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Indígenas de Costa Rica buscan rescatar un lenguaje perdido en el tiempo
Por Terra Actualidad - EFE - Friday, Jun. 29, 2007 at 7:51 PM

La comunidad indígena Boruca de Costa Rica, integrada por unos 2.500 habitantes, busca, como parte de una estrategia de conservar su cultura e identidad, rescatar la lengua brunca, perdida por el paso del tiempo y la influencia colonizadora.

Incrustada en las montañas del Pacífico sur costarricense, Boruca, perteneciente al pueblo Brunca, es un pequeño territorio de 12.400 hectáreas, cuyos fundadores se vieron obligados a esconderse allí para escapar de la conquista española.

La subsiguiente colonización llegó con el tiempo hasta este recóndito lugar y las formas hispanas se impusieron en detrimento de las costumbres y tradiciones de los Brunca, que perdieron el uso de su lengua, que ahora sólo conservan los ancianos.

Para revertir la situación, se ha incorporado a la escuela del pueblo un grupo de 12 maestros, 10 de ellos indígenas y uno con dominio del brunca, tras superar los trámites burocráticos para cumplir con todos los requisitos del Ministerio de Educación, según explicó a Efe Mario Lázaro, director indígena del centro, durante un recorrido por el sitio.

'No ha sido fácil porque hay algunos inconvenientes con el Gobierno. El pueblo apoya la iniciativa y se ha visto que los niños ahora hablan brunca en la calle, lo que es un gran progreso y un fortalecimiento de la cultura', afirmó Lázaro.

Además, los maestros imparten clases de brunca a los adultos para fortalecer la lengua y para que los niños practiquen también en sus casas.

Sin embargo, luego de terminar la primaria los borucas que asisten a la secundaria deben ir a colegios públicos comunes donde la educación indígena es nula.

'Estamos viendo posibilidades de que en la secundaria se dé un proceso de seguimiento. Ahí el Gobierno tendría que meterle más ganas y dinero al programa de educación indígena', declaró el educador.

Otra iniciativa para fortalecer la identidad de la comunidad es el cambio del nombre de la escuela por uno de un héroe indígena, ya que en la actualidad se llama Doris Z. Stone, una arqueóloga estadounidense que llegó a Boruca en la década de 1940 y donó materiales para la escuela.

Los borucas no quieren que la escuela lleve el nombre de quien consideran expolió el patrimonio arqueológico de la comunidad y aparentemente sustrajo decenas de piezas de oro, jade y alfarería que encontró en sitios funerarios.

En la escuela, fundada en 1887, estudian 220 niños, quienes también cuentan con un profesor de artesanía autóctona para preservar la tradición y que se convierta en un medio de sustento económico.

Y es que en Boruca, ubicada unos 300 kilómetros al sureste de San José, el 80 por ciento de la población depende de la venta de artesanía, actividad que atiende la demanda de los turistas, cuya visita esperan sea promovida por el Gobierno.

Los artesanos utilizan técnicas heredadas de sus antepasados con las que elaboran hermosas obras de madera como máscaras, tambores, arcos y flechas, así como delicados tejidos de algodón.

Pese a la belleza de sus obras, los borucas afrontan problemas para venderlas fuera de su territorio debido a que personas no indígenas elaboran diseños similares que venden en las ciudades a turistas como si fueran originales.

Por esta razón, la asociación de desarrollo de la comunidad buscan asesoría para crear en internet una tienda virtual.

La tradición textil se ve también afectada por la normativa conservacionista vigente, según la artesana Higinia González, quien explicó que le han prohibido extraer algunos de los tintes naturales que utiliza en su trabajo.

El Ministerio de Ambiente (MINAE), dijo, impide por Ley sacar del mar el caracol conocido como 'Murice', que debidamente estimulado libera una tinta morada de gran resistencia de coloración.

González aseguró que el método tradicional de extracción de la tinta no pone en riesgo al molusco, que es devuelto con vida al mar, tras la 'ordeña'.

En Costa Rica existen 24 territorios indígenas, que están dentro de ocho pueblos: Chorotega, Brunca, Teribe, Bribri, Maleku, Huetar, Guaymi y Cabecar.

Datos oficiales indican que en el país, con 4,5 millones de habitantes, residen unos 63.000 indígenas que se enfrentan como principales problemas a la pobreza, pérdida de tierras, cultura e identidad, y un acceso deficiente a la salud y educación.

29-06-2007

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