Julio López
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las verdades de CHIQUI,la colombiana
Por chiqui solida - Sunday, Oct. 29, 2006 at 6:47 PM
chiqui_solida@yahoo.es (Casilla de correo válida)

escribo desde la nostalgia que produce el exilio...


Colombia tiene de todo, que cosa linda sería poder recorrerla otra vez, pero la verdad que pasan tantas cosas por ahí que uno no sabe al fin si coger o no el camino que la lleve para ver a la familia y abrazarla fuertecito contra el pecho.


A veces no se si será bueno que una tierra tenga tantas cosas, pero la naturaleza fue sabia, aunque después aparecieron otros sabios pero al revés, de esos que no dan sino que quitan.

Siempre oí decir que cuando llegaron los primeros colonizadores, lo hicieron en carabelas y bajaban de allí con miedo porque los esperaban hombres con plumas y pintarrajeados y no parecían tener cara de buenos amigos.

Como p’a tenerla!!! Estos eran los nacidos en esta tierra que no habían invitado a los recién llegados pero sin embargo aparecieron así, de pronto, parecía como que la profecía que decía que llegarían hubiera acertado…

Los extranjeros venían cubiertos con esas cosas de metal que los hacían parecer tan extraños, traían una cruz en una mano pero en la otra una espada.
Siempre que leí sobre eso terminé preguntándome ¿ y como harían p’a persignarse” si tenían las dos manos ocupadas?

Mira que desfachatez, no solo que bajaban de a montones, sino que querían hacerse los simpáticos y le ponían caritas tiernas a las mujeres y justito delante de sus maridos. Eso es lógico que no les gustara.
Se ve que todo el tiempo que pasaron en el mar, más el que venían pasando en las cárceles allá en España, les había despertado el instinto.

Los sinvergüenza querían que los dueños del lugar se apartaran, hablaban raro, ¿quién podía entender lo que decían?
Yo creo que ni entre ellos se entendían, tenían caras de perros y asustaban de tanto que gritaban, si hasta se gritaban entre ellos.
Mi abuelo decía que se ve que tenían miedo, porque el que no teme no grita, por eso el abuelo siempre hablaba bajito y daba gusto escucharlo. Le entendías de lo mejor.

De todo trajeron, hasta el odio, prepotentes, les hablaban de un dios que p’a los indios era tan desconocido como ellos. Pero les contaban que ese dios se enojaba mucho, que los castigaría si no hacían lo que el quería y que si no empezaban a rezar unas cosas que los extraños les fueron enseñando irían al infierno.

Ellos se preguntaban que era el infierno, se ve que sería muy lejos y muy feo ese lugar, porque poco a poco a muchos los fueron convenciendo.

Después fueron pasando los años ¡¡ mi madre ¡!, quien puede decir cuantos muertos quedaron allí sepultados para siempre, si era imposible contarlos.
Tanto como querer contar cuantos fueron los que quedaron en las calles de mi Colombia querida cuando estalló el bogotazo.

(Siempre madre hablaba de eso, fue el último día que vio a papá y nosotros 5 tan pequeños, nunca pude olvidar los ojitos de madre cuando le trajeron la noticia de la muerte y lloró por dos con un solo llanto.
Lloró por padre y lloró por GAitán, ella los quería tanto!!!).

Aunque había indios muy rebeldes, que no se querían dejar mandonear por esos tipos tan duros y cobardes. Ni por nadie.

Eran cobardes cómo que no, si siempre andaban juntos, ninguno se apartaba, hasta iban acompañados los que vestían esas que a los indios les parecían extrañas polleras como las que usan las mujeres y que eran los que hablaban cuando mencionaban a ese dios, pero después se daban vuelta y se alejaban cuando uno de sus amigos se llevaba p’a entre los pastizales a alguna indiecita.

Tampoco la oían cuando esta gritaba, negándose a lo que hoy se llamaría violación, porque ahora sí que se habla de esas cosas, las mujeres se fueron organizando y así es como se habla de violencia doméstica, acoso sexual y todas esas cosas que los indios desconocían, pobrecitos, lo puros que eran y como los mataron.

Cuantos niños nacieron así, por la fuerza, aunque la muchachita no quisiera debía parir mezclado.

Colombia se fue “civilizando”, igual que todos los países donde anduvieron esos matones.
A veces me pregunto si no habrán reencarnado, porque la historia sigue más o menos por el estilo, las plumas y los taparrabos se cambiaron por los jeans y las cachuchas –dicen que en otros lados se llaman gorras-.

Pero los matones siguieron, se fueron agrupando, crearon escuadrones y como ahora ya casi todos son católicos, no te amenazan con el castigo de dios si no te persignas. Te amenazan con la cárcel y vaya si es bravo eso, es el infierno pero parece que se mudó acá cerquita.

De verdad te lo digo, a veces ni siquiera te amenazan, te matan directamente, te cortan en pedacitos con la misma motosierra que se usa para talar árboles.
Y cuando no, te desaparecen y son buenos p’a eso, porque cuando te descuartizan ni hay Cristo que te encuentre.

Y sabes con quién se la agarran? Con los que se rebelan, los que no quieren dejar su tierra para que se siga enriqueciendo el rico.
Con los que dicen que es posible vivir mejor, que si no hubiera tan pocos ricos y tantos pobres, esto tendría lugar para todos.

Se ve que es muy malo hablar de eso. El Jairo siempre habla de la lucha de clase, de las contradicciones, esto último siempre me dió trabajo entenderlo, pero el siempre habla y al final siempre tiene razón.
Dicen que los que piensan así son comunistas y que además son terroristas o trabajan p’a los terroristas.
Y fue por eso que nosotros, con el Jairo, tuvimos que irnos tan lejos, porque el siempre decía eso y lo andaban buscando y no mentía, como puedes entender que los niños se mueran porque no hay hospital que los atienda si por estar sin trabajo no puedes pagar la cuota del seguro social.

Y como se vio que el famoso Superman no era más que un personaje de ficción, se formaron los otros matones, pero de verdad. Son paramilitares.

Cuídate, no sea cosa que te cojan, María Santísima, el presidente don Alvarito trabaja mucho con ellos, igual su padre que lo asesinó una guerrilla, porque también de eso hay en Colombia.

Y, ya te dije, en Colombia hay de todo.
Tanto tiene mi tierra, tanto tiene, que hasta alguien habló una vez de la Virgen de los Sicarios.

Si, también hay sicarios y no se cómo pero se ve que hicieron un trato con la iglesia que les puso una Virgen p’a ellos solitos, lo que es el dinero ¿no? hasta eso se puede comprar.

Qué te parece compadre? Ya te dije, Colombia tiene de todo…
Hasta injusticia.

Chiqui Solid

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