través de las fuerzas armadas y la policía. Cuando una lucha se organiza con seriedad, debe necesariamente incluir un elemento de autodefensa frente a los provocadores y los ataques de la policía.
Los trabajadores tienen el derecho a la huelga, los piquetes, las manifestaciones y la protesta política; derecho que es violado permanentemente cuando reprimen o prohíben esas u otras acciones. Es necesario recordar que defender las luchas obreras no es nada más que ejercer el derecho de legitima autodefensa ante los ataques físicos. Todos los activistas de izquierda deberían, no solo reconocer este derecho, sino ayudar a popularizarlo y extenderlo a todos el país
En este contexto (nacional e internacional) los de arriba saben bien que el ajuste no les cierra sin imponer rebajas sustanciales a los salarios y condiciones más extremas de flexibilización laboral, asumiendo, que para lograr esos objetivos, deberán superar el gran escollo que significa la resistencia obrera y popular, que ha conquistado algunos aumentos salariales de importancia (como el Subte o los Aeronáuticos) y también le puso límites al plan flexibilizador.
Por todo eso, Kirchner, mientras intenta convencer a las masas acerca de las bondades de su gobierno “progresista”, invierte millonadas en el rearme de las fuerzas represivas y sus grupos de choque no oficiales (las organizaciones “piqueteras” de Delia y Patria Libre) cuyos dirigentes ya adelantaron que seguirán “rompiendo las cabezas” de los que se animen a cuestionar al gobierno y sus planes.
Los luchadores no pueden esperar que les rompan las cabezas con los brazos cruzados. Tienen la obligación de alentar, preparar y organizar sus mecanismos de autodefensa, para evitar que las luchas sean derrotadas y se desmoralicen los activistas. Las organizaciones de izquierda y los sindicatos, internas y agrupaciones combativas, deberían reunirse para conformar una Coordinadora que se ponga al frente de esa tarea en todas las huelgas, movilizaciones y peleas parciales.
Esta coordinadora debe comenzar por organizar una gran campaña (nacional e internacional) y un plan de lucha por la libertad de los presos de Las Heras y por el retiro de la gendarmería y el estado de sitio de esa ciudad. La conmemoración de los 30 años del golpe militar de 1976 es una buena oportunidad para actuar en consecuencia. Cuando miles se aprestan a movilizarse reivindicando la lucha contra la dictadura, no existirá mejor manera de defender los derechos democráticos conquistados, que peleando por la libertad de los presos de Las Heras y reivindicando el derecho a la autodefensa que ejercieron los pobladores de esa ciudad.


Nacional, Las Heras
La violencia de los de arriba

Ya hace varios años que se vienen sucediendo luchas muy importantes en Las Heras y en cada una de las localidades petroleras aledañas, como Pico Truncado y Caleta Olivia. Estas huelgas, movilizaciones y cortes de ruta (organizadas desde 1997 en adelante) fueron reprimidos por el gobernador y los funcionarios de la provincia de Santa Cruz, verdaderos agentes de los intereses de Repsol y los empresarios petroleros de la Patagonia.
En ese contexto, en 1999 persiguieron y amenazaron a los desocupados que cortaron la ruta 43 reclamando trabajo. Y ese mismo año, en un acto del gobierno de la provincia, fue apuñalado un vecino de Las Heras, Mario Coronel, por reclamarle a Kirchner justicia en la entrega de viviendas.
En el 2002 un grupo de manifestantes fue atropellado intencionalmente por una camioneta, provocando 12 heridos de gravedad y en el 2004, los trabajadores que ocuparon la empresa Oil fueron salvajemente reprimidos. Estos compañeros fueron golpeados y hostigados con simulacros de fusilamiento por parte del grupo “especial” GEOF. En esas jornadas Karina Sauco perdió el embarazo debido a los golpes propinados en la comisaría de Las Heras.
Pero la violencia de los de arriba no proviene solamente de la represión, sino también de la explotación que sufren los trabajadores de esa asolada región, donde los salarios, que son aparentemente “elevados” (si se los compara con los de otros lugares del país) no alcanzan para mucho, ya que el costo de vida es terriblemente alto.
Encima de todo, los trabajadores están obligados a cumplir jornadas de más de 16 horas por día: los que trabajan en los pozos, además de cumplir con sus 12 horas diarias de labor, tienen que dedicarle otras cuatro horas (entre ida y vuelta) al viaje al lugar de trabajo, que está muy alejado de la ciudad.
Los plumíferos de la burguesía y los centristas se indignan por la “violencia” obrera, cuando los de abajo, hartos de tanta explotación se defienden de los ataques arteros e injustificados de las fuerzas represivas de la patronal y el estado capitalista.
Pero los alcahuetes a sueldo de la burguesía no dicen nada acerca del sufrimiento de los miles y miles de argentinos que trabajan diariamente en condiciones tan lamentables.
Los socialistas, que intentamos expresar el punto de vista y los intereses de los trabajadores, principalmente de sus sectores más sufridos (como los petroleros del sur del país) reivindicamos la lucha de nuestros hermanos de clase y defendemos su derecho a reaccionar contra la violencia y la explotación de los de arriba.

Instalarse en las heras

El movimiento obrero debe tomar como propia la bandera de la libertad de los presos de Las Heras y tiene que pelear para romper el cerco represivo que montó el régimen alrededor de los petroleros, acabando con el estado de sitio de Kirchner, obligando al gobierno a retirar las fuerzas represivas del lugar.
Para eso ya han viajado varias delegaciones de sectores combativos a Las Heras. Esos viajes, además de las movilizaciones realizadas, son un buen principio, pero no alcanzan.
Una cantidad de dirigentes combativos, como los compañeros del cuerpo de delegados de Subte, los ceramistas de Zanón, el Suteba Bahía Blanca, los ferroviarios del Sarmiento y del Mitre; las figuras más prominentes y diputados de la izquierda, como Vilma Ripoll, Altamira, Tinirelo, Devoto o Bidonde; los dirigentes de los Derechos Humanos, Centros de Estudiantes y organizaciones populares y democráticas deberían viajar e instalarse en Las Heras, por lo menos hasta que se garantice el retiro de las tropas y se logre poner en marcha una gran campaña (nacional e internacional) por la libertad de los presos.
La presencia efectiva de los dirigentes en esa ciudad patagónica fortalecería la moral de los petroleros y haría más difícil las tareas represivas del gobierno.


Las Heras
Basta de perseguir trabajadores
Hay que reestatizar Repsol

Por Claudio Colombo

La jueza que encarceló a varios pobladores de Las Heras, acusándolos del asesinato del oficial Sayago, está íntimamente ligada a los intereses monopólicos de Repsol, la más importante extractora de petróleo y gas del país y quinta entre sus pares de todo el mundo.
Pero esa funcionaria judicial no es la única relacionada con quienes están depredando los recursos naturales de nuestro país y explotan, persiguen y reprimen a sus trabajadores. El propio presidente Kirchner, ya desde la época en que era gobernador de la provincia de Santa Cruz, mantiene una relación muy fluida y “especial” con Repsol y demás petroleras.
No es casualidad que el presidente le haya permitido a este monopolio español que exporte la casi totalidad de su producción, garantizándole que más del 70% de las divisas generadas no regresen al país y que el 30% restante, prácticamente no esté sujeto a controles oficiales.
La impunidad es tan grande, que el único control que se aplica sobre la compañía se realiza en base a las declaraciones juradas de sus propios directivos, los mismos que tiempo atrás consumaron un gigantesco fraude a la bolsa de valores de Wall Street, inflando la declaración de reservas que tiene la empresa en la Argentina.
El gobierno les garantiza además, que las retenciones derivadas de la explotación petrolera (que son las más bajas del continente) continúen siendo del 12%, aún después de los grandes aumentos que se produjeron en el precio del barril del crudo.
Las ganancias de los monopolios petroleros son enormes. De allí la saña con que sus agentes policiales, judiciales y políticos reprimen a los trabajadores, cuando estos ponen en riesgo sus dividendos. Con los hechos ocurridos en Las Heras quedó demostrado que los funcionarios del régimen no son más que empleados a sueldo de estos monopolios, que son los verdaderos dueños del país y quienes aplican “justicia”, ordenando la represión contra los trabajadores que se niegan a arrodillarse frente a su poder.
Los trabajadores y el pueblo argentino debemos reaccionar contra semejante atropello a la soberanía nacional: Repsol no puede seguir robándole al país, ni seguir persiguiendo, reprimiendo y encarcelando impunemente a sus trabajadores. Las riquezas de la Patagonia tienen que estar al servicio de los intereses del pueblo argentino y no de los que lucran con su explotación. Los trabajadores deben trabajar sin presiones policiales, con sueldos y condiciones de trabajo dignas.
Para que esto suceda hay que expropiar inmediatamente a Repsol, reestatizando la compañía bajo el control de los propios trabajadores, que son los únicos interesados en que la nueva empresa estatal sea eficiente y no se convierta en una cueva de funcionarios corruptos. Este cambio de fondo solo se podrá concretar derrotando a los agentes de Repsol, que gobiernan el país.

Para ver todo el periódico entrar a la página de C.S.
http://www.convergenciasocialista.org


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La posición de C.S.
Por Prensa de Convergencia Socialista - Tuesday, Mar. 14, 2006 at 1:38 PM

La posición de C.S....
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Editorial (El Trabajador número 80, marzo)

A 30 años del golpe de estado
Por el derecho a defendernos
Por la libertad de los presos de Las Heras

Cuando los empleados de la empresa Plusmar realizaban una huelga por sus haberes adeudados, los pasajeros (que habían quedado varados en la terminal de Retiro) organizaron un piquete para que los transporten a sus destinos, responsabilizando a los empresarios y solidarizándose con los choferes en lucha.
Este hecho (que ocurrió a principios de año) sirve para graficar una situación en la cual la mayoría de los que protestan (aún en los conflictos más insignificantes) tienden a tomar en sus manos las herramientas de lucha más radicalizadas, como los piquetes.
Pareciera ser que la dinámica del año que se inicia estará signada por las asambleas de trabajadores y vecinos, las huelgas y los cortes de ruta, pero también por los piquetes y los enfrentamientos con las fuerzas represivas (oficiales y no oficiales)
Esta tendencia a la polarización tuvo su punto de arranque en la huelga de los técnicos de Aerolíneas, cuando la propia burocracia se vio obligada a organizar grupos de choque para enfrentarse con los carneros. Una situación parecida a la de la huelga de los trabajadores de las tercerizadas del subte, que para imponer su encuadramiento en el convenio de la UTA, debieron cortar las vías y pelearse con la policía en los andenes de la Estación Once.
Algo de esto está sucediendo en Gualeguaychú y se planteó en Chascomús, cuando los trabajadores de Parmalat se enfrentaron con la policía provincial o en Las Toninas, donde los vecinos salieron a cortar la ruta Interbalnearia. Sin embargo, el salto de calidad fue protagonizado por un sector del proletariado industrial más concentrado, los petroleros de Las Heras, quienes le propinaron una inédita paliza a las “fuerzas del orden” durante la pueblada que protagonizaron, exigiendo la libertad de su dirigente, Mario Navarro.
El presidente y los funcionarios a cargo de las instituciones del régimen, tomaron nota de esta situación y comenzaron a actuar en consecuencia, imponiendo (por primera vez desde la dictadura) un virtual estado de sitio en Las Heras, pisoteando todas las garantías constitucionales y derechos democráticos de la mayoría de los pobladores de esa alejada ciudad del sur argentino.
Encarcelaron sumariamente a varios pobladores con el objetivo (más que evidente) de amedrentar a los que pretendan seguir el camino de la pueblada. Kirchner y los funcionarios políticos y judiciales del régimen entendieron que deben desalentar el ejemplo patagónico, ya que de expandirse, pondría en peligro a las instituciones del propio régimen.
La movilización en el sur cuestionó uno de los más importantes pilares que sostiene al estado burgués, que es el monopolio del uso de la fuerza a través de las fuerzas armadas y la policía. Cuando una lucha se organiza con seriedad, debe necesariamente incluir un elemento de autodefensa frente a los provocadores y los ataques de la policía.
Los trabajadores tienen el derecho a la huelga, los piquetes, las manifestaciones y la protesta política; derecho que es violado permanentemente cuando reprimen o prohíben esas u otras acciones. Es necesario recordar que defender las luchas obreras no es nada más que ejercer el derecho de legitima autodefensa ante los ataques físicos. Todos los activistas de izquierda deberían, no solo reconocer este derecho, sino ayudar a popularizarlo y extenderlo a todos el país
En este contexto (nacional e internacional) los de arriba saben bien que el ajuste no les cierra sin imponer rebajas sustanciales a los salarios y condiciones más extremas de flexibilización laboral, asumiendo, que para lograr esos objetivos, deberán superar el gran escollo que significa la resistencia obrera y popular, que ha conquistado algunos aumentos salariales de importancia (como el Subte o los Aeronáuticos) y también le puso límites al plan flexibilizador.
Por todo eso, Kirchner, mientras intenta convencer a las masas acerca de las bondades de su gobierno “progresista”, invierte millonadas en el rearme de las fuerzas represivas y sus grupos de choque no oficiales (las organizaciones “piqueteras” de Delia y Patria Libre) cuyos dirigentes ya adelantaron que seguirán “rompiendo las cabezas” de los que se animen a cuestionar al gobierno y sus planes.
Los luchadores no pueden esperar que les rompan las cabezas con los brazos cruzados. Tienen la obligación de alentar, preparar y organizar sus mecanismos de autodefensa, para evitar que las luchas sean derrotadas y se desmoralicen los activistas. Las organizaciones de izquierda y los sindicatos, internas y agrupaciones combativas, deberían reunirse para conformar una Coordinadora que se ponga al frente de esa tarea en todas las huelgas, movilizaciones y peleas parciales.
Esta coordinadora debe comenzar por organizar una gran campaña (nacional e internacional) y un plan de lucha por la libertad de los presos de Las Heras y por el retiro de la gendarmería y el estado de sitio de esa ciudad. La conmemoración de los 30 años del golpe militar de 1976 es una buena oportunidad para actuar en consecuencia. Cuando miles se aprestan a movilizarse reivindicando la lucha contra la dictadura, no existirá mejor manera de defender los derechos democráticos conquistados, que peleando por la libertad de los presos de Las Heras y reivindicando el derecho a la autodefensa que ejercieron los pobladores de esa ciudad.


Nacional, Las Heras
La violencia de los de arriba

Ya hace varios años que se vienen sucediendo luchas muy importantes en Las Heras y en cada una de las localidades petroleras aledañas, como Pico Truncado y Caleta Olivia. Estas huelgas, movilizaciones y cortes de ruta (organizadas desde 1997 en adelante) fueron reprimidos por el gobernador y los funcionarios de la provincia de Santa Cruz, verdaderos agentes de los intereses de Repsol y los empresarios petroleros de la Patagonia.
En ese contexto, en 1999 persiguieron y amenazaron a los desocupados que cortaron la ruta 43 reclamando trabajo. Y ese mismo año, en un acto del gobierno de la provincia, fue apuñalado un vecino de Las Heras, Mario Coronel, por reclamarle a Kirchner justicia en la entrega de viviendas.
En el 2002 un grupo de manifestantes fue atropellado intencionalmente por una camioneta, provocando 12 heridos de gravedad y en el 2004, los trabajadores que ocuparon la empresa Oil fueron salvajemente reprimidos. Estos compañeros fueron golpeados y hostigados con simulacros de fusilamiento por parte del grupo “especial” GEOF. En esas jornadas Karina Sauco perdió el embarazo debido a los golpes propinados en la comisaría de Las Heras.
Pero la violencia de los de arriba no proviene solamente de la represión, sino también de la explotación que sufren los trabajadores de esa asolada región, donde los salarios, que son aparentemente “elevados” (si se los compara con los de otros lugares del país) no alcanzan para mucho, ya que el costo de vida es terriblemente alto.
Encima de todo, los trabajadores están obligados a cumplir jornadas de más de 16 horas por día: los que trabajan en los pozos, además de cumplir con sus 12 horas diarias de labor, tienen que dedicarle otras cuatro horas (entre ida y vuelta) al viaje al lugar de trabajo, que está muy alejado de la ciudad.
Los plumíferos de la burguesía y los centristas se indignan por la “violencia” obrera, cuando los de abajo, hartos de tanta explotación se defienden de los ataques arteros e injustificados de las fuerzas represivas de la patronal y el estado capitalista.
Pero los alcahuetes a sueldo de la burguesía no dicen nada acerca del sufrimiento de los miles y miles de argentinos que trabajan diariamente en condiciones tan lamentables.
Los socialistas, que intentamos expresar el punto de vista y los intereses de los trabajadores, principalmente de sus sectores más sufridos (como los petroleros del sur del país) reivindicamos la lucha de nuestros hermanos de clase y defendemos su derecho a reaccionar contra la violencia y la explotación de los de arriba.

Instalarse en las heras

El movimiento obrero debe tomar como propia la bandera de la libertad de los presos de Las Heras y tiene que pelear para romper el cerco represivo que montó el régimen alrededor de los petroleros, acabando con el estado de sitio de Kirchner, obligando al gobierno a retirar las fuerzas represivas del lugar.
Para eso ya han viajado varias delegaciones de sectores combativos a Las Heras. Esos viajes, además de las movilizaciones realizadas, son un buen principio, pero no alcanzan.
Una cantidad de dirigentes combativos, como los compañeros del cuerpo de delegados de Subte, los ceramistas de Zanón, el Suteba Bahía Blanca, los ferroviarios del Sarmiento y del Mitre; las figuras más prominentes y diputados de la izquierda, como Vilma Ripoll, Altamira, Tinirelo, Devoto o Bidonde; los dirigentes de los Derechos Humanos, Centros de Estudiantes y organizaciones populares y democráticas deberían viajar e instalarse en Las Heras, por lo menos hasta que se garantice el retiro de las tropas y se logre poner en marcha una gran campaña (nacional e internacional) por la libertad de los presos.
La presencia efectiva de los dirigentes en esa ciudad patagónica fortalecería la moral de los petroleros y haría más difícil las tareas represivas del gobierno.


Las Heras
Basta de perseguir trabajadores
Hay que reestatizar Repsol

Por Claudio Colombo

La jueza que encarceló a varios pobladores de Las Heras, acusándolos del asesinato del oficial Sayago, está íntimamente ligada a los intereses monopólicos de Repsol, la más importante extractora de petróleo y gas del país y quinta entre sus pares de todo el mundo.
Pero esa funcionaria judicial no es la única relacionada con quienes están depredando los recursos naturales de nuestro país y explotan, persiguen y reprimen a sus trabajadores. El propio presidente Kirchner, ya desde la época en que era gobernador de la provincia de Santa Cruz, mantiene una relación muy fluida y “especial” con Repsol y demás petroleras.
No es casualidad que el presidente le haya permitido a este monopolio español que exporte la casi totalidad de su producción, garantizándole que más del 70% de las divisas generadas no regresen al país y que el 30% restante, prácticamente no esté sujeto a controles oficiales.
La impunidad es tan grande, que el único control que se aplica sobre la compañía se realiza en base a las declaraciones juradas de sus propios directivos, los mismos que tiempo atrás consumaron un gigantesco fraude a la bolsa de valores de Wall Street, inflando la declaración de reservas que tiene la empresa en la Argentina.
El gobierno les garantiza además, que las retenciones derivadas de la explotación petrolera (que son las más bajas del continente) continúen siendo del 12%, aún después de los grandes aumentos que se produjeron en el precio del barril del crudo.
Las ganancias de los monopolios petroleros son enormes. De allí la saña con que sus agentes policiales, judiciales y políticos reprimen a los trabajadores, cuando estos ponen en riesgo sus dividendos. Con los hechos ocurridos en Las Heras quedó demostrado que los funcionarios del régimen no son más que empleados a sueldo de estos monopolios, que son los verdaderos dueños del país y quienes aplican “justicia”, ordenando la represión contra los trabajadores que se niegan a arrodillarse frente a su poder.
Los trabajadores y el pueblo argentino debemos reaccionar contra semejante atropello a la soberanía nacional: Repsol no puede seguir robándole al país, ni seguir persiguiendo, reprimiendo y encarcelando impunemente a sus trabajadores. Las riquezas de la Patagonia tienen que estar al servicio de los intereses del pueblo argentino y no de los que lucran con su explotación. Los trabajadores deben trabajar sin presiones policiales, con sueldos y condiciones de trabajo dignas.
Para que esto suceda hay que expropiar inmediatamente a Repsol, reestatizando la compañía bajo el control de los propios trabajadores, que son los únicos interesados en que la nueva empresa estatal sea eficiente y no se convierta en una cueva de funcionarios corruptos. Este cambio de fondo solo se podrá concretar derrotando a los agentes de Repsol, que gobiernan el país.

Para mejor informarse ver http://www.convergenciasocialista.org


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Pero trotsky rolling es un infesto SESTA enfermo y falopeado
Por te vamos a constestar todo POR - Tuesday, Mar. 14, 2006 at 5:53 PM

En toda la linea te vamos a seguir, a donde vayas te iremos a buscar POR- Masas y otros ultras enfermizos

Viva la democracia sindical y la unidad en la lucha
Viva el MIC y el reagrupamiento intersindical clasista

"trotsky rolling" lo de rolling es por la falopa con la que se da todos los días,.....!!!

no mientas más!!!!

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no sean fascistas
Por docente zurdo - Tuesday, Mar. 14, 2006 at 6:35 PM

me gustaria saber en que se diferncia el mic de la burocracia sindical,????
y no puedo encontrarla diferencia.
por otro lado, seguro individualmente, han estado en contra de la represion en las heras, o lo sparatidos aislados, pero el mic no tiene un programa comun,
osea como mic no se pueden poner tan duros con lo que pasa en las heras porque podria romper el movimiento intersindical clasiste.
creo que ese es lo problema principal de las construcciones morenistas, se apoyan en el sector mas atrasado de los compañeros, siempre, y no en la vanguardia que lucha, esto es solo un rejunte electoral para ganar cargos dentro de la cta, pero no para propuganar un cambio revolucionario, ni siquiera lograra una coordinacion,
pero eso lo veremos,

las amenazas macartistas contra el por-masas, con el cual tengo muchas diferencias, me parecen de tipo estalistas o fascistas directamente... es que no tienen ideas para responder?????????
saludos docente zurdo

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Hay que seguir juntito a la conciencia y dar un pasitoadelante junto a ellos
Por vos roberto estas a 5 km. - Tuesday, Mar. 14, 2006 at 7:33 PM

esa es la diferencia, no entre los morenistas y vos , es entre los marxistas y los troskistas y vos "docente zurdo"???

no mientas más descompuesto!!!

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