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Bolivia: ¿la vivienda cuesta una
Por Mario Ronald Duran Chuquimia - Wednesday, Jun. 14, 2006 at 9:35 PM
mrduranch(arroba)yahoo.es

Al ver las imágenes de la represión en cumplimiento de la ley ordenada por miembros del gobierno, se agolpan en la memoria las páginas mas amargas de la historia boliviana signadas por la represión, los gases lacrimógenos que te asfixian el alma, el llanto de los niños y las caras de la desesperanza entre los que sueñan con una vivienda propia, la inútil defensa de las carpas en medio de la altipampa. Una pregunta desde ese día ronda en plaza Murillo: ¿tener una vivienda cuesta una vida?.

Bolivia: ¿la vivienda cuesta una vida?.
Mario Ronald Duran Chuquimia (*)

El viento forma cortinas de polvo en los extensos arenales de Oruro, ciudad de pasado, presente y futuro minero, ciudad que también muestra su vocación comercial sirviendo de puente comercial a las importaciones legales e ilegales provenientes de puertos chilenos. Ciudad que en estos días hace noticia por el fallecimiento del policía Santiago Orocondo, victimado durante el operativo policial – militar de desalojo a los miembros del auto – denominado Movimiento Sin Techo, quienes habían ocupado terrenos para construir sus viviendas.
El sueño de la vivienda propia es común entre los emigrantes rurales y los citadinos, las ciudades no los esperan con los brazos abiertos mas bien les muestran un puño cerrado, por lo que la primera preocupación es donde pernoctar… así que, quienes te ofrecen un cuartito son los familiares y en conjunto viven en casas que no tienen servicios básicos, tal realidad es común en todas las ciudades de Bolivia.


La primera idea es adquirir un terreno, no importa donde, pero que sea tuyo, con ayuda de tierra, paja, agua haces adobes para el muro y para el techo, calaminas… así edificas tu morada, con el riesgo siempre presente de que tu terreno este en las manos brujas de los loteadores quienes venden el terreno una y otra vez a las sucesivas victimas, para dejarlas sin ahorros y esperanzas.


La segunda respuesta es esperar una solución habitacional, que en el lenguaje tecnocratico gubernamental implica la dotación de viviendas a algunos sectores que gozan de estabilidad laboral, lo tangible es que de cien solicitudes con suerte se atiende una, así que tienes que seguir viviendo en la casa de tus familiares o pagando alquileres puntuales aguantando las rabias de tus dueños de casa.


La tercera vía es ahorrar, negándote alimento, vestimenta, estudio, llegas a reunir un pequeño capital que te permite comprar una vivienda que a partir de ese momento será tu taller, tu fuente de ingresos y tu hogar. No importa los años que te tome ese ahorro ni los sacrificios realizados, pues poseer una vivienda lo justifica todo.


La cuarta forma (ilegal desde mi punto de vista) es quitar a otros sus casas, en tiempos de reloca-lización, muchas fueron las noticias de los ex – trabajadores del subsuelo, quienes tomaban viviendas abandonadas de las muchas urbanizaciones existentes o apropiarte del terreno abandonado que solo es reclamado por sus dueños cuando sobre estos se asienta otra familia.


Lo que sucedió en la zona de Papelpampa de Oruro fue que el citado funcionario policial quien no estaba en servicio al igual que las otras personas que no tenían vivienda se asentaron en terrenos privados, por lo que el gobierno masista mancha la memoria de un difunto al endilgarle el carácter de agente encubierto, pues: ¿acaso por ser uniformado de baja graduación ganaba mas que un obrero?, ¿acaso los policías no se rebelaron en Febrero de 2003 mostrando las precarias condiciones laborales en que trabajan?, ¿acaso no existe un déficit de viviendas en áreas urbanas y rurales para los miles de bolivianos que las necesitan?.


Al ver las imágenes de la represión en cumplimiento de la ley ordenada por miembros del gobierno, se agolpan en la memoria las páginas mas amargas de la historia boliviana signadas por la represión, los gases lacrimógenos que te asfixian el alma, el llanto de los niños y las caras de la desesperanza entre los que sueñan con una vivienda propia, la inútil defensa de las carpas en medio de la altipampa. Una pregunta desde ese día ronda en plaza Murillo: ¿tener una vivienda cuesta una vida?.


La sociedad en su conjunto señala que tales tomas de terrenos son realizadas por loteadores quienes contratan personas para ocupar terrenos, para adquirirlos a título gratuito y posteriormente revenderlos obteniendo pingues beneficios… pero también mezclada entre esa masa interesada existen personas que realmente necesitan adquirir un lote de terreno para edificar su vivienda.


Los auto - denominados sin techo exigen la dotación de terrenos de manera gratuita, ya que como parte de nuestros males nacionales seguimos estirando manos de mendigos, a esta realidad no escapan ni siquiera los empresarios cruceños que exigen subvenciones estatales, lo que hace falta son políticas gubernamentales que permitan dotar de viviendas a costos accesibles, pero por mas soluciones de papel que se planteen, existe una realidad siempre latente, el mayor problema de Bolivia es la falta de empleos.
Oruro, Uru – Uru, 12 de Junio de 2006.
Notas:
El presente articulo de opinión fue escrito en base a informaciones recogidas de los medios noticiosos, principalmente la radio Erbol, la red ATB y el periódico La Prensa.

(*) El autor agradecería que visiten su blog: http://bolivianueva.blogspot.com








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