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Greenpeace, la cumbre de Viena y el pueblo de Gualeguaychú
Por Antonio Miglianelli -
Wednesday, May. 17, 2006 at 9:36 AM
miglianelli@ecologiasocialnqn.org.ar
Solo un efecto mediático, pero sirvió para que los mercaderes del ambientalismo se suban a caballo de una lucha que la inició el pueblo de Gualeguaychú
Hace pocos días Patrick Moore, fundador de Greenpeace, manifestó: 'treinta años después, mis puntos de vista han cambiado, y el resto del movimiento ecologista necesita actualizar sus presuposiciones también, ya que la energía nuclear debería ser exactamente el recurso energético que puede salvar nuestro planeta de otro posible desastre: el catastrófico cambio climático'.
Esta definición categórica, da por tierra el fundamento mismo de la creación de Greenpeace.' cuando ayudé a fundar Greenpeace, creía que la energía nuclear era sinónimo de holocausto nuclear, tal y como creían la mayoría de mis compatriotas. Esa fue la convicción que inspiró la primera travesía de Greenpeace hacia la espectacular costa rocosa del noroeste para protestar por las pruebas de las bombas Estadounidenses de hidrógeno en las islas Aleutian de Alaska'.
Muchas veces se asocia a esta institución rentada ambientalista con el ecologismo, cosas verdaderamente diferente, tanto en lo metodológico como en lo ideológico, toda vez que el ambientalismo no cuestiona la brecha sociedad-naturaleza, ni la causa del deterioro ambiental que es el mismo modo de producción capitalista.
No se explica sino porque nunca ha podido revertir tan solo dos de sus importantes campañas vinculadas a las ballenas y las focas bebés. Esto es porque precisamente actúan con efectos mediáticos sobre las consecuencias y no a las causas.
Mientras haya un solo japonés que quiera comer carne de ballena, siempre habrá un buque ballenero dispuesto a brindárselo. Y en tanto mujeres y hombres que en Europa pretendan seguir usando tapados de piel, el Gobierno de Canadá -que ahora autorizó la matanza de 325.000 focas bebés- seguirá avalando los cazadores que asesinan para alimentar el mercado del cuero.
Greenpeace en tantos años de supuestas luchas, no solo no ha logrado cambiar nada, sino que nunca se ha pronunciado por el modo de producción capitalista que es el responsable del deterioro ecológico. Y esto no es casual. Hay mucha mas contaminación en el mundo, más pobres enfermos por la misma contaminación; las ballenas y las focas bebés se siguen matando, los bosques se siguen talando, la contaminación se ha duplicado y la brecha entre ricos y pobres cada vez es mayor.
Así actúan. Se suben a caballo de las luchas populares y las monopolizan ante la opinión pública. No construyen socialmente, no trabajan en red. El personalismo mediático es su bandera. En la Patagonia, y con nuestras luchas contra las mineras contaminantes, contra Repsol en Neuquén, sabiendo ellos que conocemos sus métodos e intenciones, nunca asomaron la nariz.
Es claro que estos mercaderes del ambientalismo no cuestionan -excusándose que no son temas ecológicos-, la pobreza, la injusticia, la exclusión, en suma: las causas principales, la fuente de todo daño. Cobran cuota social, atentan contra el trabajo comunitario porque quienes pagan esa cuota, se desligan de poner el cuerpo en la lucha contra el modelo. Sus líderes son asalariados. Nosotros decimos que no se cobra cuota ni salarios en la militancia por la vida..
En la cumbre de los presidentes en Viena aparece como efecto mediático la Reina del Carnaval de Gualeguaychú portando un cartel de Greenpeace. Ella misma señala que fue contactada hace 15 días por la organización. Sin embargo para el mundo, quedó como una militante de paz verde dejando en segundo plano a los verdaderos actores de esta gesta que son los pobladores de Entre Ríos que hace varios años vienen luchando por el tema de las pasteras.
A lo mejor, la comunidad comienza a darse cuenta que a la larga, estos farsantes se blanquean como lo hizo su fundador, y comprende que no se necesitan actitudes mesiánicas ni líderes especialistas que interpreten la realidad. Lo que necesitamos, como dijo el filósofo, es transformarla y eso solo se logra con la participación de todos porque a todos nos afecta la contaminación y la pobreza.