Julio López
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Renunció Alterini: un primer triunfo: La lucha por la democratización debe seguir
Por @ / JS-MST - Friday, Jun. 02, 2006 at 7:14 PM

El pasado 23 de mayo hubo un avance en el camino de la democratización de la UBA. Después de casi dos meses de lucha y movilización conseguimos que Alterini renunciara a su candidatura. Esto es un triunfo importantísimo, pero en el camino hacia la democratización de la UBA aún queda mucho por recorrer. Para que la UBA deje de servir a los intereses de las multinacionales y los grupos de poder, para que se ponga al servicio de los trabajadores y el pueblo, es el momento de avanzar hacia la reforma estatutaria.




Alternativa Socialista Nº 430 31/5/06
as@mst.org.ar



Desde hace años venimos denunciando el carácter antidemocrático del gobierno de la UBA, pero este año esa denuncia se transformó en algo muy concreto para todos: el candidato a rector con mayores posibilidades de salir electo, el decano de Derecho Atilio Aníbal Alterini, había sido un funcionario de la última dictadura militar. A partir de ese momento, desde la FUBA, los centros de estudiantes, la AGD-UBA y distintas comisiones internas opositoras de APUBA, comenzamos una gran campaña de repudio. El centro fue impedir que la Asamblea Universitaria sesione, y así fue que tres veces consecutivas tomamos el Colegio Nacional Buenos Aires, y el pasado 2 de mayo ocupamos la Facultad de Medicina, con una violenta respuesta por parte de los sectores alterinistas.
El pueblo argentino recuerda con horror los métodos de la última dictadura militar, y está dispuesto a todo porque la historia no se repita. Así lo demostró el 19 de diciembre de 2001, cada 24 de marzo, y así lo demostraron los 40.000 estudiantes y trabajadores que votaron en el plebiscito de la FUBA.
Del rechazo a Alterini arrancó un proceso que se fue profundizando, y a través de las asambleas, del plebiscito y del debate en los cursos logramos instalar la necesidad de una reforma estatutaria de la UBA. El método de ocupación de las instituciones en las que se planificaba realizar las Asambleas Universitarias, muy criticado por algunos sectores, demostró ser correcto, y el único eficaz.
Se nos acusó de violentos y de antidemocráticos. Se nos acusó de ser grupúsculos de izquierda que no representábamos a nadie. Pero la salvaje agresión de la patota de Alterini demostró que los violentos no somos nosotros, y la movilización al Rectorado a la que acudieron 10.000 personas, demostró que no éramos una minoría.

Por qué el gobierno y las camarillas sostuvieron la candidatura de Alterini?

La crisis de poder que atraviesa actualmente la UBA se enmarca en el proceso del Argentinazo. Desde Alfonsín, la UBA estuvo gobernada por camarillas profesorales y burocracias orgánicas del radicalismo, encabezadas por Shuberoff. Desde diciembre del 2001 la UCR quedó herida de muerte, con un duro golpe al radicalismo de la UBA, que no logra recuperarse.
A principios de 2002 asumió como rector Jaim Echeverry. Durante los últimos 4 años la UBA siguió a la deriva, y la candidatura de Alterini tenía la intención de terminar la crisis a favor de uno de los bloques. Un candidato de consenso entre las camarillas y burocracias, que también contaba con el visto bueno de Filmus, representante del gobierno nacional. Alterini «ordenaría» la UBA, asegurando un tránsito tranquilo para las reformas que se desprenden de la LES, ajustaría el presupuesto en las carreras improductivas (básicamente todas las humanísticas), y aceitaría aún más la articulación entre universidad pública y multinacionales.
Pero sectores cada vez más grandes de la UBA y personalidades como Sábato y Pérez Esquivel, comenzaron a retirarle el apoyo. Empezaron a pensar reemplazos pero no encontraban un equilibrio entre todas las camarillas. Si retiraban la candidatura de Alterini demostraban su debilidad, intensificando la crisis de gobernabilidad para cualquier rector que asumiera. Pero nuevamente fueron derrotados. Les impedimos que sesionara el Consejo Superior, no pudieron nombrar rector interino, y quedó a cargo Buzzi, decano de Medicina, que había estado junto a Alterini pero abandonó el barco. El 23/5 dieron el último manotazo de ahogado y llamaron a una movilización en apoyo de Alterini, donde concurrieron menos de 300 personas, ninguno de ellos estudiante. Esa noche se anunció su renuncia

Cayó Alterini. Un triunfo de la movilización que debemos profundizar

La renuncia de Alterini debe entenderse como un fracaso por parte de las camarillas y el gobierno. Por profunda que hubiese sido la crisis, si no fuera por la movilización que protagonizamos los trabajadores y estudiantes de la UBA, hoy Alterini sería nuestro rector, y no existiría ni una mínima posibilidad de discutir la democratización del co-gobierno universitario.
Ya echamos a Alterini, pero ahora los alterinistas presionaron al decano a cargo Buzzi, quien renunció el lunes. Entre gallos y medianoche, llamaron una reunión secreta para preparar una sesión del Consejo Superior para el 31/5 donde buscarán nombrar a Franco, aliado de Alterini y del gobierno K, como vice-rector.
El actual co-gobierno antidemocrático no sólo quiso poner un funcionario de la dictadura al frente de la UBA, sino que en complicidad con el gobierno nacional mantiene un presupuesto muy por debajo de las necesidades, otorga salarios de miseria a los trabajadores, y privatiza el conocimiento y las instalaciones universitarias, a través de convenios con multinacionales. La reforma de los estatutos, y por esa vía la democratización de la UBA, constituye el mecanismo por el cual nosotros podemos empezar a cambiar la universidad para ponerla realmente al servicio de las mayorías populares.
La lucha por la democratización debe continuar. Desde los diferentes sectores de poder se intenta generar una suerte de «paz social» en la UBA. Pretenden utilizar la renuncia de Alterini como un «gesto de buena voluntad», mientras buscan colarnos su proyecto. Contamos a favor con la profunda crisis de gobierno de la UBA, la real necesidad de una democratización universitaria y nuestra posibilidad de movilización para obtenerla.
Por eso es vital que ya estemos generando espacios para discutir a fondo, y con el conjunto de la comunidad universitaria, la reforma de los estatutos. Desde la FUBA, y junto a la AGD y sectores No-Docentes hemos lanzado los comité pro-reforma, para discutir los diferentes programas con todos los estudiantes y los trabajadores, en el camino de lograr un programa unitario que nos permita salir con un solo puño a dar la pelea por el co-gobierno universitario que necesitamos.
Desde el MST tenemos un programa que queremos poner a discusión. Levantamos la propuesta del voto directo y revocable de todas las autoridades de la UBA, ya que consideramos que resulta anacrónico que en un país en donde desde 1951 votan todas y todos los ciudadanos, en la UBA se mantenga el voto colegiado. Junto con el voto directo proponemos que se cambie la constitución de actual co-gobierno de claustros, para pasar a un co-gobierno que represente los sectores gremiales de la comunidad universitaria. Proponemos que exista un claustro único docente, que represente a todos los docentes de la Universidad, sean estos profesores o auxiliares. A su vez proponemos que los mal llamados no-docentes, es decir el personal administrativo y de mantenimiento, también integre este co-gobierno como miembro pleno, con voz y voto. Consideramos que los estudiantes, siendo la mayoría de la comunidad universitaria, deben estar representados también como mayoría, siendo esta una garantía democrática indispensable. Consideramos que este programa posibilita la representación de los sectores de la universidad, garantizando que sea la comunidad universitaria en su conjunto, los estudiantes y los trabajadores, los que la gobiernen.
Sigamos movilizándonos, discutamos en cada reunión de cátedra, en cada asamblea, en cada curso, y avancemos en la construcción de un programa que nos represente a todos, y demos la batalla por él. Sólo así, sólo con las mayorías de la universidad en el gobierno, podemos salvar la educación pública, y ponerla al servicio de sus principales destinatarios, los trabajadores y el pueblo.

Miranda González Martín

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