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Chile expulsa a un joven español por participar en una ocupación mapuche
Por El País - Monday, Oct. 22, 2007 at 8:14 PM

El estudiante Álvaro Briales, que niega los cargos, está acusado de infringir la ley de extranjería

MANUEL DÉLANO - Santiago - 18/10/2007

El intendente de la Novena Región, Óscar Eltit, la principal autoridad de Gobierno en esta zona chilena, situada 700 kilómetros al sur de Santiago, ha ordenado la expulsión del país del estudiante español de quinto año de Psicología Social en la Universidad Autónoma de Madrid Álvaro Briales Canseco, de 22 años, por su participación en una toma de terrenos junto con un grupo de mapuches. Sin embargo, en conversación teléfonica con este diario, Briales afirma ser inocente de la imputación.

La expulsión se hará efectiva en los próximos días, después de que ayer Briales descartara la posibilidad de apelar ante la justicia. El estudiante, que está en la ciudad de Temuco en libertad pero a disposición de la policía civil, explicó que, si apelaba, debería quedarse en la zona durante el tiempo que dure el juicio por la ocupación, que podría extenderse hasta ocho meses.

En la resolución exenta 142 del intendente Eltit que expulsa a Briales, se sostiene que éste infringió las normas de extranjería “al haber participado de una ocupación ilegal de un predio particular, ubicado en el sector de Hualpín, comuna de Teodoro Schmidt”, cerca del Lago Budi.

El cuerpo de Carabineros detuvo el sábado pasado a 39 mapuches y a Briales, un día después de la toma de la hacienda Wendelys. Todos fueron liberados, salvo el estudiante, que permaneció detenido hasta el martes por portar sólo una fotocopia del pasaporte, algo que le aconsejaron en Chile por el riesgo de perder o que le robaran el original. En la audiencia ante el juez, la intendencia anunció la medida de expulsión.

Briales sostiene que nunca entró a la toma porque “no soy tan idiota como para arriesgarme a cometer delitos siendo extranjero”. En un control policial, “me detuvieron cuando iba en un auto con dos profesores mapuches, como a 10 kilómetros del lugar”, relata, y fue acusado junto con los 39 mapuches de usurpación de tierras y daños.

Cuenta que la prensa local incluso le ha presentado encabezando la ocupación —algo que califica de absurdo— y ha asegurado que entró en auto en el interior de los terrenos ocupados, lo que era imposible porque había un cerco. “Estoy desde hace tres semanas en la zona y la toma la estaban organizando desde hacía años”, dice.

En la zona, donde viven comunidades de mapuches lafkenche, muchos de ellos pobres, todos sabían de la inminente toma, incluidas las autoridades locales y hasta las centrales del Gobierno, señala. La ocupación iba a permitir un proceso de negociación posterior sobre los terrenos, lo que finalmente no resultó, dice.

Junto con rechazar la conmemoración del 12 de octubre y criticar las políticas del Gobierno, un comunicado de mapuches lafkenche del Lago Budi explica que ocuparon los terrenos para iniciar la recuperación de las más de 50.000 hectáreas que el Estado chileno entregó a la Empresa Colonizadora Eleuterio Domínguez Sociedad Limitada, lo que ocasionó “la migración forzada de nuestra gente a los centros urbanos, quebranto de nuestra identidad, pérdida de lugares sagrados”.

El estudiante vino a Chile para hacer su práctica final de carrera en una escuela en Valparaíso. Cuando estaba ahí y después de un viaje a Bolivia por un mes, Jorge Calfuqueo, un profesor lafkenche que estuvo en Madrid y amigo de un catedrático de la Universidad Autónoma, José Luis Linaza, profesor también de Briales, lo invitó a conocer una comunidad donde desarrollan un proyecto educacional pionero y único en el país, con una enseñanza adaptada para niños mapuches, por lo que llegó a la zona de Hualpín.

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De un ciudadano español desadaptado y unos tales mapuches alborotadores
Por Rebelión - Monday, Oct. 22, 2007 at 8:15 PM

por Enrique González


En su página de Internet, el diario El País publicó ayer 15 de octubre de 2007 una nota de la agencia EFE titulada “Un español y 39 mapuches, detenidos por la ocupación de una hacienda en Chile”. En el subtítulo se afirma que “Los ocupantes adujeron reivindicaciones territoriales”, recogiendo telegráficamente la motivación de la toma de tierras – el “delito” por el que fueron detenidos, primero que todo, un ciudadano español, y en segundo lugar y bien amontonados, 39 mapuches.

La nota original de la agencia EFE incluye un último párrafo, en el que se exponen sucintamente las motivaciones de los mapuches: “En los últimos años se han agudizado en el sur del país, litigios entre indígenas, hacendados y empresas forestales por la destrucción de recursos naturales y la usurpación de tierras, cuya propiedad el pueblo mapuche considera ancestral.” No obstante, a la hora de informar sobre el hecho, el periódico El País suprime por entero dicho párrafo.

Una resistencia ejemplar

Con motivo de la conmemoración activa de la resistencia indígena frente a un nuevo 12 de octubre, organizaciones del pueblo mapuche emitieron un comunicado, en el que señalan que “desde esa fecha se inició la invasión, el genocidio y el empobrecimiento de los Pueblos”. A su vez, reivindican con orgullo que “solo unos pocos lograron resistir, como el Pueblo Nación Mapuche, quien logró establecer fronteras por medio de una prolongada resistencia frente a la corona Española, quienes se vio obligada de suscribir 29 tratados o parlamentos reconociendo la frontera”.

Después de los españoles, fueron los propios estados americanos quienes violaron sus derechos. “Ahora podríamos decir que los nuevos invasores son empresas locales capitalistas y transnacionales que han generado graves daños a los territorios y sus ecosistemas y de paso, causan graves daños sociales, culturales, económicos y ambientales a los pueblos originarios y sus comunidades”, señalaron. Entre las empresas que amenazan su existencia, se encuentra la española ENDESA, que acordó con el gobierno un proyecto de desarrollo hidrológico sin tomar en cuenta los derechos de los pobladores originarios.

A su vez, en su informe de 2003, Rodolfo Stavenhagen, Relator Especial para los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas, señala que “los derechos sobre la propiedad de la tierra y la territorialidad constituyen uno de los problemas históricos más graves que afectan a los pueblos indígenas de Chile, ya que son el resultado de un largo proceso de despojo de sus tierras y recursos”. Asimismo, señala que “la población indígena sigue estando marginada del reconocimiento y la participación en la vida pública del país, como resultado de una larga historia de negación, exclusión socioeconómica y discriminación por parte de la sociedad mayoritaria”.

Récord absoluto: la verdadera noticia en dos palabras

Luego de situar en el tiempo y el espacio el hecho con el que la noticia es titulada, la nota del diario madrileño afirma que: “La movilización afectó a la hacienda Wendeleys de la comuna Teodoro Schmidt, y sus ocupantes adujeron “reivindicaciones territoriales””.

“Reivindicaciones territoriales”. Ese es todo el espacio que el diario madrileño está dispuesto a dedicar a la verdadera noticia, la que llevó a los detenidos a la toma de tierras, para llamar la atención sobre la usurpación de territorios mapuches en nombre del “desarrollo”. Y para ello está dispuesto a sesgar la nota de agencias, aunque sin darse el crédito por el ejercicio de censura. (*)

En toda la nota, no habrá una sola mención más a los “motivos aducidos”; a su vez, y luego de convenientemente suprimido el párrafo que sí incluye la nota de agencias, no habrá un sólo comentario sobre la condición de los mapuches como pueblos indígenas originarios de las tierras que “tomaron”. Tan sólo un apunte tangencial acerca de la existencia de una supuesta “causa mapuche”, a la que otro alborotador ciudadano argentino estaría apoyando, en “otro caso relacionado con las movilizaciones por la conmemoración del 12 de octubre”.

Muy negativa debe ser esa causa, de todas maneras, cuando “la policía dejó en prisión preventiva” a dicho ciudadano, luego de que fuera detenido “en la madrugada”, “tras participar en incidentes” entre universitarios “que apoyan la causa mapuche” y policías.

La noticia ha sido perfectamente eliminada

La agencia EFE, que nadie caracterizaría por su carácter “progresista”, divulga ese mismo día otra nota, que titula “Mapuches chilenos pidieron el fin de los atropellos a los pueblos indígenas”. En el subtítulo, se afirma que “Unas 3.500 personas se manifestaron hoy en Santiago de Chile para demandar el fin de los atropellos a los pueblos indígenas, en un nuevo aniversario de la llegada de los españoles a América”. En el cuerpo de texto, la agencia informa de las movilizaciones “pacíficas” que se produjeron en el marco de la conmemoración de la llegada de los españoles al continente.

No obstante, para el diario “moderadamente progresista”, lo único relevante es que entre los detenidos había un ciudadano español, y que está siendo investigado por la policía por si cabría aplicarle expulsión del país. Para el diario madrileño, no es conveniente que sus lectores conozcan la motivación detrás de la toma de tierras, menos aún las causas detrás de la resistencia del pueblo mapuche – que además de ser desposeído de sus tierras por multinacionales de origen español, es desposeído de su condición de pueblo por sus voceros mediáticos. Basta con saber que estaban en un territorio que no les pertenecía legalmente.

Pensamiento complejo

El pensamiento complejo que el diario espera de sus lectores “progresistas” es transparente: unos alborotadores de apellido mapuche tomaron una propiedad de titularidad legal privada, para aducir unas etéreas reivindicaciones sobre esas tierras, luego es evidente que sus hechos anularon la legitimidad de sus reivindicaciones, al tomar la “propiedad” de otros. Si ud. se defiende de su agresor, por gigante que éste sea, entonces aténgase a las consecuencias. Así es el Estado de derecho que El País defiende ante sus lectores. Es el mismo dilema que enfrenta el pueblo palestino, por ejemplo: sólo hasta que deje de reivindicar que sus tierras han sido ocupadas, podrá hablarse sobre el resto de tierras que le serán próximamente usurpadas. Y entre tanto, todo ensayo de defenderlas será considerado como un acto terrorista.

Un buen alumno

Hace apenas semanas, y luego de décadas de obstaculizaciones de todo orden, las Naciones Unidas aprobaron la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas. En esencia, un papel mojado, pero se erige al menos como un primer instrumento para apuntalar las reivindicaciones de pueblos indígenas de todo el planeta, ante el imparable proceso de desposeimiento que enfrentan en todas partes. Su aprobación se produjo con el voto favorable de casi todos los Estados de la organización internacional, a excepción de EEUU, Canadá, Nueva Zelanda y Australia.

Entre sus recomendaciones, el Relator Especial de la ONU insta a los medios de comunicación a “que redoblen los esfuerzos para dar amplia cobertura balanceada y equilibrada a las necesidades y la situación de los pueblos indígenas así como a las situaciones de conflicto social en las regiones indígenas”. Por su parte, el “periódico global” parece más interesado en ganarse la bendición de las naciones negadoras de sus derechos y el favor de las empresas aniquiladoras de sus territorios y recursos, que a cumplir con los mínimos requisitos que solicita la institución internacional - que no son otros que cumplir con el deber de informar adecuadamente.

(*) Es práctica habitual de los diarios editar notas de agencias, colocando simultáneamente el crédito de la agencia y del diario. Muchas de las notas que publica El País van encabezadas de la autoría “EFE / El País”. En esta ocasión, sus editores prefirieron darle todos los créditos por la nota a la agencia española de noticias.

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