Julio López
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NO FUERON MÁRTIRES POR LAS 8 HS. ¡MURIERON LUCHANDO POR LA ANARQUÍA!
Por reenvío (A) - Wednesday, Apr. 26, 2006 at 6:48 PM

El 1* de Mayo de 1886 l@s trabajador@s de EE.UU, impulsad@s much@s por las ideas anarquistas, realizan una huelga general, acordada el año anterior, en reclamo de las 8 hs. de trabajo.



En aquel entonces en el mundo, como ocurre aún hoy en tantos lugares, eran habituales jornadas de 14 o 16 hs. Niñ@s, mujeres, hombres, ancian@s era salvajemente explotad@s a fin de sostener a la clase burguesa.
3.500.000 obrer@s de 5000 empresas pararon aquel día. En muchos lugares se logró el objetivo. Pero en Chicago, uno de los principales centros industriales, la fábrica de maquinarias agrícolas Mc. Cormick despide a 1200 empleados que habían adherido a la protesta, en tanto unos 40 mil la continuaban. El 3 de mayo 8000 huelguistas se enfrentan a los rompehuelgas y la policía aprovecha para reprimir, matando a 6 obreros.
Esto endurece la posición de los mismos, quienes inmediatamente convocan a un acto para el 5 de mayo, donde ante miles de concurrentes hablan los anarquistas Auguste Spies, Albert Parsons y Michael Schwab. Cuando se estaba desconcentrando la policía dispersa violentamente a l@s manifestantes. Al rato estalla una bomba que mata a 8 policías. Y entonces se produce una verdadera masacre que deja un saldo aproximado (nunca se supo la cifra exacta) de 100 trabajadoras/es asesinad@s.
Empieza ese mismo día una cacería humana. Parsons, Spies y Schwab son detenidos, al igual que otros cinco compañeros: Samuel Fielden, George Engel, Louis Lingg, Adolphe Fischer y Oscar Neebe. Se los acusa de la muerte de uno de los policías provocada por la bomba. Iniciándose un montaje judicial cuyo objetivo manifiesto era eliminar a los acusados por su procedencia ideológica. El 20 de agosto de 1886 la justicia burguesa condena a los ocho a la horca. Parsons, Spies, Fischer y Engel son ejecutados el 11 de noviembre de 1887. Lingg se suicidó el día anterior. 25.000 trabajadoras/es asisten al funeral. Fielden, Schwab y Neebe, cuyas penas habían sido conmutadas a cadena perpetua en dos casos y a 15 años en otro, fueron liberados en 1893, luego que se reviera el juicio y se reconociera la farsa del mismo.
Los compañeros de Chicago no se martirizaron por las 8 horas. Fueron asesinados por el Estado por sus ideas anarquistas, de las que no renegaron, tal como lo reflejan sus palabras desde la cárcel. Transcribimos fragmentos de estas a modo de ejemplo.
Spies: “(...) Estas son mis ideas. Constituyen una parte de mi mismo. No puedo renunciar a ellas, ni lo haría aunque pudiera. Y si creen que así pueden destruir estas ideas, que cada día ganan más terreno, si piensan que así pueden destruirlas, enviándonos a la horca (....) si la muerte es la pena que se impone al que proclama la verdad, ¡pagaré ese elevado precio desafiante y orgullosamente! ¡Llamen a su verdugo!"
Lingg: “(...) Repito que soy enemigo del orden existente y repito que combatiré con todas mis fuerzas mientras me quede vida. Los desprecio. Desprecio su orden, sus leyes, su autoridad basada en la fuerza. ¡Ahórquenme por eso!"


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EL ANARQUISMO EN EL MOVIMIENTO OBRERO EN ARGENTINA.
Por reenvío (A) - Wednesday, Apr. 26, 2006 at 6:50 PM



Desde un principio el anarquismo tuvo un impulso visceralmente antagónico al Capital y al Estado. Las reivindicaciones puntuales por las que peleaba, como las 8 hs. de trabajo, estaban claramente enmarcadas en la lucha a muerte para destruir al sistema de opresión. El fin era y es la Revolución Social, el fin de toda forma de opresión, dominación y sometimiento, la abolición de todas las clases. La Anarquía en definitiva.
Argentina fue una de las regiones del mundo donde mayor llegada tuvieron estas ideas revolucionarias, jugando un rol fundamental en la formación de las primeras organizaciones obreras. A la tendencia reformista y parlamentaria del socialismo, que pretendía acotar a l@s trabajadoras/es al esquema legalista y conciliador de reivindicaciones mínimas y pequeñas mejoras, mediadas por políticos profesionales, el anarquismo planteó la alternativa radical, intransigente y finalista de la Revolución Social y el comunismo anárquico. En 1901 se constituye la FOA (Federación Obrera Argentina), primera confederación de trabajadoras/es del país, que agrupó tanto a anarquistas como socialistas. Pero las insalvables diferencias en medios y fines llevaron a la natural escisión. Desde entonces el proletariado revolucionario estaría dentro de la FORA (Federación Obrera Regional Argentina), que en su quinto congreso en 1905 se planteó la finalidad anárquica. En tanto los socialistas y después los sindicalistas y otras tendencias reformistas irían formando distintas organizaciones como la UGT, FORA del IX Congreso, COA, USA. Todas ellas teñidas de moderación y escuela de burocracia y reformismo, que desembocarían en 1930 en la creación de la CGT. El peronismo posteriormente terminó de delinear el perfil de un movimiento obrero que mayoritariamente pasó de la acción directa y la autonomía de clase, a ser un apéndice adoctrinado y obediente del sistema.
Desde la huelga general de 1902, que mostró la incipiente pero creciente fuerza de l@s trabajadoras/es, pasando por la huelga de inquilin@s de 1907, las luchas del Centenario, La Forestal, la Patagonia, la Semana de Enero, hasta el golpe de Uriburu de 1930, el anarquismo mostró su potencialidad revolucionaria y al mismo tiempo conoció la más brutal e implacable persecución. Cárceles, torturas, deportaciones, asesinatos en masa, destrucción de locales, Ley de Residencia...
Y tanto bajo el gobierno de los conservadores como en el de Yrigoyen no dejó de correr sangre anarquista.
El anarquismo fue en Argentina un auténtico movimiento popular que se enraizó fuertemente con las luchas sociales y le dió un impulso revolucionario. Su auge, con altibajos, entre 1890 y 1930, significó escribir con mucha sangre y dolor pero también con una inquebrantable voluntad, pasión y alegría; páginas memorables en la historia de los pueblos contra sus opresores. Hoy en 2006 y a 120 años de la lucha de los compañeros de Chicago l@s anarquist@s todavía estamos de pie. Están más vigentes que nunca antes en la historia sus postulados revolucionarios. Aunque el sistema siga mutando y matando la pelea sigue siendo básicamente entre Autoridad y Libertad. Entre quienes no renunciarán a ser opresor@s y quienes pretendemos destruirl@s. Entre una vida de esclavitud o en la posibilidad y el deseo de emanciparnos de todas las cadenas.


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EL FIN DEL TRABAJO ASALARIADO ES EL PRINCIPIO DE NUESTRAS VIDAS.
Por reenvío (A) - Wednesday, Apr. 26, 2006 at 6:51 PM



"¡Qué locura es el amor al trabajo! Que gran habilidad escénica la del capital, que ha sabido hacer que el explotado ame la explotación, el ahorcado la cuerda y el esclavo las cadenas." (A.M. Bonanno)

Toda nuestra vida, así como este mundo, están fuertemente condicionados por el trabajo, desde que nacemos hasta que morimos. Con juguetes que simulan trabajar preparándonos para ello, ni que decir de las escuelas, espacios donde también mediante obediencia, obligaciones y horarios ya nos van adoctrinando para ser buenos y buenas trabajadoras. El trabajo está en todas partes, en la fábrica, en la escuela, en la calle, en casa, en la oficina, en la cama contando las horas de sueño que nos quedan, él lo divide todo: los afectos, los sentimientos, las horas, que de hecho están organizadas como tal para servir a este dios. Toda la vida gira alrededor del trepalium (1). Buscando trabajo, trabajando, o intentando salirse de él, sin salirse nunca ya que los límites están cerca y a la vista. El trabajo es la negación de la actividad, de la vida, de la satisfacción, del goce, haciendo algo ajeno de nosotr@s mism@s y de nuestra propia actividad, embruteciéndonos día tras día en la tranquilidad de la rutina.
En esta sociedad de clases todo se subordina al trabajo, y todo lo que nos rodea esta en venta, incluyendo obviamente a las personas. Entonces lo importante nos es trabajar en mejores condiciones y menos horas, lo revolucionario es acabar con un sistema donde para poder vivir un@ debe mantener a otr@s por obligación, si no se mantiene a la burguesía se esta destinad@ a morir de hambre. El trabajo es una condena y lo mas razonable y apasionado sería liberarse de él, y no hablamos de una actividad digna de una ostra, sino de realizar todo lo necesario para vivir en una verdadera comunidad humana, sin regalar nuestro esfuerzo a otra clase que por el simple hecho de dárselo nos premia controlándonos e imponiendo falsas necesidades.
¿Entonces como hablar de lucha anti-capitalista y validar al trabajo como medio de dignificación? ¿Como hablar de anti-capitalismo desde una óptica no internacionalista? L@s oprimid@s y explotad@s del mundo no tenemos patria, no queremos aceptar las divisiones que nos ha impuesto la misma mano que nos mata, estamos dividiéndonos según las líneas que trazaron quienes se creen dueños del mundo, y contra ellos debemos enfrentarnos, por ahí deberían pasar las diferencias, el odio debería manifestarse contra ell@s, contra la autoridad, no contra personas que estan en nuestras mismas condiciones.
No queremos mejoras laborales ni salariales, queremos el fin del trabajo asalariado que es el eje de esta sociedad de hambre, miseria y explotación.

(1) "Trabajo", proviene etimológicamente del latín "trepalium" que era un instrumento utilizado para la tortura.


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