Julio López
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Desvía Bush dinero de contribuyentes para medidas anticubanas
Por PL - Thursday, Jul. 20, 2006 at 2:00 PM

El nuevo informe de la administración de George W. Bush, orientado a forzar una transición política en Cuba, constituye el más reciente capítulo de Washington para derrocar el proceso revolucionario en la isla, al tiempo que ataca sus vínculos solidarios.

El nuevo informe de la administración de George W. Bush, orientado a forzar una transición política en Cuba, constituye el más reciente capítulo de Washington para derrocar el proceso revolucionario en la isla, al tiempo que ataca sus vínculos solidarios. El documento, que destina alrededor de 100 millones de dólares para campañas subversivas, es el segundo que redacta la llamada Comisión de Asistencia a una Cuba Libre, encabezada por la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, en sustitución del dimitente Collin Powell. En Cuba, al texto se le conoce llanamente como el Plan Bush, quizás para personalizar este inédito experimento en las relaciones internacionales, en el cual un presidente de un país conspira abiertamente por la destitución de un gobierno legítimo, y planifica el futuro político y social de otra nación. Porque nada caracteriza más a este documento de 85 páginas -el cual contiene un anexo clasificado- que su perfil anexionista y desestabilizador, a partir de una batería de medidas encaminadas a cercenar la independencia y soberanía de la isla. Una vez de rodillas, Estados Unidos -planifica el informe- devolvería las propiedades nacionalizadas por la Revolución, y encabezaría una reforma económica en la nación caribeña, de la mano del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Olvidan en Washington que el desempeño económico en Cuba sigue una línea ascendente en los últimos años, pese al bloqueo que le impone desde hace cuatro décadas, el cual resultó nuevamente endurecido. Si bien el objetivo expreso del Plan Bush es provocar la falta de alimentos, medicinas y otros productos, pretendiendo de esta forma doblegar la tradicional voluntad de resistencia popular, el corregido propone saltar las fronteras de la isla. En su nueva edición, el informe anticubano torpedea la colaboración con otros pueblos del Tercer Mundo, al incluir sanciones a beneficiarios de programas sociales cubanos en cualquier país. En declaraciones al canal multinacional TeleSur, el presidente del Parlamento de Cuba, Ricardo Alarcón, denunció que esa política intenta causar sufrimiento y daños a cubanos y extranjeros. Refirió que Bush se imagina capaz de acabar con la Operación Milagro (proyecto cubano-venezolano de atención oftalmológica gratuita), con la Brigada (médica) Internacionalista Henry Reeve, con la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM). Específicamente, trata de impedir los servicios que la mayor de las Antillas ofrece a miles de pacientes que han sido curados de catarata u otras afecciones oculares y han recuperado la visión, o reciben esos beneficios en sus propios países. Asimismo, persigue frustrar la formación en Cuba de miles de jóvenes que estudian Medicina en la ELAM y otras carreras; y se empeña en sabotear las misiones que los médicos, técnicos y enfermeros cubanos realizan en el exterior. El líder de la organización religiosa estadounidense Pastores por la Paz, reverendo Lucius Walker, cuya llegada a La Habana coincidió con la divulgación por la Casa Blanca del informe, lo calificó de paquete de mentiras. Walker, quien recorrió 120 ciudades de su país recolectando ayuda material para la isla, apuntó que su nuevo viaje al país constituye un desafío doble. El enfoque de esta caravana va dirigido a los niños con necesidades especiales, pero el mensaje que queremos comunicar al mundo es que no vamos a estar en obediencia con las nuevas medidas que anunció y aprobó el gobierno de Bush, afirmó. Por su parte, el diario La Prensa de Nueva York publicó un comentario en el que insta al gobierno federal a ocuparse más de sus problemas y dejar a Cuba tranquila. Tenemos un bushito prometiendo abiertamente 80 millones de dólares a grupos anticastristas en los próximos dos años como si el Tesoro estatal fuera pila de agua bendita, fustigó. Este es el mismo gobierno que impone su voluntad en Afganistán e Iraq mediante gobiernos manejados desde la Casa Blanca. Hablan de Cuba sin mirarse en el espejo, deploró La Prensa.

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