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Por un 1º de mayo antigubernamental y en apoyo a los que luchan
Por MAS -
Friday, Apr. 21, 2006 at 8:36 PM
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Por un 1º de mayo
antigubernamental y en apoyo a los que luchan No al techo salarial. Abajo la Santa Alianza de Kirchner, Moyano y los
empresarios El acuerdo entre Kirchner y la burocracia sindical –Hugo
Moyano y la CGT en primer lugar, pero también por lo menos parte de la CTA– es
un acuerdo donde lo que primero que sobresale es el techo salarial miserable que
quieren imponer mediante las “paritarias”. Pero sus objetivos son mucho más de
fondo. Por un lado, busca mantener y preservar la obra menemista: es decir, consolidan
la fragmentación de la clase trabajadora que se impuso en los 90. Fragmentación
que comienza a ser cuestionada en importantes sectores. Por el otro, busca
marcar una raya, un límite político de lo que es permitido. Los trabajadores,
que con sus luchas y reclamos comienzan a cuestionar este verdadero acuerdo
político, se enfrentaran directamente contra la Santa Alianza de la patronal, el
gobierno y la burocracia. Kirchner busca
consolidar la fragmentación y atomización de la clase
trabajadora. La fragmentación tiene muchos aspectos. La primera gran fractura es
entre ocupados y desocupados; que tiene como efecto inmediato mantener un piso
salarial de no subsistencia: el valor
de los planes. En este segmento se encuentra el 15% de la mano de obra en
condiciones de trabajar. Una segunda gran división, es entre los trabajadores en
blanco y en negro que no baja del 45% de la fuerza de trabajo y donde las
diferencias salariales son cercanas al 50%. Una tercera división se da con las
tercerizadas, que dividen a los trabajadores en la misma unidad productiva. Una
cuarta fractura, se da con los trabajadores por agencia o precarizados. En el
mismo lugar de trabajo conviven contratos, convenios y condiciones de trabajo
distintos para trabajadores que realizan las mismas tareas. Estos aspectos dan
como resultado una clase obrera fragmentada y que en muchos casos no reconoce a su hermano de
clase. La Santa Alianza de Kirchner, Moyano y los empresarios pretende, de todo
esto, no tocar nada. En las paritarias,
de conjunto, de la flexibilización laboral, la tercerización, la fragmentación
salarial, sindical y del tipo de contrato dentro del mismo lugar de trabajo, la
vía libre a la superexplotación y la precarización laboral, no se habla.
Ninguno de los actuales convenios
modifica en lo esencial ni uno solo de esos elementos. El segundo objetivo del acuerdo y del techo salarial es seguir
garantizando las altísimas tasas de ganancia de los capitalistas, que con
Kirchner se están haciendo su agosto. Como lo señalan todas las estadísticas,
la productividad laboral alcanza niveles récord, junto con las
ganancias de los patrones, especialmente en la industria. Sin considerar
la inflación, sólo para compensar la productividad, la patronal debería conceder
un piso de aumento del 15%. Por supuesto, las paritarias que se están
desarrollando tienen esa cifra –o muy poco más, el 19%– como techo real. Eso
significa que a los trabajadores se los compensa malamente y en cuotas
respecto de un índice de inflación estimado y dibujado, pero el aumento de la
productividad se lo embolsan íntegramente los empresarios. Todo esto con el
cuento de “mantener el crecimiento económico y no generar inflación”. Como si fuese poco, todos los convenios que se están afirmando tiene
cláusulas de “paz social”, es decir, el compromiso de la burocracia de no
hacer olas por una año. Al mismo tiempo, hay que subrayar el carácter político de este
pacto: no se trata de algo meramente “sindical”. Tiene el objetivo –poco
disimulado– de evitar turbulencias para garantizar la reelección en el
2007. Es decir, la continuidad del conjunto de la política de la argentina
país “capitalista normal” que encarna el gobierno K luego de las turbulencias
del Argentinazo. De ahí que denunciemos este acuerdo como una verdadera Santa
Alianza. Insistimos, tiene un claro sentido político y de
gobernabilidad. La base material de todo esto, es hacerle pagar a los trabajadores las
superganancias empresarias y evitar la recuperación efectiva del poder de compra
del salario. Kirchner intentará mantener el índice de inflación bajo
control. Si eso se logra, la rentabilidad empresaria se mantiene y la protesta
de los trabajadores no se hace sentir demasiado, piensa el gobierno, la
reelección será “pan comido”. La Santa Alianza en acción Ese, claro es el esquema oficialista, al que se pliega una burocracia
sindical que es parte integrante fundamental de la administración K. Pero
la realidad puede ser otra. Se puede pelear por hacer saltar por los
aires este pacto de miseria salarial y fragmentación laboral. Desde ya hace
un par de años que se vive una importante ola de conflictos que han marcado el
ingreso a la lucha de importantes sectores de la vanguardia obrera. Los
compañeros del subte –hace un par de años– hicieron punta cuando impusieron la
jornada de seis horas. Luego vino la ola de reivindicaciones –en sectores
terciarizados– por el pase al convenio principal. También las peleas por un
encuadramiento que garantice que “por igual tarea se obtenga igual salario”. Lo
mismo que las luchas –en distintos sectores– por aumentos salariales en serio.
Recientemente, ha habido varios conflictos importantes. En particular, el de los
petroleros y de la construcción de Las Heras, docentes neuquinos y los
trabajadores y terciarizados del subte, tomaron envergadura nacional por la
feroz represión que se desató sobre ellos. En el caso de los petroleros y el
subte, salieron a enfrentar precisamente la fragmentación y división de los
trabajadores, a través del reclamo de encuadrar a todos los compañeros en el
convenio más favorable. Y en estos casos es fundamental tener en cuenta que, a
diferencia de muchas de las luchas “sindicales” que presenciamos en los últimos
años, no se trata de reivindicaciones “defensivas”, sino que buscan recuperar
el terreno perdido, lo que les da un carácter mas “ofensivo”.
Lo hacen con métodos cada vez más duros y ejerciendo la democracia de
los trabajadores. Enfrentan un gobierno que también se pone duro, mostrando
su verdadera cara antiobrera y una burocracia temerosa que su ejemplo de lucha
consecuente y democracia de bases se extienda al conjunto de la clase
trabajadora. De ahí los ataques al “seudo-trotskismo” que se han reiterado los
últimos días de la boca del propio Moyano o funcionarios cegetistas como
Recalde. Porque ésta ultima también es una razón para la Santa Alianza:
quieren cortar de cuajo el proceso de recomposición de los trabajadores, el
que podría tener una importancia estratégica cuando una nueva crisis se
avecine. Lucha sindical, lucha política La Santa Alianza de
Kirchner, Moyano y los empresarios, se propone cortar de cuajo todo reclamo de ese
tipo y canalizar el descontento por las vías “institucionales”. Por eso mismo,
todo conflicto que intente romper el techo del 19% o modificar cualquier pieza
del engranaje, se encontrará con una actitud más dura de parte del gobierno... y
de la burocracia. Los ejemplos mencionados ilustran esto.
Los compañeros de Santa Cruz contaban –en nuestra edición anterior– que estaban “solos”: ningún sector patronal ni de
la burocracia los apoyaba, y sólo podían contar con sus propias fuerzas y
la colaboración de la izquierda y los sectores clasistas. Lo mismo se vio en el caso del subte. En ocasiones anteriores, el
gobierno se las había ingeniado para aparecer como “mediador” entre los
trabajadores y la empresa. Esto provocó bastante confusión en sectores de la
base e incluso del Cuerpo de Delegados. Tenían la ilusión de que Kirchner estaba
“de su lado”. Esto ha cambiado drásticamente: el “mediador amigo” que
“pagaba los aumentos con subsidios” mostró su verdadera cara, la de un
represor implacable que no dudó en mandar la Gendarmería a apalear a los
trabajadores y a defender las maniobras rompehuelgas de Metrovías. Sin contar
con el manijazo que le dio a la campaña antiobrera en los medios masivos. Las piezas del tablero se acomodan de manera cada vez menos
ambigua: gobierno, burocracia y patronal se unen para que el pato lo paguen
los trabajadores. Es por esa razón que el espacio para una política
estrechamente “sindicalista” (característica de los compañeros que se agrupan en
el MIC, pero no sólo de ellos), que intente plantear el conflicto sólo “entre
trabajadores y patrones”, sin mencionar el rol decisivo del gobierno, es cada
vez más reducido. Sucede lo contrario: prácticamente cualquier
conflicto obrero real (no maniobras burocráticas, que también las hay; así
como contradicciones entre algunos sectores desplazados de la burocracia) de
cierta importancia, va a pasar a tener un carácter casi inmediatamente
político. Porque –queriéndolo o no, sabiéndolo o no– todo intento de salir
del chaleco de fuerza de salarios y condiciones de trabajo que pretenden imponer
se convierte en una amenaza para todo el esquema kirchnerista. Y ya hemos visto
que el gobierno piensa obrar en consecuencia. Rodear de todo nuestro apoyo las luchas Viva la huelga general latina en los Estados Unidos Por un 1º de mayo contra la Santa Alianza de K y Moyano En estas condiciones, el rodear de todo el apoyo las luchas en
curso, es de inmensa importancia: en cada una de ellas se juega la
subsistencia de estas condiciones de miseria salarial y explotación laboral, así
como la continuidad del proyecto K y el profundo proceso de reorganización de
los trabajadores. Porque el malestar por abajo es muy grande. Ahora mismo, en
las fabricas del neumático, los compañeros están que trinan contra la burocracia
del SUTNA que anunció un paro y –precisamente en el mismo instante– lo levantó
“acatando la conciliación obligatoria”. O los compañeros del Hospital Francés,
que siguen en lucha contra el vaciamiento del hospital y realizan un acto el
próximo lunes. Es en estas condiciones que se avecina un nuevo 1ª de Mayo. Nuevamente en
manos de la izquierda y la vanguardia clasista va a quedar el día de lucha
internacional de los Trabajadores. Jornada que –junto con la del 24- va a ser
comparada en su capacidad de movilización con el acto K del 25 de Mayo.
Con dos objetivos: por un lado, aunque parezca “abstracto”, habrá que subrayar
el hecho inmenso de la eventual huelga general de trabajadores latinos en
los Estados Unidos. De llevarse a cabo de manera exitosa, no hace falta decir la
enorme importancia y repercusión internacional que esto tendrá entre la clase
obrera de todo el mundo. En segundo lugar, desde el punto de vista nacional y de nuestra lucha
cotidiana aquí, el perfil del acto debería esta claro: un acto de frente
contra el gobierno K y la Santa Alianza con la burocracia de Moyano y la
CTA. Un acto obrero en apoyo a las luchas obreras mas importantes. Un
acto que debe poner sobre la mesa la urgente y necesaria convocatoria a la
realización de un Encuentro Obrero para el 29 de mayo (aniversario del
Cordobazo) como forma de dar pasos en el agrupamiento antiburocratico de la
vanguardia. Encuentro –en el seno
del cual– seguiremos bregando por la necesidad de que se ponga en pie una
verdadera Tendencia Clasista, la que sigue faltando para dar un impulso
más decidido y político a la recomposición de nuestra clase. En este ultimo sentido, es que desde el
nuevo MAS nos jugaremos a repetir una importante columna como la que organizamos
para el 24 de marzo. Pero en este caso, buscando destacar mas el perfil de
trabajadores, viendo la posibilidad de tener delegaciones de algunos sectores
obreros. Por esto mismo, es que
reiteramos el llamado a los compañeros del Garraham, del hospital Francés, otros
sectores de trabajadores en lucha y los compañeros del PTS, a organizar en común
el 1° una columna clasista para entrar a la Plaza.
bien pero...
Por ale -
Friday, Apr. 21, 2006 at 11:03 PM
el texto está bien, pero creo q hay q señalar dos cosas:
1) se lo pone a K como si fuera una mano malvada q piensa 24 horas al dia como derrotar al movimiento obrero. me parece una vision un poco simplificada de la realidad: K representa un modelo de pais q requiere del visto bueno del gran capital, y por esa razon debe agradarlo controlando la protesta social . pero esto no significa q sea una especie de Gran Hermano o algo asi, como lo pintan algunos partidos. Tal vez en vez de poner "por un primero de mayo antigubernamental" se debiera poner "por un primero de mayo contra el gran empresariado y su gobierno de turno"
2) se critica al "sindicalismo", proponiendo una tendencia clasista que se reclame opositora al gobierno. Pero de esta manera quedaria fuera la mayoria de la clase, que todavia no se reclama antigubernamental. Me parece correcta la tactica del MIC, de movilizar a la clase y de esa manera hacer que se confronte con el aparato represivo policial-mediatico avalado por el gobierno.
nos vemos el primero, suerte