Comienza el juicio a militante de Radio La Cantora

Por Daniel Badenes *.

Esta mañana comienza el juicio oral y público contra Nelson Fabián Sampietro, un integrante del colectivo de comunicación popular La Cantora, que fue apresado en octubre pasado por una causa de la que todo parece indicar que fue armada. Las miradas apuntan a una maniobra orquestada por agentes el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), que tienen entre ceja y ceja a Sampietro y el proyecto que integra; aunque no se puede excluir a los policías, la fiscal e incluso los testigos que formaron parte de ese operativo, que podrán ser denunciados en caso de que este juicio termine en una absolución.

Ex combatiente en Malvinas, Fabián Sampietro tiene 41 años y vivió casi la mitad detrás de rejas. Así se relacionó con La Cantora, un proyecto de comunicación preocupado por los derechos humanos de ciudadanos privados de su libertad, que fomenta la resocialización y difunde sus reclamos.

El hecho de que no tuviera condena firme hizo posible que en julio del año pasado saliera en libertad, por un interesante fallo que se justificó en el exceso de plazo razonablepara una privación de libertad.

Dentro de los penales, Sampietro es bien conocido: pasó por casi todos, incluyendo Rawson, donde le destruyeron un ojo esa es su herida más significativa de una experiencia carcelaria que deja marcas en todo el cuerpo. Como la definición está en manos de los propios penitenciarios, Sampietro tiene mala conducta: así suele catalogarse a quienes no se callan y denuncian. Fabián es un luchador empedernido contra la corrupción y la represión dentro del servicio penitenciario, asegura Azucena Racosta, docente universitaria y  coordinadora el proyecto de La Cantora.

Con ella estaba cuando ocurrió el episodio que será analizado hoy en los tribunales de Trenque Lauquen. Fue dos días después de la masacre de Magdalena, donde murieron 33 ciudadanos bajo la responsabilidad del SPB.

Sampietro y Racosta fueron detenidos el 17 de octubre de 2005, en un operativo realizado a partir de un informede la Inteligencia del SPB, que sin embargo no aparece en la causa y cuya validez ha sido cuestionada por las propias autoridades del servicio. Este informe fantasma aseguraba que los dos militantes de La Cantora habían viajado a rescatar a un detenido, lo que resulta curioso considerando que al ir a verlo dejaron su vehículo en la cochera del hotel, a donde se habían alojado registrando sus nombres completos.

Una nota dirigida por varios organismos de derechos humanos a la Procuradora María del Carmen Falbo señala más irregularidades en aquel episodio: Si bien el operativo fue montado en las puertas de la Fiscalía de Trenque Lauquen, en el momento de la compulsiva aprehensión, no se hizo presente ningún fiscal, no se le pidieron documentos a Racosta y Sampietro. Sólo fueron arrojados contra la pared, requisados, y retirados sus bolsos de mano. En el aquelarre policial, entre los casi quince policías aparece un arma de guerra, una pistola 9 mm.  El personal policial caratuló la causa como ´Portación ilegal de arma de guerra´. El texto prosigue: Racosta fue amenazada por personal policial quienes entre otras agresiones le dijeron: ´ni Kirchner te va a salvar´, luego de que la coordinadora del proyecto La Cantora les manifestara que era militante de los derechos humanos. Estuvo aprehendida en una comisaría de varones, entre las excretas de un retrete sin inodoro ni agua; entre basura en estado de putrefacción. No le habilitaron la llamada telefónica que por derecho corresponde, hasta después de 12 horas de estar aprehendida. No le dieron de beber ni comer durante las cuarenta y ocho horas de aprehensión, y menos aun las comodidades mínimas para dormir.

La fiscal de la UFI 2 de Trenque Lauquen, María Cristina Ciccacci, le tomó indagatoria 36 horas después de su detención. El miércoles 19, el juez de Garantías Guillermo Martín ordenó su liberación aunque la fiscal se negó en varias oportunidades a entregarle sus documentosy la excluyó de la causa, por no avizorar la comisión de ningún delito. La inventiva de la acusación inicial pretendía involucrar a dos personas en la tenencia de una misma arma.

Los cargos recayeron sobre Sampietro, que está privado de su libertad desde entonces. La doctora Ciccaci lo interrogó durante cinco horas estando esposado atrás y con sus tobillos precintados a una silla. Además, retrasó y obstaculizó el contacto con su abogado.

Finalmente, el juicio se adelantó a raíz de la huelga de hambre que Sampietro realizó durante 60 días hasta el 22 de diciembre de este año, en la que bajó alrededor de 25 kilos de peso y llegó extremar la protesta con una huelga seca, es decir, sin siquiera ingerir líquidos. El acusado estuvo gravemente enfermo y abandonado en una celda común, y recién fue trasladado tras la intervención de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia. Pero en lugar de a una unidad sanitaria, fue llevado a la unidad 34 de Melchor Romero, que aloja a inimputables. Ante versiones que aseguraban que el objetivo era que lo mate un loco, el propio interventor del SPB, Fernando Díaz, debió ordenar personalmente su atención médica.

Ahora, el juicio podría convertirse en un caso testigo de cómo sectores del SPB infringen la ley haciendo inteligencia extramuros, y revelar la connivencia de penitenciarios, policías y funcionarios judiciales en el armadode causas falsas.

La tarea de La Cantora, evidentemente no es bien vista por un sector de los penitenciarios, particularmente por aquellos que añoran las viejas épocas, en las que la corrupción y la violencia no tenían control alguno y menos aún difusión, afirmó tiempo atrás Racosta a la Agencia Periodística del Mercosur (APM): Lo que hicieron fue tratar de frenarnos. El chivo expiatorio es nuestro compañero Fabián Sampietro que se encontraba excarcelado, que tiene antecedentes penales y por sobre todas las cosas, porque Sampietro no es cualquier detenido. Nuestro compañero es una persona conocida en el ámbito penitenciario y gubernamental por sus intensas luchas por los derechos de todos en las unidades penales, y molestaba mucho más que continuara con esta lucha gozando de su libertad.

Aunque la realización del juicio en una localidad del interior bonaerense dificulta la capacidad de movilización de las organizaciones sociales, un significativo grupo viajó a Trenque Lauquen para reclamar la libertad de Sampietro y cuestionar lo que consideran una embestida contra el proyecto de La Cantora.

Afuera del juzgado habrá una radio abierta y una exposición de cuadros y fotografías de actividades. Queremos mostrar que esto es lo que somos, y que Fabián es parte de esto, explican otros miembros de ese colectivo de comunicación popular.

Adentro, representantes de Madres de Plaza de Mayo, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), el Colectivo de Investigación y Acción Jurídica (CIAJ), la Asociación Miguel Brú y el Comité contra la Tortura de la Comisión Provincial por la Memoria presenciarán el juicio como veedores. También habrá organismos locales como la Comisión por los Derechos Humanos y la Fundación Almafuerte. Además, se escucharán testimonios de integrantes de La Cantora, la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense y asistentes sociales del Patronato de Liberados, que al hablar de su trabajo describirán el marco en que actuó Sampietro en su proceso de resocialización. En sus semanas de libertad antes de esta nueva detención, el hoy acusado estuvo participando del armado de proyectos productivos que sirvieran para la inserción social de otros que, como él, una vez fuera de la cárcel deben lograr que la libertad sea real.

* Periodista de la revista La Pulseada y colaborador de radio Estación Sur, La Plata.