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Espectros de guerra sobrevuelan el mundo
Por Juan C. Alfaro | APM - Saturday, Jul. 15, 2006 at 1:27 PM
jcalfaro@prensamercosur.com.ar

Irán y Corea del norte están en la mira de Washington. Israel actúa de manera unilateral en Gaza y el Líbano. ¿Dónde esta la ONU? ¿Quién invoca estos fantasmas bélicos?

En lo que concierne a los hechos más destacados sucedidos a nivel planetario, no sólo el Mundial de fútbol disputado en Alemania fue el de mayor trascendencia. Haciendo un repaso por el mes de julio se puede apreciar hechos que no tienen nada que ver con lo deportivo, pero que su atención debería estar por encima de un campeonato de fútbol.

Justamente, mientras la pelota rodaba en las canchas germanas, dos sucesos tuvieron un alto impacto en la política internacional. El primer escenario es el de Corea del Norte, país que ejecutó pruebas de ensayos de varios misiles de corto y largo alcance, motivo por el cual Estados Unidos y sus aliados mas cipayos reaccionaron enérgicamente amenazando al país asiático y además provocando en los medios de prensa presagios de una posible nueva guerra en esa zona del planeta.

Paradójicamente, por esos mismos días (a finales de junio), Israel inició una invasión militar hacia la Franja de Gaza en busca de un soldado secuestrado por grupos radicales palestinos. Extrañamente este acto, que hasta la fecha provocó la muerte de varios civiles palestinos y dejó la zona en una situación calamitosa, no fue condenado por la diplomacia estadounidense.

Hasta los primeros días de junio, el protagonista principal de los debates políticos a nivel mundial era Irán y su controvertido plan nuclear. Esta situación, teñida de amenazas de sanciones y de pronósticos de una futura intervención militar por parte de la máxima potencia mundial, con y sin aliados, se tomó un leve respiro cuando Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña, miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) más Alemania plantearon una mínima oferta al régimen de Teherán, el cual anunció que respondería en los primeros días de agosto.

En ese sentido, Irán y su programa nuclear pasaron a segundo plano y la carroñera diplomacia de la Casa Blanca, enfocó su mirada en los misiles norcoreanos.

A medida que pasaron los días, esta situación se torno mas tensa entre las partes mas implicadas (Washington y Pyongyang, principalmente) y los rumores de guerra se fueron acrecentando, no sólo por los rústicos misiles norcoreanos, sino por las amenazas de Japón y los ejercicios bélicos navales, realizados por Estados Unidos en la zona de Asia-Pacifico.

Al igual que en el conflicto con Irán, la situación se puede dividir en dos bloques de negociación y un banquillo de acusados. Por un lado se encuentran Estados Unidos y Japón, quienes, entre amenazas y arrogancias, mantienen una diplomacia cos rasgos bélicos para solucionar el conflicto. Por el otro lado, se encuentran Rusia y China con una diplomacia más cauta desde sus propios intereses. Y finalmente está en el banquillo de acusados Corea del Norte, quien con sus misiles según el análisis de muchos expertos, más que una guerra pretende que se vuelvan a iniciar las conversaciones ante la crisis económica sufrida en torno al bloqueo implementado por Washington.

En ese sentido se pueden apreciar las acciones de los dos bloques. Estados Unidos y Japón, según las ultimas informaciones planean emplazar 24 misiles interceptores avanzados “Patriot” en agosto en dos bases estadounidenses, la Base Áerea de Kadena y el Área de Almacenamiento de Munición de Kadena, en la isla de Okinawa, oeste de Japón (1.600 kilómetros al suroeste de Tokio).

El presidente ruso, por su parte, advirtió a las potencias mundiales sobre no provocar a Corea del Norte a raíz de la presión que la ONU ejerce sobre Pyongyang para que desista de su programa nuclear.

“No debemos provocarlos a propósito”, dijo el líder ruso, añadiendo que se opuso a tomar acciones militares contra Corea del Norte pese a las pruebas de misiles que hicieron la semana pasada, calificadas como “provocadoras” por las potencias occidentales.

A su vez, Vladimir Putin dijo a la cadena NBC que es posible crear un “sistema de garantías” para Corea del Norte a través de la negociación, que sería más efectivo que una incursión militar. Además agregó que la experiencia estadounidense, dado el caos en la posguerra iraquí, no da confianza: “En Iraq, por ejemplo, nos opusimos a la acción militar. El señor Bush tuvo una opinión distinta, creo que yo tenía razón”, sentenció presidente ruso.

Dentro del marco que respecta al papel de la ONU, China y Rusia presentaron el miércoles una resolución sobre Corea del Norte que, a diferencia de otra apoyada por Estados Unidos y Japón, descarta la posibilidad de una acción bélica.

El proyecto de resolución, obtenido por The Associated Press, "deplora enérgicamente" los lanzamientos de misiles norcoreanos y exhorta a Pyongyang a restablecer su moratoria sobre tales prácticas.

Exhorta, pero no exige, a todos los Estados miembro de la ONU a "hacer esfuerzos por evitar el aprovisionamiento de productos, material, bienes y tecnología que puedan contribuir" al programa misilístico del país asiático.

En el caso norcoreano, desde la visión de este artículo periodístico, se puede decir que no se trata de defender o rechazar las pruebas realizadas por Corea del Norte, sino más bien, que dejando de lado los fantasmas de guerra a los cuales les gusta invocar a Washington, se trata de entender el trasfondo de la situación.

Cabe recordar que el gobierno norcoreano lleva más de 10 años utilizando su capacidad nuclear y balística como herramienta de negociación ante Estados Unidos. En la actualidad, según sus afirmaciones, lo hace para presionar, contra las sanciones económicas impuestas en octubre de 2005 a varias instituciones financieras norcoreanas sospechosas de lavado de dinero. Es más, desde mayo de 1993, cuando Corea del Norte lanzó un misil balístico de prueba de medio alcance tipo Rodong que cayó en el Mar de Japón, las negociaciones y la firma o rechazo de compromisos por parte del gobierno de Pyongyang fueron constantes.

En ese marco, el periodista español Pascual Serrano en un artículo reproducido por Red Voltaire manifiesta: “La pregunta es qué pretende el gobierno de Pyongyang con estos alardes armamentísticos que no son nuevos. Sin duda algo ha aprendido Corea del Norte de la experiencia iraquí y la política de George W. Bush, y es que, no disponer de armas de destrucción masiva no garantiza que no te vayan a invadir. Es más, ha entendido que su mejor seguro ante una agresión ‘preventiva’ una vez que te han catalogado como miembro del eje del mal, es disponer de armas nucleares y misiles de largo alcance apuntado hacia Estados Unidos y Japón, y cuanto más fuerte lo digas, mejor”.

En las últimas horas, la delegación china en la ONU amenazó con vetar cualquier resolución del Consejo de Seguridad que amenace a Corea del Norte con sanciones por haber probado sus misiles.

China y Rusia presentaron una propuesta alternativa, utilizando un lenguaje mucho menos agresivo que el empleado por el borrador de resolución presentado por Japón con el respaldo de Estados Unidos.

Pekín y Moscú enfatizan la necesidad de encontrar una solución diplomática, pero Washington y Tokio respondieron con poco entusiasmo a este nuevo texto.

Todos esperan la conclusión de las negociaciones entre China y Corea del Norte que tienen lugar en Pyongyang.

Pero el enviado de EE.UU. a China, Christopher Hill, indicó que la delegación china no ha logrado hasta el momento ningún progreso. "No tienen noticias positivas en absoluto", dijo Hill a la cadena estadounidense CNN.

El embajador chino ante la ONU, Wang Guangya, confirmó que el gobierno norcoreano no ha dado ninguna respuesta a las preocupaciones expresadas por la delegación china.

El 5 de julio, Corea del Norte probó 7 misiles, incluyendo uno de largo alcance llamado Taepodong-2.

Pocos días después Japón redactó un borrador de resolución en el Consejo de Seguridad que fue apoyado por 8 países, en el que se considera a Pyongyang una "amenaza a la paz y la seguridad internacional".

El texto invoca el Capítulo Siete, que autoriza sanciones e incluso la opción militar.

Pero el embajador Wang tiene órdenes de su gobierno de vetar esa propuesta.

En referencia el caso israelí, el cual sí realizó acciones bélicas concretas, las posturas son diferentes. Israel bombardeó el día miércoles por lo menos 40 blancos en el sur del Líbano, después de que la organización radical Hezbollah capturara a dos militares israelíes y matara a otros ocho en un operativo en la frontera entre ambos países.

En medio de una creciente alarma internacional por la escalada bélica en la región, el primer ministro israelí Ehud Olmert calificó la acción de Hezbollah como un "acto de guerra" y ordenó el ingreso del ejército en territorio libanés por primera vez desde 2000, cuando Israel se retiró del sur de ese país, después de 18 años de ocupación.

Por su parte, el gobierno de Beirut, negó estar involucrado y pidió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para detener la "agresión" israelí.

Mientras tanto, en una nueva jornada de violencia en Gaza, por lo menos 23 palestinos murieron en distintos ataques, entre ellos nueve miembros de la misma familia. El ejército israelí también reanudó sus operaciones terrestres y de hecho dividió el territorio en dos.

En el operativo más sangriento, un avión bombardeó la casa de un miembro de Hamas en Ciudad de Gaza, lo que produjo la muerte del militante, su esposa, cinco de sus hijos y dos familiares.

En este argumento la actitud estadounidense es claramente diferente en relación al primer caso. El secuestro de dos soldados israelíes derivó en que Estados Unidos culpara a Siria y a Irán del secuestro, por el supuesto apoyo que Damasco y Teherán dan al grupo extremista.

"Se trata de un ataque terrorista con la clara intención de exacerbar tensiones ya altas en la región y para sembrar violencia ulterior", dijo Frederick Jones, vocero del Consejo de Seguridad Nacional, quien acompañó al presidente George W. Bush en una visita oficial a Alemania. Y agregó que "también consideramos responsables de este ataque a Siria e Irán, que respaldan directamente a Hezbollah".

La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, también condenó los secuestros y dijo que la acción de Hezbollah "amenaza la estabilidad regional".

Llamativamente, ningún funcionario condenó las acciones bélicas israelíes que ya cuentan con varios civiles muertos. "Estamos instando a la moderación a ambas partes, reconociendo el derecho de Israel a defenderse", dijo un responsable estadounidense citado por la agencia Reuters, hablando bajo la condición del anonimato.

Contrariamente, el portavoz del ministerio ruso de Asuntos Exteriores, Mijail Kaminin, afirmó que "no se puede entender ni justificar" las acciones de Israel y tachó de "desproporcionado" el uso de la fuerza, que causa sufrimiento a la población civil.

Paradójicamente, en una región mantenida por el Primer Ministro japonés, Junichiro Koizumi y su par israelí, Ehud Olmert, ambos coincidieron en calificar el programa misilístico de Corea del Norte y sus armas nucleares, como una “amenaza para la paz en la comunidad internacional”.

A todo esto y para que el escenario bélico montado por Washington después del 11 de septiembre de 2001 tenga un nuevo agregado. Después que las siete detonaciones cronometradas en varias estaciones de tren de la capital Bombay (India) que dejaron más de 160 muertos y dos centenares de heridos los funcionarios y servicios de inteligencia indios comienzan a focalizar su atención en la "identificación y búsqueda" de los grupos operativos que actuaron en el atentado.

Washington ni lerdo, si perezoso, se apresuró en "condenar" el atentado calificándolo dentro de los "los actos de violencia sin sentido", y reviviendo el fantasma de la red Al Qaeda como autora del hecho.

El mundo nuevamente parece encontrarse sumergido entre los estruendos de guerra acompañados por los fantasmas de muerte que Washington invoca para lograr sus objetivos imperialistas.

Irán y Corea del Norte pertenecientes al “eje del mal” inventado por Estados Unidos, parecen esperar su turno en la lista de objetivos diseñado por Washington que empezó con Afganistán e Iraq. Mientras Israel, aliado de Washington, puede libremente optar por una acción militar sin que la ONU, ese instrumento servil a la Casa Blanca en muchas ocasiones, se anime a hacer algo al respecto.

¿Quienes siguen en esa lista de Washington, además de estos dos países asiáticos? Cuba, país para el cual el país norteamericano ya tiene nuevos planes de agresión, o Venezuela, un objetivo al cual el gobierno de George W. Bush tiene muchas ganas apuntar sus cañones.

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