Julio López
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EL NAZISMO Y SUS ESTRATEGIAS PROPAGANDISTICAS
Por Largavista - Tuesday, Aug. 22, 2006 at 11:39 AM

Goebbels y sus estrategias propagandísticas

COMO SI FUERA AYER...

Joseph Goebbels -quien paradójicamente había sido criado en una casa de tradición judía al igual que su mujer, Magda- fue quizás el único verdadero "intelectual" de los altos mandos nazis.

A cargo del Ministerio de Propaganda, se convirtió en el principal aliado de Adolf Hitler en su tarea de obnubilar a las masas mediante tácticas maquiavélicas de manipulación de información y control absoluto sobre prensa gráfica, radio, cine, arte, literatura e incluso teatro.

La información acerca de los alemanes era obtenida mayormente de la Sicherheist-Dienst (SD) de la policía secreta. Además, Goebbels dependía de sus propias Oficinas de Propaganda del Reich, de funcionarios alemanes y de contactos con civiles o soldados. Los datos sobre países aliados, neutrales o enemigos eran recopilados a partir de espías, conversaciones telefónicas interceptadas e interrogatorios de prisioneros.

En la línea del centralismo de poder nazi, Goebbels concentraba en su figura la mayor cantidad de funciones posibles dentro de su Ministerio. Esto llevó a roces con titulares de otras carteras (el Ministerio de Asuntos Extranjeros incluso el Ejército).

Un asunto muy importante en estos menesteres era el de la credibilidad: sólo ésta debía determinar si los materiales de la propaganda habrían de ser ciertos o falsos. Para Goebbels lo importante era lo expeditivo y no lo moral. Para mantener la credibilidad, sin embargo, la verdad debía ser utilizada con la mayor frecuencia posible. Por ende, las mentiras eran útiles cuando no podían ser desmentidas.

No se tenía el menor escrúpulo respecto del uso de la censura. "La política de las noticias -aseveró Goebbels- es un arma de guerra; su propósito es el de hacer la guerra y no el de dar información". La política habitual consistía en suprimir materiales considerados indeseables para el público alemán para luego usarlos como propaganda en el exterior si eran apropiados. Por ejemplo, las historias referentes a un supuesto canibalismo de los rusos eran difundidas en países extranjeros, pero no en Alemania para no aterrorizar a los familiares de los soldados.

Un elemento manejado con maestría por parte de Goebbels era la llamada "propaganda negra". Se denominaba así a aquel material cuya fuente quedaba oculta para la audiencia. Se presumía que el hecho de desperdigar rumores para que actuaran por sí solos como propaganda tendría más posibilidades de ser creído si las autoridades alemanas no estaban relacionadas con él. También se utilizaban medidas negras para combatir rumores indeseables dentro del Reich, ya que una desmentida oficial, según Goebbels, no haría más que reforzarlos.

Otra metodología significativa era etiquetar los acontecimientos y las personas con frases y consignas distintas pero fácilmente retenibles. La tarea de Goebbels consistía en vincular los sucesos con los cliché verbales que iban a adquirir un especial significado. Estas denominaciones debían ser utilizadas una y otra vez, pero sólo en las situaciones apropiadas. "Prohibo utilizar la palabra Führer en la prensa -dijo Goebbels- cuando es aplicada a Quinsling, pues no considero justo que se aplique el término Führer a ninguna otra persona que no sea el propio Führer".

Otro de los principios propagandísticos de Goebbels cuya comprensión ayuda a explicar el fenómeno de persecución y exterminio de minorías (judíos, gitanos) era el que rezaba que "la propaganda debe facilitar el desplazamiento de la agresión, especificando los objetivos para el odio". En general, la táctica era desplazar la agresividad alemana hacia algún grupo marginal como los antes citados.

Por último, el propio Goebbels reconocía seis situaciones en las que la propaganda era impotente o tenía muy escaso margen de acción:

Impulso básico sexual
Impulso básico del hambre
Intentos de aumentar la producción industrial
Alteración de impulsos religiosos
Ataques aéreos enemigos
Situación militar desfavorable

Fue ante estos acontecimientos -principalmente los dos últimos-, generalizados a lo largo del territorio alemán a partir de 1943, que el régimen nazi comenzó a desmoronarse hasta la capitulación a principios de 1945. Posteriormente, como es sabido, se suicidaron Adolf Hitler, Heinrich Himmler (a cargo de la consolidación de las Schutzsaffel, conocidas como SS, la GESTAPO y la red de campos de concentración) y Joseph Goebbels, quien junto con su esposa envenenó a sus hijos para posteriormente quitarse su propia vida..

Notas finales

Grosso modo, la propaganda hitleriana esta caracterizada principalmente por tres elementos:
Renuncia a las consideraciones morales.
Apelación a la emotividad de las masas.
Empleo de reglas racionales para la formación de reflejos condicionados conformistas en las masas.
Es imprescindible el análisis a fondo de la propaganda fascista y su impacto en las masas para así comprender cómo las masas fueron engañadas, desorientadas y sumidas a influencias psicológicas.

En Alemania, tanto Hitler y Goebbels, las dos personalidades más notorias del movimiento nazi, como sus adláteres (entre los que se destacan Hermann Göering, quien sólo estaba detrás del Führer en la cadena de mando; Hjalmar Schacht, quien manejaba el Reichsbank y la cartera de Economía; Baldur von Schirach, líder del movimiento juvenil nazi; Ernst Roehm, quien formó las Sturmabteilung o SA y fue asesinado durante la llamada "Noche de los Cuchillos Largos" en 1934) son los referentes ineludibles de este fenómeno. Mussolini, por su parte, sólo contaba con un Ciano a su disposición para estos fines, pero fue el inspirador de muchas de las técnicas adoptadas por Hitler durante su estadía en el poder.
Quizás una de las dinámicas inherentes a las técnicas propagandísticas, el bluff en todo momento y lugar, haya sido uno de los factores que contribuyó al derrumbe de esta parafernalia -y luego del propio régimen- al volverse contraproducente en momentos de reveses bélicos e incertidumbre en la población civil.
17. Nazismo en Alemania
La era de la república

Alemania sucumbió al fascismo mucho después que Italia, debido a que las fuerzas del nacionalismo y el militarismo habían pasado por un período de temporario descrédito a raíz de la derrota sufrida por la nación alemana en la primera Guerra Mundial. De 1918 a 1933,Alemania fue una república. La revolución que derrocó al Káiser llevó al poder a una coalición de socialistas, centralistas y demócratas liberales. En 1919, los dirigentes de los tres partidos redactaron la constitución de Weimar. Estipulaba el sufragio universal, el régimen de gobierno ministerial y una Carta de derechos que garantizaba no sólo las libertades de derechos tradicionales, sino el derecho del ciudadano a disponer una ocupación, a recibir una educación y a estar protegido contra los riesgos de la sociedad industrial.

Los reaccionarios y otros extremistas conspiraban infatigablemente contra ella. El caos económico que había sido el amargo saldo de la paz impuesta por los aliados, hubieran minado la confianza popular en cualquier régimen. A todo esto, el pueblo alemán tenía muy poca experiencia en materia del gobierno democrático. La república de Weimar era el fruto de una revolución impuesta por la fuerza a la nación alemana en la hora de la derrota.

Causas determinantes del triunfo del nazismo en Alemania: la derrota en la guerra
Los factores que llevaron al triunfo final del nazismo alemán fueron variados. El primero fue el sentimiento de humillación nacida de la derrota. El pueblo alemán no podía creer que sus invencibles ejércitos hubieran sido vencidos realmente en el campo de batalla. No tardó en crecer y alimentarse la leyenda de que la nación germana había sido arteramente "apuñalada por la espalda" por los socialistas y judíos del gobierno.
La inflación de 1923

El segundo factor entre cuantos condujeron al nacimiento y desarrollo del movimiento nacionalsocialista, fue la rápida inflación de 1923; producto en buena parte de la invasión y ocupación del valle de Ruhr por un ejército francés. Los franceses sostuvieron que los alemanes estaban deliberadamente eludiendo satisfacer el pago de las reparaciones de guerra y que la única manera de obligarlos a cumplir con lo pactado era introducir fuerzas militares en su territorio. Alentados por el propio gobierno, los trabajadores se declararon en huelga. El gobierno alemán trató de apoyarlos emitiendo enormes cantidades de papel moneda. El marco alemán había sido ya desvalorizado a raíz de los pagos por reparaciones de guerra y la continua fuga de las reservas de oro, pero a partir de ese momento el proceso de desvalorización de la moneda se precipitó en un verdadero tobogán. La carrera de desvalorización adquirió una velocidad fantástica, hasta que llegó al fondo del pozo en noviembre de ese año.

Debido a que los agricultores no podían seguir aceptando el marco en pago de sus productos, al gobierno no le quedó otro remedio que emitir un nuevo circulante respaldado con riqueza tangible. Los efectos de esta formidable inflación y el consiguiente repudio del pueblo alemán, fueron desastrosos para ciertas clases. Los miembros de la pequeña burguesía, que obtenían sus ingresos de salarios o rentas fijas, se vieron de la noche a la mañana reducidos a la miseria.

Por otra parte, miles de astutos especuladores medraban a costa de la situación y se hacían ricos rápidamente; en unos casos especulando sobre las fluctuaciones del marco y en otros casos comprando por centavos grandes negocios y saldando el remanente de la deuda con circulante desvalorizado. Algunos eran judíos, pero abundaban también los alemanes de pura raza aria que no vacilaron en hacerse una fortuna por ese medio. Lo cierto es que, la avidez de los especuladores ejerció un desastroso efecto entre los despojados miembros de la pequeña burguesía, acentuando su descontento.
Del militarismo y el terror al bolcheviquismo

Entre otros factores que contribuyeron al nacimiento del nacionalsocialismo cabe el hecho de que Alemania había sido siempre un Estado militar, imbuido de las más profundas tradiciones de orden y disciplina. Las virtudes de subordinación, disciplina y obediencia, características de la vida militar, eran las virtudes cardinales de la moral nacional, caras por ello mismo al alma del pueblo. En consecuencia, muchos patriotas comenzaron a demostrar su preocupación por la irresponsabilidad y el relajamiento que parecían caracterizar al régimen republicano de gobierno.

Otras de las causas concurrentes era el temor general al comunismo. Los marxistas alemanes dieron en llamarse a sí mismos espartaquistas. Luego habrían de adoptar el nombre tradicional de comunistas. En las elecciones presidenciales de 1932, el Partido Comunista Alemán consiguió más de la séptima parte del total de votos escrutados. Tal como sucediera en su momento en Italia, muchos capitalistas y propietarios comenzaron a dar señales de alarma ante el auge de lo que consideraban un inminente peligro de revolución bolchevique y, secretamente, empezaron a apoyar a los nazis.
Los efectos de la depresión

El factor más importante que precipitó el triunfo final del nazismo, fue la gran depresión. Ello resulta del hecho de que el Partido Nacionalsocialista jamás había podido obtener más de 32 bancas en el Reichstag antes de las elecciones de 1930.

Después de 1929 consiguió el apoyo de los campesinos, los estudiantes universitarios, de millones de desocupados y de los agricultores; con la esperanza de ver aliviada su situación al borde del colapso.

Todas las profesiones estaban saturadas de graduados con un título abajo del brazo y ninguna perspectiva visible de progreso. Jóvenes que jamás habían conseguido un empleo y que no podían por lo tanto aspirar ni siquiera a las compensaciones gubernamentales por desempleo, fueron fácil presa de las activas promesas de los agitadores nazis. Los más viejos cayeron a su vez, víctimas del juego.

La mayoría de la población no se había entregado al nazismo, pero la desesperación general era tan grande que habría de llevarlos fatalmente a echarse en brazos del primero que prometiera liberarlos de la confusión y el miedo. Para la mayoría de ellos, la pérdida de libertad política e intelectual era un sacrificio mínimo comparado con los beneficios representados por la prometida seguridad económica.

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Lo quew decís es sumamente interesante
Por Paul Hauser - Tuesday, Aug. 22, 2006 at 12:21 PM

Ahora, si uno cambia los nombres, todo lo dicho es aplicable a la Rusia Soviética y sus satélites de Europa Oriental, a la China de Mao, o a Cuba, etc. Lo que demostraría que los totalitarismos son intercambiables.

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y por que no tambien a Israel y EEUU
Por ... - Tuesday, Aug. 22, 2006 at 2:13 PM

ya que el sionismo y el imperialismo yanqui fueron siempre alumnos entusiastas del nazismo.

"democracia" para adentro, "totalitarismo" para afuera

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No. ahi la táctica es diferente
Por Paul Hauser - Tuesday, Aug. 22, 2006 at 4:46 PM

Estados Unidos, y el capitalismo en general usan otras tácticas que tienen mas que ver con la "carrera de ratas" y el adormecimiento de la conciencia.
En estos países la gente "cree" que tiene que cambiar el auto, comprar cierta ropa, ir a Disney para que sus hijos sean felices. La propaganda es mucho mas "comercial" que "política", y si pararan de comprar boludeces, quiebra todo.
También está condicionado a creer que todo lo que esté fronteras afuera es un caos total (lo cual es cierto de alguna manera). Tienen un sistema de mierda pero les gusta y viven para sostenerlo. Así que no tiene mucho que ver. Yo viví ahí y no lo aguanté. Pero no todos los países son así. En Canadá me hubiera quedado, y Australia y Nueva Zelandia son distintos, Australia mas interesante y tranquilo, mas variedad de gente, Nueva Zelandia mas "protestante" y severa de alguna manera.
Mas bien USA es así, que es un estado policíaco. Pero ojo, la gente no se quiere ir, y los de afuera quieren entrar. lo que la hace mas diferente aún que a la URSS, a China, o al III Reich. De ahí nadie podía salir.

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son distintos tipos de totalitarismo
Por ... - Tuesday, Aug. 22, 2006 at 10:18 PM

solo que en EEUU podemos hablar de un totalitarismo fundado en la sociedad de consumo, un totalitarismo de la mercancia.

en cambio en los regimenes fascistas (blancos o rojos) el totalitarismo requeria de un estado policial mucho mas presente y de propaganda politica constante (y por lo tanto la centralizacion de la prensa, la radio, etc. en manos del Estado).

en los terminos que usa Debord en La sociedad del espectaculo, el totalitarismo "democratico" seria el espectaculo difuso y el totalitarismo "fascista" seria el espectaculo concentrado.

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