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la lucha de los trabajadores de la salud mental de la pcia de santa fe
Por rv de enredando - Saturday, May. 13, 2006 at 9:42 PM

Artículo de enREDando sobre la lucha de los trabajadores de la salud mental de la provincia de santa fe contra el Estado precarizador

>>> El silencio como respuesta

Trabajadores de Salud Mental de la provincia de Santa Fe conformaron la Asamblea permanente de Trabajadores de Salud Mental. Muchos de los profesionales están contratados. Le exigen al gobierno la efectivización laboral, que se termine con el trabajo en negro y obtener mejoras en las condiciones laborales. Aún no tuvieron respuestas concretas.

Una paradoja de la política gubernamental, el Estado repudia el trabajo en negro pero tiene en negro a muchos de sus trabajadores. La constitución de la Asamblea es reciente, su fuerza y convocatoria son muy interesantes. Los trabajadores reclaman al Estado provincial el pase a planta de los contratados y el pase a planta del Ministerio de Salud de los trabajadores de salud mental que dependen de otros ministerios. La irregular situación laboral afecta a profesionales que trabajan en áreas de Infancia, Atención Primaria de Salud (APS), hospital Psiquiátrico de Oliveros, hospital Agudo Ávila; en las cárceles de Rosario, Coronda y Santa Fe. Se calcula que en la provincia habría unos 200 contratados desarrollando tareas de salud mental. "La primera manifestación pública fue el miércoles 3 de mayo frente a la sede local de Gobernación. Allí se entregó un petitorio por mesa de entrada, pidiendo fundamentalmente el pase a planta de todos los contratados y el reclamo de 4 meses adeudados a compañeros que trabajan en dispositivos de cárceles. Tres días después, el lunes 8, cobraron lo que les debían", explica la psicóloga Magalí Besson integrante del grupo. "Se trata de que el encuentro nos permita tramitar el malestar para poder transformarlo en acto. Se está dando algo muy interesante porque los trabajadores de la salud mental no tenemos mucha tradición de encuentro, de lucha a nivel provincial, una primera condición es poder reconocernos como trabajadores". Distintos grupos se están sintiendo convocados a organizarse con un denominador común: luchar por mejores condiciones laborales. La psicóloga comparte la alegría que les produjo el hecho de juntarse y que se hayan acercado al movimiento compañeros del Instituto de Rehabilitación del Adolescente de Rosario (IRAR) planteando su situación. "También apareció como posibilidad que se sumen a los reclamos la gente del INCUCAI de Santa Fe, que hace del mes de setiembre que no cobran". En el transcurso del diálogo, Magalí destaca la necesidad de la estabilidad laboral para llevar adelante un trabajo comprometido y ético. "Es muy difícil pensar en un trabajo a largo plazo con un paciente si uno no tiene garantizada la continuidad laboral más allá de un año. En las asambleas el espíritu es de entusiasmo, de fervor, de no dejar que las cosas se enfríen, de esforzarnos todo lo posible. Sabemos que la lucha es lenta, que esto no se resuelve en pocos meses". La Ministra de Salud, Rosa Simoncini, quedó en pedir audiencia al Ministerio de Hacienda que es el encargado de que estén en tiempo y forma los contratos, pero los trabajadores aún no tuvieron respuestas. La semana próxima tienen proyectada una movilización que sería en la ciudad de Santa Fe, de manera conjunta con los compañeros de allá, buscando que la concentración sea más amplia. En general suele relacionarse la salud mental con el trabajo realizado en instituciones psiquiátricas pero el abordaje es mucho más amplio, ya que incluye los colectivos que trabajan en infancia, cárceles, psiquiátricos y atención primaria de la salud. "Tratamos de pensar el trabajo de la salud ampliado, que no se recorta a lo mental como algo escindido de cuestiones orgánicas, de cuestiones relativas al contexto, a la historia de la comunidad. Somos trabajadores de la subjetividad con todo lo que eso incluye, la subjetividad tiene que ver con la posibilidad de elección, de la actuación, con la posibilidad del despliegue de una potencia que comprende muchos aspectos, la construcción de un proyecto, de ideales, de poder cuestionar esos ideales", aclara Besson. La salud mental se relaciona con un estado de bienestar, con las condiciones de vida concretas de una población. En el contexto socioeconómico actual, donde las necesidades primarias de salud, educación, vivienda y trabajo son negadas para la mayoría de los ciudadanos, se hace bastante difícil imaginar condiciones saludables universales que incluyan a toda la población. "Los sufrimientos son muy serios, muy severos en todas las clases sociales pero además acá contamos con el castigo económico, con el castigo de la exclusión y de la desigualdad con la posibilidad de acceder a los servicios de salud. Trabajar en los barrios tiene que ver con tratar de contrarrestar esta inaccesibilidad. Uno se acerca para facilitar este encuentro. Mi principal fuente de energía y entusiasmo es que un paciente siga viniendo, que se puedan producir efectos a partir del trabajo", expresa la psicóloga. En el presente las instituciones públicas de salud de nuestro país están desbordadas y las molestias de los pacientes se entrecruzan con los malestares de los profesionales que trabajan en constante incertidumbre y tensión. ¿Qué ocurre cuándo quienes trabajan con el sufrimiento, se encuentran en situaciones límite en sus prácticas, cuando las condiciones laborales son adversas y las demandas se incrementan todos los días? El trabajo enmarcado en la salud mental requiere de ciertas condiciones, los profesionales deben tener determinada capacitación y preparación, necesitan contar con herramientas subjetivas para poder trabajar. Magalí comparte algunas inquietudes: "Cómo vas a trabajar la resistencia en el tratamiento a la tuberculosis cuando las familias viven en casas sumamente precarias, sin agua, ¿cómo hacer? El desafío de los trabajadores de la salud mental es ético, tiene que ver con que lo que aparece como una limitación material no se transforme en un motivo para abandonar el trabajo. Es fundamental agendar a qué estamento del gobierno corresponde y comprometerse a reclamar que eso se haga, que haya respuestas". La Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe, aprobó el proyecto de la diputada Alicia Gutiérrez, que solicita se reglamente la Ley de Salud Mental. La legisladora solicitó que se reglamente la Ley de Salud Mental sancionada en 1992. La Ley es "una normativa detallada y extensa de las condiciones de internación en los establecimientos psiquiátricos, aporta valiosos aportes desde el campo científico y desde la perspectiva de los derechos humanos". En diálogo con enREDando la psicóloga Mariana Brebbia, que trabaja en el Psiquiátrico de Oliveros menciona que uno de los puntos interesantes de la nueva Ley de Salud Mental con respecto a los hospitales psiquiátricos es que promueve que éstos sean un lugar de paso, de tránsito. "Por eso ahora se lo llama Hospital Interdisciplinario de Salud Mental. La idea es que el paciente esté mientras se estabiliza su crisis, eso antes no pasaba, al "loco" se lo encerraba para que no moleste a la gente", explica con claridad la psicóloga Mariana Brebbia que trabaja en el Psiquiátrico de Oliveros. En dicho Hospital se está trabajando desde el año 1996 de manera interdisciplinaria para sustituir las lógicas manicomiales. Estos cambios promueven la recuperación de los lazos sociales y la externación de los pacientes. El nuevo abordaje de la salud mental apunta a revertir el sentido de marginación de los pacientes. A la par del trabajo médico se crearon en ese entonces diferentes espacios de taller, considerando el arte una herramienta fundamental para traspasar el silencio, para sublimar el dolor humano. "Otra de las claves es que todas las actividades desarrolladas en el hospital abonen, ayuden a la futura, posible externación". Mariana explica que hoy la figura del loco se ha modificado con respecto a 30 ó 40 años atrás, incluso en la manera de referirse y nombrarlos. La idea es que las personas no queden asociadas al loco como alguien alienado. "Ha cambiado la figura del paciente psiquiátrico, hay otra población que llega a la Colonia, es gente más joven, con muchos problemas de adicciones, alcoholismo, problemas con la ley, ese es el colectivo hoy. Hace 40 años las cuestiones estaban más relacionadas a la esquizofrenia, el autismo o la psicosis".

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