Julio López
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Perdió Israel, ganó Hezbolá, y la guerra avanza hacia una segunda fase inevitable
Por antrax - Friday, Aug. 18, 2006 at 2:26 PM

Ni Líbano ni la ONU están en capacidad de detenerla Perdió Israel, ganó Hezbolá, y la guerra avanza hacia una segunda fase inevitable

Ni Líbano ni la ONU están en capacidad de detenerla
Perdió Israel, ganó Hezbolá, y la guerra avanza hacia una segunda fase inevitable

Imagen - Portada - El Ejército israelí se compromete a mantener su posición actual en Líbano si Hezbolá para sus ataquesViernes,18 de agosto, IAR Noticias /
En Líbano, durante 31días, se sucedieron simultáneamente dos escenarios:
A) bombardeo y genocidio continuo de civiles, durante las 24 hs., de la aviación israelí, buques y unidades de artillería situadas en la frontera sobre poblaciones civiles, B) enfrentamientos de las tropas israelíes con Hezbolá en el sur de Líbano, y disparos de cohetes de la guerrilla libanesa hacia poblaciones israelíes fronterizas.
La prensa internacional, la ONU, los gobiernos (salvo Irán, Siria, Cuba y Venezuela) solo "registraron" los enfrentamientos de Hezbolá con el ejercito terrestre, el genocidio de civiles y destrucción de Líbano fue manipulado y deformado, y no figuró ni siquiera en la resolución de cese el fuego de la ONU que califica a los 31 días de masacre en Líbano como un "conflicto entre Hezbolá e Israel", omitiendo cualquier referencia a la invasión militar y a los crímenes de guerra de Israel.
No obstante que las potencias le dieron 31 días de gracia para que destruya a Hezbolá, Israel solo consiguió destruir a Líbano y asesinar a más de 1.100 civiles, mujeres, niños, creando una catástrofe humanitaria y sin conseguir su objetivo de máxima: desarmar a Hezbolá, destruir su estructura operativa y sentar las bases para el control de Líbano.
La invasión militar de Israel en Líbano (el "Plan A" militar) fue derrotada en la primer semana cuando los bombardeos diarios y consecutivos durante las 24 hs. no pudieron imponer el objetivo de máxima por la vía militar: destrucción de Hezbolá y de sus bases operativas y control de Líbano.
La segunda derrota militar "complementaria" fue la invasión terrestre lanzada en la segunda semana, una operación "improvisada" (a diferencia de los bombardeos proyectada con grandes bajas, como ocurrió) ejecutada como un último intento de terminar con el bastión de Al Qaeda en el sur, y producir una "victoria parcializada y efectista", antes del alto el fuego.
Si bien Israel fue derrotado (no cumplió su objetivo central) el cese el fuego le permitió huir de la ratonera libanesa que le costó oficialmente la muerte de 130 soldados, y extraoficialmente la muerte de más de 250, con pérdida de decenas de tanques, helicópteros y equipos blindados.
En la realidad, Israel, que en junio de 1967 derrotó a los ejércitos de Egipto, Jordania, Irak y Siria juntos en apenas seis días, invadió Líbano con bombarderos F-16, artillería pesada, helicópteros Apache, buques de guerra, aviones espías sin piloto, helicópteros Apache y 30.000 soldados de infantería cubiertos por el poderoso tanque Merkava.
Esa poderosa fuerza fue derrotada por Hezbolá, una organización guerrillera con no más de 5.000 hombres armados con fusiles Kalashnicov, cohetes Katiusha y lanzagranadas RPG-29.
Desde el punto de vista militar, Israel no ganó una guerra en términos de ofensiva, sino una guerra de resistencia, donde el tiempo, el factor psicológico y la presión política jugaron un rol clave y decisivo para la derrota de Israel, una superpotencia que no pudo concretar sus objetivos en los tres o cuatro días que preveían el plan original (Plan A militar).
Por lo tanto Israel perdió la guerra, o sea, no pudo destruir a Hezbolá y debió acatar el cese el fuego antes de sufrir más bajas de soldados y destrucción de armamentos
Hoy hay un cese el fuego en términos formales, ya que, en términos efectivos, ningún analista cree que haya terminado el conflicto armado entre Israel y Hezbolá.
Puntualicemos:
1) Hezbolá no fue desarmado ni lo va a ser en el futuro: hay un acuerdo entre el gobierno Libanés y la organización guerrillera para que mantenga sus arsenales y sus túneles secretos intactos en el sur de Líbano.
2) el ejército de Líbano, no tiene poder de fuego, y sus oficiales y soldados, tienen un alto grado de influencia y un casi acatamiento militar a Hezbolá y a Siria, por lo que su despliegue en la frontera no garantiza que Hezbolá no ataque a Israel.
3) La fuerza de la ONU no es una fuerza ofensiva y su capacidad de fuego y capacidad operativa están a siglos luz por debajo del poder militar de Israel, y tampoco ensayaría un enfrentamiento con Hezbolá, cuyo poder se reforzó estos días (aprovechando la tregua) con miles de comandos mujaidines llegados de Irán, y más misiles y RGP-29 llegados de Siria.
4) Hay una decisión estratégica de los estados mayores de Hezbolá y del ejercito y del gobierno sirio de aprovechar el estado de debilidad en que quedó Israel, tanto interno como internacional, para atacarlo en sus flancos más débiles, objetivo que es compartido por Irán y toda la resistencia árabe de Medio Oriente.
5) Según nuestras fuentes, ni Siria ni Hezbolá tienen previsto, a corto plazo, un ataque frontal y masivo contra Israel, sino operaciones relámpagos (vía comandos) , escaramuzas en la frontera, disparos de misiles aislados y escalonados a ciudades claves del norte israelí, con la finalidad de producir "psicosis de miedo" en la población y detonar un desenlace en la crisis interna entre halcones militaristas y políticos moderados del "sionismo de izquierda".
6) El sector más ultra-militarista israelí (responsabilizado de la derrota y obligado a replegarse por la resolución de la ONU) está agazapado y esperando una acción de Hezbolá para recuperar espacios de poder y justificar una nueva ofensiva militar contra los búnkeres de la guerrilla libanesa.
7) El cese del fuego y el desbloqueo aéreo y marítimo de Líbano permite un tráfico clandestino permanente de armamento y logística hacia los refugios de Hezbolá que nadie osará detener.
Cuándo esa operación se complete, se va a iniciar la Fase II, con Hezbolá con su poder de fuego triplicado o cuadruplicado, y con los halcones israelíes, cada vez más desgastados política y socialmente, y precisando de la acción militar para recuperar espacios de poder.
8) Ni EEUU ni Israel abandonaron su proyecto original de destruir a Hezbolá como fase complementaria de su plan militar estratégico de atacar a Irán y Siria y terminar con la resistencia árabe-islámica en Medio Oriente lo que ya ha sido expresado en forma cruda por el propio Bush esta semana.
En este escenario, la tregua es apenas un respiro para recobrar fuerzas, y por razones de conveniencia de ambas partes, la guerra continúa.

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