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EL FINAL DE UN POZO OSCURO
Por Carlos A.Bozzi - Wednesday, Jul. 05, 2006 at 6:54 PM
carlosbozzi@hotmail.com

Ordenada por el Tribunal Oral Federal en lo Penal de Mar del Plata, órgano judi cial encargado de llevar adelante el llamado Juicio por la Verdad que investiga las desa- pariciones de personas durante la década del 70, se realizó el 29 de junio del corriente año una inspección ocular en las instalaciones de la Base Militar Aérea de esa ciudad.

EL FINAL DE UN POZO ...
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EL FINAL DE UN POZO OSCURO
VISITA A UN CENTRO CLANDESTINO DE DETENCION EN LA “FELIZ” MAR DEL PLATA.

Cada vez que te sientas, como siempre lo haces,
que todo te está saliendo mal y que estás a punto de ser aniquilado,
vuélvete hacia tu muerte y pregúntale si es cierto.
Tu muerte te dirá que te equivocas,
que nada importa en realidad más que su toque.
Tu muerte te dirá: "Todavía no te he tocado".
(Anónimo de MEB encontrado en la Web)

Ordenada por el Tribunal Oral Federal en lo Penal de Mar del Plata, órgano judi cial encargado de llevar adelante el llamado Juicio por la Verdad que investiga las desa- pariciones de personas durante la década del 70, se realizó el 29 de junio del corriente año una inspección ocular en las instalaciones de la Base Militar Aérea de esa ciudad.

En dicha Base funcionó un Centro Clandestino de Detención, lugar de extermino de personas bautizado “LA CUEVA “,dentro de las instalaciones de un viejo radar en de- suso ubicado en el mismo predio militar.

En realidad esta es la tercera inspección judicial realizada ,ya que la primera fue efectuada por la Comisión Nacional de Personas Desaparecidas , la segunda fue ordenada por este mismo Tribunal en marzo del 2002 y por ultimo la actual se realizó a mi pedido, como sobreviviente de “LA NOCHE DE LAS CORBATAS”

El lugar, totalmente transformado, actualmente se utiliza para algún tipo de ins- trucción de la Fuerza Aérea y depósito de elementos de entrenamiento militar.

Se encuentra a más de 1500 metros de la entrada de la Base Aérea, a la cual se accede por la Ruta Nacional Numero Dos que une la Capital Federal con la ciudad de Mar del Plata en la Provincia de Buenos Aires y para llegar hasta el lugar hay que tran- sitar ese kilómetro y medio por calles internas de la misma base.

Con cierto respeto o con cierta ironía, lo ignoro, el militar encargado de conducir a la comitiva judicial nos dijo: “Es mejor ir en automóvil, el lugar queda muy lejos de la puerta ...”.

Para ubicarse: cuando venga a Mar del Plata, seguido al Aeropuerto de Camet, verá sobre a su izquierda un avión de combate empotrado sobre un monolito a modo de monumento y un cartel que dice: “Base Aerea”...desde allí , a 1500 metros, adentro está LA CUEVA.

La cinta asfáltica que utilizan los aviones comerciales se encuentra a escasos me- tros del lugar, por eso todos los sobrevivientes recuerdan el impresionante ruido produci- do por las turbinas de los jets.
Hasta hace unos años existía una gran torre de mampostería que asemejaba al sostén de un tanque de agua, pintada de color blanco con franjas rojas, edificación muy visible por los automovilistas que transitan la Ruta Nacional Numero Dos.

Desde el aire se observa aún en la actualidad un gran montículo de tierra, curiosa protuberancia emergente en el inmenso predio militar. Bajo esas toneladas de tierra y pasto, semisumergida ,estaba LA CUEVA de ayer, está la NUEVA CUEVA DE HOY.

En 1976 las instalaciones fueron cedidas “en préstamo” por la Fuerza Aérea a la Agrupación de Artillería Antiaérea situada sobre la costa del mar. La unidad militar es más conocida como GADA 601 y fue la encargada de la represión en la zona ,siendo su primer y temido jefe, el entonces Coronel Pedro Barda. Las dimensiones de la construcción semisubterránea superan apenas los 50 metros cuadrados.

A la inspección concurrieron a más de los miembros del Tribunal Oral Federal, el Doctor Alejandro Vega, secuestrado en mayo de 1977 y que permaneció unos días en el lugar, la señora Marta García de Candeloro, cautiva desde el mes de junio hasta fines de septiembre del mismo año y cuyo esposo fue asesinado allí mismo y yo que permanecí secuestrado entre el 8 y 19 de julio del mencionado año.

Fui llevado a ese lugar el 8 de julio ,junto a mi socio Tomas José Fresneda, aboga do y su esposa María de las Mercedes Argañaraz, embarazada de 4 meses y medio.

En aquel entonces cuando ingresé, encapuchado y arrastrado por dos personas, as cendí unos peldaños de escalera con los que torpemente tropecé. Ahora, bajo la seria mi- rada de oficiales militares que con los brazos cruzados observaban la diligencia judicial, descendí una rampa de cemento hacia un escenario previamente preparado y totalmente transformado.

A pesar de las reformas del lugar, que antes poseía pisos de madera y de mosai- cos graníticos, escaleras, recovecos y un subsuelo, todos pudimos reconocer el lugar donde estuvimos secuestrados. Hoy la iluminación era excelente contrastando con la penumbra de aquel entonces. Ignoro porque, pero a pesar del murmullo de las voces de las personas asistentes al acto judicial, igualmente percibía los sonidos de aquellos leja- nos días.

En aquel entonces el lugar me pareció enorme, de mayores dimensiones, con baños que ahora no existen, con cocina que tampoco está, habitaciones con paneles que sospechaba de vidrio, relojes de medición inmensos, tuberías de ventilación y pasillos tenebrosos.

La nueva construcción ha borrado las huellas de los compartimentos internos, el nivel del piso ha sido alteado y se han suprimiendo todos los ambientes. El maquillaje de cemento sin embargo no ha podido borrar la presencia de cada una de las personas que perdieron su vida en el lugar.

Da la impresión que a pesar del concreto que maquillo el lugar, se perciben esas escaleras que antes había, los baños, la cocina, el sonido de los extractores de aire, los gritos de los guardias, los ruidos de los motores de los automóviles y los golpes de las puertas al abrirse y cerrarse.

La sensación es como la de caminar sobre un cementerio sin tumbas. Eso si...hoy bajo la atenta presencia de oficiales militares ...y ayer también.

La nueva construcción no aleja el recuerdo de las personas que quedaron en lugar como los Doctores Fresneda , Alais , Arestin, o María de las Mercedes Argañaraz y Mercedes Lohn (*) o los últimos instantes de los probadamente asesinados en el lugar tal el caso de los doctores Centeno y Candeloro y de tantas otras personas que poco a poco se irán nombrando.

Me parece increíble que a pesar de tantas pruebas y tantos testimonios, a casi treinta años de aquellos hechos no haya algún responsable mayor con proceso judicial activo.

Y más increíble que el lugar se encuentre ubicado a solo 1500 metros de la Ruta Nacional Numero Dos, a corta distancia de un aeropuerto comercial sumamente transita- do y en el corazón mismo de una unidad militar que en la época contaba con 400 hombres entre concriptos y oficiales.

Si bien LA CUEVA esta alejada del lugar en que existen otras instalaciones de la Base, es seguro que todos los que transitaban por ella conocían lo que allí pasaba. Para ingresar a la unidad militar hoy día se debe atravesar un puesto de entrada custodiado por soldados armados fuertemente. Imaginemos lo que habrá sido en aquella época.

Es de suponer que al ingresar los grupos de tareas con sus prisioneros, los centinelas franquearan las barreras militares bajo algún código de señales. Nunca el personal que prestó servicios en la Base entre 1976 y 1978 fue citado por la Justicia en casi treinta años y haciendo un simple cálculo podemos estimar en cerca de 1000 las personas que transitaron los caminos cercanos a LA CUEVA. Son 1000 testimonios que algo pueden aportar si existe interés en escuchar.

Yo fui sacado de la Base en el baúl de un automóvil el 19 de julio de 1977 y se pudo establecer en esta inspección ocular la posibilidad de que transitando por caminos internos se llegue al GADA 601 o al camino que une la ruta hacia Santa Clara del Mar y la Ruta Nacional Numero Dos, evitando la presencia de gente curiosa.

Precisamente el coche en el que era transportado y que atravesó esos caminos internos aquella noche de julio, fué interceptado por una patrulla militar .En el supuesto enfrentamiento mataron a sus ocupantes. Por el hecho el Ejercito difundió un comunica do atribuyendo mi secuestro a los Montoneros, identificando a los muertos como miem- bros de esa organización.


Se tardó tiempo, pero se llegó a descubrir que dos de los jóvenes ocupantes del automóvil era estudiantes secuestrados 20 días antes en la Ciudad de La Plata, tambien situada en la Provincia de Buenos Aires. Nunca se citó judicialmente a los integrantes de la patrulla militar que intervino aquella noche.

A pesar de todo esto, poco a poco las pruebas reunidas van a ir determinando la responsabilidad de los militares Barda y Arrilllaga, jefes del Gada 601 en ese entonces junto a la de otros militares y civiles que pueden haber tenido alguna participación en estos hechos, pruebas todas que pacientemente han reunido los miembros del Tribunal Oral Federal a lo largo de seis años.

Solo falta que los jueces de primera instancia del fuero federal de Mar del Plata, tomen mayor participación con las actuaciones que le corresponden para llegar a deter- minar con mayor celeridad todas estas responsabilidades, siguiendo el ejemplo de lo su- cedido en la Ciudad de La Plata, lugar en el cual el Comisario Etchecolaz afronta un jui- cio oral por sus crímines.

(*)Nota del autor: Mercedes Lohn está desaparecida desde el 9 de abril de 1976, cuando fue secuestrada delante de cuatro de sus cinco hijos. Dos de ellos son los boxeadores César y Walter Omar Leiva, quienes tenían 4 y 6 años respectivamente. Aun en agosto de 1977, es decir un año y medio despues fue vista con vida en LA CUEVA por Marta Garcia de Candeloro.Era empleada doméstica de la Decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad Católica de Mar del Plata, María del Carmen Maggi, tambien secuestrada en 1975 y cuyo cuerpo sin vida apareció al día siguiente del golpe militar de marzo de 1976.Curiosamente el nombre de MERCEDES LOHN no figura en NINGUNA DE LAS LISTAS de personas desaparecidas que difunden publicamente los organismos de Derechos Humanos. ¿Será por su condición de empleada doméstica?.


Carlos A.Bozzi
Abogado
Carlosbozzi@hotmail.com
Sobreviviente de la Noche de las Corbatas
Articulo publicado en http://www.elortiba.org

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