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29 de mayo de 1969: Otro aniversario del Cordobazo
Por MST EL SOCIALISTA - Saturday, May. 27, 2006 at 2:17 AM

Aquel jueves de hace 37 años cambió la historia del país. En medio de una huelga nacional convocada por la CGT, el paro activo cordobés se transformó en una movilización insurreccional. La dictadura de Onganía quedó herida de muerte. El ascenso obrero y popular siguió profundizándose y se fortalecieron en el movimiento obrero los sectores antiburocráticos y clasistas.

Escribe: Mercedes Petit

Desde 1968 comenzaba a expresarse el creciente malestar provocado por la miseria y represión de Onganía. El estudiantado del interior empezó a luchar y recibió gases y palos. Las tres luchas obreras más importantes (los petroleros de YPF en La Plata, la huelga de los obreros gráficos de Fabril Financiera y de los mecánicos de Citroën en Capital Federal) fueron derrotadas luego de una larga resistencia. Aparentemente, el año 1969 iba a ser más calmo, pero ocurrió todo lo contrario. La represión a los crecientes conflictos los incentivó. En marzo hubo disturbios estudiantiles en Tucumán y Rosario. Empezaron a salir a la lucha trabajadores metalúrgicos, del automotor, estatales, y luego los maestros.

A mediados de mayo se movilizan los estudiantes en Corrientes. Un policía asesina al joven Cabral. Se movilizaron multitudinariamente en Rosario, donde cayó otro estudiante, Bello. El 21 de mayo estalló el Rosariazo, prenunciando los acontecimientos de ocho días después. El tremendo descontento obligó a la CGT nacional a llamar a un día de paro nacional para el 29 de mayo de 1969.

Fueron derrotados la policía y el Ejército

La CGT regional de Córdoba se sumó convocando a un paro activo de 36 horas. A las 10, miles y miles de obreros abandonaban las fábricas y se dirigían hacia el centro (el ausentismo del día llegó a 98%). Los manifestantes, a los que se iban sumando cada vez más estudiantes, se fueron encolumnando y, en un área de aproximadamente 150 manzanas, comenzaron a hostigar a la policía. Al mediodía los enfrentamientos eran generalizados. Aumentaba la cantidad de fogatas para alejar los gases y se levantaban barricadas con el apoyo de los vecinos. La pedrea puso en fuga a la caballería. La Guardia de Infantería utilizó armas de fuego y cayeron el obrero del SMATA Máximo Mena y luego el estudiante Castellanos. Pero la acción de la policía se fue atomizando y se tuvo que replegar. La ciudad quedó en manos de los manifestantes que habían protagonizado una insurrección espontánea detonada por el odio a la dictadura militar. Sin una dirección que diera continuidad y objetivos claros a la lucha, luego de conquistado el centro, la movilización comenzó a declinar.

Después de las 17, cuando empezó a entrar en la zona el Ejército, el movimiento ya se había replegado hacia los barrios. Habían cesado los enfrentamientos masivos. Se lo atacaba desde numerosos edificios con francotiradores, aunque el Ejército recuperó el dominio del centro de la ciudad.

La resistencia se concentra en los barrios. Durante la noche son atacados varios puestos policiales y al día siguiente se empiezan a formar comisiones obrero-estudiantiles. Lentamente va volviendo la calma y poco después son liberados todos los detenidos de esos días.

Desde entonces, aquellas jornadas son el símbolo de la fuerza de la movilización obrera, estudiantil y popular. Al mismo tiempo plantean en toda su agudeza la necesidad de lograr una nueva dirección, sindical y política, que pueda ir desarrollando y potenciando consecuentemente esa fuerza hasta imponer los cambios y soluciones de fondo a las necesidades obreras y populares que dieron lugar al Cordobazo.

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