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EL APAGÓN DE LEDESMA Y LA IMPUNIDAD EMPRESARIA
Por reenvío red eco alternativo - Saturday, Jul. 29, 2006 at 11:58 AM

Hace 30 años se produjo el “Apagón de Ledesma”. Durante la noche del 27 de junio de 1976, en medio de la oscuridad, 400 personas fueron secuestradas y torturadas, con la complicidad del Ingenio azucarero. La lucha por acabar con la impunidad continúa

La oscuridad de Ledesma

La impunidad empresaria

La de ayer y la de hoy





Por Gonzalo Besteiro- Red Eco Alternativo



Se llama Libertador General San Martín, aunque todos la conocen como Ledesma. Tal, el nombre del Ingenio azucarero que allí se asienta desde hace más de 100 años. Es una ciudad del sudeste de la provincia de Jujuy, ubicada a 106 kilómetros de San Salvador. Allí, hace 30 años, tuvo lugar uno de los episodios más negros de los tantos perpetrados durante la larga noche de la dictadura más sangrienta de la historia argentina.
El 27 de julio de 1976, pasados ya 4 meses del golpe que había entronado a Videla y Cía. en el poder, se produjo el llamado “apagón de Ledesma”. Esa noche, a las 22 horas, toda la ciudad, junto con la localidad de Calilegua, quedaron completamente a oscuras. Llamativamente, las luces se apagaron en todos lados, menos en las instalaciones del Ingenio.
Amparados en la oscuridad, y a bordo de camiones pertenecientes a la propia empresa azucarera, miembros del ejército y la gendarmería, en colaboración con la policía, secuestraron a 400 personas, entre trabajadores, profesionales y estudiantes secundarios y universitarios. Todos ellos fueron llevados a los galpones del ingenio, para ser interrogados y torturados.
Muchos de los detenidos fueron trasladados días más tarde a dependencias de la gendarmería o a la central de policía de San Salvador. Treinta de ellos son parte de la lista de los 30 mil desaparecidos que dejó el proceso genocida.
Lo singular del hecho, además del carácter masivo de las detenciones, fue la complicidad del Ingenio, que puso a disposición de las fuerzas represivas su logística, parte de su personal y sus instalaciones.
Una vez más, como en tantos otros casos, una empresa se alió a la dictadura, brindándole recursos e información, para secuestrar y asesinar a trabajadores y luchadores. Claramente, el proyecto de país que tenían en la cabeza los Videla y los Martinez de Hoz, no difería demasiado del que tenían los directivos de Mercedes Benz, la Ford, o los Arrieta y los Blaquier –familias fundadoras y dueñas del ingenio-.
Durante toda esta última semana, organismos de DD.HH. –encabezados por las Madres de Detenidos Desaparecidos de Ledesma - llevaron a cabo en Libertador (o Ledesma) y Calilegua actividades conmemorativas y de repudio a lo acontecido aquella oscura noche, hace tres décadas. Los actos culminaron el jueves 27, con un homenaje a los desaparecidos, y en particular a Olga Áredez, militante inclaudicable, fundadora del grupo de Madres de Ledesma, y fallecida en marzo de 2005.

Olga, esposa pero Madre

Olga comenzó su lucha durante la dictadura, luego de la desaparición de su marido. Luis Aredez, médico pediatra, había sido contratado por la empresa Ledesma en el año 1958, para hacerse cargo de la atención de las familias de los trabajadores de la zafra. A los pocos meses, fue dejado cesante. Los directivos, adujeron que gastaba demasiado dinero en medicamentos. Luis continuó su trabajo de servicio, a cargo del hospital de Tilcara, y luego en Libertador, en su propio consultorio, y como Médico de la Obra Social del Sindicato de los trabajadores del Ingenio. Con dedicación, se convirtió en un hombre amado en el pueblo. A pedido de la gente, fue nombrado intendente de Ledesma, cargo que desempeñó durante 8 meses, en 1973. Una de sus primeras medidas fue intentar que el ingenio pagara los impuestos (que jamás había pagado) al municipio. Las presiones de los empresarios forzaron su salida. Fue secuestrado en 1976. Reapareció con vida un año después y al poco tiempo, volvió a desaparecer, esta vez para siempre.
Las trágicas circunstancias llevaron a que Olga, una sencilla ama de casa –como tantas de las Madres y Abuelas de desaparecidos-, se convirtiera en un referente de la lucha en la provincia de Jujuy. Sus célebres “marchas contra el apagón”, y las rondas de los jueves en la plaza de Libertador, fueron ejemplo para muchos hombres y mujeres. En 1982 fundó la agrupación que nuclea a familiares de desaparecidos del Departamento de Ledesma. No fue su hijo quién desapareció, pero con su pañuelo blanco en la cabeza, marchó también alrededor de la pirámide de Mayo. Ella también se convirtió, a fuerza de coraje y compromiso, en “madre” de muchos, de los que ya no estaban, y de los que aun quedaban.
Su última batalla, la dio también en contra del Ingenio Ledesma. Durante los años finales de su vida denunció la contaminación producida por el bagazo, residuo de la caña de azúcar, que la empresa arroja al aire libre.
Olga murió el 17 de marzo de 2005, víctima de un cáncer de pulmón provocado por la inhalación de dicho contaminante. La causa que impulsó en contra de la empresa sigue avanzando. Y con la declaración de la nulidad de las Leyes del Perdón, la investigación sobre el secuestro y desaparición de Luis Aredez se reactivó. En la casa donde vivió el matrimonio Aredez, sus hijos y el resto de las madres crearon el “Centro de acción popular en defensa de los derechos humanos Olga Arédez”.

La memoria intacta

Las actividades que recordaron el nefasto apagón, culminaron el jueves 27 con una multitudinaria marcha que unió Calilegua con Libertador General San Martín. Un emotivo acto en la Plaza de la ciudad, -aquella que guarda aun las pisadas imborrables de Olga- coronó la noche. Allí estaban, de pie, representantes de Madres de todo el País, de H.I.J.O.S., y de diferentes Organismos de Derechos Humanos, Pueblos Originarios y de Trabajadores. La Peña Solidaria, que recaudó alimentos para comedores de la zona, le puso música y color a la Memoria, que permanece intacta, y despierta. En Jujuy, y en cada rincón del país.En el contexto de este aniversario, l a Junta interna de Delegados del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, concentrados en ATE, impulsan un boicot a la empresa, que no sólo produce azúcar sino también jugos, frutas, y papel, y provee de este insumo al Estado. Los trabajadores exigen que se interrumpan las compras a la fábrica, cómplice de los secuestros durante la noche del apagón. Los delegados plantearon al gobierno que “deje de enriquecer los bolsillos de la empresa Ledesma, de los Arrieta y de los Blaquier, abasteciéndonos con sus hojas que están manchadas de sangre y de dolor”.




Para ver y leer más
-Diablo Familia y Propiedad (1999)- Documental de Fernando Krichmar- Grupo de Cine Insurgente- Habla de la lucha de clases en los grandes ingenios azucareros del norte argentino. La leyenda del familiar nos muestra a un demonio que a cambio de la prosperidad del ingenio exigía a los patrones la sangre de uno o más trabajadores aborígenes. "Casualmente" aquellos que desaparecían eran quienes cuestionaban el sistema de explotación extrema a la que eran sometidos. El conmovedor testimonio de esta madre y de otros luchadores de la provincia, como el "Perro" Santillán, dan cuenta de los cortes de ruta del 97, donde luego de tres días de combate, la gente expulsó a la gendarmería que los había reprimido cruelmente.

- Sol de noche (2002)- Documental de Pablo Milstein y Norberto Ludin. Cuenta la historia del apagón, a través de los ojos y las palabras de Olga Aredez. Su lucha por la memoria y su legado, se mezclan con la vida del pueblo de Ledesma, de sus trabajadores y el Ingenio, y la desaparición de Luis. Sobresalen algunos testimonios estremecedores, como el de uno de los sacerdotes de Ledesma, y el del ex Jefe de Relaciones públicas de la empresa azucarera. Con producción de Eduardo Aliverti, Guión de Javier Rubel, Ariel Ludin, Norberto Ludin y Pablo Milstein, y Textos de Marcelo Birmajer.

-Memorias del Apagón (2005)- Libro de Deila Maisel Constituye la primera investigación exhaustiva sobre lo ocurrido en Ledesma hace 30 años, y durante el período de la dictadura militar, entre 1973 y 1983. El libro fue ganador del Primer Premio "30 años del Golpe: Trabajo de Investigación", otorgado por la CTA y auspiciado por la Secretaría de Cultura de la Nación.

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