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"El Estado neutralizó a los movimientos sociales"
Por Mosquita Cojonera - Sunday, Apr. 16, 2006 at 10:38 AM
fliegecojonera@hotmail.com

Especialista en antropología urbana, llegó a la Argentina en 2003 para estudiar el fenómeno de los movimientos sociales, las asambleas barriales y clubes de trueque; tres años después, advierte sobre el creciente proceso de exclusión que amenaza a Buenos Aires... Su conclusión: Argentina va camino hacia la "Gran Exclusión "Social" de la mano de Kirchner...

Lejos del romanticismo que atrajo a la Argentina post 2001 a muchos investigadores extranjeros, que los inclinaba a ver nuevas formas de participación política perdurables en movimientos sociales, asambleas barriales y clubes de trueque, el antropólogo británico Dennis Rodgers piensa diferente: "Hay que recuperar el Estado porque no hay otra institución social que tenga ese alcance colectivo".

En 2003, Rodgers llegó a la Argentina, como tantos científicos sociales extranjeros, para documentar la crisis. Preocupado por estudiar cómo sobrevivía el Estado a las turbulencias y cómo se institucionalizaban y organizaban los movimientos sociales, Rodgers decidió analizar a fondo dos fenómenos. Uno de "arriba hacia abajo": el presupuesto participativo de la ciudad de Buenos Aires. Otro "desde abajo": la experiencia del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de La Matanza, liderado por Toti Flores, con quienes convivió durante cinco meses.

"En ese momento estaba considerado un movimiento muy duro, porque rechazaba los planes sociales del Estado. Es un movimiento chico que ha producido un gran impacto, porque su gente ha sabido desarrollar lazos con diferentes instituciones", dice Rodgers. Así, tenían vinculación con la Universidad de San Martín para desarrollar emprendimientos; con el diseñador Martín Churba para fabricar guardapolvos; gestionaron donaciones de organizaciones suizas y suecas para financiar una panadería y un jardín de infantes y, según se enteró, acaban de firmar un acuerdo con una asociación italiana para fabricar 120.000 remeras.

Esa lógica de "intercambio" que maneja el grupo también se dio con el propio Rodgers. Aceptaron su indagación científica, pero pidieron algo a cambio. No querían dinero. "Querían que les enseñara algo. Me pidieron una serie de charlas sobre mis trabajos en Nicaragua, sobre teoría antropológica y sobre teorías de nueva economía institucional", contó.

Rodgers, doctor por la Universidad de Cambridge, profesor de desarrollo urbano de la London School of Economics, visitó el país recientemente invitado por el British Council para presentar los resultados de sus investigaciones y, otra vez, coordinar talleres para movimientos populares y piqueteros. Para el antropólogo, que habla un español en el que se mezclan el tono centroamericano con giros porteños, el MTD es "una excepción" y cree que la mayoría de los movimientos sociales fueron absorbidos y neutralizados por el Estado. Para Rodgers, que por un lado reclama la presencia vigorosa del Estado a la hora de dar respuesta a las protestas sociales que produce el creciente proceso de exclusión, el kirchnerismo se ha quedado con las banderas de los movimientos sociales sin haberles dado verdaderas soluciones de fondo.

Estudioso de las culturas urbanas, con experiencia en temas de violencia en las ciudades, Rodgers afirma que Buenos Aires no muestra todavía los rasgos de segregación y militarización que ya tienen otras ciudades latinoamericanas y a las que marchan muchas europeas, pero teme que el paisaje urbano porteño empiece a evidenciar pronto las huellas de "un modelo con una clase muy grande de personas excluidas, y excluidas de manera permanente".

-¿Cómo ve al MTD ahora?

-Me sorprenden, porque han desarrollado actividades empresariales y han logrado generar relaciones con organismos estatales, sobre los que eran muy escépticos. Creo que eso sucede, en parte, porque es un movimiento liderado por personas sincréticas y pragmáticas, que pasaron por una fase de aprendizaje: al día siguiente de declarar que no iban a aceptar planes pasaron de 3000 integrantes a 50.

-Hacia afuera, la idea más generalizada es que son movimientos que reproducen estructuras clientelistas o son factores de presión.

-Tengo que decir que el MTD es una excepción, mirado en un contexto más amplio. Ya en 2003 se veía que muchos movimientos eran nuevas formas de clientelismo. La gran mayoría de los movimientos han sido cooptados: Luis D´Elía es subsecretario de Vivienda y Raúl Castells pone un comedor; eso no se hace sin lazos adentro del Gobierno.

-¿Cómo ve el desarrollo de las otras formas de participación popular?

-Durante la crisis, mucha gente consideraba a la Argentina como un laboratorio político y venía con una visión romántica de las nuevas formas de asociación y protesta. No es mi caso. Las asambleas barriales desaparecieron por una razón muy sencilla: no manejaban recursos y entonces se volvieron clubes de barrio. Los clubes de trueque son una forma de supervivencia, no un nuevo modelo económico. Y en cuanto a los piqueteros, ya el simple hecho de que se organicen en torno a la obtención de planes del Estado marca una relación de poder. Y el Estado siguió teniendo siempre el poder. Lo único que podría haber sido diferente son las fábricas recuperadas, porque eran medios de producción y sabemos que las cooperativas pueden funcionar. Pero, ya en 2003, de 147 fábricas recuperadas, menos de 20 estaban funcionando.

-¿Qué influencia tiene el Gobierno nacional?

-En el contexto amplio de la política kirchnerista luego de 2003, el MTD ha pasado de ser considerado un movimiento duro a un movimiento blando; y los encabezados por Castells y D´Elía se ven como duros, pero están ligados al oficialismo. Proyectarlos como duros permite al Gobierno presentarse en control de la cuestión, con su estilo autoritario. La historia post 2001 en este país es el fin de la excepcionalidad argentina en el contexto latinoamericano como modelo económico. Ahora vamos a un modelo con una clase social, los excluidos, muy grande, y con excluidos de manera permanente.

-¿Cómo cree que cambió la presencia de estos movimientos la experiencia de vivir en la ciudad?

-Veo a Buenos Aires con otros ojos. No hay otra ciudad en América latina como ésta. Es una ciudad muy abierta y muy democrática. Hay barrios ricos y pobres, pero los barrios cerrados están afuera. No hay guardias de seguridad armados por todos lados, hay circulación de gente. Es cierto que los piqueteros contribuyeron a que se tomara conciencia de que hay excluidos en la ciudad. Managua, que conozco bien, es una ciudad que ha cambiado en los últimos diez años, es completamente insegura. Los sectores más ricos se comunican por una red de carreteras elevadas para no ser asaltados; hay seguridad privada. De todas maneras, temo por Buenos Aires en los próximos diez años, en relación con ese nuevo modelo económico con una gran proporción de la población excluida, otra proporción a la que le preocupa no caer, y una pequeña proporción acomodada. Es el modelo mexicano o brasileño. Si la infraestructura urbana sigue deteriorándose, eso también puede contribuir. El fenómeno del acuartelamiento en zonas exclusivas se registra también en Europa. En París, Londres y Barcelona también se están dando procesos de segregación, en parte por la inseguridad, en parte por el incremento de las desigualdades.

-Esta segregación, ¿puede cambiar la idea de la ciudad como tal?

-Sí, y eso se ha estudiado en otras ciudades. Hay grupos sociales que quedan asociados a la idea de inseguridad, como los pobres o las personas de piel más oscura. Cambia la manera de operar de la policía, como pasó en Nicaragua, donde empezó a focalizarse en los pobres, dejó de tener una función de control y regulación social y pasó a estar ausente, a tener patrullas esporádicas, arbitrarias, violentas, porque la idea es dominar. Ustedes se quedan allá, no entran acá. Y eso cambia las ciudades como ámbito colectivo de convivencia, pero también la noción misma de nación, como la de colectividad o de ciudadanía. Estamos viendo el desarrollo de un sistema de ciudadanos de primera y segunda clase. El problema es que no existe fuerza política que enfrente este problema.

-¿Hay alternativas?

-No tengo muchas. Me interesan las iniciativas locales porque son más dinámicas. Hay procesos de experimentación que a veces funcionan y a veces no. El problema es que son iniciativas locales y no se puede prescindir del Estado.

-Los sectores más postergados parecen tener más capacidad de iniciativa y organización que las clases medias.

-La clase media perdió mucho con la devaluación, pero una vez que se compuso cierta estabilidad, se acomodó para no caerse. En cambio, los que no tienen mucho no tienen mucho que perder tampoco, por eso el dinamismo viene más de los movimientos sociales. El problema es que no veo muchos movimientos sociales con la fuerza de un nuevo proyecto. Y creo, además, que todo tiene que pasar por el Estado. Estamos viviendo en un sistema de Estados-nación. Sabemos que el mercado libre y sin control tiende a una polarización y no hay mecanismos automáticos de equilibrio. El Estado tiene que intervenir. Es necesario recuperar el Estado porque no hay otra institución social que tenga ese alcance colectivo.

-Las ciudades europeas están siendo escenario de choques y protestas sociales y políticas. ¿Qué señala eso?

-Marca una transición. En los últimos veinte años hemos visto un cambio en las fuentes de riqueza en la sociedad. En una economía así, ¿qué se hace con la gente trabajadora? En París, las banlieues son asentamientos poco comunicados con el centro, y su población no es necesaria en la nueva economía. El hecho de que esos grupos se puedan mostrar en Buenos Aires quiere decir que todavía es una ciudad democrática. En otras ciudades no los dejan entrar, los rechazan de manera violenta. Pero en el futuro esa situación no será sostenible y algo va a quebrarse. Hay que buscar salidas, empezando desde lo local, que intenten focalizarse en el lazo entre sociedad y Estado, reconectarlos; que presenten al Estado como manera de construir una noción colectiva en la sociedad.

Por Raquel San Martín

El perfil

Trayectoria académica

Dennis Rodgers es doctor en antropología social por la Universidad de Cambridge, especializado en el estudio del desarrollo urbano. Es profesor e investigador en la London School of Economics.

Managua y Buenos aires

Se dedicó al estudio de temas de violencia urbana, inseguridad y las consecuencias de la segregación espacial en las ciudades latinoamericanas. Trabajó en Managua y en Buenos Aires, donde analizó en profundidad algunos movimientos piqueteros y el proyecto de Presupuesto Participativo del gobierno porteño.

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El eje fundamental siempre paso por la clase obrera...
Por Bronstein - Sunday, Apr. 16, 2006 at 7:45 PM

quien creia como el po etc, que con desocupados unicamente se haria el cambio social, muestra el verdadero dislate y la tergiversacion del verdadero socialismo. El po levanto sus cuadros fabriles para sumarlos al movimiento de desocupados. Gran error o mejor dicho horror. Sigue siendo la clase obrera industrial el unico motor de cambio de estructuras. Los demas sectores deberan sumarse a ella, inclusive los desocupados.

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sadasdsa
Por dasads - Monday, Apr. 17, 2006 at 11:34 AM

la clase media es la unica capaz de cambiar algo, si quiere o no es otro tema, pero es la realidad, que es la clase media? largoooooo otro tema

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Declaración de principios del blog de Mosca Cojonera
Por El cartero de los cojones inflados - Monday, Apr. 17, 2006 at 11:46 AM

Declaración de principios del blog de Mosca Cojonera:
"¿de qué va esto?... Critica a todo lo existente, nihilismo revolucionario, decadencia lúcida, y no se me ocurre nada más."

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¿Y?
Por Mosca Cojonera - Monday, Apr. 17, 2006 at 2:44 PM
fliegecojonera@

Cartero de Neruda: ¿cual es?...qué querés??? que me pase toda la vida peleando con los zombies???... la Mosca tiene su pequeña veta ensayística-irónica, sino me llamaría Altamira o Castillo. Si no te gusta tenés tres billones de páginas para hacer zapping...Quiero ver qué carajo escribís vos (si podés hilar una par de líneas)...

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No te enojes
Por El cartero - Monday, Apr. 17, 2006 at 2:57 PM

No te enojes Mosca... Yo te prefiero así en vez que peleándote con los peronistas. De verdad...

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Este cartero no llama ni una vez...
Por bronstein - Monday, Apr. 17, 2006 at 10:20 PM

Vos sos de la izquierda que habla unidad con los peronchos? jajajajajajajojojojojojojojojojojojojojo, que poco conoces a los peronistas. Hoy te dicen que son de izquierda, mañana arrglan con Massera y fundan un partido. Bobo estudia un poquito la historia y no te comas mas la galletita gilazo.

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Che, Bronstein...
Por El cartero de los años 60 - Tuesday, Apr. 18, 2006 at 12:58 AM

Mosca Cojonera me parece más creativo en su blog que dándole con un caño monotemático a los peronistas. Ahora... si decirle eso te hace sacar la conclusión de que yo soy de "la izquierda que habla unidad con los peronchos" y todas esas otras giladas, entonces te digo que:
Namber guan: primero en Argentina debería existir algo llamado izquierda.
Namber tchú: debería existir también algo llamado peronismo.
Namber zri: no necesito estudiar mucho esa historia porque la viví.
And... namber for: ¿quien te dio vela en este entierro?

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cartero ñoqui de los años 60....
Por Bronstein - Tuesday, Apr. 18, 2006 at 11:15 PM

Esta clarito pedazo de aspirante a puntero aunque ya estas lolo y seguro tu pasado te condena.

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Gracias, Bronstein...
Por Elcart Ero - Tuesday, Apr. 18, 2006 at 11:31 PM

...por brindarme material para mi tesis.
Por supuesto que no sos el único.

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Bronstein, Bronstein, Bronstein
Por Germán del pueblo. - Tuesday, Apr. 18, 2006 at 11:39 PM

Bronstein , la clase media por si sola nunca va hacer ninguna revolución.
Naturalmente si, parte de ella vá a ser la que inicie todo proceso revolucionario a la que luego se le sumará la masa obrera, pero por si sola no va hacer nada.
Usted dijo mas de una vez, en todo caso queremos una "revolución rubia" por las asambleas de Gualeguaychú.

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La iszquierda
Por gusic - Wednesday, Apr. 19, 2006 at 1:53 PM

La Izquierda argentina, conciente o no siempre al servicio de los oligarcas golpistas.

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