Julio López
está desaparecido
hace 6401 días
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En memoria de Edgardo Garbulsky
Por COAD - Thursday, Jun. 21, 2007 at 1:08 AM

Como homenaje, Coad quiere compartir con Uds este sentido recuerdo de nuestro compañero Edgardo Garbulsky fallecido el 19 de junio

*COAD*
*Asociación Gremial de Docentes e Investigadores de la UNR*


In memoriam

Teníamos cinco o diez años cuando llegó la noche. Nosotros no supimos bien lo que paso, tuvimos siluetas, sombras, espectros en vez de verdades, todas recubiertas de tinieblas. El terror, el silencio, la huida hacia adelante y el conformismo signaron en nosotros una mirada
aterida del pasado. Fueron hombres y mujeres, escasos, sobrevivientes, briosos, generosos, los que casi sin preguntas nos dijeron qué pasó, pero no solo cuánto hubo de muerte, no solo cuanto hubo de combate, no solo cuanto hubo de injusticia y de traiciones, sino también cuánto se dio a la vida, cuánto terreno se le conquistó al odio, cuánto se quiso. No solo el sable ensangrentado del Dictador en la Moneda o en la Rosada, también
el canto de la compañera en una peña, la venida de los hijos en la lucha, o alguna borrachera o alguna duda hermana.

Eso fue Edgardo Garbulsky para muchos de nosotros, alguien que quiso más darnos lo que tuvo, que recibir lo que no podíamos dar, y esto no tendría más que un vano sentido- parafraseando a alguien - si no existieran entre nosotros otros como él, que son cada vez más, que serán miles.

Que sean nuestras luces venideras a la memoria del camarada Edgardo Garbulsky ¡¡¡¡¡

Angel Oliva

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En Mermoria del maestro Edgardo Garbulsky
Por Rodrigo Sepúlveda - Saturday, Jun. 23, 2007 at 1:23 AM
rfsepulveda@gmail.com

El 18 de Junio, en su Rosario natal, falleció nuestro querido Compañero, Colega y Maestro Edgardo Garbulsky. La antropología latinoamericana va a extrañar a este gran intelectual que hizo de su vida y su quehacer profesional un instrumento al servicio de los pueblos. Enviamos también un saludo a su familia, compartiendo el dolor de este momento y haciéndoles saber que Edgardo estará siempre presente entre sus colegas chilenos.

A Edgardo lo conocí en el contexto del tercer congreso de Antropología de Temuco. Esa vez vino con una delegación de estudiantes de la universidad nacional de rosario, en un viaje interminable en bus que a él no parecía afectarle. Recuerdo su aspecto austero, ese terno gris de los antropólogos de la otra generación, la de los que iniciaron la antropología profesional. Me sorprendió su amena apertura para conversar y analizar a fondo todos los temas con rigurosidad y sin temores. Su opción por una antropología comprometida se manifestaba claramente, además de sus palabras, en su actitud generosa y el desdén por las distancias propias de la etiqueta académica tradicional. Demás está señalar que desde entonces, reconocí en Edgardo a un maestro, compañero y amigo.
Como me comenta una Colega y amiga Argentina, Edgardo encarnaba la memoria de la antropología progresista Latinoamericana. Además de ser un gran investigador de la historia intelectual de América, tenía una identidad personal fuertemente ligada a la memoria en el sentido de ser un sujeto histórico que logra asumir, desde su trayectoria y la conciencia, los desafíos del presente. Del mismo modo su historia de vida se enlaza con la historia olvidada de la antropología chilena. Mantenía contacto con sus ex alumnos de la Universidad Concepción, los primeros antropólogos profesionales a los que Edgardo hizo clases de 1967 hasta el 11 de Septiembre de 1973; siendo a los pocos días de esa siniestra fecha, detenido y enviado al campo de concentración de isla Quiriquina, de donde posteriormente es expulsado del país gracias a la gestión de sus colegas y amigos en Argentina. Una buena parte del grupo de los primeros antropólogos formados en la Universidad de Concepción, así como los docentes perseguidos como Edgardo se transformaron en sobrevivientes tras ser víctimas de la fragmentación académica más violenta de la antropología chilena. Al respecto Edgardo señalaba en su ponencia en el III Congreso Chileno de Antropología :

“..es doloroso decir que fuimos parte de un proyecto institucional y de una generación derrotada; pero al mismo tiempo no nos consideramos vencidos. Continuamos en el recuerdo y la acción de muchos de los muchachos que nos tuvieron como docentes y compañeros”

Edgardo manifestó siempre un interés especial por la formación de los antropólogos. Al término de la dictadura en Argentina se incorporó como profesor a la Universidad Nacional de Rosario, desde donde siguió formando varias generaciones de colegas trasandinos. En forma asociada a la docencia, su trabajo profesional se identifica con el desarrollo de propuestas intelectuales comprometidas con las luchas de los sujetos sociales. Quizá por eso es que contamos con su apoyo desde un inicio en la formación del grupo de antropología crítica, y fue parte fundamental de nuestro quehacer. Con él organizamos no sólo seminarios temáticos (como aquel sobre Alejandro Lipschutz) y simposios académicos de antropología crítica a nivel nacional e internacional, sino también contamos siempre con su orientación ética y política para actuar desde una posición intelectual – y por ende crítica- frente a lo que estaba ocurriendo en las sociedades latinoamericanas y en el mundo. Va a ser muy grande su ausencia en el simposio de Antropología Crítica, en el VI Congreso Chileno de Antropología en Valdivia, habría sido el quinto simposio que hacemos juntos en estos 9 años que alcanzamos a compartir.

Siempre apegado a la vida y contribuir a los movimientos sociales, nos supo mostrar que asumía los desafíos que los procesos históricos le presentaban. Recuerdo que cuando lo conocí no se acercaba mucho a los computadores, pero rápidamente entró en Internet sólo porque algunos compañeros le indicaron que para poder contactarse con él y desarrollar un trabajo transformador requerían que se aprendiera a conectar al mundo de los correos electrónicos. Pues bien, Edgardo no sólo abrió una cuenta y empezó a leer su correo electrónico sino que además ,al poco tiempo, se transformó en un sistemático difusor de declaraciones, acciones de movimientos sociales, grupos antiimperialistas, etc. que nos hacía llegar regularmente por Internet, generando una red de sujetos que nos uníamos a través de sus mensajes. Ha sido conmovedor al revisar los correos enviados por Edgardo, descubrir que el último, del 4 de Junio, corresponde a un archivo de audio adjunto que nos reenviaba con la voz del Che hablando ante la asamblea de Naciones Unidas, en 1964. En ese discurso hay una frase que me quedó dando vueltas:

“..Esta epopeya que tenemos delante la van a escribir las masas hambrientas de indios, de campesinos sin tierra, de obreros explotados; la van a escribir las masas progresistas, los intelectuales honestos y brillantes que tanto abundan en nuestras sufridas tierras de América Latina.”

Edgardo era conciente de estar participando en forma activa de esa epopeya y con su profunda sabiduría, cariño y entrega nos enseñó el camino de los que son - desde la antropología - esos intelectuales honestos y brillantes, que tanto necesita nuestra Latinoamérica.




Edgardo, Compañero. ¡Hasta la Victoria Siempre!




Rodrigo Sepúlveda
Antropólogo Chileno
Grupo de Antropología Crítica

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En Mermoria del maestro Edgardo Garbulsky
Por Rodrigo Sepúlveda - Saturday, Jun. 23, 2007 at 1:30 AM
rfsepulveda@gmail.com

El 18 de Junio, en su Rosario natal, falleció nuestro querido Compañero, Colega y Maestro Edgardo Garbulsky. La antropología latinoamericana va a extrañar a este gran intelectual que hizo de su vida y su quehacer profesional un instrumento al servicio de los pueblos. Enviamos también un saludo a su familia, compartiendo el dolor de este momento y haciéndoles saber que Edgardo estará siempre presente entre sus colegas chilenos.

A Edgardo lo conocí en el contexto del tercer congreso de Antropología de Temuco. Esa vez vino con una delegación de estudiantes de la universidad nacional de rosario, en un viaje interminable en bus que a él no parecía afectarle. Recuerdo su aspecto austero, ese terno gris de los antropólogos de la otra generación, la de los que iniciaron la antropología profesional. Me sorprendió su amena apertura para conversar y analizar a fondo todos los temas con rigurosidad y sin temores. Su opción por una antropología comprometida se manifestaba claramente, además de sus palabras, en su actitud generosa y el desdén por las distancias propias de la etiqueta académica tradicional. Demás está señalar que desde entonces, reconocí en Edgardo a un maestro, compañero y amigo.
Como me comenta una Colega y amiga Argentina, Edgardo encarnaba la memoria de la antropología progresista Latinoamericana. Además de ser un gran investigador de la historia intelectual de América, tenía una identidad personal fuertemente ligada a la memoria en el sentido de ser un sujeto histórico que logra asumir, desde su trayectoria y la conciencia, los desafíos del presente. Del mismo modo su historia de vida se enlaza con la historia olvidada de la antropología chilena. Mantenía contacto con sus ex alumnos de la Universidad Concepción, los primeros antropólogos profesionales a los que Edgardo hizo clases de 1967 hasta el 11 de Septiembre de 1973; siendo a los pocos días de esa siniestra fecha, detenido y enviado al campo de concentración de isla Quiriquina, de donde posteriormente es expulsado del país gracias a la gestión de sus colegas y amigos en Argentina. Una buena parte del grupo de los primeros antropólogos formados en la Universidad de Concepción, así como los docentes perseguidos como Edgardo se transformaron en sobrevivientes tras ser víctimas de la fragmentación académica más violenta de la antropología chilena. Al respecto Edgardo señalaba en su ponencia en el III Congreso Chileno de Antropología :

“..es doloroso decir que fuimos parte de un proyecto institucional y de una generación derrotada; pero al mismo tiempo no nos consideramos vencidos. Continuamos en el recuerdo y la acción de muchos de los muchachos que nos tuvieron como docentes y compañeros”

Edgardo manifestó siempre un interés especial por la formación de los antropólogos. Al término de la dictadura en Argentina se incorporó como profesor a la Universidad Nacional de Rosario, desde donde siguió formando varias generaciones de colegas trasandinos. En forma asociada a la docencia, su trabajo profesional se identifica con el desarrollo de propuestas intelectuales comprometidas con las luchas de los sujetos sociales. Quizá por eso es que contamos con su apoyo desde un inicio en la formación del grupo de antropología crítica, y fue parte fundamental de nuestro quehacer. Con él organizamos no sólo seminarios temáticos (como aquel sobre Alejandro Lipschutz) y simposios académicos de antropología crítica a nivel nacional e internacional, sino también contamos siempre con su orientación ética y política para actuar desde una posición intelectual – y por ende crítica- frente a lo que estaba ocurriendo en las sociedades latinoamericanas y en el mundo. Va a ser muy grande su ausencia en el simposio de Antropología Crítica, en el VI Congreso Chileno de Antropología en Valdivia, habría sido el quinto simposio que hacemos juntos en estos 9 años que alcanzamos a compartir.

Siempre apegado a la vida y contribuir a los movimientos sociales, nos supo mostrar que asumía los desafíos que los procesos históricos le presentaban. Recuerdo que cuando lo conocí no se acercaba mucho a los computadores, pero rápidamente entró en Internet sólo porque algunos compañeros le indicaron que para poder contactarse con él y desarrollar un trabajo transformador requerían que se aprendiera a conectar al mundo de los correos electrónicos. Pues bien, Edgardo no sólo abrió una cuenta y empezó a leer su correo electrónico sino que además ,al poco tiempo, se transformó en un sistemático difusor de declaraciones, acciones de movimientos sociales, grupos antiimperialistas, etc. que nos hacía llegar regularmente por Internet, generando una red de sujetos que nos uníamos a través de sus mensajes. Ha sido conmovedor al revisar los correos enviados por Edgardo, descubrir que el último, del 4 de Junio, corresponde a un archivo de audio adjunto que nos reenviaba con la voz del Che hablando ante la asamblea de Naciones Unidas, en 1964. En ese discurso hay una frase que me quedó dando vueltas:

“..Esta epopeya que tenemos delante la van a escribir las masas hambrientas de indios, de campesinos sin tierra, de obreros explotados; la van a escribir las masas progresistas, los intelectuales honestos y brillantes que tanto abundan en nuestras sufridas tierras de América Latina.”

Edgardo era conciente de estar participando en forma activa de esa epopeya y con su profunda sabiduría, cariño y entrega nos enseñó el camino de los que son - desde la antropología - esos intelectuales honestos y brillantes, que tanto necesita nuestra Latinoamérica.




Edgardo, Compañero. ¡Hasta la Victoria Siempre!




Rodrigo Sepúlveda
Antropólogo Chileno
Grupo de Antropología Crítica

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