Julio López
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TRIPLE A: ENSAYO DE UN GOLPE ANUNCIADO
Por @ / MST - Sunday, Apr. 02, 2006 at 11:09 PM

La Triple A y el Gobierno del PJ e Isabelita: la antesala al Golpe Militar del 24 de marzo de 1976.


Alternativa Socialista 425 22/3/06
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Triple A: Ensayo de un golpe anunciado

En un país donde soplaban vientos revolucionarios Perón vuelve para ponerles fin. A los pocos meses descubre que no bastan los pactos con Lanuse, Balbín o Rucci y es necesario golpear con dureza a quienes se movilizan en todo el país. Para ello, “el Brujo” López Rega, diseña un aparato parapolicial organizado por los comisarios Villar y Margaride para sembrar el terror de norte a sur. La Alianza Anticomunista Argentina sella su nacimiento en noviembre de 1973 sembrando bombas y atentados con el beneplácito de la burocracia del PJ y el silencio cómplice de los medios de comunicación y otros partidos políticos que desvían la mirada.
Ese mismo año una bomba estalla en el auto del senador Hipólito Solari Irigoyen inaugurando el ensayo del golpe militar. Los telegramas con amenazas de muerte, los atentados a políticos progresistas, luchadores sociales, militantes de izquierda y la lista con futuros ajusticiados por la Triple A comienza a poner en vilo al país.
Como todos los sectores que luchaban nuestro partido antecesor, el PST, sufre las consecuencias de la persecución fascista. La Masacres de Pacheco, de la Plata y los asesinatos de Inocencio Fernández, Rubén Darío Boussas, Juan Carlos Nievas y César Robles se inscriben en la memoria con fuego.
Con la muerte de Perón, el 1º de julio de 1974, la cacería que había comenzado seis meses antes se agudiza. De esta manera se inaugura una de las etapas más sangrientas de la historia. Más de 700 muertos y miles de atentados llevan la firma de la Triple A. Tres décadas después aún no se han investigado estos asesinatos ni la responsabilidad política y material de quienes le dieron forma a este ensayo del golpe militar. Esta es una de las tareas pendientes de la Argentina para logra Memoria, Verdad y Justicia.

Adriana Duprez

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La Triple A e Hipolito Solari Yrigoyen
Por Radicha - Monday, Apr. 03, 2006 at 1:10 AM

Hipólito Solari Yrigoyen, que entre 1973 y 1995 sumó doce años como senador nacional por Chubut, es un hombre de hábitos estables. Vive en Puerto Madryn en la misma casa que se construyó en los sesenta, usa cuando viene a Buenos Aires su departamento de siempre, sobre la avenida Santa Fe, y hasta conserva la misma cochera de hace treinta años, a sólo una cuadra, en el garage de Marcelo T. de Alvear 1276. Que conserve la cochera y allí estacione su auto actual -un Renault 9 sedentario- es una curiosidad. Pero que viva, que este radical de mucho más coraje y cicatrices que rencores viva, es ya un dato histórico. Una excepción. Acaso un milagro.

En esa cochera, hace treinta años, voló por los aires apenas encendió el motor de su Renault 6, donde lo esperaba una bomba destinada a matarlo. Aunque el objetivo no se cumplió, el atentado figura con relieve en todos los libros dedicados a los años de plomo -y seguramente en los textos de historia que vendrán- porque así debutó, ese 21 de noviembre de 1973, la Alianza Anticomunista Argentina, conocida como Triple A.

Se acaban de cumplir, pues, tres décadas del bautismo de fuego de la mayor banda de ultraderecha jamás conocida, autora de 600 o 700 asesinatos, que fermentó en el gobierno peronista 1973-76 y sirvió de piedra basal al terrorismo de Estado.

Cofundador del Movimiento de Renovación y Cambio de la UCR, Solari Yrigoyen, de perfil progresista, no ejercía como abogado pero asesoraba a los gremialistas combativos Agustín Tosco y Raimundo Ongaro y había contribuido a salvar a militantes chilenos de la flamante represión pinochetista. Hoy, a los 69 años, acepta recordar ese miércoles y el garage ensangrentado siempre que no sea por él, por su caso personal, dice, sino para no olvidar lo que la Triple A le causó al país.

A él, imposible soslayarlo, le causó otros contratiempos. Cuando ya había dejado la silla de ruedas y volvía a caminar -con muletas-, después de infinitas semanas de internación y seis operaciones de las piernas, en 1975 volvió a volar por los aires (en sentido más literal aún: chocó contra el techo del dormitorio) cuando la Triple A le colocó otras dos potentes bombas sincronizadas en Puerto Madryn, una de las cuales no estalló; eso evitó que la casa se le cayera encima. Más tarde, ya bajo el Proceso, la represión ilegal que había fagocitado a la Triple A probó sobre Solari Yrigoyen todo su instrumental: el senador fue secuestrado, estuvo desaparecido, fue torturado, lo "blanquearon" (fue puesto a disposición del Poder Ejecutivo) y, tras un año de cárcel, la Junta Militar lo expulsó del país. El senador norteamericano Edward Kennedy, que lo homenajearía en Washington al comienzo del exilio, estuvo entre los primeros en comprender que Solari Yrigoyen resumía sobre su cuerpo el drama de la Argentina trágica.

La voladura del auto ocurrió horas después de una sesión del Senado en la cual este político de hablar articulado, con una exposición de cuatro horas, había sido la figura central. Se trataba en el recinto la ley de Asociaciones Profesionales (por algún motivo, también la legislación laboral marcó las aguas políticas en los años ochenta y fue la chispa del escándalo de las coimas en el Senado en los noventa). Sostenía que aquella ley consolidaba una "oligarquía sindical". Enseguida, Lorenzo Miguel, uno de los hombres más fuertes del sindicalismo dominante, paradigma del burócrata sindical según las iracundas organizaciones de la llamada izquierda peronista, calificó públicamente a Solari Yrigoyen como "enemigo público número uno".

La prensa de la época no tardó en conectar esta declaración con el atentado y Miguel tampoco tardó en apersonarse en el Instituto del Diagnóstico para gesticular una condena, pero Solari Yrigoyen no la escuchó de sus labios porque a esa hora luchaba para evitar que le amputaran la pierna izquierda.

En cambio, el sobreviviente sí pudo oír apenas a la vicepresidenta Isabel Perón. La había enviado el presidente Juan Domingo Perón, quien el mismo día de la bomba caía en cama, no con una ligera indisposición, ahora se sabe, sino con una grave crisis que al año siguiente derivaría en su muerte.

Recuerda Solari Yrigoyen: "No sé si Isabel entendía lo que estaba pasando; me dijo: `¡no sé qué pretende esta gente!, ¿una Cuba, un Chile?´. Me hablaba como si el atentado lo hubiese cometido la izquierda". Un día antes del ataque el senador había recibido un sobre que decía AAA. "Ya no me acuerdo si lo traducían como Alianza Anticomunista Argentina o Alianza Antiimperialista Argentina (duda comprensible: ambos nombres se alternaron), pero yo sólo estuve en condiciones de contar la existencia de la amenaza días después. Cuando la conté, se conoció la Triple A". Los sobres con amenazas y las listas de condenados a muerte por la Triple A se harían desde entonces una costumbre que, a partir de marzo de 1976, la represión militar abandonaría: sobraba el miedo, se fingiría orden, ya no habría advertencias personales. Pero durante el gobierno justicialista muchas personas salvaron su vida al saberse enfocadas por el terrorismo de ultraderecha, como el diputado Héctor Sandler, que se escondió en el Congreso, o los actores Héctor Alterio, Luis Brandoni y Norman Briski y la cantante Nacha Guevara, quienes se fueron del país cuando se difundió que la Triple A los consideraba enemigos. No era necesario tener ideas radicalizadas para estar en las listas. Como el macartismo norteamericano, la Triple A veía comunistas, "zurdos" o "infiltrados" por todas partes. Las figuras públicas potenciaban el efecto.

Lo más notable de la condena oficial al atentado sufrido por Solari Yrigoyen es que a Isabel la había acompañado al sanatorio -aunque no habló con el paciente- el ministro de Bienestar Social, José López Rega. Es decir, el creador de la Triple A.

El obsecuente López Rega, ex cantante, astrólogo, sirviente, secretario privado del general, sargento de la Policía Federal autoascendido a comisario y ministro entronizado por Perón en el elenco del efímero Héctor Cámpora para permanecer incólume en el gabinete mientras los presidentes cambiaban (fue el único que duró con Lastiri, Perón e Isabel, hasta caer por presión sindical a mediados de 1975), iba entonces camino a convertirse en el hombre fuerte del gobierno justicialista. Esotérico Rasputín, temerario emergente de un gobierno que prometía la Argentina Potencia mientras la espiral de violencia de origen peronista, marxista y paraestatal cobraba cientos de muertos y el descontrol económico crecía, López Rega estaba ensayando el principio rector del golpe militar posterior. "La subversión y el terror de derecha no son lo mismo -diría en 1976 el contralmirante César Guzzetti, canciller de Videla-. Cuando el cuerpo social del país ha sido contaminado por una enfermedad que le devora las entrañas, forma anticuerpos y esos anticuerpos no pueden considerarse del mismo modo que los microbios".

Una parte de la Triple A funcionaba en el propio Ministerio de Bienestar Social, sobre la Plaza de Mayo. Allí se descubrió el 19 de julio de 1975, cuando el Cuerpo de Granaderos desarmó la guardia del Brujo, un verdadero arsenal de guerra: escopetas Itaka, fusiles Hight S, ametralladoras Ingram, revólveres Magnum, granadas, silenciadores y munición de grueso calibre, nada demasiado vinculado con el bienestar social, desmesurado, en el mejor de los casos, para asistir a la custodia personal del ministro, como argumentaban sus escasos defensores. La Triple A se completaba con policías retirados y en actividad, como el comisario Alberto Villar (designado jefe de la Policía Federal por Perón, luego asesinado por los Montoneros), militares (se cree que entre ellos estaba el capitán Mohamed Alí Seineldín), matones sindicales, extrema derecha peronista y delincuentes, como Aníbal Gordon. La impunidad era ilimitada. Confirma hoy Solari Yrigoyen que a nadie le interesó investigar su atentado. Tampoco hubo voluntad política de esclarecer las amenazas ni las bombas colocadas en locales partidarios, una acción modesta al lado de las mutilaciones de algunas de las víctimas cuyos cadáveres -otra diferencia con el Proceso- aparecían luego y esparcían el espanto. Aunque sin una configuración orgánica definida, la Triple A giraba en torno a las revistas Cabildo, abiertamente nazi, y El Caudillo, financiada por Lorenzo Miguel.

La reciente desclasificación de documentos de aquella época pertenecientes al Departamento de Estado norteamericano permitió confirmar que la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires conocía entonces el concurso gubernamental en la Triple A, aunque reconocía que era difícil de probar. Uno de los muchos informes secretos en inglés dice que algunos atentados se hacían "por cuenta propia" mientras que otros estaban "dirigidos oficialmente". No todos llevaban el sello de la Triple A. Según la Conadep, está acreditado que la Triple A cometió 19 homicidios en 1973, 50 en 1974 y 359 en 1975.

Sí supo todo el país en su momento que la Triple A había asesinado a Silvio Frondizi, hermano del presidente, a Rodolfo Ortega Peña, abogado de guerrilleros y socio del actual secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, o, entre muchos más, a jefes policiales legalistas como Julio Troxler y Rubén Fortuny. No tuvieron la suerte de Jorge Taiana, médico y ministro de Perón, a quien alguien le avisó que la Triple A planeaba matarlo y se puso a resguardo. Ese alguien era Antonio Benítez, otro ministro, el de Justicia.

De triste recuerdo, los crímenes de la Triple A tampoco fueron demasiado removidos cuando renació la democracia. A casi nadie le pareció indicado revisar responsabilidades penales engarzadas con responsabilidades políticas nunca bien aclaradas.

PM

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Hipolito se quedo solari...
Por Bronstein - Monday, Apr. 03, 2006 at 1:31 AM

como radicheta.

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Perón asesino
Por Perón asesino - Monday, Apr. 03, 2006 at 5:20 PM

Si K es responsable político de las muertes por gatillo fácil..¿Qué le queda a Perón, bajo cuyo gobierno nació la Triple A?

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ademas, teniendo en cuenta
Por ... - Monday, Apr. 03, 2006 at 5:38 PM

que a la Triple A la creó él

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Peronismo: el Huevo de la Serpiente
Por Mosca Cojonera - Monday, Apr. 03, 2006 at 5:51 PM
fliegecojonera@hotmail.com

Peronismo, es el Huevo de la Serpiente...es bueno recordarlo en este aniversario del Golpe Cívico-Militar de 1976. Algunas reflexiones de la Mosca...

Traer a el Pocho, que vivió su exilio dorado en paises con dictadores militares (desde Stroessner en Paraguay, por cierto: al general corrupto y asesino de Stroessner lo bancó Perón en el '50 en su golpe de estado contra Bogado aportándole dinero y armas, hasta Trujillo y Franco en España, datos históricos) fue una maniobra en la cual consensaban toda la derecha, incluido el partido militar...En sus jugosas memorias, el general Lanusse concluía que la ünica salida para parar la revolución en 1972 era traer a Perón convocando elecciones...El temor del capitalismo era la alianza espontánea en las luchas entre el nuevo movimiento obrero y la clase media radicalizada...La Triple A, el "Somatén" peronista inspirado en los paaramilitares españoles, fue la primera fase del Proceso de Reorganización Nacional. Perón en 1973 fue el prólogo fallido del golpe del 24 de marzo de 1976...para más pistas seguir palmo a palmo la represión: el primer asesinado por la Triple A fue en julio de 1974, recordemos que Perón asumió en septiembre del mismo año. Con Perón en vida fue imposible investigar los secuestros, atentados y matanzas que se palaneaban desde el estado, incluso un investigador independiente nombrado por el Ejército (espantapájaros) se tomó su trabajo tan en serio que hubo que asesinarlo. Su nombre: Capitán Martín Rico, recientemente ascendido por Kirchner. El mato de silencio sobre la responsabilidad de la corporación política es tal que la CONADEP se creó anulando topda investigación y denuncia previa al 24 de marzo de 1976. Es la lógica de la politiquería nacional: allí quedan en el olvido el asesinato impune de entre 2000 y 3000 personas, más los incontables exilios forzosos. La CONADEP calificó al gobierno justicialista con el curioso eufemismo de "prueba piloto" (¿?). Para darse una idea los tres primeros meses de 1976 hubo 600 ejecuciones con secuestro, tortura y vejación atribuibles a los cuerpos francos del PJ.

El aparato represivo "legal" del peronimo fue el siguiente:

Legislación que penalizaba las acciones terroristas subversivas. Ley 20.840.

Debido al incremento de acciones criminales de las organizaciones terroristas, junto con su intención manifiesta de ejecutar una guerra integral contra el Estado Nacional y veintidós días después del “pasaje a la clandestinidad de Montoneros”, el 28 de septiembre de 1974, el Congreso Nacional sancionó la Ley 20.840 “Delitos contra el Orden Constitucional y la Paz Social” que penalizaba, al margen de la legislación vigente, a aquellos que preconizaban alterar o suprimir el orden constitucional y la paz social de la Nación por vías no establecidas en la Constitución Nacional (Con una pena de tres a ocho años).

Creaba, además, otras figuras punibles que afectaban la publicidad y propaganda de las organizaciones terroristas subversivas (con penas de dos a seis años) y también a otras acciones que beneficiaban el accionar de éstas mediante acciones económicas fraudulentas y otras (con penas de dos a seis años y multa ).

Las penas se elevaban si era funcionario público o si siendo síndicos, directores, administradores o gerentes no denunciaban la comisión de los delitos enumerados en la ley.

El movimiento obrero organizado y la lucha contra el terrorismo subversivo.

Es totalmente comprobable en los periódicos de la época, que el sector obrero en su máxima expresión, la Confederación General del Trabajo, (CGT) apoyó siempre, firme y explícitamente, las acciones de las Fuerzas Armadas, así como las de las Fuerzas de Seguridad y policiales, en el tiempo en que las organizaciones terroristas subversivas asolaban nuestro país, aun cuando hubiera gobiernos de facto.

Entre otras demostraciones, recordemos que en octubre de 1974, organizó una huelga simbólica de 45 minutos para manifestar su repudio al terrorismo. Al mes siguiente, rindió homenaje a los oficiales de las FFAA muertos en la “lucha antiguerrillera”.

En Tucumán, el 26 de febrero, dirigentes de la CGT y de las “62 Organizaciones gremiales” peronistas visitaron la sede del Comando de Operaciones de la 5ª Brigada de Infantería donde entrevistaron a su Cte, Gral. Adel Edgardo Vilas para “testimoniarle su más profunda fe en la acción antiguerrillera del Ejército”. También en agosto de 1975, la CGT, expresó en un comunicado “su permanente identificación con los soldados de nuestro glorioso Ejército, en su lucha contra los terroristas”. Es razonable que la dictadura militar protegiera y dejara en funciones a la burocracia sindical peronista.

El peronismo debería derogar sus propios "indultos" históricos y realizar un "mano pulite" de su vergonzoso papel histórico: fue el Huevo de la Serpiente.

Los "CCD", en la terminolgía burocrática del estado terrorista, fueron diseñados y creados por la eminencia gris del PJ durantes los años 1973-1976. Creación también peronista fue la "desaparición forzada" de personas. Un breve racconto de la Mosca.

La ideología argentina es curiosa. La ideolgía argentina es un mito, un mito construido en 1983 por las clases dominantes y la clase política. Consiste en "demonizar" al partido militar, censurar y reprimir el papel "civil" yu "económico" pero, como segunda tarea, forzar el "olvido" sobre el papel del Peronismo en la creación y puesta en funcionamiento de la lógica del terror de la dictadura. Van dos ejemplos en este trabajo de deconstrucción:

1) Los llamados "Campos de Concentración Clandestinos": éste es el término burocrático con que la CONADEP denominaba a los pozos de terror y tortura, los campos de concentración, más bien de exterminio, tristemente conocidos por todos. Lo curioso es lo que no se dice: los "CCD" fueron diseñado y creados bajo el gobierno de Perón e Isabel. Del propio informe en falsete de la CONADEP surgían las pruebas concretas que el sistema de represión del terrorismo con su secuela de desaparecidos se había planeado y puesto en marcha durante el gobierno constitucional, señalando a tal fin que: en la Pág. 201 se dijo: que la Prisión Militar de Encausados "Campo de la Ribera", se transformó en C.C.D. a partir de l975 y que la investigación practicada había permitido corroborar su funcionamiento; que en las págs. 211 y 212 figuraban relatos de la detención y torturas sufridos por Susana O. (legajo 689l) y Fernando Rule Castro ocurridos en Mendoza el 9 de febrero de l976; que en la pág. 214 en relación a la "Escuelita de Famaillá, se dice: La precariedad de sus instalaciones demuestra -por contraste con la dimensión que luego llegaron a tener estos centros de detención- que en l975 había comenzado a desarrollarse en forma embrionaria la modalidad clandestina de la metodología represiva, circunstancia que aparece como un dato cierto del montaje y funcionamiento del sistema represivo durante el gobierno constitucional del PJ; que en la pág. 352 figuraba un sacerdote de apellido Fourcade secuestrado el 8 de marzo de l976 que estuvo en el campo de La Ribera, siendo éste el que más arriba fuera mencionado como puesto en funcionamiento como Centro Clandestino de Detención en el año 1975;

Desapariciones: en el imaginario popular, en la ideología argentina, la "desaparición forzada de personas" nuevbamente aparece como una creación exclusiva del partido militar. Otro error y "olvido" útil de la historia.
Veamos:que cuando declaró el miembro de la CONADEP EDUARDO RABOSSI en el juicio a los Comandantes en los términos recogidos a fs. 1558 de la versión mecanografiada del proceso, dijo en cuanto a las desapariciones de personas que la CONADEP tuvo información (que es incompleta y fragmentada) sobre 19 casos en 1973, 50 en 1974, 359 en 1975 y 549 el primer trimestre de 1976, señalando como ejemplo 35 casos en noviembre de 1975, 90 en diciembre, 155 en enero de 1976, 84 en febrero y 310 en marzo. Un buen promedio para el gobierno peronista

Datos en el propio informe de la CONADEP: que en la pág. 354 aparecía el sacerdote Nelio Rougier, secuestrado en Tucumán en setiembre de 1975; que en la pág. 356 se cita a Julio San Cristóbal, Hermano de La Salle, secuestrado el 9 de febrero de l976 también durante el gobierno constitucional; que en la pág. 373 figuraban José Guillermo Espinosa desaparecido el l8 de enero de l976, Héctor Manuel Freijo desaparecido el l7 de enero de l976 y José Santiago Illa desaparecido el 9 de marzo de l976 y en la pág. 374 Nebio Ariel Melo Cuesta desaparecido el 8 de febrero de 1976, hechos ocurridos durante el gobierno constitucional; que en la pág. 376 se citaba a la esposa del gremialista Hugo Javier Rezeck como secuestrada el l6 de marzo de 1976; que en la pág. 386 se decía que en marzo de 1975 se cometieron 30 secuestros seguidos de asesinato y que después del 24 de marzo de 1976 se reinició la represión; que en la pág. 417 se decía que las Organizaciones gremiales de abogados estimaron que 23 de sus colegas fueron asesinados a partir de 1975, señalando en la pág. 431 a Vicente Víctor Ayala como desaparecido el l6 de febrero de 1976, José Pablo Bernard el 7 de marzo de 1976 y en la pág. 433 a Gustavo Medina Ortiz desaparecido el l0 de octubre de 1975. Es decir: en la confusión de qué debía investigarse y qué no, se colaba en la comisión y salía a relucir a la opinión pública, que la lógica del terror de la dictadura cívico-militar era la continuidad no sólo en métodos sino en instituciones y modalidades que habían sido diseñadad por las más altas autoridades del PJ.

Al peronismo le corresponde el honor histórico de haber creador no sólo la "Triple A" sino los Campos de Extermino y la figura de "Desaparecido"...Que le aproveche.

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Por . - Monday, Apr. 03, 2006 at 11:02 PM

Radichas y Peronistas, y disculpen, pero así los veo yo, casi cómplices.
Nunca se sabe que podría haber pasado, pero porque le dio Alfonsin el poder a Menem?, nada menos que a Menem.

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