NEOCOLONIALISMO (15)
Por j.fernandez - Sunday, Jul. 30, 2006 at 5:53 PM

Los eruditos albos, coligieron que nadie tiene derecho a compartir de forma comunitaria el producto de la tierra, ni recorrer los alrededores de sus regiones naturales, viviendo de sus frutos... ¡NO!, para poder existir tenemos que cercar, labrar y perforar los suelos, pero debemos hacerlo como lo hacen los europeos y ante todo P A R A los europeos.

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El pensamiento terrateniente oligárquico deduce completamente convencido: Las etnias amazónicas atajaron al incario en las explanadas reservadas para los europeos, lo lamentable es que estos pueblos tenían escasos habitantes y no realizaban trabajos agrícolas en el enorme territorio donde vivan. Además, los dueños naturales se fueron extinguiendo de a poco...

Nuevas voces publican sin embargo otros reportes, nos cuentan como los habitantes autóctonos consideraron estos territorios como de su pertenencia y heredad. El sacrificio, la lucha y los sepulcros fue frecuente en la defensa de estos predios. La colones extranjeros aún estando consientes de que estos territorios son nuestros, siempre se imaginaron las regiones ocupadas de una manera muy particular, para ellos nosotros no teníamos mayor derecho en estas tierras, que las vicuña o los monos y la preservación de estos suelos bajo nuestro amparo fue considerado hasta un delito, porque nosotros no plantamos de manera productiva, no sembrábamos en las comarcas como los europeos lo hacen, sacando ganancias de transacción, nosotros lo hacíamos para arrancar el hambre de nuestros cuerpos. Los colonizadores concluyeron pues, en que son los individuos latifundistas y no las comunidades las que debían cultivar la tierra. Ellos introdujeron de esta forma la propiedad privada y organizaron una sociedad explotadora y exportadora, en sus feudos “desérticos” que ahora son –dicen- vergeles de fertilidad (erosionados).

Los eruditos albos, coligieron que nadie tiene derecho a compartir de forma comunitaria el producto de la tierra, ni recorrer los alrededores de sus regiones naturales, viviendo de sus frutos. NO, para poder existir tenemos que cercar, labrar y perforar los suelos, pero debemos hacerlo como lo hacen los europeos y ante todo P A R A los europeos.

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CARACTERISTICA
Por j.fernandez - Sunday, Jul. 30, 2006 at 5:53 PM

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Durante siglos se preocuparon por consolidar este sistema, el estado se lleno de trampas y reglas jurídicas que ocultan un absurdo racismo, que es revelado en los actos característicos de las diferentes etapas del genocidio, anexadas a las onerosas consultorías eficientes en imitar modelos ajenos a nuestra realidad.

No nos puede extrañar que los actos de violencia xenófoba tengan su baluarte en la miga blanca que siempre pudo actuar de forma impune, ya que se fomentó el abuso y los delitos contra los verdaderos herederos del continente. Llegaron las élites a proponer el uso de la estricnina como una forma civilizada de librarse de su tragedia.

Y nuestros pueblos se tomaron el desquite y otras veces se dió uso a la justicia comunitaria, para demostrar que la probidad pese a todo si existe, en tales casos su ley “ciega” castigo de forma ejemplar cuando los escarmentados eran altos y blancos o los protegidos de los intrusos, mientras que los códigos jurídicos se destacan por su relajo, cuando los deshechos humanos son indígenas valorados últimamente en 5000 dólares. Sus leyes plantean ante todo, protección a los intereses empresariales extranjeros, pues son esos dineros los que llenan los fondos en los juzgados y en los bolsillos de los juzgadores, contando además con la bendición de los poderes celestiales.

Todavía hoy, existen personas que viven el empatronamiento, todavía está en los recuerdos de testigos presénciales, el método y los actos de las fuerzas usurpadoras. Buscando un poco se pueden leer los hechos y las intenciones apátridas en actas, discursos y documentos históricos. Y también pueden aún nuestras generaciones escuchar los relatos conservados en la memoria colectiva, para no olvidar que lo que se vive, no llegó llovido del cielo, sino del sacrificio conciente y consecuente de los abuelos de nuestros abuelos.

¡NACIONALIZACIÓN e INDUSTRIALIZACIÓN!

¡JALLALLA TAWANTINSUYO!

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