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Paraguay: Reclaman políticas para frenar el éxodo y la pobreza
Por Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunic - Thursday, Mar. 29, 2007 at 4:28 AM
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Asunción, 28 de marzo (ALC).- Las céntricas calles de Asunción fueron ayer el escenario de la marcha campesina organizada por la Federación Nacional Campesina (FNC) que llegó hasta al Congreso Nacional.

Los campesinos manifestaron que la situación de pobreza en el interior del país es grave, citando como principales problemas el desmembramiento de las familias que buscan en la capital o el exterior una fuente de trabajo, la falta de puestos de salud que posean medicamentos y la ausencia de políticas de crecimiento para el pequeño productor.

Los labriegos sostuvieron que con esta movilización, se pretende instalar en la sociedad el debate sobre las consecuencias que trae el “excesivo electoralismo” al que someten sin exclusiones todos los partidos políticos, oficialistas como opositores, olvidando cuestiones primarias como la seguridad ciudadana y jurídica, la situación de crisis económica y la mediocridad en el tratamiento de la salud pública.

“Hemos traído un planteamiento concreto para el gobierno y los ciudadanos en general, en él exponemos nuestra visión de la realidad y proponemos soluciones”, enfatizó Arnaldo Ayala, dirigente campesino de la FNC, procedente del departamento de San Pedro.

Paraguay tiene aproximadamente una población campesina del 45 por ciento; hace dos décadas atrás el porcentaje ascendía al 65 por ciento. En 20 años esa diferencia de población fue emigrando a la ciudad. Según
denuncias de productores rurales, el Banco Mundial apoya una política para que en el año 2010 la población rural sea del 10 por ciento.

En el 2005 existían 255.578 pequeñas fincas en Paraguay, que tenían en su poder 1.468.764 hectáreas. Pero 3.240 propietarios tenían en su poder 18.361.500 hectáreas, o sea el 77 por ciento estaba controlado por el uno por ciento. Los números en este sentido van creciendo y los
nuevos dueños de la tierra son las multinacionales como Cargill, Monsanto, Shell y otras, que se adueñan de la tierra y ponen en práctica una política de expulsión de los campesinos.

El no tener políticas de estado que protejan al pequeño productor, estimulen el crecimiento de sus producciones, cuiden su salud y la de su familia, es una política tendiente a favorecer a los poderosos. Esta situación no tiene aspecto de revertirse; Paraguay junto con Argentina
y Brasil son los primeros productores de granos para el mercado mundial. Esto exige la producción sin barreras de ningún tipo y el agronegocio como política económica dominante.

La macroeconomía crece a costa de derramar toneladas de agrotóxicos y herbicidas, contaminando el medio ambiente, el agua, el aire y la vida de todos los seres, incluyendo los seres humanos. El problema no es la soja en si misma sino el monocultivo y el modo de producción contaminante que destruye todo.

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