Julio López
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Noticias y comentarios sobre Oaxaca
Por Luis gomez - Monday, Oct. 30, 2006 at 10:34 AM

Mueren tres pobladores en los enfrentamientos y ocho resultan lesionados
Con tanquetas y disparos entran las fuerzas policiacas a Oaxaca
En medio de cateos a domicilios particulares comienza la persecución de la gente en resistencia

ENRIQUE MENDEZ, BLANCHE PETRICH, GUSTAVO CASTILLO Y OCTAVIO VELEZ ENVIADOS Y CORRESPONSAL


El cuerpo del joven Jorge Alberto López, quien murió durante la incursión de las fuerzas policiacas a la capital oaxaqueña, es velado por la comunidad Foto Reuters

Oaxaca, Oax., 29 de octubre. La Policía Federal Preventiva (PFP) ocupó desde las 2 de la tarde esta ciudad capital y el centro histórico, después de romper barricadas con tanquetas que arrojaron agua a presión, disparar armas de fuego, arrojar decenas de gases lacrimógenos y enfrentarse, durante más de dos horas, con colonos de San Jacinto Amilpas y brigadistas de la barricada de Canal 9. En la ocupación cayeron el enfermero del IMSS Jorge Alberto López Bernal, el profesor Fidel García y un menor de 14 años aproximadamente, aún no identificado.

Aunque la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) abandonó el zócalo capitalino a las 19 horas y se replegó a la Ciudad Universitaria, luego de una fallida negociación telefónica con la Secretaría de Gobernación, la persecución de ciudadanos que exigen la caída del gobernador Ulises Ruiz se extendió por la noche a las colonias cercanas a la capital, como Santa Rosa, en el Parque del Amor, situado en el puente Porfirio Díaz, así como en la calle Valerio Trujano.

Tras la incursión, los efectivos policiacos realizaron cateos a domicilios particulares y detuvieron a unas 50 personas, que -declaró el vocero de la APPO, Florentino López- fueron trasladadas a la 28 Zona Militar. Algunas fueron aprehendidas en las inmediaciones de Ciudad Universitaria y trasladadas en helicóptero a las instalaciones castrenses.

Los heridos

Hasta el cierre de esta edición se registraban ocho personas lesionadas y un número no definido de policías, aunque tres resultaron heridos por quemaduras de bombas molotov y cohetones. En el enfrentamiento en Canal 9, un federal recibió de lleno una molotov, que le prendió fuego, y sus compañeros le ayudaron a sofocar las llamas. La policía no informó a qué hospital fueron trasladados sus heridos, ni sus nombres.

En contraparte, los contingentes encargados de ocupar primero el centro histórico enfrentaron poca resistencia, pero también reprimieron a la sociedad que los increpó a su paso. A las cuatro de la tarde, tres agrupamientos se apostaron en las dos esquinas al sur de la plaza, en Bustamante y Portal de las Flores, desde donde arrojaron dos bombas de gas lacrimógeno, mientras otro avanzó hasta la esquina de Porfirio Díaz e Independencia.

A las siete de la noche, cuando la comisión de seguridad de la APPO pidió a 800 de sus integrantes replegarse a Ciudad Universitaria, los policías comenzaron a relajarse, se quitaron el casco y utilizaron como camas sus escudos y, a modo de cobijas, las mantas en las que el movimiento reclama la renuncia de Ulises Ruiz.

Las fuerzas federales recuperaron, además de la plaza principal, la alcaldía, la Secretaría de Finanzas y las oficinas de la policía municipal, y se preparan a intervenir en las alcaldías tomadas aún por la APPO.

Tras la incursión, que ocurre a cuatro meses y medio del fallido operativo de las fuerzas estatales, el gobernador advirtió esta noche que no solicitará licencia al cargo porque, adujo, su mandato "nunca ha estado sujeto a negociación". Sus colaboradores aseguraron que siguió el operativo desde una oficina en San Felipe del Agua, al norte de la ciudad.

El avance de los cuatro mil policías enviados a Oaxaca para "recuperar" la capital del estado ocurrió de manera simultánea desde el aeropuerto y de una base provisional en la carretera México-Cuacnopalan, en el entronque con el municipio de Etla.

Pasada la una de la tarde, media hora después de que 12 militares vestidos de civil fueron entregados a un mando castrense en la calle Símbolos Patrios, donde fueron retenidos, desde el aeropuerto salieron más de 80 autobuses con policías, a los que les abrieron paso dos trascavos que "barrieron" las barricadas y avanzaron hacia el centro de la ciudad.

Los autobuses y camionetas utilizados como barricadas fueron prácticamente levantados en vilo por los trascavos y, para evitar que los obstáculos fueran repuestos, la PFP distribuyó sus líneas a 100 metros entre sí, y cualquier intento de regreso fue disuelto a empellones con los escudos.

El avance de las tropas, entre las que participaron grupos especiales de inteligencia y táctica, estuvo apoyado por cuatro helicópteros de la policía federal y del Ejército. Antes de ordenar la marcha de la policía, se realizaron ocho vuelos de reconocimiento.

Al otro lado del valle, en Etla, cientos de personas se congregaron a la altura del pueblo de San Lorenzo, adonde se trasladaron mil 500 policías preventivos armados con rifles de asalto, lanzagranadas y toletes. Los ciudadanos y simpatizantes de la APPO repudiaron la presencia de las fuerzas federales, inclusive cuatro voluntarios se desangraron. Casi a las dos de la tarde se les ordenó avanzar y, ante la resistencia ciudadana, utilizaron las tanquetas para dispersarlos con agua a presión.

Las tanquetas fueron trasladadas hasta Etla por tráileres en plataformas; aunque se compraron en el último tramo de la administración de Carlos Salinas de Gortari, fue hoy, cuando faltan 31 días para que el presidente Vicente Fox concluya su mandato, que se utilizaron por primera vez. Esta noche, en los enfrentamientos con colonos, dos fueron destruidas.

Como en Símbolos Patrios, la gente extendió mantas y cartulinas en las que se leía: "¡llévense a URO!", por las iniciales del gobernador.

Con el respaldo de las tanquetas, la policía rompió las primeras tres barricadas, hasta el cruce de San Pablo, donde arrojó más agua a los colonos. Ahí tomó la decisión de dar vuelta a la derecha, para tratar de ingresar a la ciudad por la ribera del Río Atoyac, pues en los entronques de Viguera, Brenamiel y Santa Rosa los simpatizantes de la APPO habían atravesado tráileres e, inclusive, tenían en su poder un tanque de gas LP que amenazaban con quemar al paso de las tropas.

Al rodear las barricadas, el contingente policiaco se encontró, sin embargo, con dos tráileres más en las vías del tren, por lo que debió regresar, dar vuelta nuevamente para buscar una salida por la rivera, y entrar a una calle sin salida en la esquina de Pinos y Ferrocarril, en la colonia Pilar de la agencia municipal de Pueblo Nuevo.

Su avance desde ahí fue aún más difícil. Los colonos inconformes con la incursión les arrojaron piedras -inclusive con hondas-, bombas molotov y les dispararon cohetones con las bazukas hechizas. La respuesta, una y otra vez, fue el lanzamiento de gases lacrimógenos.

Ante ello, las fuerzas públicas se replegaron en dos ocasiones, y en ese ir y venir llegaron hasta el puente del Tecnológico, donde se dio uno de los dos enfrentamientos más fuertes.

A unas calles de ahí, donde se encuentra la agencia de la Pepsi, murió un profesor, del que hasta el momento se desconoce su identidad, y en ese lugar los vecinos recogieron casquillos de bala. En la refriega del puente del Tecnológico también falleció un menor de edad, del que tampoco se pudo confirmar su nombre.

Una vez que la policía traspuso dicho puente, una columna se trasladó hacia el sur de la ciudad y otra al centro. El primer contingente se dirigió al Parque del Amor, en el puente de Valerio Trujano, donde se produjo otro enfrentamiento y algunas versiones aseguraron que la ciudadanía habría tomado en rehenes a dos policías, y que uno más habría fallecido. Radio Educación reportó, poco antes de las 11 de la noche, que un hombre identificado como Isidro Ramírez y su hijo José Manuel fueron detenidos por la policía en ese parque.

La otra columna llegó a la barricada en el Canal 9 de televisión estatal, donde los brigadistas resistieron por casi dos horas, con piedras, cohetones y bombas molotov. Una prendió a un policía, mientras en la agresión con gases lacrimógenos, una granada le dio de lleno en el pecho al enfermero López Bernal, quien falleció por el impacto. Su cuerpo fue velado esta noche en esa barricada.

El profesor Fidel García murió apuñalado en el fraccionamiento Elsa, aunque el gobierno del estado aseguró que se trató de un asesinato "en una riña".

A las cuatro de la tarde, el tercer agrupamiento que se dirigió hacia el Centro Histórico recuperó la alcaldía -ubicada en la Plaza de la Danza, frente al templo de La Soledad- y se ubicó en tres de los accesos al Zócalo. Todavía humeaban seis autobuses incendiados en Símbolos Patrios y, antes de las seis, otros tres transportes urbanos utilizados para trasladar a los policías fueron quemados con gasolina.

Con el cambio de horario oscureció a las seis, y entonces arribó la marcha convocada por la APPO desde el monumento a Juárez, en la salida al Istmo, y ahí Flavio Sosa, integrante de la dirigencia provisional, pidió esperar 10 minutos para que la Secretaría de Gobernación diera una respuesta a una solicitud de diálogo. "No choquemos con la PFP. Vamos a esperar la respuesta, y si no tomaremos algunas acciones", expresó.

El plazo transcurrió sin respuesta positiva y, a las siete de la noche, una camioneta de la comisión de seguridad pasó por el zócalo para solicitar a los plantonistas reagruparse en Ciudad Universitaria.

A las 11 de la noche, finalmente, las tanquetas llegaron a la plaza principal de Oaxaca, después de una larga jornada violenta, pese a que el gobierno federal aseguró que la toma del estado sería pacífica, y a que el secretario de Gobernación, Carlos Abascal, había jurado por Dios que no habría represión en el estado.

Cuando llegaron las tanquetas al zócalo un policía preventivo agredió al fotógrafo Ezequiel Leyva, de La Jornada, al que derribó al piso y lo sometió con una bota en la pierna derecha para tratar de quitarle su cámara.

El rector de la UABJO condena una posible incursión de la policía al campus
Ciudad Universitaria se convierte en el bastión del pueblo en resistencia
ENRIQUE MENDEZ, BLANCHE PETRICH Y GUSTAVO CASTILLO ENVIADOS


Elementos de la PFP podrían intentar la toma de Ciudad Universitaria, advierten Foto Ap

Oaxaca, Oax., 29 de octubre. La Ciudad Universitaria y sus alrededores se constituyeron en el último reducto de la resistencia de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) luego de que este domingo miles de elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) "barrieron" barricadas y retenes que desde hace más de 150 días se habían levantado en la capital oaxaqueña.

Por temor a una inminente entrada de la PFP a Ciudad Universitaria y a la estación Radio Universidad de Oaxaca, los integrantes de organizaciones sociales que fueron desalojados del zócalo oaxaqueño reforzaron los retenes y principales accesos a la emisora, pues fue considerada "vital" para el movimiento, ya que constituye el canal informativo y de coordinación entre los manifestantes.

Este domingo el rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), Francisco Martínez Neri, externó en un mensaje trasmitido a través de Radio Universidad de Oaxaca su preocupación porque la violencia ponga en peligro la vida de universitarios y la integridad del patrimonio de la universidad. Y condenó cualquier posible intento de toma policiaca del campus.

En su mensaje, el rector declaró que este lunes esa casa de estudios fijará su posición ante los universitarios y la sociedad oaxaqueña, dada la posibilidad de que elementos de la PFP ingresen por la fuerza a esa institución como parte del operativo que este domingo implementó el gobierno de Vicente Fox para desactivar el conflicto en esa entidad.

Asimismo puntualizó que "ante la gravedad de los hechos originados por el conflicto por el que atraviesa el estado de Oaxaca, la UABJO"asume las siguientes posturas:

Ratifica que "la única vía para dirimir controversias es y será el empleo civilizado del diálogo y la negociación; que nada justifica la pérdida de vidas humanas; por el contrario, éste debe ser el fin primordial de todo órgano socialdemócrata y de derecho".

Agrega que "el ingreso de la fuerza pública federal a Oaxaca ha derivado en versiones de una posible incursión violenta en el campus universitario. Por ello, como rector de la máxima casa de estudios de Oaxaca, manifiesto mi absoluto desacuerdo ante esa posibilidad, ya que en el ámbito de la responsabilidad que me confirió la comunidad universitaria debo preservar la integridad y vida de los universitarios, así como la docencia y el ejercicio pleno de la democracia universitaria, la libertad de pensamiento y el diálogo convincente, elementos que han sido práctica histórica de la vida de nuestra institución".

En el transcurso de la noche la PFP realizó al menos 10 vuelos de reconocimiento sobre la UABJO, lo que acrecentó el temor de la entrada policiaca al campus.

Al cierre de esta edición los manifestantes se mantenían en alerta ante la posible incursión policiaca; sin embargo, en los alrededores no se detectaba presencia de alguna corporación.

Con lluvia de piedras en cada esquina dieron la bienvenida a la fuerza pública

Unidos y organizados, los oaxaqueños intentaron repeler la embestida policiaca
"Ustedes están jodidos como nosotros, ¿por qué nos hacen esto?", gritaban a los agentes

BLANCHE PETRICH, ENRIQUE MENDEZ Y GUSTAVO CASTILLO ENVIADOS



Con buldózeres, elementos de la PFP levantaron las barricadas de los habitantes Foto Ap/Luis Alberto Cruz


Oaxaca, Oax., 29 de octubre. Al mediodía, cuando el avance de las fuerzas federales sobre la ciudad de Oaxaca apenas comenzaba -lento, inexorable-, los vecinos de la colonia Candiani decidieron reforzar su barricada sobre la avenida Símbolos Patrios, esquina con Eulalio Gutiérrez, con un par de tráileres "retenidos" y un autobús escolar que tenía las llantas ponchadas. Colocaron su retén ciudadano, mantas y hasta sacaron a la bisabuela Angela para que hiciera guardia en su silla de ruedas.

Lo hicieron porque en esa esquina, hace dos semanas, cayó Antonio García, rotulista que llevaba café a los brigadistas. Fue abatido por militares borrachos, quienes salían armados de un table dance a altas horas de la noche.

Fue entonces cuando descubrieron que en una camioneta Suburban, supuestamente del servicio de transporte urbano, viajaban 12 jóvenes vestidos de civil. Tenían corte de cabello tipo militar, complexión atlética, buenos tenis y mochilas idénticas. Se resistían a identificarse. Entonces los esculcaron. Eran soldados de la 28 Zona Militar, adscritos a la Dirección General de Transportes Militares Sección Fletes. A los vecinos de la barricada, los soldados les dijeron que "iban a un curso a Ixtepec". Pero a esa hora, en este día de la historia de Oaxaca, nadie les creyó. Y según una vecina que tiene madera de lideresa, fueron "invitados a pasar" a la barricada y retenidos. Los sentaron a la sombrita -bajo una manta juarista, que tenía el lema de "el derecho al respeto ajeno es la paz"-, les dieron de beber agua de jamaica bien fría y hasta revistas para que se entretuvieran.

Gustavo Adolfo López, de la comisión de orden y vigilancia de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, se puso en contacto con el comandante de la 28 Zona Militar, Juan Hernández, y con Fernando Yánez, comisionado de la Secretaría de Gobernación. Se acordó que pasarían a buscar a los militares a la barricada. Todo se resolvió sin incidentes en menos de 20 minutos. Un vehículo de la zona de Ixcotel pasó a buscarlos y se los llevó en dirección contraria al aeropuerto.

Apenas había desaparecido el transporte militar con los soldados cuando en dirección opuesta hizo su aparición el muro negro de escudos y toletes, precedido por dos buldózeres y gritos de ira de la población.

"Llévense a Ulises"

La doña de la tercera casa de la calle Puerto de Manzanillo estaba por servir la mesa cuando oyó el estruendo. Salió corriendo hacia la esquina de la avenida Símbolos Patrios con el trapo de la cocina en las manos. Y tras ella, su prole. Vieron cómo su trinchera se hacía añicos en las pinzas de los buldózeres, conforme avanzaba, compacta, la columna de escudos de la Policía Federal Preventiva (PFP). Cómo detrás de los federales iban los camiones que usan a diario al servicio de la ocupación. Eso sí hizo hervir la sangre de la doña, de su prole y de todos los presentes, pueblo puro y duro de la ciudad de Oaxaca.

-¡Choferes traidores! -gritaban.

La empresa Servicios Especializados de Transportes Antequera (Sertexa) prestó sus unidades para el traslado de la policía federal. O fueron requisados, como ocurrió a ADO, a la que fueron expropiadas "temporalmente" al menos 12 unidades para el transporte de tropa del Istmo y Tuxtepec.

-¿Está nerviosa, comadre? -preguntaron a la matrona que vive en la calle Manzanillo.

-¿Nerviosa? Ni madre. Impotente -respondió.

Por un momento el convoy se detuvo. Y los vecinos se lanzaron contra los autobuses para poncharles las llantas. La PFP entró en acción y correteó a los jóvenes en todas las bocacalles. Avanzó la fuerza federal hacia el centro. En cada esquina fueron recibidos con lluvia de piedras. En una curva, unas viejillas corrían desde lo hondo del camellón hacia la banqueta, de ida y vuelta, una y otra vez, con la canasta del mandado. En la hondonada recogían piedras que entregaban a los muchachos, quienes, cual intifada local, hicieron añicos las ventanas de todas las unidades de la Sertexa.

La vecina con madera de lideresa de la barricada, quien minutos antes ofrecía agua de jamaica, caminaba frente a los policías roja de coraje: "Pero si ustedes están pinchemente jodidos como nosotros, ¿porqué nos hacen esto y no se llevan a Ulises?" Otros gritos de mujeres se escuchaban al paso de la PFP: "No violen a las mujeres, llévense a Ulises." "Hagan esto con los narcos, no con nosotros." "También estamos luchando por ustedes." "Oaxaca no es Atenco." Y la descarga popular inevitable: "¡putos, puercos, culeros!"

Una y otra vez, entre la gente enardecida había quien llamaba a la razón, a no responder a la provocación, a no dar motivos. Era todo un operativo de contención. Autocontención. Sabiduría popular. Mejor las banderas blancas y las tricolores, los espejos, las vírgenes de Guadalupe, aderezadas con mentadas para expresar el repudio inequívoco. Y en los bolsillos muchas, pero muchas resorteras. Y canicas de diversos calibres como proyectiles. ¿Alguien aplaudió? Quizá. No muchos.

Marchan en unos mil vehículos por arterias del DF

Simpatizantes de López Obrador exigen a militares salir de Oaxaca
ELIZABETH VELASCO C.



La actriz Jesusa Rodríguez encabezó una caravana de vehículos que se manifestó contra la represión en Oaxaca y a favor de Andrés Manuel López Obrador Foto Marco Peláez


Al coro de "Oaxaca no es cuartel, fuera el Ejército de él", miles de integrantes y simpatizantes de la convención nacional democrática exigieron la renuncia del gobernador Ulises Ruiz.

Del Auditorio Nacional al Zócalo, y de ahí al Monumento a la Revolución, en decenas de autos y a pie, los integrantes del movimiento de resistencia civil pacífica volcaron por espacio de cuatro horas su respaldo al pueblo de Oaxaca, mientras los medios de difusión informaban del arribo de la Policía Federal Preventiva al centro de la capital de esa entidad.

"¡Oaxaca, aguanta, el pueblo se levanta!" y "¡No están solos!", entonaban miles con indignación y coraje reflejados en el rostro, mientras hacían de Ulises Ruiz la imagen principal del encono social.

En la descubierta de la caravana, la actriz Jesusa Rodríguez portaba como estandarte del sentir popular el rostro de un cerdo con anteojos y bigote denominado "Ulises Ruiz".

La también dramaturga llevaba una blusa blanca con manchas que representaban sangre, en referencia a los asesinatos perpetrados recientemente en Oaxaca.

Desde camionetas, autos y bicicletas calificaron de "represor" y "asesino" al mandatario oaxaqueño y exigieron encarcelarlo, además de reprobar el uso de la violencia como método del gobierno federal para solucionar conflictos sociales.

En las aceras de Paseo de la Reforma, Juárez, Plaza de la Constitución, Cinco de Mayo e Hidalgo paseantes aplaudían y saludaban el paso de la caravana desplegada también en apoyo a la lucha que encabeza Andrés Manuel López Obrador "en contra del gobierno espurio e ilegítimo de Felipe Calderón".

Adolescentes, niños y ancianos se mezclaban y sumaban al contingente en diversos tramos del recorrido, que siguieron la ruta del plantón de resistencia civil efectuado durante 48 días.

Los simpatizantes seguían de cerca los carros alegóricos y buscaban tocar una figura de López Obrador que llevaba una banda presidencial, que sobresalía desde varios autos, entre ellos el de Layda Sansores con su familia.

Entre los carros alegóricos más originales se encontraba uno que llevaba una guillotina con un hombre sin cabeza, mientras los convencionistas coreaban "Ulises ya cayó y sigue Calderón".

De acuerdo con elementos de la Policía Federal Preventiva, eran alrededor de 700 las personas que clamaban por una solución pacífica en Oaxaca, pero el vocero perredista, Gerardo Fernández Noroña, aseguró que se reunieron más de mil vehículos, además de los cientos de simpatizantes del político tabasqueño que iban a pie y en bicicletas.

La columna inició su recorrido a las 11 horas en el Auditorio Nacional. Pasado el mediodía se detuvo en el Hemiciclo a Juárez para manifestar su respaldo a los maestros de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en huelga de hambre, cuyo estado de salud se definió crítico, y cerca de las 13:30 horas llegó a la plaza de la Constitución, donde las campanas de la Catedral Metropolitana doblaban en señal de júbilo por la instalación de la estatua del papa Juan Pablo II.

Para evitar un enfrentamiento con grupos religiosos ahí reunidos, los manifestantes sólo dieron vuelta al circuito y luego avanzaron por 5 de Mayo e Hidalgo hasta llegar al Monumento a la Revolución, donde, en un mitin encabezado por Jesusa Rodríguez, Fernández Noroña y uno de los integrantes de la APPO, se exigió la renuncia de Ulises Ruiz, a quien responsabilizaron del conflicto en la entidad, y al gobierno federal de los actos de represión que se produzcan.

"Ha empezado una gran ofensiva y sabemos que en este momento se están haciendo detenciones arbitrarias", señalaba el integrante de la asamblea popular alrededor de las 15 horas, cuando se estaba dando la batalla en aquella entidad.


"Esperamos un guiño para ir a México a la mesa de negociación, pero no hubo tal señal"
"Nosotros no rompimos el diálogo": APPO
Adelfo Regino: pobre Calderón, después de lo que hizo no va a poner un pie en Oaxaca

BLANCHE PETRICH, ENRIQUE MENDEZ Y OCTAVIO VELEZ ENVIADOS Y CORRESPONSAL

Oaxaca, Oax., 29 de octubre. Todos los esfuerzos de la dirección colectiva de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) por contactar a la Secretaría de Gobernación, hasta las siete de la noche, fueron infructuosos. A partir de ese momento, la directiva del movimiento resolvió que, más allá de su instrucción general a la población -resistir de manera pacífica en las barricadas-, quedaba "en manos del pueblo" la decisión de las acciones concretas de esta resistencia, anunciaron anoche personas cercanas a la organización, cuando ya habían transcurrido siete horas desde que empezó la toma de la capital del estado.

A su vez, el dirigente mixe Adelfo Regino advirtió esta noche: "pobrecito Felipe Calderón. Después de lo que hizo hoy, antes de ser presidente, no va a poner un pie en Oaxaca en lo que dure su gobierno".

Abogado y líder de la organización Ser Mixe, Regino puntualizó que si Vicente Fox empezó su sexenio "alardeando que solucionaría el conflicto de Chiapas en 15 minutos, hoy lo termina con las manos manchadas de sangre, en una coyuntura en la que claramente privilegió la represión, cuando aún había posibilidades de una solución dialogada.

"Y en esta decisión estuvo involucrado, sin duda alguna, Felipe Calderón. Los dos derramaron sangre de oaxaqueños para salvarle la cara a una persona -Ulises Ruiz- que no se va a poder sostener en el gobierno, que no va a poder regresar a su estado. Esta es la consecuencia del chantaje del PRI al PAN, que condicionó el apoyo de Ruiz a la toma de posesión de Calderón. El resultado es al revés: por sostener a un gobernador asesino, ambos se ganaron el desprecio del pueblo de Oaxaca. Y no lo dice una voz radical; quienes conocen mi trayectoria lo saben bien", indicó.

Añadió: "ojalá que la sociedad mexicana haga una lectura correcta de lo que sucedió hoy aquí: miles de oaxaqueños se lanzaron a las calles, por toda la ciudad, a repudiar la ocupación de la policía federal. No los esperamos aplaudiendo, humillados; no fue así. A partir de hoy, para la APPO resulta de urgente necesidad aclarar que no fueron ellos quienes rompieron la vía del diálogo, sino que fue una iniciativa unilateral del gobierno federal".

Por la tarde, dos horas después del ingreso de la PFP al centro de la ciudad, cientos de personas simpatizantes de la APPO se congregaron a las cinco de la tarde en el zócalo, pese a que los contingentes policiacos, con toletes y fusiles de gas lacrimógenos, permanecían apostados en los dos accesos al sur de la plaza mayor, sobre la calle Guerrero.

Dos dirigentes de la APPO, Roberto García Lucero y Miguel Angel Schultz, encabezaron la columna de manifestantes que entró por el norte, por la avenida Independencia. Los oradores instaron a la población a "resistir pacíficamente" la ocupación de las fuerzas federales ,"en un acto de unidad y dignidad" y haciendo uso de su derecho constitucional.

"Y que lo sepa el mundo -insistieron-, no fuimos nosotros los que rompimos el diálogo."

Por su parte, el responsable de la comisión de orden y vigilancia de la APPO, Gustavo Adolfo López, señaló que los dirigentes del movimiento entendieron que "Fox nos había traicionado" en el momento en el que Gobernación emitió, la tarde del sábado, el comunicado en el que puso un ultimátum a la APPO para "entregar" el zócalo y todas sus posiciones, sin mencionar las garantías de seguridad que la dirección colectiva había pedido.

"No fuimos nosotros quienes nos negamos a sentarnos a la mesa de diálogo que Gobernación llamó para el viernes; no dijimos que no. Pedimos un día de plazo para poder llegar con una propuesta de consenso. El sábado, en asamblea plenaria, le dijimos a Miguel Alvarez, de Serapaz, que sí aceptábamos acudir a Gobernación, pero que el gobierno federal debía darnos garantías de que respetaría el zócalo. Pero el comunicado de la tarde no menciona nada de esto.

"Todavía ayer, aun con la llegada de las fuerzas federales y las tanquetas, esperábamos algún guiño, pero supimos que nos habían cerrado las puertas cuando anoche Fernando Yáñez, el enviado de Abascal, nos apagó el celular y cortó toda comunicación con nosotros. Fue una actitud vergonzosa."

Antes de que se conociera que las casas de Flavio Sosa y otros líderes sociales habían sido cateadas y que el mando de la organización se recluyera, López explicó: "obvio que no estamos dispuestos a entregar Oaxaca, pero esa decisión ya no es nuestra sino del pueblo, de las colonias. Mantenernos en nuestras calles y plazas no implica ruptura del orden constitucional ni una actitud segregacionista. No podemos ceder en nuestra demanda principal; no es justo ni digno que dejemos que un asesino como Ulises Ruiz nos gobierne".

Insistió: "hasta hoy en la noche esperamos un guiño para ir de inmediato a México, a la mesa de negociación. Pero no hubo tal señal".




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NO A LA GOBERNABILIDAD
Por ISRAEL LOPEZ - Friday, Nov. 03, 2006 at 6:49 PM
israeldaniell@hotmail.com

estamos en apoyo de las organizaciones encontra del estado o del gobeirno federal solicitando se neos tenga informado al cien porciento de lo que pasa en el lo que nosotrso COAUHILA los podamos apollar tanto la UNIVERSIDAD AUTONOMA DE COAHUILA Y TECOLOGOCI DE SALTILLO Y DE MAS UNIVERSIDADES NOS UNIREMOS POR UNA BUENA CAUSA

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LAS PERSONAS DE OAXACA SIN EXCEPCIONALES
Por JANIS - Saturday, Dec. 13, 2008 at 8:48 PM

Son encantadoras personas fuera de todos los revoluciones que llevan consigo son personas demasiado inteligentes y seguras de si, me encantan y sobre todo son encantadores, yo me enamore de una persona de ahi y no lo olvido aunque este fuera de mi alcance....aun asi sigun siendo excepcionales.

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