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NEOCOLONIALISMO (17)
Por j.fernandez -
Saturday, Aug. 12, 2006 at 1:16 PM
Ante toda suerte de incidentes, nuestros pueblos están claros frente a la nación y la comunidad internacional, porque son los actos contra los derechos humanos y el despojo de nuestros territorios (presentes en nuestra memoria colectiva), los puntos de inicio para lograr algún acuerdo con nuestros antagonistas, quienes sistemáticamente se niegan a reconocer que el genocidio si existió, que su racismo existe, y que estas fueron las razones de nuestra postergación y apatía. Deberán asumir su responsabilidad aceptando la necesidad de proporcionar cierta compensación o alguna forma de excusa sensata a los damnificados. Solo de esa forma se logrará la concordia que demandamos y el proceso de unidad que reclamamos.
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La concordia que DEMANDAMOS, la unidad que RECLAMAMOS
Esperamos que una política antirracista brote de la Asamblea Constituyente, aspirando que esta ausculte los democráticos designios mayoritarios, también nos percatamos que la oligarquía optará por no respetar sus conclusiones. Esto solo nos mostrará nítidamente la estrambótica visión democrática que impusieron siempre los blancólatras latifundistas apátridas, su conocida maniobra política legislativa que no lograba acuerdos entre dos partes litigantes, sino la decisión del patrón extranjero dada al lacayo nacional.
En este ambiente, propio de los tiempos en que se vislumbran nuevas alternativas, es cuando los originarios, debemos discutir un compromiso ante los ultrajes sufridos y ser impasibles frente a la histeria agraviadora que chilla: ¡AVASALLAMIENTO!.
Ante toda suerte de incidentes, nuestros pueblos están claros frente a la nación y la comunidad internacional, porque son los actos contra los derechos humanos y el despojo de nuestros territorios (presentes en nuestra memoria colectiva), los puntos de inicio para lograr algún acuerdo con nuestros antagonistas, quienes sistemáticamente se niegan a reconocer que el genocidio si existió, que su racismo existe, y que estas fueron las razones de nuestra postergación y apatía. Deberán asumir su responsabilidad aceptando la necesidad de proporcionar cierto resarcimiento o alguna forma de excusa sensata a los damnificados. Solo de esa forma se logrará la concordia que demandamos y el proceso de unidad que reclamamos.
La historia que nos enseñaron, no concuerda con lo que realmente aconteció, la epopeya chauvinista que nos ilustraron, oculta la realidad menesterosa de nuestras vidas. Por ello es de una importancia determinante, que desde la Asamblea Constituyente se influya en la opinión pública, describiendo lo acontecido, mostrando cuales son ahora las consecuencias. Es necesario sentir una impetuosa disposición nacional para terminar con las infamias transferidas y recibir la luz de nuestro padre INTI sin ignominia. Lograr esto significaría un gran paso en el logro de una patriótica y verdadera armonía nacional.
willka.net/Neocolonialismo-filer/Colonismo/NEOCOLONIALISMO_17.htm
Mandato
Por j.fernandez -
Saturday, Aug. 12, 2006 at 1:16 PM
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La ineptitud y los prejuicios, organizaron los castigos frente al derecho y al deseo de vivir como seres humanos, teniendo que vivir en una sociedad con leyes y decretos que nos atiborraban democracia, igualdad, respeto, orden, paz, trabajo, hogar y que estaba construida sobre los cimientos de nuestros cadáveres. Reconocerse participes de estos horripilantes hechos en sus reinos, no será nada fácil para las élites dominantes, que preferirán guardar silencio, antes de reconocer que sus ascendientes instituyeron en estas tierras el mayor holocausto global que se tiene referencias en la historia.
Muchos estados reconocieron el daño a personas o culturas que fueron asoladas, brindando compensaciones para marchar por rumbos mas fecundos, miramos Sudáfrica, Alemania, Inglaterra, Japón y hasta Chile, pero en nuestros territorios el contexto real que observamos y escuchamos son: “lamentos andinos”, “letanías altiplánicas”, “lágrimas centristas”, y esto debe ser frenado por la fuerza que surge de las mayorías, que expresaron su decisión en las elecciones del 2005 y que debe terminar con el estado caótico, que tiene la procacidad de contar con el influjo latifundista mas racista y apátrida en nuestro continente.
Pero ¿porque la terquedad extranjera de no querer reconocer la realidad y nuestros derechos, apostando por el separatismo y la segregación?. Será que al confrontar la verdadera historia, no quieren cargar con la responsabilidad de sus antepasados, generalizando inocencias hasta que se les demuestra lo contrario, quieren cifras exactas, documentos sellados y notariados, arguyen enfermedades, descuidos, suciedades, malos auxiliares, buenos propósitos. Y ahora no quieren aceptar el nuevo escenario ensayando una confrontación yerma, frente al accionar político originario, luego vendrá sin duda, la comparación histórica que estará hecha por nuestros historiadores, en contra una sagaz política de silencio que dominó en el pasado opresor.
¡NACIONALIZACIÓN e INDUSTRIALIZACIÓN!
¡JALLALLA TAWANTINSUYO!
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