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Embarcación, un destino chaqueño
Por Hernán Scandizzo ((i)) - Friday, Sep. 14, 2007 at 2:28 PM
herscan@yahoo.com.ar

“Yo nací en Embarcación, Salta, aunque la mayoría de mi familia es de Misión Chaqueña, pero somos wichí, o sea que andamos en todos lados”, dice la referente wichi Octorina Zamora, de la comunidad Honat Le’Les. Embarcación está en el de Salta, a 36 km de Orán y a casi 80 km de Tartagal. “Tenemos cerca la ruta 81, que es la que va para Formosa, tenemos la 53, que va hasta la Misión Chaqueña. Embarcación es un pueblo que se caracteriza por tener muchas comunidades indígenas y por estar a las puertas de lo que sería el chaco salteño. Los wichís somos más, después vienen los guaraní y los tobas y uno que otro chorote que por ahí ha venido del Pilcomayo, kollas hay muy pocos”, agrega para completar la referencia de su origen y territorio.

Semanas atrás la comunidad instaló una carpa en la plaza de esa ciudad para reclamar el título sobre su espacio comunitario, la medida se extendió por tres días y actualmente existe la posibilidad de una expropiación que los favorecería. Pero en esas tierras, ubicadas en la periferia del pueblo, sólo hay espacio para las viviendas, por eso también demandan un territorio adicional. La decisión ahora está en manos tanto de la legislatura como del ejecutivo salteño. En diálogo con Indymedia Zamora trazó un panorama general de Embarcación, historió el despojo territorial, los límites de la legislación indígena y las emergencias sociales. Habló de las políticas de negación en una localidad donde los cultivos de soja avanzan y el término chaco se resignifica, pierde su sentido en quechua: “territorio de caza”, deja de ser el nombre de una región geográfica, y se convierte en un destino.

Fotos: Latido Americano y Hernán Scandizzo ((i)).


-¿Cuántas son las comunidades en Embarcación?

Alrededor del pueblo, del centro de Embarcación, hay 11 comunidades y esas 11 comunidades indígenas no cuentan con la titularidad del territorio.

-“Alrededor del pueblo”, ¿es zonas de monte o la ‘periferia’, los barrios?

En la periferia, en barrios. Lo que pasa es que hace muchos años esas comunidades estaban en el centro, entonces con la llegada de la gente de afuera – entre ellos los sirios libaneses, los comerciantes que venían de otros pueblos, más los empleados del ferrocarril - empezaron a hacer como una colonia, entonces a los indígenas los fueron despojando y empujándolos a las orillas. Eso a principios del siglo pasado.

Ahora, en vez de estar al centro estamos en la orilla, y la orilla como justo da a las serranías, algunas comunidades están entre la ruta y los cerros, hacinadas, sin saber para dónde avanzar; y otras están ya metidas en los barrios, como Eva Perón y Tráfico. De esas tierras hoy aparecen los dueños, cuando nunca antes se sabía de los dueños. Hoy como Embarcación supuestamente está desarrollando, está progresando y se entra a extender el pueblo de blancos, de criollos, ¡que más que ir y pasar de las comunidades indígenas! Eso es un problema muy grande porque nosotros - que se dice siempre que somos los dueños de la tierra, los primeros habitantes de América y con preexistencia étnica - estamos deambulando de oficina en oficina, tratando que algún funcionario se haga eco de nuestra inseguridad territorial. Allá el sólo hecho que el paisano esté condenado a vivir en un barrio, eso ya es un atropello, porque a nosotros nunca nos dieron una alternativa territorial en esa zona. Tal es así que hoy vas a buscar en el mapa del Departamento San Marín y ves la zona de Embarcación, no hay ninguna tierra fiscal, todas han sido adjudicadas a alguien o a algunos, menos a los pueblos indígenas.

Cuando de pronto empezamos a ver los convenios internacionales, las leyes, vemos que no estamos informados, porque a veces esas informaciones se manejan en oficinas o en los estrados donde tienen acceso algunos dirigentes, que muchas veces están como despegados de las bases. Entonces nosotros peleando allá para que no nos saquen y el dirigente, sabiendo qué arma nos puede aportar, no lo hace. Empezamos a quedar solos en esta lucha y esa soledad ha generado que empezamos a buscar fuerza desde el interior, desde el lugar, para salir a luchar. Porque vos te das cuenta que esto es la continuación de todas las guerras que se han declarado en contra de los pueblos indígenas de América. Si hasta un siglo atrás nos mataban con el Winchester o nos mandaban como obreros en los ingenios azucareros o como sirvientas, hoy nos siguen matando con el despojo, con la falta de derechos, no teniendo garantizada una vida digna, la salud, la vivienda, el trabajo. Sigue continuando la guerra contra nosotros. Esa soledad ha generado que nosotros nos demos cuenta de lo que estamos pasando, que no solamente el problema es territorial.

-¿Vos formas parte de una de las comunidades que se tubo que ir a las periferias de Embarcación?

La particularidad la comunidad Honat Le’Let es que nunca se fue del lugar, esta comunidad ha sido invadida desde su lugar, no tuvo que trasladarse sino que estaba ahí de tiempos inmemoriales. Esta comunidad se vio invadida y hoy condenada a vivir las familias en terrenos de 10 x 20, hacinadas, porque en algunos terrenos viven tres, cuatro familias.

-Como si estuvieran viviendo en Buenos Aires.

Sí, más o menos. A dos cuadras tenemos la ruta 34, vemos la extensión de campos sojeros y decimos: “¡Pucha! Nosotros acá condenados”. Encima en un territorio que toda la vida fue propio, incluso está al toponimia de los lugares. Nosotros hicimos un intento de recuperación territorial el 2 de mayo de este año y la respuesta ha sido la Infantería.

-¿Dónde fue ese intento?

Honat Le’Les cruzando la calle ya es monte y en ese monte toda la vida han vivido wichis, nada más que venía alguien, decía: “Bueno, ustedes se tienen que ir de acá”, y el paisano se iba. Y había sido que querían sacar a la gente de ahí porque parece que la provincia tenía intención de comprar esas tierras y hacer viviendas. Eso está demostrado porque en los días que nosotros habíamos hecho la recuperación de ese territorio se inauguraron unas viviendas a 50 m, pero ninguna de esas viviendas era para los hermanos indígenas de Honat Le’Les. De este territorio la idea era pedir unas 100 ha, por lo menos, para que alguna gente pueda sobrevivir con la siembra de algunas cosas.
Ahora, lo peor, es que quieren desalojarlos de las propias casas de los paisanos. Va la policía acompañada del supuesto dueño. Hablo de supuesto dueño porque yo creo que nos tienen que demostrar a nosotros por qué es el dueño. Yo creo que este es un problema que no es del dueño ni del pueblo indígena sino que es que el Estado nos llevó a esta situación. Porque el Estado es muy famoso por vender tierras, ceder o regalar con indios adentro.

-La comunidad siempre permaneció en ese lugar.

Nunca se movió de ahí, aparte, si uno va a las crónicas históricas puede ver el relato no solamente de los historiadores sino de los curas catequizadores o gente de la iglesia anglicana o antropólogos que han estado estudiando el tema. Ya el Coronel Cornejo, de las campañas de exterminio de los indígenas del Gran Chaco, habla de nuestra preexistencia étnica. Hoy nos dicen: “Esta es tierra mía”. ¿Y dónde está la preexistencia étnica? ¿Dónde está la revalorización que tiene que hacer el Estado y devolvernos las tierras?

-Recientemente acamparon en la plaza de Embarcación.

Así es, ante la falta de respuestas del Estado provincial, de las autoridades locales, nos vemos en la obligación de manifestarnos haciendo una carpa en la plaza. Nuestra idea no era hablar con el intendente [Alfredo Miguel Llaya] pero ante la insistencia nos reunimos, más que nada para escuchar, porque sabemos que él no va a resolver nada, no confiamos en él. Sabemos de la preferencia que tiene el intendente de que [la comunidad] salga, de limpiar de indígenas el pueblo.

-¿Él les manifestó puntualmente que ‘afean la ciudad’?

Son comentarios, pero con la propuesta que nos hace doy como cierto eso. Porque él nos hace la propuesta de crear un barrio para aborígenes: “Así ustedes salen de ahí”. “Ustedes tienen que salir de ahí porque la tierra no es de ustedes y el dueño las reclama. Ustedes tienen que quedarse tranquilos porque nosotros vamos a hacer un barrio indígena.” “Ustedes están reclamando algo que no es de ustedes, porque ustedes son del otro lado del río”. ¿Qué lee este tipo? ¿Caricaturas?

-¿Dice que los wichis vienen del otro lado del Bermejo?

Sí, así dice. O sea que está errado [el arqueólogo Guillermo] Magrassi, está errado [el jesuita] padre [Pedro] Lozano y toda la gente que ha escrito sobre...

-Siempre vienen del otro lado, en el caso de los mapuche dicen que “vienen de Chile”.

Claro, el tema es que es una mentira, lo que sí es cierto es que el intendente viene del otro lado del mar, porque ellos son sirio-libaneses. Ellos sí vienen del otro lado, nosotros no. Nosotros podemos demostrar que sí, es verdad, somos del otro lado del río, de este lado del río, del lado del cerro... somos de todos lados. Es innegable la preexistencia de los pueblos indígenas en América.

-¿Ustedes le plantearon al intendente la existencia de la ley 26.160?

Sí, le comentamos y nos dijo que a nosotros no nos sirve ninguna ley, no nos beneficia, que son puras palabras, son puras letras y que no estaba reglamentada. Justamente a las pocas horas nos envían desde el INAI la reglamentación de la ley, que también es criticable. No entiendo, hacen una ley, reglamentan dos o tres artículos, y los artículos principales no los reglamentan. Es todo un teje y maneje de intereses que de última terminan perjudicando al aborigen. Esa parte que a nosotros nos interesa, en contra de los desalojos, no está reglamentada. Está reglamentado lo de la plata [financiamiento], que es lo que conviene y hace a los intereses del Estado y de la mafia dirigencial que muchas veces entorpece nuestros intereses de recuperar nuestro territorio. Así que por ahí el intendente tiene razón. Pero también tenemos el Convenio 169 que habla y especifica bien que hay que entregarle o devolverle la tierra a los pueblos indígenas, de no ser suficientes, contemplar territorios adicionales para su desarrollo. Bueno, en eso nosotros nos basamos, es un convenio internacional, Argentina está adherida; tenemos la [ley] 23.302. O sea, hay leyes, creo que el Estado debería dar talleres a estos funcionarios que quieren ignorar los derechos indígenas.
De todas maneras con esa carpa hemos conseguido, en tres días de asentados, que el Concejo Deliberante por unanimidad vea con agrado y [manifieste] su preocupación para que se expropien esas tierras y se la de tanto a los criollos como a los indígenas. Igual somos perdedores, pero por lo menos, si se le expropia, vamos a tener la tranquilidad de conservar esos terrenos. Yo no sé qué es lo que hay que hacer ahora para que en compensación de ese territorio perdido nos den en otro lado. De todas maneras dentro de nuestra lucha está solicitar un territorio adicional para nuestro desarrollo, porque no alcanzan los 57 terrenos que solicitamos y no podemos condenar a que de acá a 10 años [nuestros hijos] tengan el mismo problema, hay que tener una visión. Si estas visiones no la tienen los funcionarios, la misma ceguera de ellos nos está haciendo tener visión a nosotros. Está generando que nosotros reclamemos algo que nos corresponde.

-¿El proyecto de expropiación que apoyan los concejales debe ser tratado en la legislatura provincial?

Sí, de todas maneras tenemos una pequeña esperanza porque nos hemos reunido con el secretario de la Gobernación, Raúl Medina, y él iba a tratar con el director de Familia Propietaria [Héctor Aleksandrowicz], que es un programa de vivienda de la provincia de Salta, para ver si desde Familia Propietaria compraban los terrenos para entregárselos a criollos y aborígenes, y que vaya acompañado por un proyecto de vivienda.

-Se reconocería como título individual, pero además están pidiendo un espacio adicional comuntiario.

Incluso los terrenos que se piden para la gente es [con título] comunitario, porque la lucha es de toda la comunidad indígena entonces nosotros hemos decidido que los títulos sean comunitarios, tanto los terrenos como el adicional.

Pero el tema de territorio no es solamente un problema de Honat Le’Les, es problema de todas las comunidades que están alrededor de los pueblos, que están hacinadas, abandonadas, en situaciones deplorables. Donde me atrevo a decir que hay gente que está desnutrida, hay gente sin ningún tipo de amparo social. Ancianos abandonados, gente enferma, con diferentes enfermedades. Hoy dentro de las comunidades indígenas, sobre todo los que están cerca de la ruta, están experimentando enfermedades nuevas, que pensamos que son producidas por la deforestación, por las fumigaciones. Uno tiene conocimiento de que hay enfermedades raras dentro de los pueblos, que van a prevalecer porque no hay un programa de salud adecuado para las comunidades indígenas. Mucho menos para los que están vulnerables y en exposición en los lugares de deforestaciones.

-Embarcación se diferencia de lo que está sucediendo hoy en la provincia del Chaco?

Yo creo que no, y esto se da en lugares así donde hay gobiernos autoritarios, donde acumulan, acumulan y despojan a la gente de sus derechos, dejándole desprotegidos. En una provincia como Salta, donde se dice que tiene una riqueza forestal, una riqueza en tierras – apta para cualquier tipo de cultivos -, eso da para que las empresas multinacionales o empresarios que quieran seguir acumulando plata pongan la vista en esos territorios. Entonces nos encontramos así: invadidos y encerrados en esas intenciones de despojo, en esa acción de despojo. Eso mismo hace que se vacíen, que no haya presupuesto para la Salud, presupuesto para la Educación pero sí presupuesto para financiar campañas para los desmontes, campañas para que vayan a recorrer los lugares y ver dónde pueden instalarse ellos, y subsidios, incluso, para los empresarios. Nosotros, que somos del lugar, no tenemos garantizada nuestra vida.

-¿La gente de las comunidades de qué está viviendo hoy?

La mayoría vive de la artesanía, que a la vez ese es otro tema, porque hay dos o tres personas de afuera que monopolizan. Los paisanos terminan trabajando para terceros, para cuartos, y pongámosle que tienen un artículo que lo venden a $3, después en otro lado está a $80, cosas así. Alrededor del pueblo, las mujeres viven de empleadas domésticas; los hombres, la mayoría, con esto del Plan, algunos van a las fincas, no les pagan bien. Uno vive al día y la inflación se nota. Si uno gana $17, como está pagando por día, y el pan está a $0,20 cada felipito, no alcanza. El kilo de carne está más de $10, la gente no se alimenta bien, si se enferma no hay remedios en los hospitales, la educación cada vez se deteriora más. Es como si nosotros estuviéramos hablando de una situación de decadencia que no pasaba años atrás, cuando no se conocía mucho el tema de las multinacionales, de las empresas extranjeras, el tema de los desmontes. Los finqueros eran de la zona entonces podía emplearnos a la mano de obra, los paisanos podían trabajar, podían ser peones golondrinas. No es que era mejor, pero por lo menos ellos sabían que trabajaban un tiempo y podían comprarse cosas por un tiempito más, para sobrevivir. Hoy no hay nada para la sobrevivencia.
-La producción de soja no requiere mucha mano de obra.

No, porque van las maquinarias. Es más, incluso en las plantas procesadoras de porotos ya ni siquiera se está necesitando al bolsero, que es el que cargaba la bolsa común de porotos. Ahora los porotos los ponen en una súper bolsa que son toneladas. Van con la máquina, lo levantan, lo bajan, y todo eso. Cada vez nosotros somos relegados incluso en la franja laboral. La pregunta es: “¿Qué es lo que quieren de nosotros?”. Ya no es un problema de indios, es un problema de pobre, de marginal. Ya no es sólo un despojo de tierras, es despojo del derecho, de los derechos humanos.

-En otro momento el argumento era que no había leyes que garantizaran los derechos de los pueblos indígenas, hoy hay leyes en ese sentido.

Sí, yo creo que también pasa por la educación. Nosotros por ahí aprendemos a leer y escribir pero no aprendemos cómo defendernos. Sabemos que hay muchos derechos, que hay leyes, pero si no están al alcance de nuestra mano, ¿cómo vamos a defendernos? La gente se aprovecha de nuestra falta de información, de nuestra ignorancia y empieza a meter cosas en beneficio de unos pocos. Y nosotros cada vez más pobres, viviendo de la mendicidad, condenando a nuestros hijos a vivir en la nebulosa, recurriendo, en los pueblos, al Poxirrán, al alcoholismo, a la prostitución. Ni nosotros vemos la salida, cómo le podemos enseñar a nuestros hijos la salida.

Mientras en los estrados nacionales o internacionales se habla de los derechos de los niños, sobre los derechos de la mujer, sobre los derechos humanos, nosotros sentimos un gran abandono del Estado.

-Muchas veces se dice ‘ausencia del Estado’, pero el desmote para el cultivo de soja es parte de una política de Estado, por ejemplo.

El Estado está presente, es verdad. Es como que lo estoy viendo a mi hijo que se ahoga pero hago como que no lo veo, y si lo veo no me importa. Ese es el rol para mí. Él está, pero no hace nada. Hace que hace, dice que hace, pero hasta ahora nosotros no vemos. Creo que la realidad de Embarcación, de Salta, es la mismo que pueda pasar un paisano de El Impenetrable. Es doloroso ver a los hermanos que mueren de desnutrición. El mal de chagas tendría que erradicarse, sin embargo la Nación le quita a los lugares. Salta no tiene programa de Chagas porque no hay presupuesto, ¿y a quién ataca el chagas? Al indio, a los pobres. Hay un abandono, hay una intención de genocidio y de etnocidio, en parte, impartida desde el Estado.

Ellos tienen sus personeros locales, como puede ser el director de un hospital, que sabiendo de las falencias, sabiendo de las necesidades, no denuncia, no exige, como que son pagados por su silencio. El hospital de Embarcación se está cayendo a pedazos y nadie dice nada, tiene que derrumbarse, matar a un montón de indios y criollos pobres para que el Estado se haga eco de eso. Por qué no va a saber si está pagando a una persona para que sepa. Tenemos vacíos los estantes de la farmacia del hospital, ¿quién es el que necesita? Es el pobre. El pobre no tiene trabajo, no tiene para comprarse remedios. Parece acá que hay toda una intención de aniquilamiento para el pobre. Antes era más directo, antes llevaban el Winchester y arrasaban, hoy las armas son variadas, desmonte, desocupación, falta de un proyecto educativo más regionalizado. Son muchas las armas impartidas desde el Estado para nuestra desaparición.

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Ley de expropiación
Por solidari@s - Friday, Sep. 14, 2007 at 3:51 PM

Se pueden enviar mensajes pidiendo la pronta sanción de una ley de expropiación para beneficiar a las familias criollas y a la comunidad wichi Honat Le'Les

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