Julio López
está desaparecido
hace 6429 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

La forma del combate
Por Clau - Sunday, May. 28, 2006 at 12:13 AM

Este 27 de mayo se cumplen 30 años del secuestro y desaparición de Raymundo Gleyzer.

La forma del combate...
foto_2002-12-01.jpg, image/jpeg, 500x150

Si la rosa es verde (apunte para un aniversario)
Raymundo: te recuerdo como eras aquel ultimo verano, verano no, era: fines de primavera. Era en el Fontanone de Ponte Sixto, sentados en las escalinatas de sucio mármol. Tus ojos calmos, translúcidos lentamente se iban tiñendo del crepúsculo Que locas golondrinas caligrafiaban sobre nuestras cabezas. Las mirábamos. (¡Ay, qué ala quebrada en tus ojos ahora!) Y hablabas: del galpón, que con las manos del colectivo de base habían trasformado en cine. Un punto de llegada.
Entonces vimos todo claro, discutimos y dijimos: que había que empezar por el final. El cine de la dependencia (la cultura de la dependencia) no se podía independizar sino a partir de su publico. Ese público es el que han querido negarnos, en la Argentina, desde que el cine es cine. (Desde que a fines del siglo Mesié Py sale con su cámara al hombro del portón de calle Bolivar 375 –Casa Lapage)
Negamos ¿quién? Es obvio: la intellighentzia y las castas militares y la aristocracia con olor a bosta de vaca: el antipueblo.
EL GORILA ANTICRISTO. El centurión latinoamericano, sabludo y medalludo, pero además ya con más de medio siglo de aprendizaje, de represión científica y psicológica, del serrucho a la droga tóxica. “Los fantoches se mueven y gritan cual los otros muñecos de trapo, muestran risa, suspiro y sopapo,
…dan tres vueltas y luego(no, querido Enrique, aquí tengo que corregirte, aquí tengo que agregar un no) no se van”.
Si no los rajamos.
(Uncle San titiritero, CIA gorda musa desplumada
lo saben muy bien, requetebién
y no por nada anudan, desanudan y reanudan sus nudos)
contra este proyecto de militarización fascista latinoamericana un contraproyecto de militancia y resistencia latinoamericana.
De cultura latinoamericana, cultura no como información o sola formación,
Sino vivencia: cultura como cultivo(de la propia tierra): cultura como derecho de vida.
“Para es necesario… que el individuo se conozca así mismo y a su siglo,
a si mismo en cuanto es el mismo en todas las circunstancias;
el siglo en cuanto esta arrastra consigo los volenti y los nolenti,
así que se puede decir que uno, naciendo sólo diez años antes o después,
en cuanto a cultura de influjos exteriores, hubiera podido ser otro”.
(Goethe –Poesía y verdad)
¿Y no sigue siendo esto válido, ejemplificado con las diversas etapas del cine argentino: industrial comercial populista o elitario primero, después social y alternativo, hoy militante y clandestino? Desde 1955 en adelante son casi veinte años cuatro generaciones de cineastas que pagan de persona un precio político: falta de trabajo, exilio, muerte.
Esta escalatión no es para nada inexplicable, es claro como los ojos de Raymundo. Coincide, como decía Claudio, con la perdida para el cineasta argentino –y chileno y brasileño y peruano y boliviano, y colombiano y uruguayo, latinoamericano- de sus privilegios en cuanto cineasta y con su identificación con las clases trabajadoras de su país y países, obreras y campesinas, en cuanto especifico trabajador intelectual. La inteligencia como herramienta de trabajo, comprensión y modificación revolucionaria de la realidad; a la par del nivel del albañil, de la zapa del campesino, del soldador eléctrico del metalúrgico. El cerebro y la mano ya no más alineados uno con respecto al otro, ya no más símbolo de status de calificación y de descalificación, respectivamente; sino armónicos complementos.
Desde el momento que el cineasta disuelve su status privilegiado identificando se cerebro, sus ojos y su cámara, con el nivel, la zapa, el soldador eléctrico o la metralleta guerillera, su destino se sella con el destino de su pueblo en lucha.
Es un silogismo histórico (es decir político) sin contradicción posible; o mejor dicho, que significa la superación de las contradicciones.
Así, junto a millares de nombres del pueblo, están escritos con un alfabeto de sangre y fuego, los nombres de los cineastas Aroldo, el Quique Juarez, Walsh y el Paco Urondo y el tuyo, Raymundo.
Roma, 21 de Junio de 1977 Aquí verano, allá invierno Fernando Birri.

agrega un comentario