Julio López
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Los tambores no se tocan sin razón
Por Susana Andrade - Sunday, May. 28, 2006 at 9:28 AM
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El candombe dio el toque culminante al acto en recordación de los desaparecidos políticos. Los tambores simbolizaron la razón de un pueblo entero pidiendo justicia para sus muertos.

Los tambores no se t...
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Fue una más y fue especial.
La marcha del silencio este 20 de mayo tuvo un significado diferente dentro de la invariable reivindicación de la memoria por los detenidos desaparecidos y el pedido de verdad, justicia, nunca más y condena a los culpables.
No sólo fue distinta por ser la primera con genocidas presos esperando ser extraditados, y luego de aparecer restos de asesinados políticos. La impresionante cuerda de tambores como cierre del acto y después de cantar el Himno Nacional, tuvo todo de rito y convocatoria espiritual. “Los tambores no se tocan sin razón” reza el proverbio africano. Tenemos
experiencia de que así es y ejemplos cercanos reflejados en la sociedad.
8000 tambores sagrados se escucharon en el mundo al unísono cuando el reciente tsunami, en actitud de sumisión a la Madre Naturaleza pidiendo sanar la tierra.
Sonaron tambores en todo el Uruguay en el 2002 reclamando la aparición de Simón y luego de 26 años de búsqueda, Sara encontró al hijo robado de sus brazos recién nacido por los sicarios de la dictadura.
Hoy, con una carta atribuyéndose responsabilidades abstractas, algunos ex jerarcas de las Fuerzas Armadas artífices del terrorismo de Estado, pretendieron frenar las extradiciones y al parecer las aceleraron. ¿No imaginaron que el Plan Cóndor funcionaría en su contra? ¿Alguien transgrede leyes penales nacionales e internacionales y espera luego que eso no tenga consecuencias?
Una cosa es cierta y segura; los familiares de militares del proceso involucrados en delitos de lesa humanidad citados a comparecer judicialmente aquí o en países vecinos, pueden al menos estar tranquilos de que los acusados no serán violados ni torturados, no los matarán ni desaparecerán. No encontrarán del lado de la justicia civil ni del pueblo quien lleve adelante tales bajezas. Solo serán sometidos a la decisión de tribunales competentes como cualquier ciudadano infractor y se les penará si fueron culpables.
Desconocemos de quién surgió la idea de la Llamada para culminar la marcha del silencio.
Sea quien sea fue instrumento de algo superior.
En la percusión que rememora el latido del corazón, primer sonido cadencioso que percibe el ser humano en el vientre materno, el africano llama al dueño del equilibrio natural sustentado en la armonía del ritmo, sin el cual, la energía del todo resulta herida y deviene en enfermedad social. Invocando y convocando fuerzas visibles e invisibles por medio del tambor, la sabiduría espiritual del negro restablecía las inequidades, reencontrando el camino hacia los orígenes y la igualdad.
La Justicia como valor suprahumano, en Libertad y frente a los rostros de los desaparecidos y sus abnegadas familias, firmó un compromiso de ayuda ancestral.
Los tambores simbolizaron la razón de un pueblo entero pidiendo justicia para sus muertos.
Ellos anunciaron.
Quien no deba, no debe temer.

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