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La mujerte de Rodolfo Walsh
Por Tony Miglianelli - Sunday, Mar. 19, 2006 at 1:49 PM
tonymiglianelli@speedy.com.ar Neuquén

Para los desmemoriados, para los distraídos, para los traidores, para los mediocres, para los miedosos, pero fundamentalmente para los chicos, las nuevas generaciones que cuando escuchan Espíritu Setentista de Attaque 77, sepan que hubo espejos que devolvían miradas firmes y honestas, y que había un sueño, una posibilidad, una topía (sin la u) y que perdimos la batalla, mas no la guerra contra el imperio y sus acólitos. Pero también es necesario que los pibes sepan que hay un tiempo para todo y que el gran secreto es saber antes de dar un paso, y con quien, cual es el tiempo de vivir y cual el de morir por el país.

Digo esto porque por email me llegó la carta que Walsh envió a la junta militar hace 29 años. Agradezco a esas personas y redes de comunicación alternativas que me la hayan enviado. Haciendo memoria, yo tendría unos 19 años y vivía en Bs.As por razones varias. En el Barrio de San Telmo, por las calles Humberto I, Carlos Calvo y otras, había un taller gráfico que desde afuera nadie podía imaginar que lo fuese.
Varios días al mes yo pasaba algunas horas allí corrigiendo las galeras.: unas tiras en un papel que eran las columnas que hoy podemos hacerlas con las computadoras, las que vemos en todas las publicaciones impresas. En esos tiempos, el offset (sistema de impresión en frío), había despojado al tradicional sistema caliente de la linotipo con plomo, fotos de metal (cliché) montadas sobre tacos de madera y el armado totalmente manual y artesanal.
Por esas vueltas de la vida, allí se confeccionaba todos los días las películas y se armaban las páginas del más hermoso diario que yo haya conocido en cuanto a diagramación y fotografía: Noticias.
Y allí también junto a mi padre que estaba en el sur, armábamos los originales de la revista Aquí Nosotros, posteriormente saqueada y quemada sus oficinas en General Roca durante lo que se conoció como el Rocazo, un moviendo impulsado por la cúpula radical y el Diario Rio Negro para impedir que un partido provincial de reciente creación los dejase fuera de carrera en las elecciones de 1973. Ambos en mi memoria responsables de lo que le hicieron a mi padre y del atraso y aislamiento de esa ciudad a nivel provincial.
Sería deshonesto de mi parte jactarme de haberlo conocido a Walsh aunque hubiese sido un honor, pero seguramente lo habré cruzado varias veces allí dentro.
Hablando con la gente, con los viejos luchadores que lo conocieron he sacado una reflexión que deseo compartir con los lectores.
Soy de la idea que soldado que huye sirve para otra guerra. Creo que Walsh sabía que con su carta firmaba su sentencia de muerte. Si bien todos los luchadores de ese tiempo lo estaban, otra cosa era la provocación directa. Distinto hubiese sido si la hubiese publicado desde el exilio sin que su vida corriese peligro. Su muerte le ocasionó a la resistencia una baja irremplazable.
No creo en los sacrificios individuales sino en la construcción colectiva de la que el mismo era miembro y fundador. Por eso no se entiende mucho la actitud, pero también es justo señalar que tampoco se puede analizar en el tiempo con ligereza.
No obstante, he querido expresarme porque a diferencia de aquellos años donde participé desde un lugar, hoy pareciese que la lucha consiste en cortar la ruta, hacer marchas todos los días y repartir volantes en las movilizaciones. Son cosas importantes sin duda, pero poco efectivas en el tiempo.
Si bien, no estoy proponiendo un alzamiento en armas, digo que hay que utilizar también otras acciones para enfrentar al enemigo, como lo hicieron Walsh, los miles de desaparecidos y los que aun sobreviven al genocidio económico instrumentado por el imperio y ejecutado por el aparato militar.
Hoy, muchos sectores tanto del peronismo como de la izquierda, son funcionales al sistema imperante. Dejo de lado al radicalismo porque históricamente ha sido golpista y corrupto, suministrando funcionarios a las diversas dictaduras.
Hace falta una nueva estrategia y una nueva unión de los argentinos para hacerle frente a la indecencia que permite aun que casi el 50 % de nuestros compatriotas vivan por debajo de la línea de pobreza.
Por lo pronto y concretamente a la izquierda de la que me siento parte, la convoco a tomar la bandera de la defensa de la vida como es la ecología hasta ahora, ausente de sus causas de lucha. Es necesario que entiendan que solo las mentes retrogradas suponen que defenderla es proteger las plantitas y los pajaritos o imitar a los mercaderes del ambientalismo como Greenpeace.

Tony Miglianelli
18 de marzo de 2006

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