Julio López
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Mosconi descuartizado
Por reenvío infomoreno - Friday, Aug. 04, 2006 at 5:22 PM

El organismo que representa a las Provincias extractoras de petróleo y gas (Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos - Ofephi) acaba de acordar con el Ministerio de Planificación de la Nación la ratificación de la política de fragmentación del subsuelo argentino.


Por M.O.R.E.N.O.



Estas Provincias se autodenominan productoras, equivocadamente, porque los recursos naturales no se producen sino que se extraen y quienes los están extrayendo son las multinacionales a través de las concesiones otorgadas por Menem desde la década de los años 90, que aún se mantienen.

El acuerdo consiste en presentar en el Congreso un proyecto de modificación de la Ley 17.319 de Hidrocarburos, para que diez provincias reciban, además de la propiedad originaria del subsuelo, la propiedad útil o jurisdiccional (1) . En la jerga legislativa llaman " ley corta " a los proyectos que se limitan lisa y llanamente a entregar la propiedad nacional a las provincias donde se extraen hidrocarburos. La llamada " ley larga " es la que intenta adecuar toda la Ley 17.319 de Hidrocarburos vigente para que a la vez reglamente el traspaso de la propiedad originaria y se "blanquee" la política privatista impuesta por Menem y los gobernadores provinciales, cuando en la Constituyente de 1994 acordaron canjear la reelección presidencial por la propiedad provincial de los hidrocarburos.

Con la Ley 24.145 llamada de Federalización del Subsuelo y Privatización de YPF, se había dispuesto que una Comisión de Provincialización de Hidrocarburos debía presentar al Poder Ejecutivo un proyecto modificatorio de la Ley de Hidrocarburos antes del 31 de diciembre de 1992. Es decir, debía reglamentar la cesión dominial originaria a través de una Ley que podría otorgar la propiedad útil o jurisdiccional a las provincias. La Comisión nunca se constituyó y la transferencia no fue posible, porque en las Cámaras hay mayoría de representantes de las 14 provincias consumidoras, que representan el 85% de la población del país (1) y cuentan con la gran mayoría de los diputados.

Sin tener hidrocarburos, ellas financiaron desde 1907 la investigación, exploración, extracción e industrialización del petróleo y gas a través de Y.P.F. y Gas del Estado, y no están dispuestas a quedar en manos de gobernadores que piensan que el petróleo es de su propiedad y pueden disponer sin límites de ese recurso. Basta observar la ley de hidrocarburos de Neuquén donde, entre otras cosas, se imponen precios, se establecen aduanas interiores, se apropia de la política hidrocarburífera nacional, se dispone la exportación e importación de energéticos, etc. Por estas razones, ni la "ley corta" (lisa provincialización) ni la "ley larga" (provincialización más blanqueo de la privatización) han tenido hasta ahora aceptación ni pudo reglamentarse la transferencia prevista en la Ley 24.145: han pasado quince años y todo sigue como entonces, lo que pone en duda todo el sustento legal con que se realizó el saqueo sufrido por la Nación.

Ahora, el acuerdo de la Ofephi con el Ministerio de Planificación nacional, insistiendo en la política de la provincialización para que los gobernadores concesionen nuestro petróleo a las multinacionales de siempre, muestra la miopía y servidumbre de una dirigencia que votó las privatizaciones de 1991 y la Reforma de 1994. En lugar de replantear los enormes beneficios que traería a las provincias petroleras y a la Nación asociarse para recapturar el recurso y repartirlo entre todos con justicia, optan por profundizar el legado menemista, que es dejar a las provincias en manos de las petroleras y a la Nación sin este estratégico recurso. Quienes concibieron la política como negocio parece que tampoco entienden de él. ¿No sería mejor que en lugar de recibir apenas un 9% de regalías -y a declaración jurada- obtuvieran muchísimo más asociadas a la Nación ?

En momentos en que el mundo discute la renta petrolera y Evo Morales nos ha demostrado que es posible nacionalizar los hidrocarburos sin que ninguna petrolera se retire del país, el gobierno nacional opta por profundizar la escandalosa entrega del menemismo, lo cual significa descuartizar aún más el legado del general Mosconi. Lo dice nuestra historia: se fragmentó el subsuelo para ceder a las oligarquías provinciales el lucrativo "beneficio" de concesionar a las petroleras multinacionales. Valga recordar que en los años 20 uno de los mayores combates de Mosconi fue contra los trusts y la Standard Oil que, asociada a la oligarquía y a la dirigencia salteñas, promovía la provincialización de los hidrocarburos.

Fragmentar es debilitar, porque si la Nación en su conjunto no puede defenderse, menos podrán las provincias individualmente. Sólo basta comparar el producto bruto interno de todo nuestro país -que alcanza a los 190.000 millones de dólares anuales- con los ingresos por ventas mundiales de ExxonMobil: como en el segundo trimestre de este año alcanzaron a 99.030 millones de dólares, en seis meses supera el PBI nacional argentino. Si comparamos esta cifra con el producto de cada uno de las provincias donde se extraen hidrocarburos la diferencia se hace abismal y la debilidad también. Los procesos de provincialización y de privatización son claramente funcionales al poder petrolero mundial.

El presidente Néstor Kirchner y su ministro Julio De Vido, a pesar de haber reconocido en las reuniones realizadas el 5 y 15 de mayo con el MORENO, que había sido un gran error haber apoyado la provincialización de los hidrocarburos, ahora profundizan esa política. Ya lo hicieron en el 2003 al dictar por el Decreto 546 (y no por ley) una norma que permite a las provincias licitar áreas petroleras nuevas y/o secundarias. Además se les transfiere la propiedad de los yacimientos que la Nación había concesionado y permanecían bajo su dominio. Es preciso recordar que ninguna dirigencia es dueña absoluta de los recursos naturales, que el petróleo es perecedero y que la Constitución Nacional en su artículo 41 expresa: "...que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras...". Tarde o temprano nuestro pueblo juzgará a una dirigencia que ha ratificado la continuidad del menemismo en el campo hidrocarburífero.

El camino no es otro que promover una amplia movilización de los ciudadanos de todas las creencias y pensamientos, organizaciones sociales, culturales y políticas en la campaña por el millón de firmas para imponer la nacionalización de los hidrocarburos y modificar el artículo 124 de la Constitución Nacional. Una patriada de reparación histórica que divide las aguas de la política nacional: o se está con el país promoviendo la nacionalización del petróleo y gas o se está con los enemigos de nuestra definitiva independencia.

(1)El MORENO hizo llegar el 15 de mayo al presidente de la Nación una fundamentada nota donde se concluye que la nacionalización de los hidrocarburos no traslada la propiedad a las provincias. La nota distingue el dominio originario, eminente o virtual (cuya transferencia a las provincias aún no ha sido reglamentado), del útil, jurisdiccional o concesional no transferido a las provincias.
(2) En el Censo nacional de 2001 las 14 provincias consumidoras tienen 30.465.436 habitantes, mientras que las extractoras de hidrocarburos llegan a 5.794.694 habs., del total de 36.260.130 habs

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¿Cuánto es la renta petrolera en Argentina?*
Por reenvío infomoreno - Friday, Aug. 04, 2006 at 5:23 PM



Por Diego Mansilla**
Resumen: las empresas multinacionales
sustraen en Argentina el 28% de la renta petrolera
a sus legítimos dueños. Sumando la renta absorbida
a las ganancias extraordinarias que obtienen,
cuesta creer que se permitan pedir subsidios para invertir
en exploración y recuperar el nivel de las reservas.

En las últimas semanas el barril de petróleo llegó a sus máximos históricos nominales y no parece haber encontrado un techo. El clima político internacional hace pensar en que el petróleo caro "llegó para quedarse" . Ya no es ciencia-ficción pensar en el barril de petróleo a 100 dólares en poco tiempo. En esta coyuntura, toma cada vez más relevancia el problema de la renta petrolera y su distribución. Este artículo busca ser una aproximación a la actualidad de la discusión de la renta.

En Argentina en el año 2005 se extrajeron algo más 38,5 millones de metros cúbicos de petróleo crudo (unos 242,5 millones de barriles) lo que representa un 4,6% menos que en 2004. Las cantidades extraídas de petróleo argentino vienen disminuyendo año a año desde 1998. Las empresas sostienen que esta caída es producto de " la falta de incentivos " . Como la explotación se realiza en áreas " maduras " , las empresas exigen subsidios para hacer las inversiones necesarias, a pesar de los altísimos precios internacionales. ¿Cómo esto es posible? Para tratar de poner algo de luz sobre este tema, es imprescindible comenzar a discutir la distribución de la renta petrolera.

¿DE DONDE VIENE LA RENTA PETROLERA ?

El primer punto sobre el que se debe empezar a trabajar es entender de dónde proviene la renta petrolera. Debemos comprender qué es lo que permite que se venda a 75 dólares una mercancía (en este caso un barril de petróleo) cuyo costo no supera los 6 dólares.

Cuando nos referimos a la renta petrolera nos estamos refiriendo al concepto de la economía política clásica de renta diferencial y renta absoluta de los recursos naturales.

Este concepto, que nace con los fisiócratas, pasa a Smith y se consolida con Ricardo y Marx. Para la economía clásica, la renta nace de las diferentes productividades de los recursos naturales (tanto la tierra como una mina o un pozo petrolero). Pero la renta no proviene de la naturaleza por sí misma, sino que es necesario que las fuerzas de la naturaleza puedan ser apropiadas (dominadas) privadamente. Es decir, es la propiedad privada de los recursos naturales (y la capacidad de los propietarios de ejercer ese derecho) lo que hace que exista la renta. Por tanto la renta corresponde íntegramente al propietario del recurso . Es el pago que recibe por su poder legal sobre una porción particular del planeta. El capitalista recibirá solo la ganancia normal por el capital invertido. Por esto, cuando hacemos referencia a la renta petrolera, estamos usando un concepto cuya naturaleza implica su apropiación total por parte de los dueños del petróleo : el Estado nacional, los estados provinciales y todos los argentinos. Las regalías no son impuestos a la extracción sino un mecanismo por el cual el propietario se apropia de la renta .

RENTA PETROLERA ARGENTINA EN 2005

Para poder estimar la renta petrolera argentina se deben conocer los costos de la industria petrolera. El problema es que éstos han sido ocultados deliberadamente por las empresas luego de la desregulación de 1989. Sin embargo, podemos estimarlos utilizando datos oficiales de Repsol (principal empresa extractora de Argentina). Según su último Balance, el costo del barril de petróleo en 2004 fue de 5,3 dólares (sumando el "finding cost" y el "lifting cost", que incluyen tanto los costos de la extracción, de la exploración y de desarrollo, así como los sueldos pagados). Suponiendo que los costos se mantuvieron en el 2005 y agregándole un "mark-up" de ganancia del 30% nos da un importe de venta de 6,9 dólares por barril .

Comparando este importe con los 56,5 dólares del precio internacional promedio del año 2005 la renta fue de 49,6 dólares por barril. Esto significa que la renta petrolera argentina llegó en el 2005 a los 12.000 millones de dólares (37.000 millones de pesos). ¿Cómo se distribuyó este importe?

El Estado Nacional recauda retenciones del 45% sobre el petróleo extraído que es exportado (unos 54 millones de barriles) y cobra a las empresas una alícuota del 35% de Impuesto a las Ganancias lo que nos arroja un importe de 3.200 millones de dólares (el 26% de la renta) . Las provincias petroleras cobran regalías que, según la ley, debieran ser del 12%. Sin embargo, el importe sobre el que se calcula ese porcentaje sufre una serie de descuentos (principalmente las retenciones, costos de transporte y diferenciales de calidad) por lo que la alícuota real no supera el 9% del valor de venta. Por tanto, las provincias obtienen 763 millones de dólares (el 6% de la renta) . Sumando el sector público, apenas se obtiene el 32 % de la renta petrolera .

Como las petroleras venden a las refinerías el petróleo al precio internacional descontando las retenciones, parte de la renta petrolera es transferida a las naftas y otros subproductos. Esta diferencia representa unos 4.775 millones de dólares (el 40% de la renta). Pero ¿quién se apropia de esta renta? ¿Los consumidores o las refinerías? Este tema merece una investigación en particular, pero podemos “ aventurarnos” a adelantar que esta renta se distribuye entre ambos, quedándose las empresas con la parte del león. Esto es así, ya que si bien las naftas no se venden en Argentina a precios internacionales, claramente los precios internos no se corresponden con los costos. Estamos pagando las naftas mucho más caras que el resto de los países no-importadores (0,63 dólares el litro contra 0,06 en Venezuela ó 0,48 en Bolivia, por ejemplo). Además, las refinerías exportan a precios internacionales el 50% de las naftas obtenidas.

El resto, nada menos 3.312 millones de dólares (el 28% de la renta) es apropiado por las empresas petroleras extranjeras que manejan nuestro petróleo desde 1989. Este es el importe que obtienen las empresas que, como parte de la renta, corresponde legítimamente a los argentinos. Por sus "inversiones" de capital, las empresas ya obtienen la "ganancia normal" . Sumando ambos importes las petroleras obtienen las ganancias del 287% sobre sus costos . Cuesta creer que las empresas necesiten subsidios para poder extraer petróleo de manera rentable. Además, a este importe se le debe sumar la parte de la renta apropiada por refinadoras y distribuidoras (que en su mayoría son las mismas empresas petroleras).

A pesar de que los representantes de las empresas declaren que la distribución equitativa y correcta debe ser de 1/3 para las empresas, 1/3 el Estado y 1/3 los consumidores, esto es una falacia. Para empezar, los consumidores no obtienen toda la renta que les corresponde ya que los costos internos no se condicen con los precios. Pero, por sobre todo, se está negando el hecho de que la renta corresponde íntegramente al propietario y no a las empresas.

Este pequeño ejercicio, que buscó estimar la renta petrolera, nos indica que es imprescindible su recuperación para el beneficio de la Nación mediante el manejo directo, como en Venezuela, o mediante el cobro de regalías (el 50% cobra Bolivia, en vez de nuestra ridícula tasa de regalía del 9%). Tanto en Venezuela como en Bolivia, donde sus Estados participan respectivamente con el 86% y el 82% de la renta petrolífera, las petroleras privadas continúan extrayendo petróleo en ambos países, ya que igualmente obtienen ganancias.

*Exclusivo para Infomoreno
**Licenciado en Economía Política. Dto. de Economía Política del Centro Cultural de la Cooperación y de la Cátedra Arturo Jauretche de la FCE de la UBA.


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