Julio López
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tsunami de pueblo
Por coco zilly - Friday, May. 26, 2006 at 4:55 PM

la plaza de mayo volvio a ser ocupada por el autentico pueblo argentino

ayer el pueblo se volvio a manifestar como hacia mucho tiempo no lo hacia.
no voy a entrar en especulaciones acerca de la cantidad, lo unico que digo es que habia mas gente que en cualquiera de las marchas de los ultimos años. y lo inedito es que era para apoyar una gestion y no para protestar, es decir una masiva concurrencia por la positiva.
estaban los sindicatos, los intendentes, organizaciones sociales que van desde las peronistas hasta las de izquierda y muchisima gente no encuadrada.
seguramente habia mucho oportunismo de algunos dirigentes que apoyaron otros procesos politicos pero lo que es innegable es que Kirchner cuenta hoy por hoy con un poder tremendo
lo de los "llevados" por el "aparato" es una boludez porque los unicos que disputan en los barrios con los kirchneristas son algunos partidos de izquierda y se valen de las mismas armas que los kirchneristas; la derecha liberal, en cambio, gorilea pero no pone un pie en el barro ni para pasear en el country.
desde la izquierda liberal van a bajarle el precio al poder de convocatoria del presidente con argumentos que van desde el racismo doctrinario hasta la autoinmolacion politica. dicen que la marcha del ultimo 24 de marzo fue una plaza "homogenea" de "lucha" contra el gobierno, cuando todos sabemos muy bien que la porcion mayoritaria de la convocatoria no fueron a definir una caracterizacion del gobierno y por eso abuchearon el discurso elaborado por "300" organizaciones (mas bien frentitos de 4 o 5 partidos y algunas organizaciones que no responden a estos)...
en fin, ayer quedo demostrado que el pueblo apoya a Kirchner mayoritariamente. buscarle la vuelta a eso es negar la realidad, K , les guste o no, esta hegemonizando la politica. hay tipos como bronstein que no hacen mas que autocomplacerse con comentarios "ingeniosos". y eso en politica es casi casi como negar la posibildad de tener un encuentro con una hermosa mujer por un ratito a solas en el baño.
compañeros de la izquierda partidaria, los esperamos, sumense a esta gesta popular, se van a tener que comer algunos sapos pero el camino elegido por el presidente es hoy el unico camino, participen y ayuden a darle una correlacion de fuerzas a K para poder romper con 30 años de neoliberalismo, sino se quedan sin poner los piesitos en la historia, no se permitan ese error

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excelente
Por coca - Friday, May. 26, 2006 at 5:33 PM

gracias K!!!!!VOLVIMOS !!!!!!!!

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puajjjj
Por uno que no fue - Friday, May. 26, 2006 at 6:34 PM

un asco, llena de lumpenes borrachos y drogados, ¿¿¿¿que pueblo???? nadie con conciencia, nadie con la menor idea de nada. los sindicatos, los piqueteros comprados llenaron de lumpenes y rapiñeros la plaza.
y lo peor de todo es que la llenaron con la vieja formula del peronismo, mas demagogia mas populismo y mas ignorancia. al final uno pelea todos los dias por una alternativa obrera y socialista y estos burocratas K con un par de vinos y choris llenan la plaza de pibes chorros. que pais de mierda este!!!!! y todo gracias a ese facho de peron que lo unico que hizo fue retrasarnos 200 años...¿donde quedo el legado de moreno??? para que tanta lucha?? para que tipos del bajo mundo sean los campeones de la obsecuencia?
ayer el peronismo dio otra muestra mas de que es imposible pelear contra el vino y el chori...¿cuando maduraremos?? cuando lograremos cambiar estos aluviones zoologicos por masas concientes del valor del socialismo?
pan y circo y el peronismo sigue cagando al pais.
lo de ayer es caldo para los escepticos este pais es pura barbarie peronista
puajjjj!!!!!

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ay!!! que asco!!!!
Por san peron - Friday, May. 26, 2006 at 6:41 PM

Por Mario Wainfeld
No es sencillo determinar qué fue lo más importante de la movilización de ayer, lo que induce a puntear, en un orden precario aunque indicativo de la importancia que les preasigna el cronista, los datos más relevantes.

- Un acto peronista como hacía mucho tiempo no se veía en ese escenario.

- Una asistencia altísima. A su interior, hegemonía abrumadora de trabajadores, con el calor humano, la masividad y el tono de clase que sólo pueden lograr las concentraciones peronistas.

- La presencia de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo junto al Presidente, quien las enalteció en su discurso que también evocó a los desaparecidos.

- Un esfuerzo enorme de sindicatos, intendentes, gobernadores y líderes de organizaciones piqueteras, realizado por mandato expreso del Presidente y bajo la supervisión de sus más cercanos armadores y operadores.

“La Plaza es de los trabajadores, de Eva Perón, de las Madres y las Abuelas”, expresó Néstor Kirchner, buscando sintetizar esa alquimia que él convocó, que sólo él puede convocar en esos términos. Más tarde (no se sabe si para paliar un olvido o para corregir un sesgo excesivo) sumó a Juan Domingo Perón a la lista de iconos.

Es obvio que el Presidente logró su cometido. Sería muy arduo definir qué otros actores “ganaron” más con el acto: si los peronistas del territorio, la dirigencia sindical, o los integrantes del movimiento de desocupados y de derechos humanos. El verbo de Kirchner los incluyó a todos, pero cuesta imaginar que varios de esos actores hayan dejado de ser agua y aceite, es obvio que muchos no se perciben como integrando un mismo sujeto colectivo.

- Calor humano. Como era presumible, la mayoría de los manifestantes llegó encuadrada. Los micros y colectivos alteraron la calma del feriado desde la madrugada; los hubo estacionados a más de 30 cuadras de la Plaza histórica. Columnas del interior se acercaron al palco a primera hora de la mañana, esfuerzo en cuyo tributo muchas abandonaron antes la Plaza. Cualquier ponderación a ojo, como la que hizo el cronista durante horas, peca de imperfecta. Esto aceptado, en su percepción fue abrumadoramente mayoritaria la cantidad de integrantes de la sufrida clase trabajadora, en su actual composición que combina desocupados u ocupados en situación de afligente pobreza con laburantes en mejor condición. La diferencia de vestimenta entre las columnas gremiales y las provenientes de algunas ciudades del suburbano es un hecho llamativo, impensable años atrás. Las columnas sindicales, usualmente, fueron monopolizadas por hombres. Las que venían de los barrios o las de piqueteros reiteraban la composición familiar que les es propia desde hace años.

Página/12 no pudo evitar comparar esas columnas con dos referencias del pasado, una reciente, otra remota. Cotejada con la también imponente convocatoria del 24 de marzo, la de ayer tuvo mucha menos presencia de clase media. Comparado con tiempos más viejos, el empobrecimiento de los trabajadores es notable. Sería todo un ejercicio comparar imágenes de ayer con las del Cordobazo, las movilizaciones gremiales de los ’70, las realizadas contra la dictadura, aun las de Saúl Ubaldini.

La calle se hizo peronista en la pertenencia social y tuvo tono de fiesta barrial. El epicentro de la Plaza estaba abigarrado por la tradicional competencia por “estar cerca del palco”, pugna esta vez muy light si se evocan experiencias anteriores. Fuera de ese microclima, la gente trasuntaba una templada alegría y un perceptible afán de pasarlo bien dentro de lo accesible. Circulaba con tranquilidad, se sentaba, tomaba mate o exploraba la aromática propuesta de cientos de vendedores callejeros. Choripanes, patys, choclos, garrapiñadas, gaseosas, contaban con buena clientela y se expendían a precios moderados (tal vez fue el mercado, tal vez la sombra omnipresente del collie Guillermo Moreno). Las columnas albergaban muchos más cebadores de mate que integrantes dispuestos a entonar consignas, un hecho que comprueba que la “base” superaba largamente en número a la militancia. El compromiso predominante, podría traducirse, era la presencia. Bombos y redoblantes hubo para regalar. Voces y coros, pocos. Consignas, casi ninguna.

- El discurso. El mensaje del Presidente no duró un cuarto de hora. Kirchner fue de nuevo un orador desordenado, desmañado, pasional y dotado de gran calidez. La mención a la concertación, anticipada como el gran tópico del día, fue incidental e imprecisa. En cambio, sí se esperaba que Kirchner no dijera nada sobre un eventual segundo mandato, y así fue en abierta contradicción con un marco donde pululaban carteles de “Kirchner 2007” y hasta un globo aerostático con la forma de un pingüino ataviado con la banda presidencial. El orador se mostró sordo al no muy estentóreo “borombombón, borombombón” que instaba su reelección.

Cero anuncios, nulo ida y vuelta con la gente, lo más destacado de la breve (que no parca) alocución fueron algunas definiciones. La primera fue el vocativo inicial, que es siempre un engorro. Kirchner lo resolvió combinando el “hermanos y hermanas” del que se valía Menem, con el “compañeros y compañeras” propio de las tenidas justicialistas, rematando con el ecuménico “argentinos y argentinas”. Luego celebró que “volvimos a la Plaza”, un guiño evidente a la tradición de la JP setentista. La enumeración de Evita y los 30 mil desaparecidos integran el mismo imaginario. Un ratito después, casi como una posdata, llegó la referencia a que “el balcón es de Perón”. Fue un sorpresivo regreso del General, no muy mentado en los relatos del setentismo y francamente desechado por Cristina Fernández en su campaña bonaerense.

Son interpelaciones mestizas, a las que Kirchner puede apelar sin mayor contradicción con sus actos, pero que cuesta concebir en una eficaz síntesis política actual.

- ¿Cuántos? El regateo sobre la concurrencia es un clásico tras las movilizaciones. El enfervorizado relator del palco aseguró, dos horas antes del cierre, que ya había 350 mil personas, clavada la cifra decidida por el Gobierno unos días antes. Es peliagudo hacer la cuenta, máxime porque a eso de las tres de la tarde unas cuantas columnas pegaron la vuelta. Página/12 puede atestiguar que cuando Kirchner empezó a hablar la asistencia colmaba la Plaza y derramaba pocas cuadras por las dos diagonales y Avenida de Mayo. No llegaban más allá de Chacabuco, o sea a menos de 200 metros, en forma ya raleada. Ponderando los que ya se habían ido, es dudoso que los concurrentes llegaran a la mitad de lo que anunció el oficialismo. Esto dicho, es igual muchísima gente, básicamente compuesta por la tenaz base social del peronismo.

En la Rosada competían con movidas pasadas, diciendo que fue el acto más grande después de los cierres de campaña de 1983. Habría que repasar testimonios y datos de Semana Santa, o de las más formidables marchas por derechos humanos. Como fuera, una movilización ratificatoria de un gobierno que ya lleva tres años es un hecho impactante. Kirchner casi duplicó los votos del 2003 al 2005 y sigue creciendo, la oposición se fragmenta y su popularidad va de menor a mayor, a diferencia de Menem y Alfonsín que tuvieron sus cuartos de hora, pero que arrancaron sus mandatos bien arriba de las preferencias populares.

- Suma algebraica. Los convocantes, los dirigentes que resultaron beneficiarios de la jornada, amén de Kirchner, revistan en el peronismo más tradicional. Casi ninguno hubiera desentonado en un acto de Menem o de Duhalde.

El palco y el discurso pusieron en escena ante una muchedumbre una reivindicación potente de las víctimas del terrorismo de Estado y de los luchadores contra la impunidad.

La tensión es innegable; la síntesis, improbable. Las lecturas posibles, muchas. Quizás haya sido didáctica en ese sentido una confesión de Hugo Moyano a los movileros, bajando del palco: “El acto fue espectacular, del discurso no escuché nada”.

“Claro que la mayoría de los manifestantes vinieron con el aparato, pero desde el palco nadie reivindicó al aparato”, explicaba al ocaso un ministro, buscando tornar cartesianas esas contradicciones. Es verdad, tanto como que fue “el palco” el que incitó a la flor y nata de la dirigencia peronista a “garantizar” el acto cuyo rédito político compartirán, como socios minoritarios. En el palco se cantó el Himno, con Mercedes Sosa a la cabeza, Víctor Heredia, Teresa Parodi. La Plaza acompañó con fervor. Luego, desde abajo, se entonó la Marcha. Despacito, con la cultura cívica y el respeto que primaron en las calles de la city, la concurrencia se desconcentró.

No fue un acto peronista más: fue bastante curioso por los motivos ya reseñados. Y por uno más, que apenas se enunciará.

Los actos peronistas suelen tener una dramaticidad notable, un mensaje ineludible: el 17 de octubre, el renunciamiento de Evita, las dos Ezeiza, el choque entre Perón y los imberbes. El de ayer careció del tono épico, crispado y confrontativo que son usuales en el justicialismo y, ya que estamos, en el Presidente. No hubo bronca, no hubo drama, apenas una formidable demostración de fuerza de un oficialismo satisfecho.

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Y vos estas muy tranquilo...
Por Copycat - Friday, May. 26, 2006 at 6:44 PM

mirando tele en tu plasma de 42" no??
Dorgadictos, lumpenes obsecuentes??? Che me sono mucho a pueblo lo de ayer, mal o bien la gente de ahi es el pueblo. Pero ustedes no no??? ustedes no son del pueblo, ustedes son de clase media alta ilustrada y facista. Y si se drogan que??? Y si comen chori con vino que??? que te molesta porque vos comes bien no??? Cuantas veces te metiste en una villa??? Sabes que no se come todos los dias asadito?? O vos tomas mucho yogurt ser.
Basta de estupideces se esta con el pueblo o en contra , y el pueblo sigue siendo peronista ayer quedo demostrado.

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Dale que va
Por Ufa - Friday, May. 26, 2006 at 7:08 PM

Uno que no fue, lamento lo que decis, una pena.

Vos al igual que la izquierda partidaria, reclaman desde siempre la muerte del peronismo y todos nos haremos proletarios clasistas.

Incapaces absolutos de ver que el pico de lucha de la clase obrera aqui, se llama peronismo, la esperanza de vivir mejor, para los que estan peor se llaman peronismo, y aunque te cueste ver si salis un poco de los libros, los trabajadores, humildes y desocupados son peronistas que comen choripanes, vino y nos drogamos, y votamos peronistas.

Ahora bien, no fuiste es una pena, por que nos deberas convencer con tu frio discurso que suena bien, que nos hagamos obreros socialistas, a nosotros que sentimos el sindicato y la organizacion como parte nuestra. A nosotros que pusimos un monton de cumpas dando la vida por la causa, que nos persiguieron, que nos prohibieron, mientras vos comias choripanes, te drogabas, y tomabas vino, encerrado en tu casa leyendo libros de revolucion socialista.

Acordate, en vez de putearnos convencenos, por que trabajar nos ensucia, encusiate con nosotros.

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Luchadores de papel.
Por Germán del pueblo. - Friday, May. 26, 2006 at 7:11 PM

Para "uno que no fué":

Verdad que todo un asco armado el acto de ayer. Lleno de punteros pagos y gente llevada a punta de pistolas y amenazas. Con todo eso de acuerdo. que mayoritariamente había gente pobre.
Pero sentir asco por los pobres, paaaaaaaaaaaaaaa, encima de todo eso reivindicarte socialista ,paaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Exteriorizar el sentimiento de repudio hacia los pobres porque tienen olor a sobaco, huevo, se chupan, se drogan con paco (no con merca como vos que tiene mas nivel porque sos un pequebu).
Te leo y me recordás a mis antiguos vecinos cuando vivía en el campo, que reclaman los militares para terminar con tanta negrada y anarquía dicen, que se quejan porque los obreros del surco los denuncian porque los tienen en negro. Que se quejan cuando aparecen las camionetas de Osprera a controlarle los cosecheros de algodón, ya que los menores de 18 no pueden estar alli cosechando y ellos tienen varios.
¡¡¡¡ cuanto te falta para entender a este pueblo !!!!
¡¡¡¡ que poca CONCIENCIA DE PAIS TENES !!!!
La conciencia de clase ni hablar, ni sabés donde estás parado.
Encima te decís socialista.
Cada día que pasa entiendo el porqué del fracaso de antes, ahora y a futuro de la izquierda en Argentina.
Cada día que pasa se me van las esperanzas de que exista revolución alguna, con los cuadros de tan baja categoría que existen.
Cada que pasa entiendo porque la gente repudia a los dirigentes ELITISTAS de la izquierda argentina.
Terminan siendo mas sensibles los punteros peronistas o radicales que consiguen un par de chapas, o un medicamento , o cualquier necesidad en las villas que un pequebú con la panza llena que impunemente tipea pelotudeces desde una computadora con banda ancha desde su casa.
Terminan siendo mas útiles para los pobres que un pelotudo con un manual de Marx debajo del brazo, recitando los párrafos mas famosos y haciendo alarde de sus conocimientos teoricos sobre filosofía política.
Paaaaaaaaaaa, que lejos que estamos.

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puajjj 2
Por uno digno - Friday, May. 26, 2006 at 7:11 PM

estos peronchos son cada vez mas asquerosos. "¿y si se drogan que???" no hay conciencia.
estos peronchos estan cada vez mas grasosos, la plaza de ayer chorreaba grasa, vino, y porro.
yo me voy a luchar no a drogarme con los lumpenes
y si, voy a villas, villa gesel , villa urquiza, villa ...

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vende patrias
Por 30 pesos es muy poco - Friday, May. 26, 2006 at 7:23 PM

El mejor metodo para saber cuanta gente fue se calcula con la siguiente formula:

Presupuesto de organizacion de la manifestacion = X/30 + (Y + Z + W +Q)

Se sustrae del total presupuestado todo lo que se robaron los punteros (Y), el intendente (Z), los sindicatos (W) y los peronistas al pedo (Q). El resto (X) se divide por lo 30 pesos que recibio cada gil por ir a la plaza. Segun mis calculos, fueron menos de 80000

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En la Plaza K: no habia más de 70.000 personas
Por cronopio rojo - Friday, May. 26, 2006 at 7:28 PM



cronopio rojo estuvo ahí: siendo generoso les doy unos 70.000



Cuando hablo Kirchner en la Plaza había unos 50 o 55 mil personas. Puede haber llegado a los 70.000 contando que mucha gente haya pasado y se haya ido.

Es mas, cuando K hablo, lo hace apurado, cortando a Victor Heredia y a la Negra Sosa, que tuvieron que hablar después que él, porque la gente ya se había comenzado a ir en grandes cantidades.

La plaza nunca estuvo llena. Era compacta en la parte de adelante. En el monolito estaba vacío y hacia atrás había mucha menos densidad por metro cuadrado. En las diagonales y avenida de mayo no había gente agolpada, sino que era un corredor donde antes de que hablara K, eran mas los que se iban, que los pocos que llegaban.

Nada de esto quiere decir que no llevaron gente. Pero creo que se nota la gran debilidad, ya que gastando una fortuna y trayendo gente comprada de todo el país, no lograron reventar la plaza.

Sobre la composición, el grueso lo aportaron los intendentes y el aparato del viejo PJ, es decir gente de los barrios muy humildes. No había literalmente ningún independiente o gente que haya ido sola. Los gremios llevaron muy poco, es decir no había trabajadores.

Esta composición de gente llevada por el aparato de los municipios, evidentemente en base a prevendas, hizo que el acto fuera muy frio, con mucha gente que se fue antes de que hable K, para lograr agarrar los micros, que eran miles y por toda la ciudad. Nadie cantaba, salvo el grupo que pusieron adelante del escenario.

En fin: gente hubo, pero nada del otro mundo. Nada espontáneo, todo traído de manera clientelar. Muy pocos trabajadores

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oficialistas asquerosos
Por yo - Friday, May. 26, 2006 at 11:07 PM

si s edrogan es producto de esas mismas clases dominantes que nos duermen con falopa...se acuerdan del caso de southern winds??los amigos del presi?? el que s edroga no es un boludo por drogarse creo yo. la mierda es que estos que defiende al gobierno se olvidabn que ste estado es parte delos que lucran con el dolor de la gente a traves de las dorogas. y el tema del chori, yo creo que no apuntaba a decir: "que mal! como comen choris?" sino a que es un asco de la misma vieja politica qu etanto critica k, el hacer clientelismo con el chori y el vino como siempr paso con menem, con delaura, con todos,bah...kirchner, sacate la kareta, hijo de puta! sos la misma mierda o peor!!!!!!!!!!!

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movimiento k
Por ale - Saturday, May. 27, 2006 at 2:49 AM

yo no soy k, pero macri inescrupoloso empresario en el comedor los piletones fue el colmo del cinismo del empresario enriquecido a costa del hambre que dejo la decada del noventa, un asco. La mesianica de carrio, señalando la necesidad de iluminar a la sociedad como cuando dios salvo al pueblo judio en el programa de nelson castro un delirio, la izquierda fragmentada en mil pedacitos y com mil programas diferentes y delirantes, realmente voto por k

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esa es la desgracia
Por Mario - Saturday, May. 27, 2006 at 4:40 AM

ale la enuncia cabalmente

es el problema de elegir siempre al "menos peor"

entre macri, carrio y kirchner, el menos peor me parece kirchner....

EL PROBLEMA ES EL SISTEMA, Q NO TIENE SALIDA ALGUNA MAS Q EL CAMBIAR DESDE LA RAIZ; PARA ESO HAY Q DSOLVER EL ESTADO Y TODAS LAS INSTITUCIONES DE MIE#DA Q LOS SOSTIENEN

(A) ES AL SOLUCION

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CHAN!!!
Por MICHEL TERERÉ(un FUCKS para los "chavos& - Saturday, May. 27, 2006 at 11:18 AM

SI SI!!! TSUNAMI DE CHANES PARA LA APARATEADA DEL 25.....

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que risa dan los nazi-kirchneristas
Por ... - Saturday, May. 27, 2006 at 12:02 PM

se creen que lo del 25 fue otro 17 de octubre.

-con el tren y el subte gratis
-con promocion permanente en todos los medios de comunicacion por mas de dos semanas
-con carteles por la calle pagados por el estado
-con los forros esos que se la dan de "artistas populares", cuando hay tanto artista popular anonimo que va a los piquetes y no tiene ni promocion en los medios ni cuenta en dolares

Aun asi, teniendo todos esos medios a su disposicion, ¡miren la mierda de acto que hicieron! ¡Dan lástima!

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y para que vean
Por ... - Saturday, May. 27, 2006 at 12:06 PM

la cobertura de indymedia. miren las banderas que había. ¡movimiento nacional y popular! jajajajaja!

http://argentina.indymedia.org/news/2006/05/410755_comment.php

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no es lo mismo
Por el ale - Saturday, May. 27, 2006 at 1:09 PM

cuando decimos que la plaza estaba llena de lumpenes, no lo decimos por su condicion socio-economica, porque no somos racistas y de hecho tomamos partido por la clase explotada, es decir, por los trabajadores, los desocupados, los villeros. Al decir que la plaza esta llena de lumpenes, decimos que de la clase explotada estaba lo mas reaccionario, lo mas contrario a sus propios intereses de clase, y pese a que seamos de clase media, no lo decimos desde la ignorancia, sino porque lo sostienen las mismas organizaciones de trabajadores, desocupados y villeros que son de izquierda combativa y revolucionaria, como es hoy en dia el movimiento piquetero, y en especial su tendencia asamblearia. Ellos tambien son pueblo, viven en el barro y con techos de chapa, y sin embargo no van a la plaza de K, sino que se organizan, arman comedores, cortan las rutas, exigen trabajo y subsidios, discuten, en fin, hacen lo que cualquier proletario interesado en su propia subsistencia haría, y de hecho hizo historicamente (desde la Primera internacional hasta las luchas obreras, villeras y campesinas de los setentas). En cambio, los lumpenes que fueron a la plaza del 25, no fueron para defender sus intereses de clase, sino sus intereses individuales inmediatos, es decir, el chori y el vino, y no porque este mal, porque a mi tambien me gusta el choripan, y un vinito no le viene mal a nadie, sino porque gracias a este manejo clientelar mantienen las condiciones de su propia explotacion...

salud, y aguanten los villeros piqueteros combativos que no se dejan comprar por el lobo disfrazado de cordero... dario y maxi viven carajo!

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racismo
Por ale - Saturday, May. 27, 2006 at 5:43 PM

para el ale, por mas que lo niegues sos un racista y a los villeros lo unico que te interesa de ellos es manipularlos para armar quilombo, tarado

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argumentos?
Por el ale - Saturday, May. 27, 2006 at 8:42 PM

claro, a mi me encanta manipular a la gente para armar quilombo, no sabes, me regocijo cada vez que veo "caos vehicular" y la cara de sufrimiento de la gente...

la definicion de lumpen-proletario es el proletario descompuesto, pero no económicamente -porque el proletariado esta eternamente sin un mango- sino mas que nada ideologicamente, es el rastrero que es capaz de vender a la vieja o robarle al vecino de la villa, que no le importa nada, son los que terminan siendo yutas o formando las patotas para-policiales que les pegan a sus propios compañeros de clase cuando se movilizan para salir de su situacion.
Obviamente son las condiciones socio-economicas el caldo de cultivo para los lumpenes, pero esa gente sigue siendo garca hasta cuando sale de la pobreza, son los que se olvidan del barrio y se cagan en todos.

No tiene nada de racista rechazar a los hijos de puta que se vuelven contra su propia clase social, el proletariado, que tiene sin duda miembros mucho mas brillantes que los que fueron a la plaza K... como mencione antes, los mejores ejemplos son los movimientos piqueteros, los cartoneros que se organizan, los villeros que defienden sus asentamientos de las topadoras capitalistas... esos son los compañeros que demuestren que el camino del "chori y el vino" NO ES POPULAR, ES REACCIONARIO, SE VUELVE CONTRA SU PROPIA CLASE.

El populismo-obrerismo barato de decir que todo lo que es pobre es bueno solo por el hecho de ser pobre, es tan ridiculo como el "oligarquismo" de rechazar al proletariado y querer una revolucion de universitarios, como queria el viejo PC reaccionario y gorila. Pareciera que alguno de los viejos socialdemocratas-radicales-stalinistas tiene remordimiento de conciencia por haber rechazado al pueblo cuando este era combativo -del '45 al '75-, y se lo quiere sacar apoyando a la parodia de pueblo que fue la plaza kirchnerista...

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tsunami de negros
Por aguanteK - Tuesday, May. 30, 2006 at 4:07 PM

Por Nicolás Casullo

Izquierdas y derechas:
“e pur si muove”


Cuando las izquierdas revolucionarias argentinas de los 60 y 70 se desmoronaron o fueron exterminadas por la dictadura (proceso paralelo a la profunda crisis teórica y política del marxismo en Occidente) también murió una biografía crítica al populismo, al peronismo. Crítica dogmática e iluminista sin duda –pero digna de atención– contra las causas que se pensaban guías equivocadas y burguesas de las mayorías populares.

Digna de atención, digo, porque existieron en la larga crónica moderna nacional querellas duras e irreconciliables que remiten a una crítica histórica entre políticas progresistas y populares. Posturas que hablaron desde determinadas cosmovisiones, experiencias, argumentos, teorías y éticas en cuanto a discutir el mundo injusto. A diferencia de lo que hoy expone y esconde el debate sobre el populismo en boca de Bush, Condoleezza Rice, José María Aznar, Mario Vargas Llosa, Silvio Berlusconi, sobre quienes se apoyan los defensores de la década menemista y ahora ciertas voces de una república liberal conservadora perdida, a reponer moralmente frente a un populismo demonizado.

Aquel cuestionamiento de las izquierdas le planteó siempre al peronismo, al caudillismo irredento que lo caracterizó, una lectura de larga prosapia, que dio cuenta de una hermandad fallida entre el clasismo proletario y el movimientismo nacional. Dos maneras distintas, pero a la vez concurrentes, de mirar la injusticia social y cultural como dato casi absoluto, a veces por demás temerario y reductor, desde la política, de importantes cuestiones. Dos maneras de entender a las masas democratizadoras, de tratar involucrarse en su destino. Y de reconocer a los enemigos a superar para modificarlo. Esa había sido la historia sobre todo desde 1945-55, desde aquel desenlace.

Lo preocupante es cómo ciertas posturas que hoy se sienten o se dicen progresistas han perdido todo contacto con ese legado de los desencuentros entre políticas populares que sostuvieron tales debates sobre el populismo, para deslizarse –como muchas otras cosas– hacia el campo ideológico del neoliberalismo y de la cultura conservadora, y seguir tratando la cuestión del peronismo “como si fuese la misma” pero desde las antípodas ideológicas. Desde una actualidad donde vuelve a hacerse presente –perdón por el anacronismo– una lectura distinta y rotunda de clase social.

Hoy se describe el populismo de Néstor Kirchner, Hugo Chávez, Evo Morales, Luiz Inácio Lula da Silva, Andrés Manuel López Obrador, desde un claro hegemonismo argumentativo reaccionario que vuelve bastante patético a cierto progresismo opositor, en cuanto a que borró toda la elaboración que las izquierdas (las más y las menos radicalizadas) habían realizado como comprensión afiatada del fenómeno y significados del populismo latinoamericano, largamente teorizado desde el primer estructural funcionalismo de Gino Germani y Torcuato Di Tella, luego por las teorías de la dependencia, más tarde por los estudios gramscianos, postalthusserianos, y ahora por tesis críticas a formas de la globalización. Esto es, casi medio siglo de debate. Quiebre entonces con este linaje argumentativo, para retrotraerse ahora –como progresía reactiva y antiperonista– a un lejanísimo tiempo de las izquierdas argentinas sorprendidas y desmedidamente ideologizadas por la cultura oligárquica durante los acontecimientos de 1945/46 y las realidades de la segunda posguerra europea.

En el presente se ha instalado –a partir de una supuesta o imaginaria “desaparición” de fuerzas democráticas drásticamente enfrentadas en lo económico y social– una progresía que analfabetiza la política y termina por corroer la memoria sobre la espinosa lucha de un pueblo. Enuncia desde un lugar donde las palabras vuelan por el éter informativo sin necesidadde anclaje alguno en la realidad, y las diatribas contra el populismo flotan en la massmediática magia de la extinción de todo referente. Como cuando Elsa “Tata” Quiroz, secretaria general del ARI, sentenció hace unos días que “siempre nos plantean que López Murphy está a la derecha, pero resolver el problema del hambre no tiene que ver con izquierdas o con derechas”.

Este curioso progresismo conservador argentino, entre otras cosas antipopulista e instalado hoy precisamente en la derecha de una historia político intelectual del país, es hijo de nuestros años ’90, que no solo dieron corruptos peronistas o tarjetas banelco sino algo similar a eso pero también desplegado en el todo cultural. Fenómeno que aparece como síntoma profundo de las pérdidas de ideas sufridas en un largo y reciente período, que no solo angostó categóricamente la participación trabajadora en el producto bruto, sino que de manera concomitante elitizó y a la vez barbarizó la práctica política que hace referencia a lo popular: a la biografía y lucidez política del pueblo llano.

Una antigua historia

De remontar la cronología sobre este tópico político puede llegarse hasta Karl Marx y su discusión crítica contra el populismo ruso. Intelectuales mesiánicos a los que su propia obra había alimentado, por caminos que sólo enigmáticas y apasionadas traducciones de las militancias hacen posible. Movimiento campesino populista eslavo sobre el cual Marx sin embargo reconoció, en 1881, que tal vez podía llegar a ser el punto de partida para un posterior comunismo siempre que lo acompañase una revolución proletaria en Occidente, tal cual lo afirmó en el prefacio a la edición rusa del Manifiesto.

El recelo a esas ideas nacionalistas “míticas” sobre un pueblo homogéneo y compacto amenazado por enemigos internos y externos, siempre crispó los nervios del marxismo, para el que todo populismo fue política burguesa que excluía la lucha de clases, conciliaba el conflicto social, retrasaba la autonomía y el internacionalismo obrero y carecía de base teórica materialista que lo emparentase con la verdadera revolución en la historia.

Más tarde el marxismo leninismo fue todavía más descreído que el propio Marx en cuanto a esa configuración popular. Lenin, que lo había sido cuando joven y conocía los latidos del populismo, lo acusó de “romanticismo económico” y de “utopía conservadora pequeño burguesa” en su lucha ideológica sin cuartel a fines del XIX contra las llamadas falsas revoluciones. Aunque en un momento reconoció en Contenido económico del populismo que dentro de ese conglomerado “había que distinguir sus aspectos reaccionarios de los progresistas”.

Esta línea se prolongó como un clásico de las polémicas del siglo XX hasta los ’70, donde, por ejemplo, en un documento de esos años bajo rúbrica extremista de Mario Roberto Santucho puede leerse la necesidad de “luchar contra el populismo y el reformismo, políticas ligadas a los intereses imperialistas”, para acotar seguidamente: “Montoneros es una corriente popular infectada por la enfermedad populista y su confianza en el peronismo burgués”. La discusión se había modernizado, sin perder virulencia. El populismo hablaba por entonces de revolución socialista.

Sucedía que para esos años hacía décadas que las experiencias populistas habían fondeado decididamente en América latina desde el APRA peruano, para convertirse en políticas genuinas plagadas de presencia popular contestataria, grandes contradicciones internas y dificultades para una definición precisa de la criatura en cuestión. El significado del populismo latinoamericano dejó atrás una vetusta dependencia conceptual que se tenía con Europa. Rompió con argumentos provenientes de Europa y desu poco envidiable época nazi-fascista. Por cierto, desde el viejo continente desembarcaron en nuestros lares y perduraron hasta fines de los ’50 en el credo liberal, una idea de populismo que ya no fue sinónimo de mujik ruso ni de farmer de EE.UU., sino del ardito del fascismo, el volkisch del nacionalsocialismo y de guardia de hierro rumana.

Sin embargo, en el nuevo marco político intelectual latinoamericano que se gestó en los ’60 con el triunfo del castrismo y las heterodoxias populistas del Movimiento 26 de Julio, las divergencias y polémicas entre reformismo y revolución, entre socialismo y nacionalismo, entre clase y movimiento, entre lo rural y las ciudades, entre burguesía e imperialismo, entre marxismo y peronismo, replantearon la comprensión histórica de los populismos de Lázaro Cárdenas, Haya de la Torre, Perón, Getulio Vargas o los adecos venezolanos. En este largo proceso político y teórico se desgranaron las diferentes lecturas de una de las problemáticas más fecundas y propias que expuso el continente americano en el siglo de las masas.

Figura latinoamericana

De tal bagaje de discrepancias y coincidencias entre políticas de izquierda que concibieron los cursos de las clases subalternas, olvidadas y explotadas, se puede componer una figura del populismo latinoamericano. Movimiento que diamantizó la noción de pueblo unido, a pesar de las fuertes contradicciones sociales que lo atraviesan. Constitución política alentadora de un tiempo de fuerte movilización popular de sesgo antimperialista a partir de un liderazgo o figura carismática –el caudillo– que reúne planteos objetivos junto con categóricos emocionalismos de masas. Emergencia populista en paralelo a encrucijadas nacionales de excepción (industrialización o crisis societales agudas) que desarticulan la inoperancia de un tiempo político anterior y democratizan categóricamente las fronteras históricamente establecidas de participación ciudadana en lo político. Recuperación de formas de la cultura popular, de mitos patrióticos vencidos, de tradiciones colectivas, de formas arraigadas de identidad nacional. Remoción de mundos simbólicos culturalmente instituidos y promoción de nuevos relatos críticos explicativos de la biografía del país. Política que se va construyendo con respaldo popular recién a partir de una previa ocupación del poder gestionante, y en una compleja y arbitraria dialéctica de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. Carencia de programas específicos, suplantados por condena de sectores hegemónicos enemigos (ideología del “antipueblo”) de viejo y nuevo cúneo, internos y externos a la nación. Ocupación casi plena de un Estado fuerte, ultradecisionista, que pasa a estar en “manos impropias” según los sectores dominantes tradicionales de corte liberal, conservador o socialdemócrata. Privilegio de interpretaciones de sesgo socioeconómico, juntamente con una precarización de la construcción de lo político institucional.

Estos componentes del populismo forman parte de la historia campesina, obrera y de capas medias más conflictiva, participativa y rica de América latina, a la vez que más inacabadas en cuanto a sus muchas promesas incumplidas. El sectarismo de las izquierdas clasistas, la religión del marxismo con sus abstractos textos canónicos, apuntó generalmente al mundo de expectativas que el populismo despertaba al principio, para polarizarse luego en reyertas intestinas donde finalmente el pueblo no tiene voz ni voto y todo concluye en una disolución de las esperanzas y una más adecuada y demagógica “gobernabilidad burguesa” del capitalismo.

No obstante ciertas cuotas de verdad de tales críticas de las izquierdas marxistas, y aquí una de las claves de los fenómenos populistas y su arraigo en las masas, lo cierto es que esos movimientos o partidos nacionales fueron y son experiencias políticas que hicieron y hacen la historia de una conciencia popular latinoamericana ya inegociable. Esto es, el populismo como un sello del continente, como un piso propio de memoria de los avasallados, donde una humanidad castigada y mayoritaria encontró en muchas ocasiones la forma de su contradictoria rebeldía, movilización y participación, más allá de las limitaciones, instrumentaciones y pujas internas de intereses que compusieron ese armado. Y éste es el punto decisivo a destacar de la operatoria populista: la capacidad de desarrollar en los hechos la escena concreta del conflicto, y de accionar ahí tumultuosamente proyectos sociales enfrentados en lo político, en lo cultural y en lo intelectual.

En un continente de históricos poderes tanto hegemónicos como puntuales implacables en tanto dominios liberales, conservadores, militares, racistas, del gran empresariado –elencos que compusieron “las modernizaciones capitalistas”– el populismo siempre supo, y pudo, recrear formas democratizantes de presencia de bases sociales a contrapelo de esa realidad abusiva. Siempre logró hacer política de masas intervinientes. Alcanzó a perforar la crónica política establecida, repensando formas emancipatorias y creando otras mitologías nacionales a las provenientes. Posibilitó inscribir de manera bastante indeleble y desde un Estado imperativo, las hasta entonces silenciosas interpelaciones populares contra fuerzas adversarias.

El populismo consiguió politizar a aquellos inmensos contingentes sociales despolitizados por la política: por el selecto artefacto institucional de las repúblicas liberales latinoamericanas. Es decir, reunir míticamente en la atribulada marcha de la historia “un todo” contra una Historia Mala. Desde las dicotómicas banderas populistas perdieron su naturalidad aquellas supremacías de leyes y reglas constitucionales, y las “calidades” democráticas socialmente marginadoras. Esa “naturaleza originaria” de una política de clase dominante pasó a ser conflicto explícito a ojos vista, también poder opresor. Conciencia de que en América latina dolorosamente la política por lo general libera o sojuzga, sin términos medios. No solo económica sino sobre todo ideológica y culturalmente.

El nuevo libreto “post ’90”

Todo indica que fenecieron estas antiguas reyertas políticas y lecturas teóricas que por largos años tuvieron lugar en el campo de las izquierdas reformistas, comunistas, socialistas y radicalizadas con respecto al populismo peronista. Hoy el barómetro que lo juzga ha pasado claramente a una sintonía de derecha. Hoy no se lo acusa como “ismo” burgués escasamente perturbador a un orden dominante dado. Sino por populismo “izquierdista de los 70”, estatista, buscador de enemigos, desprolijo y pendenciero frente al mercado mundial, desconciliador social, que incomoda a las fuerzas armadas, a la iglesia y a los grandes ganaderos. Lo que obliga a repensar qué se dice, quién dice qué cosa, qué se ataca en apariencias y qué se ataca en realidad, desde dónde se critica y qué visión ideológica y política sobre las cosas comanda esta disputa a la orden del día a día en el presente.

En principio la embestida constante viene de las políticas liberales más reaccionarias que gobiernan económicamente occidente, que han detectado una interferencia importante en los cursos de la globalización bajo plena dirección del mercado mundial y sus asimetrías: una suerte de actualidad imprevista y contraproducente, que no son por ahora las multitudes antiestatales y neotecnologizadas de Tony Negri, sino los viejos Estados de base popular que redemocratizan intereses desde otros códigos.

Tal vez el calificador más claro y conciso fue el español José María Aznar al reclamar “que se debe detener el peligro de la marea populista y volvera las ideas de centroderecha”. O el presidente del ejecutivo de la Unión Europea, el portugués Durao Barroso decididamente convencido frente e Evo Morales de que “el populismo es una amenaza a nuestros valores”. Parecido a Bush dos meses atrás: “El populismo es el peor adversario del libre mercado y nuestras democracias”. También fue preciso el intelectual mexicano Enrique Krause frente al candidato López Obrador, en cuanto a que resulta evidente “que muy pocos abogan hoy por un régimen comunista, pero el populismo es el nuevo objetivo, desgraciadamente algo mucho más difícil de combatir”.

Se trata entonces de situar la matriz de este embate contra formas populistas, que cotidianamente supura el liberalismo argentino con sus matices para radiografiar lo interno y externo que afecta el presente del país.

Auroleado nuevamente por un poderoso discurso extranjero a estas latitudes, la crítica o nueva caracterización del populismo perdió las connotaciones latinoamericanas y de las neoizquierdas que signaron su comprensión en décadas anteriores. Vuelve a ser, como en los años ’40, un peligro potencial de intenciones “comunista” o “fascista” (da lo mismo) mirado desde un autista primer mundo y desde las sempiternas traducciones locales de tal mirada distante, para la cual muchas mayorías políticas latinoamericanas pasaron a ser poco menos que un cualunquismo sin alma.

Este deslizamiento de óptica lo acusa ahora de autoritarismo de Estado fuerte. De aprovechamiento indebido y hegemonista del Estado democrático. De asistencialismo vertical clientelista madre de todas las corrupciones y lealtades espurias. De cultivar relaciones paternalistas concesivas ante cualquier protesta. De búsqueda demagógica de enemigos sociales, de alimentador de discordias entre intereses diferentes necesarios de conciliar.

Sin duda el punto nodal de esta crítica alarmista, vuelve a una antigua narrativa enunciada por una democracia patrimonialista a cargo de pensadores liberales selectos que perciben la polis amenazada, en tanto el populismo lesiona la calidad política de la república, genera rencores sociales que se pensaban hoy superados con el fin de las ideologías, y remite a una innata o psicológica vocación o eros de permanencia en el poder que borra las explicaciones sociopolíticas de los litigios.

Efectivamente el populismo es una experiencia política democratizadora, pero además y a la vez deficitaria en lo democrático institucional. Que muy difícilmente encontró una armonía positiva entre el contenido de sus políticas y la construcción de lo político democrático; entre su irrupción concreta en una época y el despliegue de un pensamiento político e intelectual abierto, plural, acorde a la magnitud de lo que se propone, como de manera tan eficaz lo logró siempre el liberalismo en el marco de las batallas culturales de largo aliento.

Pero hoy, además, se acusa al populismo de pasar por encima de una imprescindible intervención equilibrada de todas las fuerzas políticas opinantes, de izquierda a derecha. También de no plantear su actuación desde un consenso democrático que represente a todos los intereses del país. De instituir el negativo criterio de fuerzas adversarias a los objetivos calculados como populares y nacionales. O de manejarse en términos partidarios de manera monolítica donde diputados, senadores, ministros y secretarios deben responder a una política, y no operar de manera individual, autónoma y hasta opositora.

Esto es: desde la crítica impera más bien la idea de una política como juego formal de equivalencias. O la permanente estancia en un grado cero inmodificador. O una administración decorativa a los intereses económicos, a los lobbies enquistados en el mercado y en el Estado y al statu quo cultural. Una suerte de ideológico simulacro de autonomía de la política y de noción de cambios.

Desde esta nueva perspectiva crítica sobre el populismo –producto de un particular presente ideológico mundial en muchos sentidos regresivo para las aspiraciones populares– el debate abierto es sobre qué democracia institucional se está actuando, se quiere actuar y se pretende discutir, en relación con imprescindibles y auténticos cambios de situaciones sociales, y frente a actualizadas formas salvajes de poderes económicos y políticos que hoy dominan la lógica de la historia planteándola como única. En el debate sobre populismo que se da en esta difusa edad posperonista, lo que se va poniendo en evidencia con dicho concepto, es que –democráticamente– hay proyectos sociales y políticos muy distintos y claramente encontrados.

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k
Por kirchnerista fanatico - Wednesday, May. 31, 2006 at 5:37 PM

basta de llorar troscos!!!!!! son la pequeña elite iluminada de la argentina, nunca tuvieron vocacion de poder, son tan gorilas que les da asco el olor a choripan, estan mas lejos de la realidad que zamora, lo que es mucho decir
sigan asi, en dos años se quedan solitos... todavia creen que el 20 de diciembre lo hicieron ustedes, manga de putos, sean un poco mas viriles

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pura patraña nazi-kirchnerista
Por trsvsv - Thursday, Jun. 01, 2006 at 2:46 PM

puajjjjjj, que asco tanto lumpen, tanto negro, tanta grasada, tanta gloria, tanto futbol, tanto tanos, tantos tantos, mietras nosotros vemos cada vez mas oinfo, de que hablan sibn o capza de mantra, ministerios, organizacion, llegaron, columnas, faroles, porque? nunca nunca, vi, nostros los hormigueos, los que siempre perdimos aca
internacional, somos el troskismo la cuarta intenacional. zanon, zamora, zafra
kulualumpur

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dfg
Por bronstein - Thursday, Jun. 01, 2006 at 2:51 PM

Por Minga Informativa de Movimientos Sociales.- Esta madrugada, alrededor de la una a.m., fueron detenidos por el Ejército miembros de la Dirección Nacional y de la Dirección Regional de Barinas, pertenecientes al Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora (FNCEZ), mediante un allanamiento sorpresivo, cuando se encontraban en el interior de una vivienda redactando un documento que debían presentar este viernes ante la Vicepresidencia de la República. La detención se produjo en Sabaneta y se encuentran en la Guarnición del Ejército de esa población barinesa (lugar

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jajajaja
Por bronstein - Friday, Jun. 02, 2006 at 3:50 PM

A partir de las cinco horas de juego los personajes virtuales no recibirán puntos. Con esto piensan reducir a cuatro horas la permanencia de los "gamers" en los cybercafes.
Lo que sí cambió es quedurante los ’90 hubo un consenso neoliberal naturalizado, a partir de 2002 hay un cuestionamiento general a ese modelo y se instala una retórica, no sólo aquí sino en toda América latina, que genera la posibilidad de pensar en otros horizontes.
"los que robaron y saquearon la Nación".

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