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Posibles escenarios en Medio Oriente
Por Maximiliano Sbarbi Osuna - Sunday, Aug. 06, 2006 at 11:06 PM
bruixland@yahoo.com

Los crueles enfrentamientos que se están llevando a cabo hoy entre el poderoso ejército israelí y la guerrilla chiíta libanesa Hezbollah han despertado entre los analistas las teorías conspirativas más diversas, entre las que se mezclan varios escenarios posibles con las más imaginativas conjeturas, muchas de las cuáles se parecen a los acuerdos secretos entre británicos y franceses de comienzos del siglo XX.

Un acuerdo secreto firmado por Francia e Inglaterra en 1916 antes de la finalización de la Primera Guerra Mundial, establecía de qué manera estas potencias coloniales se iban a repartir Medio Oriente una vez acabado el conflicto. El pacto se conoció años más tarde con el nombre de "Acuerdos Sykes-Picot", en referencia a los representantes de ambas naciones.

Los crueles enfrentamientos que se están llevando a cabo hoy entre el poderoso ejército israelí y la guerrilla chiíta libanesa Hezbollah han despertado entre los analistas las teorías conspirativas más diversas, entre las que se mezclan varios escenarios posibles con las más imaginativas conjeturas, muchas de las cuáles se parecen a los acuerdos secretos entre británicos y franceses de comienzos del siglo XX.

Por esos años la zona estaba dominada por el Imperio Otomano, aliado de Alemania en la contienda bélica, que a su vez eran enemigos de Francia, Gran Bretaña y Rusia. Mediante este acuerdo secreto, la zona norte de Medio Oriente (los actuales Siria, Líbano, parte de Irak y sur de Turquía) quedarían bajo la influencia de Francia y la zona sur (los actuales Israel, Jordania, norte de Arabia Saudita y sur de Irak) conformarían la zona británica.

Esta conspiración anglo-francesa no fue una especulación, sucedió realmente y fue demostrada por la historia. A continuación se detallan las diversas teorías que han sido publicadas recientemente en revistas especializadas, diarios y declaraciones de analistas y de funcionarios de gobiernos occidentales y árabes, que evocan complots de toda índole, de los cuáles muchos son posibles y sólo el tiempo los va a refutar o ratificar.


Teoría del Gran Israel o el Gran Medio Oriente pro norteamericano


Varios analistas sostienen que EE.UU. e Israel pretenden mantener activo el conflicto con el mundo musulmán para tener una excusa de amenaza permanente terrorista a la cuál deben vencer y además el plan incluiría el reemplazo de los regímenes que no les son afines y que financian al extremismo islámico para, de esta manera, poder apoderarse de los recursos de hidrocarburos de la región.

1) Israel logra más por la fuerza que mediante la negociación, por eso se niega a aceptar interlocutores en el Líbano y entre los palestinos. Sus fuerzas volvieron a invadir Gaza en contra del acuerdo interno entre el presidente palestino Mahmoud Abbas y Hamas, para evitar sentarse en la mesa de negociaciones. Declaraciones de David Clark (ex consejero especial de Robin Cook en el Ministerio de Relaciones Exteriores británico) al diario The Guardian 17 de julio de 2006.

2) EE.UU. no pretende un cese del fuego inmediato, para que Israel disponga de más tiempo para debilitar a Hezbollah. Condolezza Rice espera la orden del primer ministro israelí Ehud Olmert para enviar una fuerza multinacional de paz. Con la retirada de Siria, Olmert busca retomar el control del Líbano. Declaraciones de Abdelwahab Badrakhan (periodista del diario Alhayat).

3) Es plausible que Hamas esté siendo financiado por Siria e Irán, aunque no hay pruebas de que estos ataques sean una acción coordinada. Israel no necesita bombardear para anexarse territorios, por ejemplo se está quedando con el agua potable del río Jordán, en Cisjordania, sin desmantelar los asentamientos y sin bombardeos. Por eso esta acción israelí contra Líbano es desmedida. Declaraciones de Noam Chomsky (lingüista y politólogo norteamericano) publicado en rebelion.org 4 de agosto de 2006.

4) Washington apoya la campaña contra el Líbano para debilitar a las guerrillas islámicas, lo que le permitiría instalar en suelo israelí "una pata" más del escudo antimisiles llamado Guerra de las galaxias, tal como lo está haciendo en Japón. (Thierry Meyssan, director del sitio Red Voltaire)

5) Israel busca que Siria e Irán apoyen activamente al Líbano y a Hezbollah para extender la guerra a toda la región, lo que aceleraría la condena del Consejo de Seguridad hacia Teherán, e incluiría una intervención militar de la OTAN a favor de Israel, para cambiar el mapa político de Medio Oriente a favor de las compañías petroleras occidentales. (Varios analistas).

6) El secuestro de soldados israelíes no es más que una excusa para atacar Líbano, ya que hay miles de presos libaneses de Hezbollah y de Hamas en cárceles israelíes. Por lo tanto, Israel busca debilitar a los chiítas mediante los bombardeos y fortalecer al ejército de Beirut para que se haga cargo de la guerrilla Hezbollah, apoyando a los cristianos, reavivando la guerra civil libanesa y torciendo el escenario a favor de Israel como la última parte del plan de retirada de militares sirios. (varios analistas).




Plan musulmán para la destrucción de Israel

El financiamiento de Hezbollah y Hamas por Siria e Irán significaría una fase más del objetivo musulmán para la destrucción de Israel, que comenzó antes de la creación del Estado en 1948. Por otro lado, Irán buscaría desviar la atención sobre su programa nuclear creando un verdadero caos en Medio Oriente. Los gobiernos de países musulmanes hostiles hacia Israel actuarían mediante los grupos guerrilleros para evitar ataques directos israelíes o sanciones de la comunidad internacional.


1) El retiro forzado de la tropas sirias del Líbano en 2005, provocó una reacción de Damasco, quién ordenó a Hezbollah (la guerrilla libanesa que financia) que secuestre soldados israelíes aprovechando un hecho similar sucedido en Gaza por la guerrilla palestina Hamas. De esta manera Israel atacaría al Líbano, lo que provocaría la indignación de miles y miles de musulmanes libaneses que se unirían a Hezbollah, lo que haría caer al gobierno sunnita y cristiano del Líbano, provocando la vuelta de Líbano a la órbita siria. (varios analistas).

2) Las acciones terroristas en contra de Israel no tienen relación con la ocupación de Gaza y Cisjordania, eso queda demostrado por los ataques de Hezbollah, que nada tienen que con el problema palestino. Israel ya se retiró del Líbano en el año 2000, el violento odio de Siria e Irán contra Israel quedan demostrados con los ataques de Hezbollah. Declaraciones de Meir Shlomo (cónsul general de Israel en Nueva Inglaterra), diario The Boston Globe 17 de julio de 2006.

3) El islamismo es una ideología que puede llegar a ser peor que el Nacional Socialismo. Esta es una guerra contra Occidente. Israel debe vencer a Hezbollah para evitar el plan islamista de destruir la naciente democracia en la región. Declaraciones de William Kristol (es redactor jefe de Weekly Standard) al periódico Weekly Standard, 15 de julio de 2006.

4) Israel debe seguir bombardeando Líbano para forzar a las distintas facciones a repudiar a Hezbollah. Por otro lado, este es un plan gestado en Teherán que se está llevando a cabo a la perfección. Irán financió a Hamas y a Hezbollah para que secuestren soldados israelíes, para distraer la atención mundial sobre el programa nuclear iraní, por el cual iba a ser seguramente sancionado. Declaraciones de Edward N. Luttwak (miembro del National Security Study Group del Departamento de Defensa norteamericano) al Jerusalem Post, 17 de julio de 2006.


Conclusión

El Acuerdo Sykes-Picot se gestó como parte de la división del mundo que había comenzado con el reparto de África en 1885 en la Conferencia de Berlín. Seguros de su victoria, las potencias occidentales preveían la decadencia del centenario Imperio Otomano y estimulaban los nacionalismos árabes y judío por separado, lo que les garantizaba una segura oposición a los turcos y un gran apoyo a los mandatos británico y francés en la zona.

Con el tiempo, la inmigración judía hacia Medio Oriente fue creciendo, y las diferencias entre las diversas comunidades se fue acentuando. Antes de que la bomba explotara los británicos se retiraron, pero como solía hacer el imperialismo inglés, dejaba herederos aliados en sus ex colonias.

En África quedaron clases burguesas asociadas a Londres, en Israel la descolonización legó de manera natural al gobierno central el poder de ser un aliado de Gran Bretaña y de EE.UU., al cual ayudaron con inversiones.

El panorama actual difiere del de la Primera Guerra Mundial, es en realidad la consecuencia de la exacerbación de los nacionalismos.

Es cierto que Irán y Siria respaldan a Hezbollah, como también que Siria no quiera perder su tradicional influencia en el Líbano, pero además es verdad que EE.UU. y Gran Bretaña apoyan a Israel en una acción desmedida que ya mató a casi 1000 personas, de los cuáles alrededor del 80 % son civiles. Es seguro que una guerra prolongada en Medio Oriente con participación de Siria e Irán favorecería a Israel y a Occidente a largo plazo, pero también hay que reconocer que los bombardeos al Líbano no provocan un rechazo a Hezbollah, sino todo lo contrario, porque los libaneses ven en la guerrilla el único ejército que los defiende de los indiscriminados bombardeos israelíes.

Más allá de los nuevos planes "Sykes-Picot" que se estén gestando en Tel Aviv, Washington, Teherán o Damasco para repartirse Medio Oriente, el blanco central de los ataques son los civiles libaneses, israelíes y palestinos que involuntariamente están inmersos dentro de esta locura de muerte por poder.

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