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Río III/ 11 AÑOS DE “AQUELLO”
Por Fabián Menichetti - Río III online - Wednesday, Nov. 01, 2006 at 12:03 PM

Así muchos riotercerenses se refieren a los sucedido el 3 de Noviembre de 1995, cuando la Fábrica Militar Río Tercero voló por el aire, devastando a los barrios cercanos, asesinando a siete personas e hiriendo a otros cientos, además de regar con proyectiles de guerra y esquirlas a toda la ciudad. La Justicia aún tarda en llegar

11 AÑOS DE “AQUELLO”

Así muchos riotercerenses se refieren a los sucedido el 3 de Noviembre de 1995, cuando la Fábrica Militar Río Tercero voló por el aire, devastando a los barrios cercanos, asesinando a siete personas e hiriendo a otros cientos, además de regar con proyectiles de guerra y esquirlas a toda la ciudad. La Justicia aún tarda en llegar

* Por Fabián Menichetti

Son 11 años de “aquello”. Así muchos riotercerenses se refieren a los sucedido el 3 de Noviembre de 1995, cuando la Fábrica Militar Río Tercero voló por el aire, devastando a los barrios cercanos, asesinando a siete personas e hiriendo a cientos, además de regar con proyectiles de guerra y esquirlas a toda la ciudad. El 11, no es un número redondo, como ocurre con el 10, cuando el año pasado se recordó aquel brutal atentado, pero marca una extensión más en el tiempo hacia la Justicia que tarda en llegar. La causa por las explosiones, aún está allí, esperando una resolución, con militares imputados, que podrían ser procesados, pero sin ideólogos en la mira judicial. La nueva instrucción está a cargo actualmente del conjuez Diego Estévez, que se hizo cargo de la investigación después de que el magistrado primigenio se “inhibiera” para seguir actuando como juez instructor, al recibir nuevamente el expediente desde el Tribunal Oral de Córdoba, pero para que orientara la pesquisa en el camino de la intencionalidad. En palabras sencillas, Martínez elevó la causa a juicio hace algunos años, sin determinar el origen y motivo de la tragedia. La pericia que llevó adelante en una instrucción suplementaria el fiscal del tribunal en donde se sustanciaría el proceso por estrago culposo dejó en claro algo: A la fábrica la habían hecho volar. Había que investigar nuevamente. La mayor sospecha fue que la explosión sirvió para ocultar el faltante de proyectiles producto de la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador. Con Martínez, ya como un mal recuerdo de una causa que estuvo más detenida que en marcha, salió sorteado para reemplazarlo Estévez. Tampoco ya está el fiscal original, Roberto Massuet, duramente cuestionado por su actuación en la causa. Masuet se jubiló y quedó como fiscal especial Carlos Stornelli, el hombre que llevó a prisión, aunque momentánea y domiciliaria, por su edad, a Carlos Menem, por el contrabando de las armas. Ahora hay militares imputados: Jorge Cornejo Torino, ex director de la Fábrica, cuando sucedieron las explosiones; Carlos Franke, Edberto Gonzáles de la Vega, Marcelo Gatto, Oscar Quiroga y Juan Villanueva. Estévez debe decidir si quedan procesados, sobreseídos o si les dicta la falta de mérito. Se les imputa algun grado de responsabilidad en la voladura de la industria. Así y todo, aún quedarán interrogantes pendientes: ¿Quién mandó a volar la fábrica? ¿Quiénes son los responsables políticos? El sentido común parece arrojar una respuesta, aunque la Justicia parece aún no mirar hacia ese lugar, al que todos observan. “Menem debería estar procesado por lo de Río Tercero”, sintetizó el abogado Ricardo Monner Sans, en un diálogo radial con este periodista en la Cadena 26. “A Menem lo traicionó el subconciente cuando a poco de sucedidas las explosiones, y sin ningún papel en la mano, les ordenó a ustedes, los periodistas, que salieran a informar que se había tratado de un accidente”, agregaría el letrado que en marzo de 1995 denunció en los tribunales porteños el tráfico de armas, y hoy, junto a Horacio Viqueira y Auka Barbero, es abogado patrocinante de la única querellante penal, la abogada y viuda de Hoder Dalmasso, víctima de las explosiones, Ana Gitti. Esa convicción de Moner no es extraña a los riotercerenses o por lo menos a la inmensa mayoría de los habitantes de la ciudad que hace 11 años fue víctima de un bombardeo. De todas maneras, más allá de las convicciones colectivas, el ex presidente nunca fue citado a declarar por la Justicia por esta causa. Si era el responsable máximo del Estado, cuando la fábrica voló, si estuvo detenido, aunque temporariamente en la quinta de su amigo Gostanian, por ser el presunto jefe de una asociación ilícita que contrabandeó pertrechos bélicos, los mismos que se preparaban en la Fábrica Militar ¿lo lógico no hubiera sido que fuera citado a declarar por su explosión? Ya se sabe que la Justicia en la Argentina, es lenta, tan lenta, que a 11 años, aún no hay una persona detenida por el bombardeo que cayó del cielo en esta ciudad. Pasaron 11 años, y entre la pasividad de la Justicia, la indiferencia de los medios más importantes del país, que solo recuerdan esta masacre en su aniversario, y el silencio comprado de algunos riotercerenses, la impunidad sigue estando de fiesta. En otro segmento de esta revista, como lo hacemos en cada noviembre, encontrarán algunos indicios de lo que fue “aquello”, para quien no lo vivió, por supuesto. Porque para quien padeció el fragor de semejante e inesperado ataque, no habrá palabras que puedan dimensionar aquella siniestra locura. No es un número redondo, como puede serlo el 10, aunque el 11 sigue extendiendo la espera por una Justicia que tarda en llegar. Las heridas siguen aún, para la mayoría, doliendo demasiado. Las esquirlas continúan lastimando.


* Periodista y escritor

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